Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios
Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN
#caelanoche #DrPj
Lectura Bíblica: Mateo 21.1-22
La entrada triunfal en Jerusalén
Cuando se acercaban a Jerusalén, y llegaron a Betfagué, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos, 2 y les dijo: «Vayan a la aldea que tienen ante ustedes. Allí encontrarán una burra atada, junto con un burrito; desátenla y tráiganmelos. 3 Si alguien les dice algo, respóndanle: “El Señor los necesita. Luego los devolverá.”» 4 Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta:
5 «Digan a la hija de Sión:
Tu Rey viene a ti,
Manso, y sentado sobre una burra,
Sobre un burrito, hijo de animal de carga.»
6 Los discípulos fueron, e hicieron tal y como Jesús les mandó: 7 trajeron la burra y el burrito, pusieron sobre ellos sus mantos, y él se sentó encima. 8 La multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y las tendían en el camino. 9 Tanto los que iban delante como los que iban detrás lo aclamaban y decían: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!» 10 Cuando Jesús entró en Jerusalén, todos en la ciudad se conmocionaron, y decían: «¿Quién es éste?» 11 La multitud decía: «Éste es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea.»
Purificación del templo
12 Al entrar Jesús en el templo de Dios, expulsó de allí a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas; 13 y les dijo: «Está escrito: “Mi casa será llamada casa de oración”, pero ustedes han hecho de ella una cueva de ladrones.»
14 Mientras Jesús estaba en el templo, algunos ciegos y cojos se acercaron, y él los sanó. 15 Pero al ver las cosas maravillosas que hacía, y que los muchachos lo aclamaban en el templo y decían «¡Hosanna al Hijo de David!», los principales sacerdotes y los escribas se indignaron 16 y le dijeron: «¿Oyes lo que éstos dicen?» Y Jesús les dijo: «Lo oigo. ¿Acaso ustedes nunca leyeron:
»“De la boca de los niños y de los que maman
Perfeccionaste la alabanza?”»
17 Y dejándolos, se fue de la ciudad a Betania, donde pasó la noche.
La higuera estéril
18 Cuando Jesús volvió a la ciudad por la mañana, tuvo hambre. 19 En eso, vio una higuera cerca del camino y se acercó a ella; pero al no hallar en ella nada más que hojas, le dijo: «¡Nunca más vuelvas a dar fruto!» Y al instante, la higuera se secó. 20 Cuando los discípulos vieron ésto, decían asombrados: «¿Cómo es que la higuera se secó tan pronto?» 21 Jesús les respondió: «De cierto les digo, que si ustedes tuvieran fe y no dudaran, no sólo harían esto a la higuera, sino que a este monte le dirían “¡Quítate de ahí y échate en el mar!”, y así se haría. 22 Si ustedes creen, todo lo que pidan en oración lo recibirán.»
Meditemos
Sin darse cuenta: Un sermón sobre Mateo 21