Cae la noche – Devociones – 21 de febrero

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios. Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

#caelanoche #DrPj

Lectura Bíblica: Marcos 3.1-19

El hombre de la mano atrofiada

Jesús volvió a visitar la sinagoga, y allí se encontró con un hombre que tenía una mano atrofiada. Algunos lo vigilaban, para ver si sanaba al hombre en el día de reposo y así poder acusarlo. Jesús le dijo al hombre con la mano atrofiada: «Levántate, y ponte en medio.» A los demás les preguntó: «¿Qué está permitido hacer en los días de reposo? ¿El bien, o el mal? ¿Salvar una vida, o quitar la vida?» Ellos guardaron silencio. Jesús los miró con enojo y tristeza, al ver la dureza de sus corazones. Entonces dijo al hombre: «Extiende la mano.» El hombre la extendió, y su mano quedó sana. Tan pronto como los fariseos salieron, empezaron a conspirar con los herodianos para matar a Jesús.

La multitud a la orilla del lago

Jesús se retiró al lago con sus discípulos, y mucha gente de Galilea y de Judea lo siguió al enterarse de todo lo que hacía. También acudieron a él muchos de Jerusalén, de Idumea y del otro lado del Jordán, así como de los alrededores de Tiro y de Sidón. Por causa del gentío, y para evitar que lo apretujaran, Jesús pidió a sus discípulos tener siempre lista una barca; 10 y es que, como había sanado a muchos, todos los que tenían plagas querían tocarlo y se lanzaban sobre él. 11 Cuando los espíritus impuros lo veían, se arrodillaban delante de él y a gritos le decían: «¡Tú eres el Hijo de Dios!» 12 Pero él les exigía con toda firmeza que no revelaran quién era él.

Elección de los doce apóstoles

13 Después Jesús subió a un monte y llamó a los que él quiso, y ellos se reunieron con él. 14 A doce de ellos los designó para que estuvieran con él, para enviarlos a predicar, 15 y para que tuvieran el poder de expulsar demonios. 16 Estos doce eran: Simón, a quien puso por nombre «Pedro»; 17 Jacobo y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, a quienes les puso por nombre «Boanerges», que significa «Hijos del trueno»; 18 Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, 19 y Judas Iscariote, que fue quien lo traicionó.

Marcos 3.4
Marcos 3.4

Las campañas de oración y la separación entre la Iglesia y el estado

El asunto de la separación entre la Iglesia y el estado sigue siendo tema de debate en Puerto Rico.

Por un lado, algunas personas entienden que la separación legal entre estas entidades implica que las personas de fe y el liderazgo religioso no pueden practicar su fe en público ni emitir opinión alguna sobre temas políticos. Por otro lado, otras personas entienden que la separación entre la Iglesia y el estado minimiza el rol de la religión en la esfera pública, lo que les lleva a buscar aumentar la influencia de las comunidades religiosas en el gobierno.

Es evidente que ambos grupos no entienden lo que implica la separación legal que estipula la constitución de Puerto Rico, restricción que también incluye la constitución de los Estados Unidos de América. Como he explicado en escritos anteriores, el propósito de la cláusula que estipula la separación entre la Iglesia y el estado es evitar que el gobierno establezca una religión oficial del estado.

¿Qué implica todo esto? En términos prácticos, evita que el gobierno canalice fondos públicos para beneficiar a uno o más grupos religiosos, mientras le niega ayuda financiera y acceso a espacios públicos a los demás.

Con esta definición en mano, repasemos algunas de las controversias recientes en torno a la religión en Puerto Rico.

En primer lugar, encontramos la controversia sobre los círculos de oración en la Policía de Puerto Rico. Dado que la libertad de culto es un derecho constitucional, nadie puede impedir que un oficial de la Policía de Puerto Rico eleve una oración antes, durante o después de su turno de trabajo. Además, la Policía cuenta con un Cuerpo de Capellanes que hacen actividades ecuménicas en la cuales aquellas personas que así lo deseen bien pueden participar.

Ahora bien, algunas actividades pueden violar la separación entre la Iglesia y el estado. Por ejemplo, un oficial policíaco no debe detener a conductor alguno para obligarlo a participar de un “servi-carro” de oración. Del mismo modo, un oficial de mayor rango no debe obligar a sus subalternos a participar de actividades religiosas. Además, si un grupo de agentes deciden unirse voluntariamente para orar, deben hacerlo de manera discreta sin ofender la sensibilidad de quienes no comparten sus creencias religiosas.

El otro asunto candente es el auspicio gubernamental a las campañas de Cuarenta días de oración y ayuno. Una vez más, toda persona dedicada al servicio público tiene derecho a orar. También puede dejar de comer por unas horas o días, de manera total o parcial, para concentrarse en la oración y en la meditación.

Lo que es ilegal es que una entidad gubernamental use fondos públicos para respaldar estas actividades. Si una alcaldía o si la legislatura mostrara favoritismo hacia un grupo religioso en particular, estaría violando la constitución.

En el caso de la Cámara de Representantes, la pregunta que se impone es si la Legislatura está usando fondos del erario público para sufragar los gastos de las actividades relacionadas a la campaña de Cuarenta días de oración. El desembolso de dineros públicos para estos propósitos es inconstitucional. Si un grupo de legisladores decide unirse para orar, tienen que sufragar la actividad con recursos de entidades no-gubernamentales o con dinero de su propio bolsillo

Muchas personas de fe se alegran cuando ven que el gobierno anuncia iniciativas que tienen ribetes religiosos, particularmente si son actividades congruentes con su tradición religiosa. Empero, el liderazgo religioso debe insistir en que dichas actividades se hagan fuera del horario de trabajo regular y que se costeen con fondos privados. ¿Por qué? Porque a ninguna comunidad religiosa le conviene que el gobierno use fondos públicos para apoyar el trabajo de otra comunidad religiosa sobre las demás. Si nos quedamos callados ante una violación a la ley porque pensamos que hoy el gobierno nos favorece, estamos abriendo el camino para que en el futuro cercano el gobierno discrimine en contra nuestra.

Finalmente, les recuerdo que la separación entre la Iglesia y el estado no impide que las personas de fe opinen sobre temas políticos o sociales. Por el contrario, podemos opinar con libertad precisamente porque no recibimos fondos públicos y porque pagamos impuestos como cualquier otro ciudadano.

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Pablo A. Jiménez es un ministro protestante, profesor de teología pastoral y autor de varios libros religiosos. Para más información, visite: http://www.drpablojimenez.com

San Juan, PR
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