Doce días de Navidad – Meditaciones diarias

Doce días de Navidad es una mini-serie producida por el Dr. Pablo A. Jiménez para la temporada navideña. Véala, escúchela y léala.

doce días de Navidad

Los “doce días de Navidad” celebran la Temporada de Navidad, que comienza el el 25 de diciembre y continúa hasta el 5 de enero, culminando en la festividad conocida como la Epifanía o el Día de Reyes. La raíz de esta tradición se encuentra en Mateo 2.1-12 y conmemora la visita de los tres Reyes Magos o sabios al niño Jesús en Belén, como se relata en la Biblia. De acuerdo a la tradición, los Magos se llaman Melchor, Gaspar y Baltasar, aunque la Biblia no menciona sus nombres.

En algunas culturas hispanoamericanas la celebración de la Epifanía es un momento significativo. En muchos lugares, se realizan eventos y festividades durante este período, y algunas personas intercambian regalos en honor a la tradición de los Reyes Magos.

Debemos notar que la Iglesia de Armenia, una de las más antiguas de la cristiandad, celebra la navidad el 6 de enero. La Iglesia Ortodoxa Griega celebra el día de Navidad el 7 de enero.

Esperamos en Dios que pueda disfrutar de estas breves meditaciones para la temporada navideña. ¡Bendiciones!


25 de diciembre – Primer día de Navidad


26 de diciembre – Segundo día de la Navidad


27 de diciembre – Tercer día de la Navidad


28 de diciembre – Cuarto día de la Navidad


29 de diciembre – Quinto día de la Navidad


30 de diciembre – Sexto día de la Navidad


31 de diciembre – Séptimo día de la Navidad


1 de enero – Octavo día de Navidad


2 de enero – Noveno día de Navidad


3 de enero – Décimo día de Navidad


4 de enero – Undécimo día de Navidad


5 de enero – Duodécimo día de Navidad


6 de enero – Día de la Epifanía

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El precio del poder: Encuentro de Adoración & Predicación del Movimiento La Red

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Movimiento La Red
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Una oración para el Año Nuevo

Una oración para el Año Nuevo, escrita por el Dr. Pablo A. Jiménez, donde damos gracias a Dios y rogamos su bendición.

Buen Dios, quien eres la vida misma (Juan 14.6), te damos gracias por el privilegio de vivir. 

Sabemos que la vida es dura, compleja y  hasta dolorosa, pero también es un milagro. 

Gracias por el milagro de la vida. 

Gracias porque podemos encontrarte, aunque sea a tientas. 

Gracias porque en ti vivimos, nos movemos y somos. (Hechos 17:27-28)

Te rogamos, buen Dios, que vengas en nuestro auxilio. 

Ayúdanos a enfrentar la dureza de la vida, con esperanza.

Ayúdanos a tomar las decisiones difíciles que, aunque inevitables, en vano tratamos de posponer.

Ayúdanos a comprender la riqueza que tenemos, a pesar de nuestro constante anhelo de tener más.

En este nuevo año, Buen Dios, danos fe.

En este nuevo año, Buen Dios, danos esperanza.

En este nuevo año, Buen Dios, danos amor.

Te rogamos esto con humildad, no por nuestros méritos, sino por los méritos de Cristo Jesús, en cuyo nombre oramos. AMÉN. 


Tiempo de reflexionar: Texto de un sermón listo para predicar, basado en Eclesiastés 3:1-8 y apropiado para la despedida de año y la celebración del Año Nuevo. La idea central de este manuscrito de sermón es: “Sólo Dios puede darnos la seguridad que necesitamos para enfrentar el futuro con esperanza.”


Tiempo de edificar: Audio en formato Podcast de un sermón apropiado para la despedida de año y el año nuevo.

oración para el Año Nuevo
Cae la noche…
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Cae la noche – Devociones – 4 de enero

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios. Leamos una porción bíblica y oremos al Señor.

Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

Luego Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. El tentador se le acercó, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.» Jesús respondió: «Escrito está: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» Entonces el diablo lo llevó a la santa ciudad, lo puso sobre la parte más alta del templo, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, lánzate hacia abajo; porque escrito está:

»“A sus ángeles mandará alrededor de ti”,

y también:

“En sus manos te sostendrán,
Para que no tropieces con piedra alguna.”»

Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor tu Dios”.» De nuevo el diablo lo llevó a un monte muy alto. Allí le mostró todos los reinos del mundo y sus riquezas, y le dijo: «Todo esto te daré, si te arrodillas delante de mí y me adoras.»10 Entonces Jesús le dijo: «Vete, Satanás, porque escrito está: “Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.”» 11 Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles vinieron y lo servían.

12 Cuando Jesús se enteró de que Juan estaba preso, volvió a Galilea, 13 pero se retiró de Nazaret y se estableció en Cafarnaún, ciudad marítima en la región de Zabulón y de Neftalí, 14 para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías:

15 «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
Camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles;
16 El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;
a los que vivían en región de sombra de muerte,
les resplandeció la luz.»

17 Desde entonces Jesús comenzó a predicar, y decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.» 18 Mientras Jesús caminaba junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés, que estaban echando la red al agua, pues eran pescadores. 19 Jesús les dijo: «Síganme, y yo haré de ustedes pescadores de hombres.» 20 Ellos entonces, dejando al instante las redes, lo siguieron.21 Un poco más adelante, Jesús vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, quienes estaban en la barca, junto a su padre, y remendaban sus redes. Jesús los llamó, 22 y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, lo siguieron.

23 Jesús recorría toda Galilea. Enseñaba en las sinagogas de ellos, predicaba el evangelio del reino, y sanaba toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.24 Su fama se difundió por toda Siria, así que le llevaron a todos los que tenían dolencias, a los que sufrían de diversas enfermedades y tormentos, y a los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y él los sanó.25 Y lo seguía mucha gente de Galilea, de Decápolis, de Jerusalén, de Judea y del otro lado del Jordán.

Gracias te damos, Dios de la vida, porque tú nos hablas en este capítulo acerca de la tentación y sobre cómo podemos vencerla si perseveramos en tu palabra. Permite que podamos hacer eso, que podamos perseverar en ti, en el nombre de Jesús. AMÉN

Cae la noche Mateo 4.23
Mateo 4.23
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Cae la noche – Devociones – 31 de diciembre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

#caelanoche #DrPj

Lectura Bíblica: Apocalipsis 22

Después me mostró un río límpido, de agua de vida. Era resplandeciente como el cristal, y salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a cada lado del río, estaba el árbol de la vida, el cual produce doce frutos y da su fruto cada mes; las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Allí no habrá maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en medio de ella, y sus siervos lo adorarán y verán su rostro, y llevarán su nombre en la frente. Allí no volverá a haber noche; no hará falta la luz de ninguna lámpara ni la luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará. Y reinarán por los siglos de los siglos.

La inminente venida de Cristo

Y me dijo: «Estas palabras son fieles y verdaderas. El Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ya ha enviado a su ángel para que les muestre a sus siervos lo que pronto tiene que suceder.»

«¡Vengo pronto! ¡Dichoso el que obedece las palabras proféticas de este libro!»

Yo, Juan, soy quien vio y oyó estas cosas. Después de verlas y oírlas, me postré a los pies del ángel que me mostraba estas cosas, para adorarlo, pero él me dijo: «¡No lo hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas, y de los que obedecen las palabras de este libro. ¡Tú, adora a Dios!»

10 Y me dijo también: «No selles las palabras proféticas de este libro, porque el tiempo está cerca. 11 Deja que quien sea injusto, siga siendo injusto; que quien sea impuro, siga siendo impuro; que quien sea justo, siga practicando la justicia; y que quien sea santo, siga santificándose.»

12 «¡Miren! ¡Ya pronto vengo! Y traigo conmigo mi galardón, para recompensar a cada uno conforme a sus acciones. 13 Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.»

14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida(K) y para entrar por las puertas en la ciudad. 15 Pero afuera se quedarán los pervertidos, los hechiceros, los que han caído en la inmoralidad sexual, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y practica la mentira.

16 «Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para que les dé a ustedes testimonio acerca de estas cosas, que tratan de las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.»

17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: «¡Ven!» Y el que oiga, que diga: «¡Ven!» Y el que tenga sed, que venga; y el que quiera, que tome gratuitamente del agua de la vida.

18 Yo le advierto a todo aquel que oiga las palabras proféticas de este libro, que a quien añada algo a estas cosas, Dios le añadirá las plagas que están descritas en este libro. 19 Y a quien quite algo de las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte del árbol de la vida, y de la santa ciudad y de lo que está descrito en este libro.

20 El que da testimonio de estas cosas dice: «Ciertamente, vengo pronto.» Amén. ¡Ven, Señor Jesús! 21 Que la gracia del Señor Jesucristo sea con todos. Amén.

Meditemos

Ríos de Bendiciones – Apocalipsis 22.1-5

Apocalipsis 22.17
Apocalipsis 22.17

Cae la noche – Devociones – 30 de diciembre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Apocalipsis 21

Cielo nuevo y tierra nueva

Vi entonces un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y el mar tampoco existía ya. Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, descendía del cielo, de Dios, ataviada como una novia que se adorna para su esposo. Entonces oí que desde el trono salía una potente voz, la cual decía: «Aquí está el tabernáculo de Dios con los hombres. Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Dios enjugará las lágrimas de los ojos de ellos, y ya no habrá muerte, ni más llanto, ni lamento ni dolor; porque las primeras cosas habrán dejado de existir.

El que estaba sentado en el trono dijo: «Mira, yo hago nuevas todas las cosas.» Y me dijo: «Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.» También me dijo: «Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed, yo le daré a beber gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que salga vencedor heredará todas las cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los homicidas, los que incurren en inmoralidad sexual, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

La nueva Jerusalén

Entonces se me acercó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas finales, y me dijo: «Ven acá, voy a mostrarte a la novia, la esposa del Cordero.» 10 Y en el Espíritu me llevó a un monte de gran altura, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, la cual descendía del cielo, de Dios. 11 Tenía la gloria de Dios y brillaba como una piedra preciosa, semejante a una piedra de jaspe, transparente como el cristal. 12 Tenía una muralla grande y elevada, y doce puertas; en cada puerta había un ángel, e inscripciones que correspondían a los nombres de las doce tribus de Israel. 13 Tres puertas daban al oriente, tres puertas al norte, tres puertas al sur, y tres puertas al occidente. 14 La muralla de la ciudad tenía doce cimientos, y en ellos estaban los nombres de los doce apóstoles del Cordero.

15 El que hablaba conmigo tenía una caña de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla. 16 La ciudad era cuadrada, pues medía lo mismo de ancho que de largo. Él midió la ciudad con la caña, y de largo y de ancho medía dos mil doscientos kilómetros. 17 También midió la muralla, y medía sesenta y cinco metros, según las medidas empleadas por la gente y que el ángel estaba usando. 18 La muralla estaba hecha de jaspe, pero la ciudad era de oro puro, diáfana como el cristal. 19 Los cimientos de la muralla de la ciudad estaban adornados con toda clase de piedras preciosas. El primer cimiento era de jaspe; el segundo, de zafiro; el tercero, de ágata; el cuarto, de esmeralda; 20 el quinto, de ónice; el sexto, de cornalina; el séptimo, de crisólito; el octavo, de berilo; el noveno, de topacio; el décimo, de crisoprasa; el undécimo, de jacinto, y el duodécimo, de amatista. 21 Las doce puertas eran doce perlas, es decir, que cada una de las puertas era una perla, y la calle de la ciudad era de oro puro y transparente como el vidrio.

22 No vi en ella ningún templo, porque su templo son el Señor y Dios Todopoderoso, y el Cordero. 23 La ciudad no tiene necesidad de que el sol y la luna brillen en ella, porque la ilumina la gloria de Dios y el Cordero es su lumbrera. 24 Las naciones caminarán a la luz de ella, y los reyes de la tierra traerán a ella sus riquezas y su honra. 25 Sus puertas jamás serán cerradas de día, y en ella no habrá noche. 26 A ella serán llevadas las riquezas y la honra de las naciones, 27 y no entrará en ella nada que sea impuro, o detestable, o falso, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Apocalipsis 21.1
Apocalipsis 21.1

Cae la noche – Devociones – 29 de diciembre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Apocalipsis 20

Los mil años

Vi entonces que un ángel descendía del cielo. Llevaba en su mano la llave del abismo y una gran cadena.Apresó al dragón, que es la serpiente antigua, y que es también el Diablo y Satanás, y lo ató durante mil años; luego lo arrojó al abismo y lo encerró, y selló la puerta, para que no volviera a engañar a las naciones hasta el cabo de los mil años. Después de esto es necesario que se le suelte por un poco de tiempo.

Vi entonces unos tronos, y sobre ellos estaban sentados los que recibieron la autoridad para juzgar. También vi las almas de los que fueron decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios. Ellos son los que nunca adoraron a la bestia ni a su imagen, ni aceptaron jamás llevar su marca en la frente ni en las manos; y éstos volvieron a vivir y reinaron con Cristo durante mil años. Ésta es la primera resurrección. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron los mil años.Bienaventurados y santos son los que tienen parte en la primera resurrección, pues la segunda muerte no tiene poder sobre ellos; al contrario, serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él durante mil años.

Al cabo de los mil años, Satanás fue puesto en libertad de su prisión, y salió a engañar a las naciones que están en los cuatro extremos de la tierra, y a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla. ¡Su número era incontable, como la arena del mar! Y subieron por todo lo ancho de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero del cielo cayó fuego y los consumió. 10 El diablo, que los había engañado, fue lanzado al lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta. Y allí serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

El juicio ante el gran trono blanco

11 Vi también un gran trono blanco, y al que estaba sentado en él. De su presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se volvió a hallar su lugar. 12 Vi entonces de pie, ante Dios, a los muertos, grandes y pequeños. Unos libros fueron abiertos, y después otro más, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados conforme a sus obras y conforme a lo que estaba anotado en los libros. 13 El mar entregó los muertos que yacían en él; también la muerte y el Hades entregaron los muertos que yacían con ellos, y cada uno fue juzgado conforme a sus obras. 14 Luego la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Ésta es la muerte segunda. 15 Todos los que no tenían su nombre registrado en el libro de la vida fueron lanzados al lago de fuego.

Apocalipsis 20.14
Apocalipsis 20.14

Cae la noche – Devociones – 28 de diciembre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Apocalipsis 19

Alabanzas en el cielo

Después de esto, oí en el cielo la potente voz de una gran multitud que decía: «¡Aleluya! La salvación, la honra, la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son justos y verdaderos. Ha condenado a la gran ramera, que con su inmoralidad sexual ha corrompido a la tierra, y ha vengado la sangre de sus siervos, que fue derramada por ella.» Y una vez más dijeron: «¡Aleluya! El humo de ella sube por los siglos de los siglos.» Los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se inclinaron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, mientras decían: «¡Amén! ¡Aleluya!» Del trono salió entonces una voz, que decía: «¡Alaben a nuestro Dios todos sus siervos, los que le temen, los grandes y los pequeños!» También oí una voz que parecía el rumor de una gran multitud, o el estruendo de muchas aguas, o el resonar de poderosos truenos, y decía: «¡Aleluya! ¡Reina ya el Señor, nuestro Dios Todopoderoso! ¡Regocijémonos y alegrémonos y démosle gloria! ¡Ha llegado el momento de las bodas del Cordero! Ya su esposa se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y refulgente.» Y es que el lino fino simboliza las acciones justas de los santos.

La cena de las bodas del Cordero

Entonces el ángel me dijo: «Escribe: “Bienaventurados los que han sido invitados a la cena de las bodas del Cordero.”» Y también me dijo: «Éstas son palabras verdaderas de Dios.» 10 Yo me postré a sus pies para adorarlo, pero él me dijo: «¡No hagas eso! Yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios. Pues el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.

El jinete del caballo blanco

11 Entonces vi que el cielo se había abierto, y que allí aparecía un caballo blanco. El nombre del que lo montaba es Fiel y Verdadero, el que juzga y pelea con justicia. 12 Sus ojos parecían dos llamas de fuego, y en su cabeza había muchas diademas, y tenía inscrito un nombre que sólo él conocía. 13 La ropa que vestía estaba teñida de sangre, y su nombre es: «El verbo de Dios.» 14 Iba seguido de los ejércitos celestiales, que montaban caballos blancos y vestían lino finísimo, blanco y limpio. 15 De su boca salía una espada afilada, para herir con ella a las naciones. Él las gobernará con cetro de hierro; y pisará el lagar del ardiente vino de la ira del Dios Todopoderoso. 16 En su manto y en su muslo lleva inscrito este nombre: «Rey de reyes y Señor de señores.»

17 Vi entonces que un ángel estaba de pie en el sol, y que con voz potente les decía a todas las aves que surcan los cielos: «Vengan ya; júntense para la gran cena de Dios, 18 para que devoren los cadáveres de reyes, capitanes y poderosos; los cadáveres de caballos y de jinetes, ¡los cadáveres de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes!» 19 Vi entonces que la bestia y los reyes de la tierra y sus ejércitos se reunían para luchar contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. 20 Pero la bestia fue apresada, y también el falso profeta que había hecho señales milagrosas delante de ella, con las que había engañado a los que recibieron la marca de la bestia y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos a un lago de fuego que arde con azufre. 21 Los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron devorando sus cadáveres.

Apocalipsis 19.9
Apocalipsis 19.9