Yo soy: Un sermón sobre Mateo 14.22-36

Yo soy” es el título de este bosquejo de sermón listo para predicar, basado en Mateo 14.22-36.

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Texto: Mateo 14:22-36

Yo soy - Mateo 14.30
Mateo 14.30

Tema: La presencia del Cristo resucitado capacita a la iglesia para enfrentar y derrotar a las fuerzas del caos y la muerte.

Área: Cuidado pastoral

Propósito: Llamar a la audiencia a poner la vista en Jesús.

Clasificación: Expositivo

Lógica: Deductiva

Introducción

En ocasiones nuestra lectura de la Biblia se queda en la superficie. No nos damos cuenta de que los ecos de y las referencias a otros pasajes de la Escritura. Tomando esto en cuenta, vamos a tratar de hacer una lectura más profunda de Mateo 14.22-36.

Puntos a desarrollar

A. La súbita tormenta

  1. El pasaje relata la segunda ocasión en la cual Jesús calma la tempestad en Mateo. La primera vez Jesús se encontraba con sus discípulos en la barca (8.23-27). La segunda, los discípulos se encontraban solos, pues Jesús se había quedado en la orilla orar.
  2. Era común encontrar tormentas súbitas en el Mar de Galilea.
  3. El mar representa a las aguas del caos (Gn. 1.1-10; 7.11; Sal. 18.15-16; 69, 1-3; 107:23-32; 144.5-8). La barca representa a la iglesia que se enfrenta sola a los sufrimientos y la tortura (gr. “basanizo”).

B. Jesús camina sobre las aguas

  1. Los discípulos ven a Jesús caminando sobre las aguas. Se aterrorizan pensando que era un fantasma.
  2. La caminata tiene un valor simbólico. En el AT encontramos varias referencias al dominio divino sobre las aguas del caos (Espíritu Santo: Gn. 1.1-2 / Dios: Job. 9.8; 38.16; Sal. 77.19; Is. 43:16; 51.9-10; Hab. 3.5).
  3. Del mismo modo, las palabras de Jesús tienen un valor simbólico. Jesús dice “Yo soy” en referencia directa a la revelación de Dios a Moisés en el monte Sinaí (Ex. 3). Por lo tanto, también hace referencia a los muchos “Yo soy” de Isaías 40 en adelante. De aquí que lo normal es esperar una palabra de salvación después de la frase.

C. La respuesta de los discípulos

  1. Los discípulos contestan con temor y duda. Pedro, representando a los demás, cuestiona la veracidad de la presencia de Jesús.
  2. Pedro se hundió rápidamente. La clave para entender su fracaso está en el verbo gr. “distazo”, que quiere decir literalmente tratar de mirar dos cosas a la vez. Por eso, se traduce como dudar, tener la mente dividida  o ser de doble ánimo. Por lo tanto, Pedro se hunde porque su mirada alterna entre Jesús y la tormenta.
  3. Después que Jesús sube a la barca, el viento cesa y los discípulos adoran a Jesús.

Conclusión

Este texto es mucho más que una historia de milagro. Es una alegoría donde la barca representa la iglesia; y la tormenta representa la persecución y el sufrimiento. Pedro representa a los discípulos que dudan de la presencia divina y abandonan a la comunidad de fe porque cuestionan la presencia de Dios en sus medios. La única constante es Jesús, como mediador de la presencia divina que salva y transforma la humanidad.

Quiera el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que calma la tormenta capacitarnos para proclamar el Evangelio aún cuando tengamos que enfrentar los ataques de las fuerzas del mal, del pecado y la muerte.

Vea otros sermones sobre el Evangelio según San Mateo

¡Sálvame! Un sermón sobre Mateo 14.22-36

Un sermón narrativo sobre el episodio donde Jesús camina sobre las aguas y calma la tempestad (Mateo 14.22-36).

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Mateo 14.30
Mateo 14.30

Cae la noche – Devociones – 22 de enero

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios. Leamos una porción bíblica y oremos al Señor.

Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

22 Enseguida, Jesús hizo que sus discípulos entraran en la barca y que se adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud. 23 Luego de despedir a la gente, subió al monte a orar aparte. Cuando llegó la noche, Jesús estaba allí solo. 24 La barca ya estaba a la mitad del lago, azotada por las olas, porque tenían el viento en contra. 25 Pero ya cerca del amanecer Jesús fue hacia ellos caminando sobre las aguas. 26 Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre las aguas, se asustaron y, llenos de miedo, gritaron: «¡Un fantasma!» 27 Pero enseguida Jesús les dijo: «¡Ánimo! ¡Soy yo! ¡No tengan miedo!»

28 Pedro le dijo: «Señor, si eres tú, manda que yo vaya hacia ti sobre las aguas.» 29 Y él le dijo: «Ven.» Entonces Pedro salió de la barca y comenzó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús. 30 Pero al sentir la fuerza del viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: «¡Señor, sálvame!» 31 Al momento, Jesús extendió la mano y, mientras lo sostenía, le dijo: «¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?» 32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Entonces los que estaban en la barca se acercaron y lo adoraron, diciendo: «Verdaderamente, tú eres Hijo de Dios.»

34 Terminada la travesía, fueron a la tierra de Genesaret, 35 y cuando la gente de aquel lugar lo reconoció, lo hizo saber por toda aquella tierra. Entonces le llevaron todos los enfermos 36 y le rogaban que los dejara tocar al menos el borde de su manto. ¡Y todos los que lo tocaban quedaban sanos!

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Cae la noche - Mateo 14.30
Cae la noche – Mateo 14.30

Cae la noche – Devociones – 21 de enero

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Mateo 14.1-21

Muerte de Juan el Bautista

Por esos días Herodes el tetrarca se enteró de la fama de Jesús, y les dijo a sus criados: «Éste es Juan el Bautista, que ha resucitado de los muertos. Por eso operan en él estos poderes.» Y es que Herodes había aprehendido a Juan, y lo había encadenado y metido en la cárcel. Lo había hecho por causa de Herodías, la mujer de Felipe su hermano, pues Juan le decía: «No te es lícito tenerla.» Herodes quería matarlo, pero tenía miedo porque la gente veía a Juan como un profeta. En el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y tanto agradó esto a Herodes que bajo juramento prometió darle todo lo que ella le pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: «Entrégame aquí, en un plato, la cabeza de Juan el Bautista.»Esto entristeció mucho al rey, pero a causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se le concediera su deseo 10 y ordenó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Llevaron entonces la cabeza de Juan en un plato, y se la dieron a la muchacha; y ella se la entregó a su madre. 12 Más tarde, los discípulos de Juan fueron y tomaron el cuerpo, lo enterraron y fueron a darle las noticias a Jesús.

Alimentación de los cinco mil

13 Cuando Jesús se enteró, se fue de allí en una barca, a un lugar apartado. Cuando la gente lo supo, lo siguió a pie desde las ciudades. 14 Cuando Jesús salió de la barca y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos y sanó a los que estaban enfermos. 15 Ya anochecía cuando sus discípulos se acercaron a él y le dijeron: «Ya es muy tarde, y en este lugar no hay nada. Despide a toda esta gente, para que vayan a las aldeas y compren de comer.» 16 Jesús les dijo: «No tienen por qué irse. Denles ustedes de comer.» 17 Ellos le dijeron: «Aquí tenemos sólo cinco panes y dos pescados.» 18 Él les dijo: «Tráiganmelos acá.» 19 Mandó entonces a la gente que se recostara sobre la hierba. Tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo los bendijo, los partió, y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud. 20 Todos comieron, y quedaron satisfechos; y de lo que sobró se recogieron doce cestas llenas. 21 Los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y los niños.

Mateo 14.14
Mateo 14.14