La viña no está en venta

Un sermón narrativo sobre la historia de la viña de Nabot, enfocado en el tema de la integridad, según se narra en 1 Reyes 21.1-14.

©Pablo A. Jiménez

Es una historia sencilla. Por un lado, tenemos al hombre más poderoso del país. Por otro lado, tenemos a un hombre del pueblo, aferrado por sus valores. 

El hombre poderoso es Acab, el rey de Samaria, el reino del norte. Acab, quien era hijo del rey Omrí, gobernó a principios del noveno siglo a.c. (1 Reyes 16.29). Se casó con Jezabel, una princesa extranjera, proveniente de Sidón, una ciudad fenicia. Se cree que Jezabel era devota de Baal y que quizás fue hasta sacerdotisa del culto a esa divinidad (16.31). 

De acuerdo al relato bíblico, Acab fue un rey malvado, que vivió muy lejos del Dios de Israel (16.30). En lugar de honrar el pacto entre Dios e Israel, Acab construyó un templo a Baal en la ciudad de Samaria, la capital de su reino (16.32).

En respuesta a los excesos de Acab, Dios levantó al profeta Elías, quien confrontó al rey con su pecado (17.1). Es en ese contexto que ocurre una confrontación entre Elías y un grupo de falsos profetas que adoraban a Baal (18.20-40). Aunque Elías llevó la mejor parte en esta confrontación, Acab y su esposa Jezabel siguieron por sus malos caminos, violando el pacto entre Dios y el pueblo de Israel y haciendo sufrir al pueblo.

Pero les dije al principio que esta es la historia de una confrontación entre Acab y un hombre del pueblo. Ese hombre se llamaba Nabot. 

Nabot vivía en el valle de Jezreel. Allí tenía una propiedad que, para su desgracia, colindaba con la residencia de verano del rey (21,1). Esa era su única virtud y su único pecado, tener un terreno hermoso sembrado de uvas cerca de la casa del rey.

Un buen día, Acab habla con Nabot y le propone un negocio. Acab desea adquirir la viña de Nabot y está dispuesto a comprarlo o a darle otro terreno a cambio (21.2). Para nosotros, quienes leemos el texto bíblico con ojos contemporáneos, la propuesta de Acab no tiene nada extraño. Es una simple transacción comercial de bienes raíces, como cualquier otra. 

Sin embargo, en el antiguo Israel el ofrecimiento de Acab tenía otras implicaciones. De acuerdo a la tradición hebrea, la tierra le pertenecía primeramente a Dios y, en segundo lugar, a la tribu o al clan a quien Dios la había dado. Es decir, las propiedades eran patrimonios familiares, por lo que una sola persona no podía tomar la decisión de venderla. Quien vendía su tierra renunciaba a la herencia recibida de su padre y de su madre y malversaba la herencia que debía dejar a sus hijos e hijas. Por eso, el Antiguo Testamento prohíbe la venta de la tierra en pasaje bíblicos tales como Levítico 25.23: “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es, y vosotros como extranjeros y forasteros son para mí” (véase, además, Nm 27.7-11, 36.1-12 y Dt 19.14).

Nabot, pues, rechaza tajantemente la oferta del rey Acab, diciendo: “¡Líbreme Jehová de darte yo la heredad de mis padres!” (21.3). Nabot rechaza la oferta del rey porque es obediente al pacto con el Dios de Israel. Nabot prefiere obedecer a Dios antes que a los hombres (compare con Hch 4.19). 

Como es de esperar, Nabot reacciona como el niño malcriado que era. El rey está acostumbrado a que la gente le obedeciera, fuera por respeto o por temor. Por eso, reacciona a la negativa de Nabot llegando a su casa triste y enojado (21.4). Cuando su esposa lo vio en la cama, a donde se había ido sin cenar, le preguntó: “¿Por qué estás tan decaído de espíritu y no comes?” (21.5). Acab le explicó que le había hecho una oferta muy generosa a Nabot, quien le había rechazado diciendo: “Yo no te daré mi viña” (21.6).

Jezabel respondió al berrinche del rey con palabras muy duras: “¿No eres acaso tú el rey de Israel? Levántate. Come y alégrate; yo te daré la viña de Nabot de Jezreel” (21-7). De inmediato, la reina organizó una conspiración en contra de Nabot. Jezabel escribió cartas, a nombre de Acab, ordenando que testigos falsos acusaran a Nabot de blasfemia; de maldecir a Dios y de maldecir al rey (21.8-9). 

Noten la ironía de esta escena. El hombre fiel al pacto con Dios es acusado de infidelidad y la reina extranjera adoradora de Baal escribe cartas defendiendo el honor de un rey corrupto. Jezabel le “fabricó un caso” falso a Nabot, acusándole de un crimen capital por el que se pagaba con la muerte.

Engañados por la astucia de la reina extranjera, los líderes de la ciudad juzgan a Nabot y, sobre la base del testimonio de dos testigos falsos, apedrean a Nabot hasta la muerte (21.11-14). Claro está, Nabot hubiera podido salvar su vida cediendo a la presión. Con toda seguridad, el rey hubiera abogado a su favor si Nabot hubiera concedido sus deseos. 

No obstante, Nabot no cedió ante los caprichos de Acab y de Jezabel. Aun bajo amenazas de muerte, Nabot persistió en su integridad: La viña no está en venta.

Aunque me presiones, la viña no está en venta.

Aunque me acuses falsamente, la viña no está en venta.

Aunque levantes testigos falsos en mi contra, la viña no está en venta.

Aunque me fabriques un caso capital, la viña no está en venta.

Aunque me mates, la viña no está en venta.

La viña no está en venta porque el pacto no está en venta. No puedo vender la viña porque eso sería una violación a los mandatos divinos. No puedo venderla porque mis principios no están en venta. No voy a vender porque prefiero obedecer al Dios del cielo antes que a los reyes corruptos de este mundo.

Y la sangre de Nabot nos habla, como la de Abel, desde la tumba. Nos llama a la integridad y al compromiso. Nos llama a examinar nuestra fidelidad a Dios y a la comunidad de fe. Nos llama a examinar nuestras vidas a la luz de la fe. La sangre inocente de Nabot nos habla y nos recuerda que tenemos una herencia espiritual. Nuestros padres y nuestras madres en la fe nos dejaron una herencia viva (véase 1 P 1.3). Y nosotros tenemos la responsabilidad de legar esa herencia a nuestros hijos y a nuestras hijas, a nuestros nietos y a nuestras nietas.

El ejemplo de Nabot nos desafía, pues, a vivir en integridad moral y espiritual. Ante las presiones de este mundo, ante las seducciones de la sociedad, y ante las ofertas de la corrupción, debemos tener solo una respuesta: “la viña no esté en venta”.

La viña de Nabot
La viña no está en venta
Integridad
La viña no está en venta

El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez se reserva todos los derechos de publicación de estos materiales. Queda prohibida cualquier forma de reproducción total o parcial, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sin la debida autorización del autor. Para solicitar los permisos correspondientes, contacte al autor.

Use el siguiente formato para citar este artículo: Pablo A. Jiménez, “La viña no está en venta”, DrPabloJimenez.com. Accedido el ** de ** de 20**. Disponible en: https://www.drpablojimenez.com/2024/04/14/la-vina-no-esta-en-venta/

Vea otros sermones sobre el Antiguo Testamento

Restauración: Testimonio del apóstol Pedro

Un sermón narrativo en primera persona sobre el testimonio del apóstol Pedro, de acuerdo con el Evangelio según San Juan.


Restauración: El testimonio del Apóstol Pedro


Reseña del sermón titulado “Restauración, El testimonio del apóstol Pedro”

Por Yeury Ferreira

El sermón “Restauración” por Pablo A. Jiménez se enfoca en el poder restaurador de Jesús a través del testimonio de Pedro, desde su llamado inicial hasta su restauración tras negar a Jesús. El sermón utiliza la narrativa bíblica, comenzando con el encuentro de Pedro con Jesús y siguiendo su viaje de fe, incluyendo su liderazgo entre los discípulos, su falla durante la crucifixión de Jesús, y su restauración final por Jesús después de la resurrección. Este recorrido destaca la capacidad de Jesús para transformar y restaurar la vida espiritual, presentando a Pedro como un ejemplo de cómo la gracia puede superar la falla y el arrepentimiento conduce a la renovación. Ahora, destaquemos cinco comentarios positivos y relevantes tanto del contenido como de la técnica homilética utilizada:

  • Uso de la narrativa en primera persona: La técnica de narrar el sermón desde la perspectiva de Pedro permite una inmersión profunda y personal en la historia, facilitando la identificación del oyente con las experiencias de Pedro. Esta aproximación narrativa en primera persona hace que el mensaje sea más accesible y emotivo.
  • Enfoque en la restauración: La idea central de que Jesús puede y quiere restaurar nuestra vida espiritual es un mensaje de esperanza universalmente relevante. La historia de Pedro sirve como un poderoso testimonio del amor incondicional y la gracia restauradora de Jesús, ofreciendo consuelo y esperanza a los oyentes que enfrentan sus propias luchas espirituales.
  • Inclusión de detalles bíblicos y culturales: El sermón se enriquece con detalles bíblicos y contextuales que profundizan la comprensión de la historia de Pedro. La explicación de los nombres, los rituales, y las costumbres de la época aporta una capa adicional de significado y autenticidad al relato.
  • Aplicación práctica y personal: Al final del sermón, se hace un llamado directo a la audiencia, invitándola a experimentar la misma restauración que Pedro. Este llamado a la acción personaliza el mensaje, alentando a los oyentes a reflexionar sobre su propia vida espiritual y a buscar su propia restauración en Jesús.
  • Estructura clara y fluidez narrativa: El sermón está bien estructurado, siguiendo una línea narrativa clara que guía a los oyentes a través de los eventos de la vida de Pedro de manera lógica y emotiva. La fluidez de la narración mantiene el interés y facilita la comprensión del mensaje central.

Estos aspectos destacan la efectividad del sermón en comunicar su mensaje central de restauración y transformación espiritual a través de una técnica homilética narrativa e inmersiva.

Restauración - El testimonio del Apóstol Pedro
Un sermón narrativo
Vea nuestra sección de sermones narrativos

El desafío de la estrella

“El desafío de la estrella” es un sermón narrativo, en primera persona, sobre el relato de los Magos que aparece en Mateo 2.1-11.

Audio

Vídeo

“El desafío de la estrella” enfoca en la historia bíblica de los Magos y su viaje para encontrar a Jesús, interpretada desde una perspectiva científica y espiritual. Su idea central es que Jesús es el Mesías, y su propósito es ilustrar este relato bíblico de una manera narrativa y en primera persona, coincidiendo con la celebración del Día de Reyes o el Día de la Epifanía.

El narrador se describe como un hombre de ciencias criado en Persia, influenciado por la doctrina de Zaratustra (Zoroastro), que enseña sobre la lucha entre el bien y el mal, representada por Ahura Mazda y Angra Mainyu (Ahrimán), respectivamente. Esta visión del mundo le lleva a estudiar las estrellas, donde descubre un astro peculiar que lo lleva a investigar más.

A través del estudio de la estrella y las escrituras hebreas, el narrador experimenta una crisis de fe, ya que su devoción a Ahura Mazda se ve desafiada por las enseñanzas del Dios de Israel. Esta búsqueda lo lleva a un entendimiento más profundo de Dios, viéndolo como la única divinidad verdadera y la luz del mundo, según las escrituras hebreas.

Junto con otros sabios, sigue la estrella hasta Judea, buscando al nuevo rey prometido. Al llegar a Jerusalén, se encuentran con el rey Herodes, quien se muestra perturbado por su búsqueda y les pide que le informen sobre el paradero del niño. Sospechando las intenciones de Herodes, los Magos siguen la estrella hasta Belén, donde encuentran a Jesús con María y José. Los Magos experimentan una revelación espiritual al ver al niño, reconociéndolo como el Mesías, y le presentan regalos simbólicos.

El relato concluye con los Magos evitando a Herodes y regresando a sus hogares por otro camino, convencidos de la divinidad de Jesús y transformados por su encuentro. El narrador afirma su fe en Jesús como el salvador de la humanidad, destacando cómo este encuentro cambió su vida y puede cambiar la de toda persona que le busque con fe.

El desafío de la estrella - Reyes Magos - Mateo 2
Vea otros materiales apropiados para Navidad, Despedida de Año y Epifanía (Reyes)

Como clasificar sermones – Prediquemos

PREDIQUEMOS es un video y audio podcast dedicado al estudio y la exposición de la predicación, el liderazgo y la teología pastoral.

¿Cuántos tipos de sermones existen? ¿Cómo podemos clasificarlos? ¿Cuáles son sus características básicas? ¿Cuáles son sus propósitos? En este episodio de PREDIQUEMOS el Dr. Pablo A. Jiménez define este importante concepto. Incluimos tanto el audio como el vídeo de este episodio.

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Redes al mar (Lucas 5.1-11)

Un sermón sobre Lucas 5.1-11, el relato de «La Pesca Milagrosa». 

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Milagros, Parábolas e Historias de Llamamiento Profético

Aspectos bíblicos del sermón narrativo

por Pablo A. Jiménez

Introducción

En artículos anteriores hemos tratado el tema del sermón narrativo. En dichos artículos sugerimos que nuestros sermones narrativos pueden seguir la estructura del cuento corto: marco escénico, trama, punto culminante y desenlace. Ahora bien, hay otras alternativas para diseñar sermones narrativos. Específicamente, podemos seguir la forma y la estructura literaria del pasaje bíblico que deseamos predicar.

En esta ocasión, presentamos algunas sugerencias sobre cómo predicar sermones sobre tres tipos de narrativas bíblicas: las historias de milagros, las parábolas y las historias de llamamiento profético. Veamos, pues, cómo podemos diseñar sermones sobre estos tipos de literatura bíblica.

Cómo predicar las historias de milagros

En los evangelios encontramos dos tipos principales de historias de milagros: los milagros de sanidad y los exorcismos. Estas historias de milagros tienen cuatro componentes principales. Por regla general, los milagros comienzan describiendo la situación que requiere la intervención milagrosa. Es decir, nos indican cuál es el problema que afecta a la persona: si es leprosa, si está endemoniada o si  tiene un familiar gravemente enfermo. Pasa entonces a narrar el encuentro entre las personas necesitadas y el «agente» que Dios utilizará para llevar a cabo el milagro. En el Antiguo Testamento, los agentes divinos son los profetas, mientras que en el Nuevo, Jesús lleva a cabo los milagros en los Evangelios y los apóstoles en el libro de los Hechos. Después del encuentro, ocurre el milagro como tal y se presenta la evidencia de que la necesidad ha sido resuelta. 

Este sermón sigue el siguiente bosquejo:

I. Descripción de la necesidad

II. Encuentro con el agente divino

III. El milagro o exorcismo

IV. La evidencia de que el milagro ha ocurrido

Casi todos los milagros que narra el evangelio de Marcos le añaden un quinto elemento a las historias de milagro. Este elemento es el asombro de la multitud. En ocasiones, Jesús responde ante tal asombro indicándole a sus discípulos que no deben decir que él es el Mesías enviado por Dios (esto se conoce como el «Secreto Mesiánico»). En ocasiones, los milagros narrados por Mateo y Lucas también incluyen este quinto elemento.

Cómo predicar las parábolas

Las parábolas tienen una estructura muy sencilla. La misma tiene tres partes: marco escénico, trama y desenlace sorpresivo. Este desenlace sorpresivo sustituye al punto culminante y al desenlace que encontramos en el cuento corto. Como regla general, en estos finales sorpresivos se «invierten» algunos elementos de la historia. Por ejemplo, el hijo perdido vuelve, la oveja perdida regresa  al redil o la semilla da muchísimo más fruto de lo esperado. 

Este sería el modelo a seguir para predicar una parábola:

I. Marco escénico

II. Trama

III. Desenlace sorpresivo

La gran dificultad que encontramos al predicar las parábolas hoy es que nuestras congregaciones conocen muy bien cómo terminan estas historias. Por lo tanto, es difícil lograr el efecto sorpresivo que tanto necesitamos para predicar las parábolas en forma efectiva. Lo ideal es estudiar bien las parábolas hasta comprender en qué radicaba tal sorpresa y tratar de darle a la conclusión de nuestro sermón un sabor contemporáneo que recupere tal efecto. 

O, para decirlo con más claridad, si la gente se escandalizaba al escuchar una parábola, nosotros no podemos predicarla hasta que comprendamos por qué era escandalosa.

Cómo predicar las historias de llamamiento profético

Las historias de llamamiento profético aparecen mayormente en el Antiguo Testamento. Sin embargo, podemos encontrar algunas de estas historias en el Evangelio de Lucas–como la anunciación a María (Lucas 1.26-38) y la pesca milagrosa (Lucas 5.1-11)–y en el libro de los Hechos de los Apóstoles–como la conversión de Pablo (Hechos 9.1-6). Lo que distingue estas historias es que la persona llamada por Dios se resiste al llamado divino. Por eso Isaías afirma ser un hombre de labios inmundos (Isaías 6.5) y Jeremías trata de evadir el llamado divino afirmando ser sólo un niño (Jeremías 1). 

Un bosquejo sermonario basado en esta forma tendría la siguiente estructura:

I. Introducción

II. Confrontación: Encuentro del personaje bíblico con Dios o con el agente divino (un ángel o Jesucristo resucitado).

III. Comisión: Llamamiento al ministerio (profético)

IV. Protesta: La persona llamada expresa dudas sobre su propia capacidad para llevar a cabo la tarea que le ha sido asignada.

V. Reacción divina: Dios afirma su llamamiento mediante una promesa de salvación y un acto milagroso que le sirve de señal al profeta.

VI. Conclusión 

Al predicar estas historias de llamamiento profético debemos comparar las objeciones que presentan los personajes bíblicos con las excusas que los seres humanos continuamente presentamos al llamamiento que Dios nos hace hoy día.

Conclusión

Ofrecemos estas ideas con la esperanza de animar a quienes desean practicar el arte de la predicación narrativa. Aunque estos apuntes son breves, esperamos que los mismos le motiven a continuar el estudio y la práctica de este tipo de predicación. 


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El sermón narrativo

Por Pablo A. Jiménez

Un ensayo que explica qué es el sermón narrativo y ofrece consejos prácticos para el diseño diseño de bosquejos homiléticos narrativos.

Introducción

El sermón narrativo es aquel que presenta un aspecto del mensaje de una porción de las Sagradas Escrituras por medio de una o más historias. Es decir, este sermón transmite el mensaje por medio de la narración. La función de este tipo de sermón es involucrar a la audiencia en la narración de tal manera que se pueda identificar con la historia y pueda experimentar el mensaje del texto. Esto se hace posible por las características particulares que tiene el fenómeno de la narración.

Las virtudes del sermón narrativo son muchas. En primer lugar, despierta el interés de la audiencia; atrae y mantiene el interés a lo largo de la presentación. Segundo, guía la imaginación de los y las oyentes, de tal manera que las imágenes, ilustraciones e ideas presentadas en el sermón sean más llamativas y reales. Tercero, el sermón narrativo da viveza a la experiencia narrada. La historia facilita que la congregación se identifique con los personajes y, por lo tanto, que «viva» la experiencia que escucha. Cuarto, la narración creativa y bien ejecutada puede darle un sabor contemporáneo a la tradición bíblica, estableciendo un puente para que quien escucha pueda salvar la distancia entre la historia bíblica y el momento actual.

Podemos decir que el propósito del sermón narrativo es que la audiencia identifique su historia, tanto personal como colectiva, con la historia que narramos. En este sentido, la predicación narrativa trasciende los detalles de la historia bíblica que podamos narrar. En este tipo de predicación proclamamos una «historia compartida» donde se entrelazan la historia bíblica, la historia de la Iglesia, la historia personal de quien predica y la historia personal de cada oyente.

Cómo diseñar el sermón narrativo

Podemos crear sermones narrativos siguiendo la estructura de un cuento corto. Como es bien sabido, un cuento corto tiene cuatro partes principales.

  • Marco escénico: En esta sección se presentan tanto los personajes como el problema o discrepancia que da pie a la acción.
  • Trama: Aquí encontramos el desarrollo de la acción. En esta parte la tensión narrativa aumenta a medida que los hilos narrativos se entrelazan y la situación se va complicando.
  • Punto culminante o «climax»: Este es el momento donde la tensión narrativa llega a su punto más alto. Desde este momento, comenzamos a vislumbrar el desenlace de la situación.
  • Desenlace: En este punto la tensión narrativa se disipa y la situación problemática comienza a resolverse.

El bosquejo más efectivo para predicar el sermón narrativo es el que reproduce la estructura del cuento corto. En lugar de comenzar con una introducción similar a la del sermón tradicional, empieza indicando el marco escénico de la historia. En vez de emplear «puntos» en el desarrollo del sermón, tiene una sección donde narra la trama y otra donde presenta el punto culminante de la historia. Finalmente, en vez de una conclusión, cuenta el desenlace de la historia.

Por lo tanto, el bosquejo del sermón narrativo luce de la siguiente manera:

  • Marco escénico
  • Trama
    • Episodio #1
    • Episodio #2 
    • Episodio #3
  • Punto culminante 
  • Desenlace

El elemento más importante de la historia es la trama. Es crucial describir adecuadamente cómo la historia central se complica, afectando a todos los personajes. Por eso, podemos afirmar que toda historia presenta uno o más problemas que deben ser resueltos. Si tomamos esta idea como punto de partida, podemos desarrollar sermones narrativos que comiencen describiendo un problema que necesita solución.

Dicho problema o discrepancia se complica a medida que avanza la historia. En el punto culminante de la historia se presentan nuevas perspectivas sobre el problema. El sermón termina narrando cómo se soluciona el problema. 

Sobre el sermón narrativo, en Prediquemos
Prediquemos

Podemos bosquejar este tipo de sermón de la siguiente manera:

  • Identifique el problema
  • Explique el problema, narrando los distintos episodios de la historia
    • Episodio #1
    • Episodio #2
    • Episodio #3
  • Ofrezca una nueva perspectiva sobre el problema
  • Solucione el problema 

Aunque lo ideal es tomar historias bíblicas como base para nuestros sermones, también podemos usar otras historias, que no se encuentran en la Biblia, como imágenes centrales del sermón. Esta variante narra episodios de la historia de la Iglesia, de la historia contemporánea o de la historia personal de quien predica con el propósito de ilustrar una doctrina cristiana o la idea central de un pasaje bíblico. Además, debe ser una historia impresionante y pertinente. Claro está, la dificultad con este tipo de sermón estriba en encontrar una historia extraordinaria que cumpla con todos los requisitos mencionados anteriormente. 

En este tipo de sermón, los comentarios que interpretan y contextualizan la historia se ofrecen a lo largo de la narración. La idea es entremezclar estos comentarios con la narración, de manera que su significado sea evidente. El mensaje central de la historia se presenta hacia el final del sermón, sea en el punto culminante o en el desenlace de la historia.

Conclusión

Esperamos que estas ideas les ayuden a diseñar sermones narrativos que exploren el mensaje de las muchas historias que encontramos en las Sagradas Escrituras. 

Vea varios modelos de sermones narrativos
Vea otros materiales sobre teoría homilética

Con vino y aceite (Lucas 10.25-37)

Un sermón narrativo, en primera persona, sobre la Parábola del Buen Samaritano (Lucas 10.25-37).

Audio: 

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YouTube: 

Vea otros sermones narrativos.

Predicación Siglo XXI
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Introducción a la predicación narrativa

Materiales básicos para el estudio de la Predicación Narrativa.

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Ensayos:

Vea otros materiales sobre teoría homilética.

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Bendito el que viene – Un sermón para el Domingo de Ramos

Un sermón para el Domingo de Ramos, de la Semana Santa, basado en Lucas 19.28-40, predicado por el Dr. Pablo A. Jiménez.

Texto: Lucas 19:28-40

Tema: En la Entrada Triunfal, Dios viene a nuestro encuentro en la persona de Jesucristo, propiciando un momento de juicio y decisión.

Área: Evangelización

Propósito: Que la audiencia se sienta emplazada por la iniciativa salvífica de Dios.

Diseño: Narrativo, en ocasión del Domingo de Ramos, Semana Santa

Lógica: Inductiva


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Manuscrito del Sermón – Domingo de Ramos – Semana Santa

Para establecer el tono

Hay cosas inevitables; cosas que sabemos que vamos a enfrentar. Lo inevitable por excelencia: La muerte. Aun hay personas que perciben tener una cita con la muerte. Saben que la muerte, hermosa y atrevida, les coquetea y les ronda. Saben que la muerte tiene una cita con ellas.

Los profetas, en general, se saben condenados por hablar con la verdad, por decir lo que Dios ha puesto en su alma. Así el Dr. Martín Luther King, poco tiempo antes de su asesinato, predicó el sermón titulado “El tambor principal”. En él, Dr. King decía que la lucha por los derechos civiles no debía terminar con su muerte, pues él sólo era el tamborilero principal en la marcha.

En adición a esto, podemos decir que hay lugares, que nos huelen a encuentro; lugares donde sabemos que encontramos algo que transformará nuestras vidas. Para usted, ese lugar puede ser esta Iglesia, en esta hora. Para Jesús, ese lugar fue Jerusalén.

Marco escénico

Los eventos de este día de entrada triunfal , ocurren en Jerusalén, y esto no es casualidad. Para Lucas, Jerusalén es la ciudad de encuentro; el espacio vital y sagrado donde Dios viene a encontrarse en forma definitiva con la humanidad.

  1. El Evangelio de Lucas, comienza en Jerusalén, narrando como un ángel del Señor se le aparece a Zacarías en el templo y le indica que su esposa, Elizabet, tendría un niño de nombre Juan (1:5-25).
  2. Después de nacer el niño Jesús, sus padres le llevan al Templo en Jerusalén (1:21-38) donde un hombre justo y piadoso llamado Simeón, bendice a Dios al ver la salvación del mundo en la figura de aquel bebé.
  3. En Lucas, la última de las tentaciones es aquella donde Jesús es llevado al pináculo del templo y es tentado a echarse abajo (4:9-13).
  4. En Lucas 9:51, el texto nos dice que cuando se cumplió el tiempo en que Jesús había de ser recibido por Dios, “afirmó su rostro” para ir a Jerusalén.

Así el cuadro está claro: Jesús tiene una cita con su destino; Jesús tiene una cita con su misión. La hora es ya, y el lugar de encuentro es Jerusalén. En Jesús, Dios mismo viene a visitar a su pueblo, a enfrentarle y a llevarlos a una toma de decisión.

Y ese momento salvífico se está repitiendo otra vez. Es más, se está repitiendo aquí y ahora. Jesús tiene una cita con nosotros; contigo y conmigo, Jesús tiene una cita salvífica, un momento donde su figura imponente y su presencia salvadora nos llaman a un momento de encuentro y decisión. La hora es ya, y el lugar de encuentro es este. En Jesús, Dios mismo viene a visitarnos, a enfrentarnos y a llevarnos a tomar una decisión.

Trama

La historia es viva, dinámica, eficaz y punzante, Jesús va delante de sus discípulos a enfrentar su destino; Jesús va delante subiendo a Jerusalén.

Al llegar al Monte de los Olivos, el Galileo envía dos de sus discípulos en una encomienda extraña:

Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un asno atado en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta: “¿Por qué lo desatáis?” le responderéis así: “Porque el Señor lo necesita.”

Lucas 19:30-31

¿Por que, una encomienda tan extraña? ¿Para que tanto secreteo y tantas instrucciones en privado?

Las palabras de Jesús, no son vanas; sus instrucciones tienen razón y sentido. El pueblo judío, esperaba el cumplimiento de las profecías antiguas, esperaba la venida de un rey pacifico que fuera instrumento de salvación, bienestar y paz en las manos de Dios. Este relato nos deja claro quien es ese Rey.

El Mesías esperado, el que había de venir, el Rey pacifico, cuyo gobierno sería salvífico, no es otro que Jesús de Nazaret. Su cabalgata en un potrito joven y dócil, es señal y confirmación de su ministerio de paz. Su palabra aguda, segura y certera, deja claro que su misión proviene de Dios.

Y si alguien os pregunta: “¿Por qué lo desatáis?” le responderéis así: “Porque el Señor lo necesita.”

Lucas 19:31

Por lo tanto, la acción de Dios comienza. El momento de Dios visitar a su pueblo ha llegado. El burrito ha sido traído, los discípulos están apostados en el camino, prestos a bendecir el nombre de Dios y el camino está franco.

Este es el momento de encuentro, el Señor monta en su cabalgadura y el camino se hace corto. Los discípulos le reconocen como el enviado de Dios, la multitud grita diciendo: “¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!” (19:38).

¿Y nosotros, donde estamos? ¿Donde estas tú, en este cuadro? ¿Es Jesús para ti un hombre más o es el que había de venir? ¿Es Jesús para ti un maestro más o es el salvador de tu vida? ¿Es Jesús para ti otro hombre bueno, o es el rey que llega a transformar tu vida para el Reino de Dios?

Punto Culminante

Jesús recorre el camino a Jerusalén. Y a su paso encuentra dos tipos de personas. Los unos, lo aclaman como enviado de Dios y tienden sus mantos a su paso en señal de reconocimiento y reverencia (19:35-37). Los otros, miran recelosos a la distancia y le piden a Jesús que acalle a sus discípulos (19:38).

De este modo el mundo se divide ante Jesús en dos. Hay discípulos que reconocen su misión y fariseos que reniegan conocerlo. Hay seguidores y hay enemigos. Hay creyentes y hay incrédulos. Pero todos tienen que tomar postura; todos tienen que tomar una decisión.

¿ Quién es Jesús? Esa es la pregunta inescapable. Este domingo en el principio del fin. Hoy comienza la semana final. Hoy Dios viene en Cristo a tu encuentro y su presencia es inescapable.

Hoy es el día de tu visitación, Dios viene a visitarte en Cristo. Dios viene a propiciar un momento de salvación. Por lo tanto, la pregunta se impone: ¿Quién es Jesús y por qué puede salvarnos?

  • Este Jesús es el Dios hombre. Es Dios mismo hecho uno de nosotros. ¡Por eso puede salvarnos! Porque al compartir nuestra naturaleza, comprende nuestros problemas y nuestras necesidades.
  • Este Jesús es quien demostró claramente, por sus obras, que era el enviado de Dios. Por sus milagros y señales; por sus discursos y palabras vemos que Dios estaba obrando en él.
  • Este Jesús es quien está ahora mismo a tu lado, aunque no puedas comprenderlo; es quien te ha cuidado desde el principio; es quien te ha traído a esta Iglesia en esta hora.

Es evidente, es claro que Jesús es el enviado de Dios. Por eso si los discípulos no lo dicen, las piedras hablarían.

Desenlace

Hoy es el principio del fin, el momento de encuentro, el momento de decisión. Hoy puedes mirar de lejos y criticar la figura del maestro, perdiendo así la oportunidad de vida y paz en Cristo. O bien, puedes tomar tu manto, ponerlo a sus pies y decir: “¡Bendito el Rey que viene en nombre del Señor!” (19.38).

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