Una regla y un principio para el liderazgo cristiano

Una regla y un principio para el liderazgo cristiano

por Maria de los A. Pérez Pérez

Tanto de John C. Maxwell como de Stephen R. Covey son muchísimas las enseñanzas y herramientas que podemos adquirir con relación al tema del liderazgo. Ahora bien, como líder de una comunidad de fe, si tengo que seleccionar a una regla y un principio que escogería: la Ley de la Reproducción de Maxwell y el Principio de la Renovación de Covey.

Me explico, como creyente en Jesús, mi mayor deseo es que su iglesia crezca en todas las áreas que la componen. ¿Cómo lograrlo? He aquí dos conceptos sumamente necesarios para conseguirlo: reproducción de liderazgo y renovación. Claro está, siempre reconociendo la supremacía de la iluminación del Espíritu Santo dentro del caminar de la Iglesia.

Para que una iglesia sea exitosa en su misión necesita un liderazgo que se reproduzca, que desarrolle a otros líderes. Como inicia el proceso de reproducción? Comienza con uno mismo, es necesario tener un mentor del que podamos aprender, capacitarnos a nosotros mismos y a nosotras mismas para poder a su vez capacitar a los demás en beneficio de la iglesia de Jesús. Maxwell comenta en su libro, que casi todos los directores exitosos de la NFL han trabajado algún tiempo con otro líder fuerte que les enseñó y les sirvió de ejemplo. ¿Y por qué nosotros en el contexto de la iglesia no podemos hacer lo mismo, máxime cuando nuestro fin es uno solo que la Gloria sea para el Señor? Un verdadero líder no ve el desarrollo de otro líder como una amenaza a su liderato. Por el contrario, lo ve como un compañero o una compañera en la jornada a la que Dios nos ha llamado.

Por otro lado, el principio de la renovación es necesario en nuestro crecimiento como líderes y mucho más como líderes de la iglesia de Jesús. El ser humano es uno integral. Por tal razón, para continuar siendo exitosos en el cumplimiento del llamado que Dios nos hace es necesario renovarnos física, espiritual, mental, emocional y socialmente. Si descuidamos una de estas áreas, estaríamos funcionando de manera incompleta y a la larga nuestra labor y los resultados no serían de excelencia, como el Señor se merece.

Referencias:

Covey, Stephen. Los 7 Hábitos de la gente altamente efectiva: Covey Leadership Center. Buenos Aires: Editorial Paidós, 1997.

Maxwell, John C. Las 21 leyes irrefutables del liderazgo: Siga estas leyes y la gente lo seguirá a usted. Nasville: Thomas Nelson Publisher, 1998.

La ley de liderazgo más importante

La ley de liderazgo más importante

por Félix Rivera Pérez

Dentro del liderazgo es importante tener ciertos principios que uno como persona debería seguir día a día. Para poder tener principios que vallan acorde a un liderazgo responsable es de suma importancia conocer a personas que hablen acerca de este tema en particular. John Maxwell y Franklin Covey, sin lugar a duda hablan sobre esto, cada uno con un toque diferente pero, al final, ambos buscan lo mismo: la efectividad en el liderazgo.

Ambas persona tocan temas importantísimos. Por un lado tenemos a Covey hablándonos acerca de la importancia de los hábitos en la persona y nos dice que cada uno de nosotros está compuesto por ellos. También tenemos a Maxwell, este habla sobre las 21 leyes del liderazgo, que sin duda alguna llegan directo al punto.

En cuanto a la ley de liderazgo más importante me gustaría combinar el hábito de Covey de “empezar con un fin en mente” y “la ley del terreno firme” de Maxwell. Me gustaría combinarlas porque entiendo que ambas se complementan. Cuando empezamos con un fin en mente ciertamente nos comprometemos de manera seria al asunto, esto implica confianza en uno mismo y nos ayuda a tener en mente de que vamos hacia un destino. Un líder no es una persona que va sin rumbo, es alguien que tiene un norte fijo y da sentido de orientación a aquellos y aquellas que lo necesitan. Cuando un líder tiene buen sentido de dirección le es más fácil conocer sus necesidades. La ley “del terreno firme” nos dice que la confianza es el fundamento del liderazgo. Esta se une de manera natural ya que es imprescindible que la confianza sea transmitida a otras personas para alcanzar metas en conjunto. Por lo tanto podemos decir que cuando estamos enfocados en un destino en particular es porque la confianza ya es parte de la iniciativa que hemos tomado.

No podemos perder control sobre problemas o dificultades ya que nuestra reacción va a sentar la pauta para la reacción de las personas. Por lo tanto, el principio que deberíamos cultivar en este caso sería el de la confianza en nuestras propias habilidades las cuales nos han sido dadas y por nuestro padre celestial.