Lo sagrado y los espacios sagrados en Hebreos
Luis Serrano Rodríguez
La Epístola de los Hebreos tiende a ser un poco densa para su interpretación si se trata de manera aislada. Para comprender la misma se requiere tener una noción clara secuencial y entrar en la mente del autor, que tiene la habilidad de hacer conexiones con los eventos trascendentales de gran significado teológico. Uno de los temas que el autor de Hebreos trata es lo sagrado y los espacios sagrados.
Entre las definiciones que se debe trabajar para comprender lo que el autor quiere transmitir se encuentran: gloria, presencia de Dios, lugar santo, lugar santísimo, utensilios sagrados, morada celestial, diestra de Dios y santuario entre otros. Aunque el tema de lo sagrado está difuminado a lo largo de la epístola, donde mayor se evidencia es en el capítulo 9. Aquí hay una clara referencia donde el autor nos menciona sobre el lugar santo y santísimo que muy bien evoca en detalle Éxodo del 25 al 27. En 9:2-7, el autor describe el lugar santo, el lugar santísimo y las reliquias que se encontraban en dicho lugar con el propósito de contrastar el acceso limitado que tenían los sacerdotes y sumo sacerdote a los lugares sagrados del tabernáculo.
Tal deficiencia fue corregida por Jesús al asumir el sacerdocio por una orden no levita entrando a ocupar el lugar de Sumo sacerdote, no de manera temporera sino eterna. No en un santuario como lo describe el Antiguo Testamento sino un santuario cósmico. Lo sagrado trasciende de un lugar visible a un lugar invisible e incorruptible.
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