Jesús es superior a los ángeles
Por Carlos R. Collazo Pérez
Al comenzar a leer el libro de los Hebreos notamos como el autor inserta una serie de comparaciones entre Jesús el hijo de Dios y los seres espirituales, particularmente los ángeles. Estas comparaciones tienen la finalidad de demostrar por qué Jesús es superior a los ángeles. Los pasajes que utilizaremos para demostrar el tema se encuentran en el capítulo 1.4-7 y 13-14.
Comenzamos señalando que Jesús es superior a los ángeles por el título que ostenta en cuanto a su nombre ya que es más excelente que el de los ángeles. Esto se infiere del contexto, debido al título de Hijo, ya que el mismo pasaje lo señala como heredero.
Por otro lado, encontramos las palabras “Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy” (1.). Estas palabras nunca fueron dirigidas a ningún ángel por parte de Dios. Sin embargo, pueden ser llamados de manera colectiva “Los hijos de Dios” pero no en su carácter individual.
Podemos observar que al introducir la palabra “primogénito” claramente el texto implica que Jesús es el primero de muchos y, aún más, añade “Adórenle todos los ángeles de Dios”. Lo que muestra claramente jerarquía espiritual que tiene su inicio en Jesús.
Los ángeles ocupan un lugar especial en cuanto la administración y la ejecución de los mandatos divinos. Esto significa que ocupan una posición inferior a la situación de supremacía dada al Hijo. Esta supremacía es lo que ha llevado a entender el significado de las palabras “Siéntate a mi diestra”; palabras que son dichas y referidas solamente al Hijo. Aun aquellos ángeles más exaltados y cuyo privilegio es estar “delante de Dios” no han sido invitados nunca a sentarse ante él.
En resumen, podemos entender que Jesús es superior a los ángeles por lo siguiente:
- Primero: Posee un título como Hijo y, a su vez, heredero
- Segundo: Ser reconocido como primogénito y, a su vez, objeto de la adoración de los ángeles.
- Tercero: En cuanto la administración y la ejecución de los mandatos divinos, los ángeles deben seguir y cumplir los mandatos divinos; mientras en al Hijo comparte la majestad divina al sentarse a la diestra de Dios.
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