por Luis Serrano Rodríguez
Clase: Liderazgo pastoral en el siglo XXI
Cuando se habla de liderazgo cristiano vienen a mi mente las siguientes interrogantes: ¿Qué es un líder? ¿Qué hace un líder? ¿Cómo se llega a ser líder? ¿Dónde encontramos un líder? ¿Por qué se necesita un líder? ¿Por qué alguien desea convertirse en líder? ¿Por qué la gente sigue a un líder? De acuerdo a estas preguntas pareciera que la respuesta es un poco compleja. Analizándolo bien, sí lo es.
Cuando se habla de liderazgo, Jiménez[1] nos menciona que hay varias vertientes relacionadas al liderazgo. Unas personas enfatizan el carácter del líder, mientras que otras enfatizan su posición, influencia y efectividad o resultados. La existencia de todas estas vertientes, ya que cada una tiene algo de razón, nos lleva a ampliar nuestra definición de liderazgo. [2]Liderazgo es el proceso mediante el cual una persona, organización, marca las pautas de un área de la vida [3]provocando captar la atención de otros mediante su influencia, [4]influencia para bien o para mal, que a su vez tiene la habilidad de provocar cambios en la medida que son las personas o instituciones dirigidas son capacitadas.
Para que un líder ejerza liderazgo debe tener una serie de características que en la medida que son ejercitadas van afinándose en la función que va ejerciendo. Por ejemplo: el líder debe ser humilde, prudente, amable, decoroso, hospitalario, apacible, servidor, persuasivo, sutil, intencionado y visionario entre otros. Entre todas estas características, el líder debe tener cuidado de cómo maneja la autoridad y el poder. Un líder que no sabe manejar la autoridad y el poder adecuadamente, a mi juicio, no es líder efectivo. Al escribir estas líneas vienen, como un eco, las palabras que me dijo quien fuera mi pastora una semana antes de fallecer: “En el ministerio hay tres tentaciones que hay que tenerle cuidado, el poder, la fama y el prestigio. Como pastor vas a ser líder, pero si te dejas dominar por una de ellas, el ministerio se convertirá en una carga y morirá.” Me parece que esas palabras quedarán grabadas en mi mente y corazón, ahora más que entiendo un poco la dinámica del liderazgo y sus roles.
[1] Pablo A. Jiménez Rojas, Liderazgo: Conferencia introductoria, definiendo el concepto de liderazgo. Accedido el 23 de septiembre de 2015 de https://drpablojimenez.com/liderazgo-pastoral-en-el-siglo-xxi/
[3] Aquí cambia un poco a la definición operacional dada por el profesor en su conferencia de Liderazgo.
[4] Rick Warren, Liderazgo con propósito: Lecciones de liderazgo basadas en Nehemías (Miami, Florida: Editorial Vida, 2008), 7.
Amén.
Saludos. Estoy de acuerdo en que el o la líder debe tener cuidado de cómo maneja la autoridad y el poder. Tomando como base lo que indica Leighton Ford (según citado por Banks y Ledbetter), si queremos un liderazgo centrado en Cristo, al ejercer la autoridad y el poder, debemos demostrar firmeza de propósito, pero también mansedumbre, sensibilidad, paciencia y accesibilidad.
Robert Banks y Bernice Ledbetter, Las dimensiones del líder: Su influencia e importancia en el mundo de hoy (Buenos Aires, Argentina: Editorial Peniel, 2008), 115.
Saludos hermano. Ese afinamiento es importantisimo en la vida ministerial. Tremendo!!