Misión y vision para una iglesia local es un ensayo sobre liderazgo pastoral y revitalización de la Iglesia, por Daniel Rodríguez Figueroa.
Antes de formular la misión y la visión de nuestra iglesia, surgen unas preguntas que nos replantean la importancia de Cristo y de la Iglesia en nuestras vidas y también, como iglesia, qué le podemos brindar a nuestra comunidad. Una de estas es: ¿Por qué la gente necesita a Cristo?
Cuando Jesucristo entra en la vida del ser humano y le llena con amor, se llenan los vacíos más profundos del ser humano. Con Cristo, el ser humano encuentra paz porque Cristo es suficiente. Cristo transforma aquellas áreas de la vida más oscuras, y le guía hacia una nueva vida caracterizada por el servicio y la generosidad. Cristo trae paz, trasformación y propósito al ser humano.
Otra preguntas de vital importancia es: ¿Por qué la gente necesita de la Iglesia? La gente necesita de la iglesia porque esta es el instrumento que Dios usa para salvar y transformar el mundo; es la presencia de Cristo en el mundo. Verdaderamente, nadie puede vivir la vida cristiana en soledad. Toda persona creyente necesita de un grupo de apoyo que le acompañe y estimule en medio de su jornada de fe. Solo en medio de una comunidad es que podemos crecer y aprender a ser como Cristo. La iglesia es la escuela de toda persona creyente.
La pregunta que sigue es: ¿Qué le va a ofrecer nuestra iglesia local a la gente? En nuestra iglesia encontrarás: una adoración apasionada que conecta con Dios, predicaciones relevantes a la vida, oportunidades para crecer en la fe a cualquier edad, personas que se preocupan por los demás, y una comunidad buscando cambiar el mundo a través del servicio y la generosidad.
Por medio de este análisis surge nuestra visión y misión.
Visión (Sueño): Vidas trasformadas. Una iglesia trasformada. Una comunidad trasformada.
Misión (Propósito): Construir una comunidad cristiana en donde personas tanto no cristianas como cristianas puedan conocer, amar y servir a Dios, para convertirse así en discípulos de Cristo.