Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Espinosa
Altar Familiar – Marzo 2016
**Para ser usado, preferiblemente, el jueves 31 de marzo**
Instrucciones: Ofrecemos estas guías para hacer un altar familiar en su casa, orando con su familia. Le rogamos que aparte unos 15 a 20 minutos para orar en familia. De ser posible, hágalo el jueves 31 de marzo en la noche, pues esa es la fecha en la cual la mayor parte de la feligresía de nuestra Iglesia estará haciendo este ejercicio espiritual. Siéntase en libertad de añadir otras oraciones, cánticos o lecturas que desee incluir en este culto de adoración en familia.
Llamado a la adoración: Salmo 114
1. Cuando los israelitas salieron de Egipto,
y la familia de Jacob abandonó ese pueblo extraño,
2. Judá se convirtió en el santuario del Señor
y el pueblo de Israel llegó a ser su dominio.
3. Cuando el mar vio al Señor, se retiró;
también el río Jordán dejó de fluir.
4. Los montes saltaban como carneros,
¡las colinas brincaban como corderitos!
5. Dime, mar, ¿por qué te retiraste?
Y tú, Jordán, ¿por qué dejaste de fluir?
6. Y ustedes, montes y colinas,
¿por qué saltaban como carneros?
¿Por qué brincaban como corderitos?
7. En presencia del Señor, la tierra tiembla;
¡tiembla en presencia del Dios de Jacob!
8. El Señor convirtió la peña en un manantial;
¡convirtió la roca en fuentes cristalinas!
Oración de adoración: Alabemos a Dios y démosle gracias por su presencia en nuestras vidas.
Cántico: Cristo, mi roca, es Él
/// Cristo, mi roca es Él.///
Él no me desampara,
Cristo no me deja,
Cristo, mi roca es Él.
Meditación: Volver a empezar (Para ser leída en voz alta)
Lectura que sirve de base a la meditación: Lucas 24.1-7
24 Pero el primer día de la semana, muy temprano, las mujeres regresaron al sepulcro. Llevaban las especias aromáticas que habían preparado. 2 Como se encontraron con que la piedra del sepulcro había sido quitada, 3 entraron; pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Mientras ellas se preguntaban qué podría haber pasado, dos hombres con vestiduras resplandecientes se pararon junto a ellas. 5 Llenas de miedo, se inclinaron ocultando su rostro; pero ellos les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? 6 No está aquí. ¡Ha resucitado! Acuérdense de lo que les dijo cuando aún estaba en Galilea: 7 “Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado. Pero al tercer día resucitará.”»
En algún momento de su vida, usted ha deseado volver a empezar. Sí, ha soñado con la oportunidad de comenzar de nuevo para reconstruir una vida que encuentra vacía, incompleta o carente de sentido.
Yo sé que usted se ha sentido así, porque yo mismo he tenido esos pensamientos.
Sin embargo, volver a empezar se dificulta. Son muchas las cosas que nos atan al pasado, las obligaciones que nos oprimen y las promesas que tenemos que cumplir. Comenzar de nuevo es difícil, particularmente después de un fracaso que nos ha dejado en la devastación emocional.
Aún así, la mente y el corazón añoran esos nuevos comienzos, soñando en las nuevas composiciones que pudiéramos escribir en una pizarra limpia.
Quizás este anhelo de volver a comenzar explica el poder del mensaje de la resurrección de Jesucristo. El relato bíblico afirma que Jesús de Nazaret venció la muerte, siendo vivificado por Dios en el poder del Espíritu Santo. Así, la cruz pasó de ser una señal de ignominia a ser un signo de esperanza. Así, la opresión militar de un Imperio asesino quedó desenmascarada por el mensaje de un nuevo Reino de paz.
La resurrección de Jesús es el punto doctrinal central de la fe cristiana. Es una verdad teológica que no se puede probar por medio de técnicas científicas, ya que es supera lo racional. Es una verdad espiritual que afirma con libertad toda aquella persona que ha sentido la presencia del Cristo Resucitado en su ser. Sencillamente, las personas de fe sentimos que Aquel que murió ahora vive para siempre en medio nuestro. Y una vez experimentamos su presencia, nada ni nadie la puede negar.
Ahora bien, la resurrección también contiene una promesa para toda persona que se acerca a Dios con fe: la posibilidad de volver a empezar. La fe cristiana afirma que usted y yo podemos cambiar nuestras vidas; reinventarnos, si se quiere. ¿Por qué? Porque Dios está dispuesto a perdonar nuestros pecados y a abrir nuevos senderos de vida para quienes le buscan con corazones sencillos.
Por eso, el mensaje de la resurrección es siempre pertinente. No perderá vigencia mientras exista un hombre o una mujer que desee acceder a una vida nueva, transformando su situación. Por eso, la resurrección de Jesús seguirá siendo una fuente de esperanza para toda aquella persona que se acerque a Dios con tan siquiera un poquito de fe.
Peticiones y acciones de gracia: Cada miembro de la familia o persona presente presentará un motivo de oración y dará gracias por alguna bendición recibida de parte de Dios.
Oración de cierre: Una persona deberá elevar una oración a Dios dando gracias por la familia y por las bendiciones recibidas en este rato de oración.