A las madres trabajadoras


Un ensayo en honor a la madre trabajadora, en ocasión del día de las madres, escrito por el Dr. Pablo A. Jiménez.


Te levantas temprano en la mañana, habiendo dormido pocas horas, para atender a los tuyos y prepararte para salir a laborar.

Cocinas desayuno, almuerzo y a veces hasta la cena antes de las seis de la mañana. Preparas a tus chicos y a tus chicas para ir a la escuela. En ocasiones, hasta tienes que llevarlos tú misma.

Aún así, tu día apenas comienza. Tienes que llegar al trabajo, a veces en tu vehículo privado y otras en transporte público. Trabajas horas y horas, quizás haciendo labores que no te agradan, para mantener a tu familia. Enfrentas sexismo y hostigamiento de parte de hombres que te ven como presa fácil. Y, a veces, pasas el día sin comer.

Quizás tienes un esposo amoroso y trabajador, lo que aliviaría tu carga, pero no siempre es así. A veces tienes una pareja errática, que no abona a tu estabilidad emocional ni financiera. Puede que tu esposo sea un hombre cuya condición de salud no le permita trabajar. Sea por machista, por estar confinado, por estar ausente, por trabajar tiempo extra o, sencillamente, por pereza, tu pareja no coopera. Ve las tareas de la casa como responsabilidad exclusiva de la mujer.

Y no puedo olvidar que quizás nunca te casaste legalmente o, si lo estuviste, ahora estás divorciada. Eso hace tu carga aún mayor, principalmente cuando tu ex-pareja no cumple con sus responsabilidades financieras.

Sales del trabajo, pero tienes compras que hacer. Llegas a tu casa tarde en la tarde, a terminar de cocinar, a supervisar asignaciones y a hacer otras tareas del hogar. Y las tareas son interminables, tantas que no voy a enumerarlas aquí.

No puedo olvidar que también trabajas como voluntaria en tu comunidad, ya sea en la escuela local, en alguna institución social o en la Iglesia. No sé como haces tantas cosas a la vez, pero las haces. Las haces aunque te agotan y te obligan a acostarte muy tarde.

¿Cuánto duermes? Pocas horas. Mañana te levantarás temprano–aunque agotada–para volver a comenzar.

A ti, madre trabajadora, te deseo felicidad, justicia y paz en el Día de las Madres. Que Dios te bendiga hoy y siempre.

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A las madres trabajadoras

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Author: Pablo Jiménez

El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez es pastor, conferenciante, escritor, editor de libros teológicos y profesor en el área de teología pastoral, particularmente de homilética y predicación.