Mujer virtuosa es un manuscrito o bosquejo de un sermón listo para predicar, apropiado para el día de las madres, por el Dr. Pablo A. Jiménez.
Texto: Proverbios 31:10
Tema: La mujer que tiene fe en Dios llega a ser verdaderamente virtuosa.
Área: Desarrollo espiritual
Propósito: Invitar a la audiencia a pensar en las características de la mujer virtuosa.
Diseño: Sermón de ocasión especial
Lógica: Inductiva
Introducción
«Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Su valor sobrepasa largamente al de las piedras preciosas», así comienza una de las porciones más hermosas de las Sagradas Escrituras. Se encuentra al final del libro de los proverbios, en el capítulo 31, a partir del versículo 10 y hasta el 31. Es un poema en forma de acróstico, donde cada una de las líneas comienza con una palabra que sigue el orden del alfabeto hebreo
La pregunta retórica apunta a una gran verdad, la virtud no abunda en nuestros medios. La gente tiende a vivir «a tontas y a locas», sin ponderar las consecuencias de sus actos. La persona simple termina viviendo para comer y comiendo para vivir. Se levanta y se acuesta pensando sólo en las necesidades físicas de hoy, sin sopesar las consecuencias de su conducta para el mañana.
Por eso es importante buscar y valorar la virtud.
Por eso el poeta bíblico afirma el valor de la mujer.
Por eso firma que una mujer virtuosa vale más que las piedras preciosas.
Las características de la mujer virtuosa
El poema comienza afirmando a la mujer con una palabra que puede ser traducida de varias maneras: virtuosa, capaz y noble (v. 10).
Después de afirmar el valor de la mujer, la palabra divina procede a describir las características de una mujer virtuosa. La mujer descrita en esta porción se distingue por su piedad y por sus buenos sentimientos. Además, es una mujer casada, de cierta posición social y con habilidades para el comercio.
El texto comienza destacando la hermosa relación que la mujer virtuosa tiene con su esposo. Es una relación de confianza y mutualidad, pues el esposo sabe que su esposa siempre hace el bien. El texto dice:
(11) El corazón de su marido confía en ella
y no carecerá de ganancias.
(12) De ella recibe el bien y no el mal
todos los días de su vida.
¡Cuán hermoso es tener una relación basada en la mutua confianza! ¡Cuán hermoso es saber que nuestra pareja sólo nos hará el bien!
El texto pasa a describir la industria de esta mujer.
(13) Ella busca la lana y el lino,
y trabaja gustosamente con sus manos.
(14) Es como la nave del mercader,
que trae su pan desde lejos.
(15) Siendo aún de noche, se levanta
para dar la comida a su familia
y la ración a sus criadas.
(16) Considera la heredad y la compra,
y con sus propias manos planta una viña.
(17) Se ciñe firmemente la cintura
y esfuerza sus brazos.
(18) Ve que van bien sus negocios;
su lámpara no se apaga de noche.
(19) Aplica sus manos a la rueca
y sus dedos manejan el huso.
Y,
(21) No teme por su familia cuando nieva,
porque toda su familia va vestida de ropas abrigadas.
(22) Ella se teje los tapices,
y de lino fino y de púrpura es su vestido.
Además,
(24) Teje telas y las vende,
y provee de cintas al mercader.
Aquí debemos reconocer que esta mujer se aparta de la norma del mundo antiguo. La inmensa mayoría de las mujeres del pasado no tenían oportunidades de estudio o de trabajo. La industria y el comercio se veían como campos donde sólo los hombres podían transitar.
Sin embargo, esta mujer tiene varios negocios: hace ropa, teje tapices y hasta compra y vende propiedades. Repito, esto no era común en el mundo antiguo.
Lo interesante es que su interés comercial no empañó su corazón. Por el contrario, de acuerdo al v. 20, la mujer virtuosa «alarga su mano al pobre; extiende sus manos al menesteroso».
Los valores de la mujer virtuosa
En la próxima sección podemos ver que esta mujer goza de una posición social muy alta. El v. 23 dice: «Su marido es conocido en las puertas de la ciudad,cuando se sienta con los ancianos del país». Esta es una referencia a una práctica muy antigua, donde los hombres más prominentes de la ciudad–los líderes de los clanes familiares–se sentaban a la puerta de la ciudad para discutir el futuro de la ciudad y para juzgar los casos legales que el pueblo les presentaba.
Esto es lo que vemos en el capítulo 4 del libro de Ruth, cuando Booz acude a la puerta de la ciudad donde un improvisado tribunal decide quién tiene derecho a casarse con la viuda moabita (4:1-12).
Por lo tanto, la mujer virtuosa de Proverbios 31 es la esposa de un hombre importante; equivalente a alcalde o un legislador. Esto presenta un gran peligro para quienes leemos, estudiamos y exponemos este pasaje bíblico. Corremos el peligro de pensar de pensar que sólo las mujeres casadas, adineradas y prominentes son verdaderamente virtuosas.
Y esto sería un grave error. El valor de esta mujer no depende de su dinero, de su posición social o del trabajo de su esposo. Lo que distingue a esta mujer es su fe en Dios y los valores que se derivan de su fe. Por eso, los vv. 25 al 27 destacan su fuerza, su honor, su confianza, su sabiduría, su clemencia y su dedicación.
(25) Fuerza y honor son su vestidura,
y se ríe de lo por venir.
(26) Abre su boca con sabiduría
y la ley de la clemencia está en su lengua.
(27) Considera la marcha de su casa
y no come el pan de balde.
Conclusión
El texto termina enfocando precisamente en la fe y en los valores que distinguen a este mujer. Su valor es tal que su propia familia la alaba diciendo:
(28) Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada,
y su marido también la alaba:
(29) «¡Muchas mujeres han hecho el bien,
pero tú las sobrepasas a todas!».
Y el texto concluye con una advertencia que hoy, en nuestra cultura de la celebridad, cobra una importancia crucial:
(30) Engañosa es la gracia y vana la hermosura,
pero la mujer que teme a Jehová, esa será alabada.
(31) ¡Ofrecedle del fruto de sus manos,
y que en las puertas de la ciudad la alaben sus hechos!
En resumen, lo que hace a una mujer verdaderamente virtuosa es su fe en Dios. Y este mensaje es una «buena noticia» para todas las mujeres en nuestro entorno:
- Las casadas y las solteras;
- Las viudas y las divorciadas;
- Las madres y las que nunca han tenido hijos o hijas;
- Las que gozan de posición social y las de condición humilde;
- Las que tienen títulos universitarios y las que no tuvieron oportunidades de estudio;
- Las que tienen negocios y las que son amas de casa;
- Las jóvenes y las ancianas.
El mensaje para todas ustedes es el mismo: «La mujer que honra al señor es digna de alabanza» (Prov. 31:30 DHH).
muy adecuado para el dia Dlp