Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Espinosa
Altar Familiar – Julio 2016
Descargue este documento en Formato PDF.
Instrucciones: Ofrecemos estas guías para hacer un altar familiar en su casa, orando con su familia. Le rogamos que aparte unos 15 a 20 minutos para orar en familia. De ser posible, hágalo el último jueves del mes, en la noche, pues esa es la fecha en la cual la mayor parte de la feligresía de nuestra Iglesia estará haciendo este ejercicio espiritual. Siéntase en libertad de añadir otras oraciones, cánticos o lecturas que desee incluir en este culto de adoración en familia.
Llamado a la adoración: Salmo 150 (RVC)
(1) ¡Alabado sea Dios en su templo! ¡Alabado sea en la majestad del firmamento!
(2) ¡Alabado sea por sus proezas! ¡Alabado sea por su imponente grandeza!
(3) ¡Alabado sea el Señor al son de trompetas!
¡Alabado sea el Señor con salterio y arpa!
(4) ¡Alabado sea al ritmo del pandero!
¡Alabado sea con flautas e instrumentos de cuerda!
(5) ¡Alabado sea con campanillas sonoras! ¡Alabado sea con campanillas jubilosas!
(6) ¡Que todo lo que respira alabe al Señor! ¡Aleluya!
Oración de adoración: Alabemos a Dios y démosle gracias por su presencia.
Cántico: Tu amor por mi
// Tu amor por mi, es más dulce que la miel.
Y Tu misericordia es nueva cada día.//
// Es por eso que te alabo, es por eso que te sirvo,
Es por eso que te doy todo mi amor.//
Meditación: “Será como un sueño”
Texto: Salmo 126 (RVR 1995)
(1) Cuando Jehová hizo volver de la cautividad a Sión, fuimos como los que sueñan.
(2) Entonces nuestra boca se llenó de risa y nuestra lengua de alabanza.
Entonces decían entre las naciones: “¡Grandes cosas ha hecho Jehová con estos!”.
(3) ¡Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros! ¡Estamos alegres!
(4) ¡Haz volver nuestra cautividad, Jehová, como los arroyos del Neguev!
(5) Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
(6) Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla,
pero al volver vendrá con regocijo trayendo sus gavillas.
El Salmo 126 es un desafío para las personas dedicadas a la traducción de las Sagradas Escrituras. La inmensa mayoría de las traducciones bíblicas colocan el v. 1 en pasado; describiendo la liberación que Dios ya había hecho. Sin embargo, la traducción bíblica usada comúnmente en español, la Reina Valera Revisada (RVR) 1960, coloca este versículo en futuro: “Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sión, Seremos como los que sueñan”.
Sin embargo, la revisión del 1995 (RVR 95) coloca el versículo en pasado: “Cuando Jehová hizo volver de la cautividad a Sión, fuimos como los que sueñan”. La Traducción en Lenguaje Actual (TLA) es mucho más clara cuando dice: “Cuando Dios nos hizo volver de Babilonia a Jerusalén, creíamos que estábamos soñando”.
En todo caso, el Salmo 126 contrasta dos experiencias. Por un lado, el salmo retrata el gozo que trae la experiencia de liberación a la vida del creyente. Por otro lado, el salmo describe la tristeza que acarrean los momentos de crisis. Podemos ver el gozo en los vv. 1 al 3, que dicen:
Cuando Jehová hizo volver de la cautividad a Sión, fuimos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenó de risa y nuestra lengua de alabanza. Entonces decían entre las naciones: “¡Grandes cosas ha hecho Jehová con estos!”. Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros! ¡Estamos alegres!
Este salmo describe la alegría de manera muy gráfica. Vean el lenguaje: se habla de sueños, de risas y de alabanzas. El texto pone de manifiesto la felicidad que se relaciona con la liberación divina.
Y no es para menos, el tiempo del exilio en Babilonia fue terrible para el Reino de Judá: su tierra fue conquistada, su pueblo arrasado, su templo destruido, sus líderes encarcelados y su ánimo aplastado. Muchos guerreros murieron, muchas mujeres fueron violadas y muchos niños fueron asesinados por los invasores extranjeros. Por eso, la restauración del pueblo de Judá al final del exilio marcó un punto alto en la historia del pueblo hebreo. Su liberación fue un motivo de gran gozo; un gozo tan grande como el experimentado al final de la esclavitud en Egipto y tan grande como el experimentado al final del holocausto nazi.
Sin embargo, esta sección que refleja tanto gozo desemboca en una segunda sección que trata el tema del sufrimiento. El texto dice en los vv. 4 al 6:
¡Haz volver nuestra cautividad, Jehová, como los arroyos del Neguev! Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla, pero al volver vendrá con regocijo trayendo sus gavillas.
Al leer el v. 4 uno vuelve a cuestionar cómo debe traducirse el v. 1. Ya que el v. 4 le pide a Dios que libre de la cautividad al pueblo, quizás haga mas sentido leer los vv. 1-3 como una promesa de liberación futura.
Sin embargo, podemos leer el v. 4 en otra clave. Sí, Dios nos ha liberado en el pasado, tal como afirman los vv. 1 al 3. Sin embargo, las bendiciones pasadas no eliminan los problemas futuros. El pueblo de Israel fue liberado muchas veces por Dios, pero siempre volvió a enfrentar problemas.
Y esa es la condición humana. Las bendiciones del pasado no eliminan loa problemas futuros. Aun después de una gran bendición, ustedes y yo debemos continuar luchando por la vida. Jesús de Nazaret nos enseñó que cada día trae su propio problema, su propio mal (Mt. 6.34). Por lo tanto, las bendiciones recibidas ayer no impiden los problemas que traerá el mañana.
Lo que sí pueden hacer las bendiciones pasadas es darnos aliento y esperanza para enfrentar los problemas futuros. La experiencia de liberación nos enseña a mirar el futuro con esperanza. La persona creyente sabe bien que Dios, quien nos ha librado de problemas en el pasado, nos librará de problemas futuros.
Con esta verdad a la mano, exploremos las dos imágenes de liberación que nos propone la conclusión del Salmo 126. En primer lugar, el pueblo que ora pide ser renovado tal como las lluvias del invierno renuevan los arroyos del Neguev. El texto se refiere a los riachuelos que recorren una parte del desierto de Sinaí llamada el Neguev. Durante el verano, los lechos de los arroyos están secos. Sin embargo, las lluvias del invierno los convierten en torrentes que traen vida a los animales y a la vegetación.
Segundo, el pueblo compara la vida de fe con un sembradío. Recuerda que las personas que trabajan en la agricultura sufren mucho durante el proceso de la siembra. Esto era aún más difícil en el mundo antiguo, donde se sembraba “al voleo”, lanzando puñados de semilla en los campos. El proceso era tan duro y difícil que el salmista describe al agricultor como uno que va “andando y llorando” mientras esparce la semilla. Sin embargo, el pueblo también conoce el regocijo que experimenta la persona que recoge el fruto de la cosecha.
En conclusión, el Salmo 126 nos enseña que la alegría de ayer nos capacita para seguir luchando por la vida hoy y para mirar el mañana con esperanza. Con este mensaje a la mano, sigamos sembrando, sigamos bendiciendo, sigamos luchando por la vida. Aunque ahora sembremos “andando y llorando”, sabemos que en el futuro cercano recogeremos el fruto. Aunque ahora podamos sufrir, sabemos que la bendición futura será abundante, trayéndonos tanta alegría que será como un sueño.
Peticiones y acciones de gracias: Cada miembro de la familia o persona presente presentará un motivo de oración y dará gracias por alguna bendición recibida de parte de Dios.
Oración de cierre: Una persona deberá elevar una oración a Dios dando gracias por la familia y por las bendiciones recibidas en este rato de oración.