Un sermón sobre las profecías de Amós, especialmente la visión de la plomada.
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Una ilustración es una anécdota o una historia que desarrolla, aclara o apoya una de las ideas presentadas en un sermón. También se consideran como “ilustraciones” el uso de símiles, metáforas, analogías, alegorías, ejemplos, poemas, y testimonios, entre otros recursos literarios y figuras de construcción.
Una ilustración efectiva debe ser tan clara que no necesite mayores explicaciones. Las ilustraciones demasiado complejas o complicadas no tienen utilidad alguna. No emplee ilustraciones que hablen de asuntos científicos o técnicos, tales como la electricidad o la medicina. Una buena ilustración debe aclarar una idea; una mala ilustración confunde, aburre o distrae.
Todo sermón debe tener, por lo menos, una ilustración, anécdota o una historia que aclare o ejemplifique su mensaje. Es común encontrar libros que recogen cientos de ilustraciones para sermones. En términos generales, estos libros son de poca utilidad por dos razones fundamentales. Por un lado, estas historias, anécdotas y citas son tan conocidas que la mayor parte de nuestra feligresía ya las ha escuchado anteriormente. Por otro lado, muchas de estas historias hacen referencia a la historia y la literatura europea o estadounidense. Por esta razón, gran parte de nuestra feligresía no las puede comprender a cabalidad.
En el pasado, era común usar escenas de la literatura universal como ilustraciones para sermones. Por ejemplo, quienes predicaban citaban las obras de Cervantes, Shakespeare o de Calderón de la Barca. Sin embargo, es difícil hacer este tipo de referencias literarias en la actualidad sin darle al predicador un aire de superioridad, pues la mayor parte de la gente no conoce las novelas y las obras de teatro que hoy se consideran como “clásicos” de la literatura.
Podemos encontrar una nueva fuente de ilustraciones para la predicación en las películas de cine y los programas de televisión. Sin embargo, es necesario evitar referencias a los productos culturales que puedan distraer a la audiencia, sobre todo a películas y a programas de televisión no tienen la dignidad que merece el púlpito cristiano..
En conclusión, la mejor opción es que la persona que predica escriba sus propias ilustraciones, haciendo referencias claras que sean comprensibles para la congregación. En el proceso, evite el error de hablar de su vida privada, publicando las interioridades de su vida familiar. Busque historias, anécdotas y citas que ayuden a su congregación a recordar los puntos principales de su sermón.
Consejos prácticos sobre la elaboración del sermón temático-doctrinal, con ejemplos de bosquejos homiléticos, por el Dr. Pablo A. Jiménez.
El sermón temático-doctrinal es ciertamente la forma homilética que presenta los más grandes desafíos a quienes hoy predican el Evangelio de Jesucristo.
A la hora de diseñar bosquejos homiléticos, el sermón textual-expositivo toma sus pautas del texto bíblico y el sermón narrativo se orienta por la estructura literaria de la porción sobre la cual se basa. Empero, el sermón temático-doctrinal fundamenta su bosquejo en el desarrollo de un argumento.
Afirmo que el sermón temático-doctrinal presenta un gran desafío por los siguientes elementos:
A estos desafíos metodológicos se unen los prácticos: ¿Cómo redactar los “puntos” o las ideas principales de nuestro bosquejo para un sermón temático-doctrinal?
Para responder a este reclamo, le presento siete alternativas que bien pueden ayudarle a diseñar sermones efectivos sobre los temas y las doctrinas que usted desee exponer. Estos son:
La forma más sencilla de organizar nuestras ideas es por medio de preguntas y respuestas. Usted puede plantear varias preguntas sobre el tema, tales como “qué”, “cómo”, “cuándo”, “cuáles”, “dónde” o “por qué”, y contestarlas en su sermón. Esta es la forma sermonaria más simple.
Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema de la depresión de la siguiente manera:
El sermón que se incluye al final de este ensayo, a manera de apéndice, sigue esta forma sermonaria.
Este modelo de sermón emplea una estructura basada en el pensamiento de Hegel, el filósofo alemán, dividiendo el cuerpo del sermón en tres instancias: tesis, antítesis y síntesis. La tesis es una idea principal; la antítesis es una idea que contradice la tesis, al menos en apariencia; y la síntesis armoniza ambas ideas, presentando una perspectiva más profunda del tema.
Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema de la paternidad divina de la siguiente manera:
Este estilo sermonario analiza diversos aspectos de un tema. Como escribiera Clarence S. Roddy: “Aquí el proceso consiste en rotar una idea como si fuese una gema y considerar todas las facetas o aspectos de la misma.” Esta es una forma muy útil para considerar temas muy complejos, que tienen diversas facetas que debemos analizar.
Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre los distintos aspectos del amor, inspirado en 1 Corintios 13, de la siguiente manera:
En ocasiones, encontramos conceptos que se entrelazan con otras ideas importantes. En cierto modo, una idea lleva a la otra, como un peldaño de una escalera le lleva al otro.
Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre la dinámica del pecado, inspirado en Santiago 1.12-15, de la siguiente manera:
El “cuadrilátero de Wesley” es un método de análisis teológico relacionado a la tradición wesleyana. Este modelo explora las fuentes que usamos para hacer teología y llega a la conclusión de que son cuatro: las Sagradas Escrituras, la tradición, la razón y la experiencia.
Un sermón basado en este modelo teológico exploraría cómo, a través del análisis de un tema, la congregación llega al conocer más sobre Dios. Claro está, es importante que la persona que predica este tipo de sermón sea disciplinada, porque de otro modo podría extenderse demasiado en una o más de las partes de su presentación.
Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema del pecado que siga la siguiente estructura:
Hablando del método teológico, pasemos a considerar un modelo que proviene de la Teología Latinoamericana. Me refiero al modelo que identifica tres momentos en el proceso de reflexión teológica:
Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema del racismo de la siguiente manera:
Paul Ricoeur fue uno de los más grandes pensadores del Siglo XX, haciendo enormes aportes a la teoría de la interpretación. Sus escritos exploran cómo uno interpreta toda clase de escritos, tanto en el campo de la literatura, en el campo de las leyes y en el campo de la religión.
Ricoeur desarrolló un modelo muy útil que, en lo personal, yo utilicé para desarrollar mi método de interpretación bíblica para la predicación, llamado “Los Tres Pasos”. Lo que este insigne autor francés propone es lo siguiente:
Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema de la pobreza de la siguiente manera:
El sermón temático-doctrinal es muy útil para propósito educativo, cuyo propósito es discipular a la comunidad de fe. Esperamos que estos siete modelos arrojen alguna luz a las personas interesadas en diseñar, escribir y predicar sermones sobre las doctrinas cristianas y sobre los temas que afectan a las comunidades que Dios les ha llamado a servir.
Del mismo modo, esperamos que usted predique regularmente el sermón temático-doctrinal, hasta que desarrolle su propio estilo, derivando sus bosquejos del argumento particular de su tema.
Allen, Ronald J. The Teaching Sermon. Nashville: Abingdon Press, 1995.
_____. Thinking Theologically. Minneapolis: Fortress Press, 2008.
Carl, William J III. Preaching Christian Doctrine. Philadelphia: Fortress Press, 1984.
Hughes, Robert G. & Robert Kysar. Preaching Doctrine: For the Twenty-First Century. Minneapolis: Fortress Press, 1997.
A manera de Apéndice, ofrecemos un bosquejo extendido de un sermón sobre el tema del bautismo, usando el modelo de “preguntas y repuestas”. Como es de esperar, este sermón refleja las perspectivas doctrinales de mi tradición, la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo). Lo ofrezco en ánimo de ilustrar la metodología, no de debatir puntos doctrinales
Texto: “De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3.5)
Tema: El Bautismo es crucial para nuestra formación espiritual, dado que es una ordenanza por medio de la cual nos acercarnos más a Dios.
Área: Formación Espiritual
Propósito: Resaltar la importancia de la ordenanza o sacramento del bautismo.
Diseño: Sermón temático-doctrinal, en ocasión de la celebración de bautismos en la Iglesia
Lógica: Deductiva
La celebración de bautismos en una Iglesia local es siempre motivo de grande gozo. La comunidad de fe se regocija, celebrando con un nuevo grupo de hermanos y hermanas que marcan un nuevo comienzo en su vida espiritual.
Ahora bien, el gozo y a la alegría no son suficientes; también necesitamos entendimiento. Por eso, en esta ocasión, vamos a dedicar algunos minutos a explorar el significado de esta ordenanza de Jesús.
El tema central de nuestra meditación es que el bautismo es crucial para nuestra formación espiritual. ¿Por qué? Porque es dado que es un mandato u ordenanza de Jesús, por medio de la cual nos acercarnos más a Dios.
Habiendo hecho esta declaración general, pasemos a considerar tres pregunta específicas sobre el bautismo cristiano: ¿Qué significa el bautismo cristiano? ¿Cuáles con los orígenes de este hermoso ritual? ¿Cuál es la manera correcta de bautizar a un nuevo creyente?
Ustedes bien saben que, por medio del bautismo, nos hemos unido a Cristo en su muerte. Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder. Si al bautizarnos participamos en la muerte de Cristo, también participaremos de su nueva vida.
5. La Iglesia debe celebrar el bautismo con gozo y con entendimiento, comprendiendo que por medio de este sagrado ritual el ser humano se identifica con la muerte y resurrección de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
1. En cuanto al bautismo, éste es el modo de bautizar: habiendo previamente dicho todo esto, bautizad en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, en agua viva.
2. Si no tienes agua viva, bautiza en otra agua. Si no puedes en (agua) fría, (bautiza) en caliente.
3. Si, empero, no tienes ni una ni otra, derrama agua sobre la cabeza tres veces en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
4. Antes del bautismo, el que bautiza y el que ha de ser bautizado, ayunen, y asimismo otros que puedan hacerlo. Mandas ayunar al bautizando uno o dos días antes.
Hoy, la Iglesia reconoce tres tipos de bautismo:
Y el bautismo se hace en dos modalidades:
La Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) bautiza creyentse, personas que han confiesan libre y voluntariamente su fe en Cristo Jesús, Señor nuestro. Eso quiere decir que no bautizamos infantes, sino creyentes que hayan llegado a la edad de consentimiento.
Y nuestra Iglesia bautiza por inmersión, a menos que la persona tenga alguna condición de salud –temporal o crónica– que lo impida. En ese caso, se puede oficiar las otras modalidades del bautismo.
Hoy tenemos el honor de celebrar un acto de bautismo, donde un grupo de personas afirma su fe en Cristo Jesús y su pacto con Dios.
Quiera Dios bendecirles.
Quiera Dios darles crecimiento constante en la fe de Jesucristo.
Y quiera Dios que perseveren en la fe por siempre, para que puedan vivir junto al Dios que vive para siempre, por los siglos de los siglos. AMÉN
Un ensayo homilético sobre el diseño del sermón textual con un bosquejo listo para predicar, escritos por el Dr. Pablo A. Jiménez.
El sermón textual es aquel que presenta un aspecto del mensaje de un texto bíblico corto, en fidelidad a su contenido, forma y función. Decimos “corto”, porque la atención al detalle que requiere este tipo de sermón nos obliga a examinar sólo uno o dos versículos de las Sagradas Escrituras a la vez.
Aunque no todos los textos bíblicos se prestan para el sermón textual, hay infinidad de versículos que bien pueden servir como punto de partida para nuestras reflexiones. Entre los muchos textos “clásicos” que podemos señalar, destacamos pasajes bíblicos tales como Mateo 28.18 al 20, Juan 3.16 y Romanos 5.1.
En esta ocasión, sugiero tres modelos básicos para bosquejar sermones textuales. En particular, les presento tres técnicas homiléticas:Bosquejos basados en palabras clave
Tomemos Romanos 5.1 para ilustrar estas técnicas. Ese hermoso pasaje bíblico dice de la siguiente manera, en la versión Reina-Valera Revisión del 1960: “Justificados, pues, por la fe tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”
Si analizamos el texto, podemos identificar varios conceptos importantes, tales como:
Es necesario, pues, buscar en un buen diccionario bíblico el significado de estas palabras tan importantes. Si posible, se debe identificar el vocablo hebreo o griego que está en la base de nuestra traducción. En este caso, como el Nuevo Testamento fue escrito en griego, encontramos que el verbo “justificar” es la traducción de “diakaióo”; “fe” la de “pístis”; y “paz” la de “eiréne”.
Claro está, las divisiones centrales o “puntos” del pasaje bíblico deben enunciarse en oraciones completas, no en palabras sueltas o frases carentes de verbos. Por lo tanto, es importante desarrollar puntos que, basados en estos conceptos, transmitan ideas completas. Por ejemplo:
Un análisis gramatical nos lleva a considerar los verbos principales, los secundarios y los implícitos, así como las cláusulas independientes y dependientes del texto. Esto nos permite identificar las frases clave del texto. Por ejemplo:
Aunque esto facilita la tarea de bosquejar el pasaje, es necesario recordar que los puntos o divisiones principales del sermón deben ser enunciados en oraciones completas, con sujeto, verbo y predicado. Por ejemplo:
La tercera alternativa presupone el análisis semántico—es decir, de las palabras y conceptos del texto—y el gramatical. Aunque diferentes personas tendrán diversas maneras de interpretar las ideas teológicas centrales del texto, a continuación presento un posible bosquejo basado en Romanos 5.1:
Como podemos ver, estas técnicas pueden ser muy útiles a la hora de bosquejar un sermón textual. Esperamos, pues, que estas sugerencias sean de bendición para usted y para su ministerio homilético.
Si usted desea leer, escuchar o ver más bosquejos de sermones de distintos tipos puede visitar la sección titulada “Sermones” en nuestra página principal en el Internet: www.drpablojimenez.com. Esa sección le dará acceso a varias páginas donde encontrará sermones expositivos, narrativos, temáticos, doctrinales y de ocasión especial, entre otros. Los sermones textuales se encuentran contenidos entre los expositivos.
A manera de apéndice, comparto unas notas homiléticas textuales basadas en Hebreos 11.1, esperando que las mismas también puedan motivarles a redactar bosquejos para sermones textuales:
Texto: Hebreos 11:1
Tema: La fe es fidelidad, confianza y compromiso con Dios.
Área: Formación espiritual
Propósito: Exhortar a la iglesia a ampliar su definición del concepto “fe”.
Diseño: Textual-Expositivo
Introducción: La Iglesia usa la palabra “fe” en dos maneras distintas, pero complementarias. Por un lado, la “fe” es el acto de creer en Dios. Por otro lado, se refiere al contenido de nuestra religión.
Puntos a desarrollar:
Conclusión: En resumen, la fe es confianza y fidelidad. Empero, la fe también es compromiso. Tener fe, implica estar comprometido con una causa. Quien tiene fe en algo, invierte su vida en eso. Por eso, quien tiene fe en el Señor, invierte su vida en el servicio a Dios, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
*Estas notas homiléticas se basan en el bosquejo que publiqué en LA BIBLIA PARA LA PREDICACION, editada por las Sociedades Bíblicas Unidas en el 2012, p. 894.
Notas sobre Mateo 6.1-6 y 16-21 con recomendaciones para un sermón apropiado para el Miércoles de Ceniza, que marca el comienzo de la temporada de Cuaresma.
Lea esta meditación para el Miércoles de Ceniza en WorkingPreacher.org
La lectura del Evangelio recomendada por el Leccionario Común Revisado para el Miércoles de Ceniza es Mateo 6:1-6, 16-21. Esta porción bíblica presenta un tremendo desafío para quienes deseen predicar sobre este complejo pasaje.
Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. 2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
16 Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18 para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
La lectura, que es la misma para los tres años del leccionario, evidentemente omite los vv. 7 al 15, donde se encuentra el Padre Nuestro, la oración modelo que Jesús enseñó a los suyos. Esto deja un enorme hueco en el desarrollo del argumento, ya que los vv. 5 y 6 son la introducción a dicha oración.
La lectura asignada incluye cuatro pequeñas porciones cuyos temas se relacionan mayormente con la práctica de tres disciplinas espirituales: la limosna, la oración y el ayuno. El evangelista organiza estos dichos de Jesús de la siguiente manera:
La introducción indica que el tema de la unidad es las “obras de justicia” que los creyentes (principalmente del judaísmo) debían hacer para ganar méritos ante Dios. En lengua hebrea, estos mandamientos se conocen, en singular, como mitzvah y en plural, como mitzvoth. De acuerdo con el judaísmo rabínico, hay 613 preceptos bíblicos que toda persona judía debe observar. El judaísmo rabínico anade 7 preceptos adicionales, conocidos como los Siete preceptos de las naciones o las Leyes noájidas, para un total de 620. En esta ocasión, el texto se enfoca en tres mandamientos: la limosna, la oración y el ayuno.
El pasaje que nos ocupa comienza ofreciendo una directriz general común: estas prácticas espirituales deben estar dirigidas a Dios, no a los demás. No se deben hacer estos mitzvoth para buscar el reconocimiento de la gente, sino para agradar a Dios. Por lo tanto, nuestra piedad no debe mostrarse en público y ante la congregación, sino que debe realizarse en privado ante Dios. Debemos entender que esta crítica al despliegue público de la piedad es polémica y que está dirigida principalmente al liderazgo del judaísmo normativo y del sistema rabínico.
Una vez enunciada la directriz general, el texto pasa a considerar la primera disciplina espiritual: la limosna. En griego, la palabra que la versión Reina Valera 1995 traduce al español como “limosna” es eleemosynen, que literalmente significa compasión o misericordia (v. 2). La crítica es severa: “Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres” (v. 2). Jesús afirma que quienes ofrecen estos espectáculos religiosos “ya tienen su recompensa,” que es el rechazo de parte de Dios.
El creyente fiel debe dar limosna y practicar obras de misericordia, pero debe hacerlo en secreto, de manera que “no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha” (v. 3). Jesús promete que Dios recompensará en público a quienes mantengan en privado sus actos de misericordia.
Jesús se acerca a la oración, la segunda disciplina espiritual, de la misma manera. La oración no debe ser un espectáculo público, sino una práctica secreta (vv. 5-6). Quienes oran para ser reconocidos por su piedad, también se han ganado el rechazo divino como “recompensa” (v. 5).
Es en este momento que se omiten los vv. 7 al 15, que contienen el texto central de todo el pasaje. En mi opinión, quien quiera centrar su sermón sobre este pasaje en el tema de oración debe referirse también a la oración modelo de Jesús, el Padre Nuestro.
La tercera disciplina espiritual que encontramos en el texto que nos propone el leccionario es el ayuno. Una vez más, la crítica al despliegue público de la piedad es mordaz: “Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan” (v. 16). Aquí volvemos a encontrar el estribillo que une a estas críticas de Jesús: quienes hacen un espectáculo público de sus ayunos “ya tienen su recompensa” y también serán repudiados por Dios (v. 16).
La persona creyente que practique el ayuno como disciplina espiritual deberá mostrar su mejor rostro (“unge tu cabeza y lava tu rostro”), tratando de no mostrar señales de no haber comido durante el tiempo dedicado a ayunar (vv. 17-18). Como es previsible, Jesús promete recompensas públicas de parte de Dios a quienes practiquen su piedad en secreto, dirigiendo su mitzvoth a Dios: “Y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público” (v. 18).
El pasaje termina haciendo referencia de nuevo a las ideas presentadas en el v. 1. Recordemos que, según el pensamiento rabínico, los mitzvoth acumulaban méritos para el creyente ante los ojos de Dios. Jesús retoma este tema en los vv. 19 al 21, cuando exhorta a los creyentes a acumular “tesoros en el cielo” (v. 20) y no en la tierra. En este punto, Jesús agrega la crítica a la acumulación de “tesoros en la tierra” (v. 19) a su reiterada crítica a la práctica en público de las disciplinas espirituales.
En cierto sentido, Jesús critica la teología que ve la acumulación de riqueza como una bendición divina, lo que implica que las personas pobres serían menos piadosas que las adineradas. Jesús nos enseña que las riquezas materiales se deterioran y mueren, porque la polilla y el moho las pueden destruir y los ladrones pueden entrar a robarlas, mientras que los tesoros que el creyente acumula ante los ojos de Dios, por medio de la práctica justa de las disciplinas espirituales, perduran para siempre (vv. 19-20).
El texto termina con palabras muy sentidas, que merecen un sermón por sí solas: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” (v. 21). Aquí Jesús, de manera tan sencilla como magistral, resume sus enseñanzas de manera contundente. ¿Por qué debemos mantener nuestra piedad en privado? Porque la piedad debe ser expresión de un corazón que ha encontrado su tesoro en Dios, el “Padre Nuestro” que está en los cielos. Si nuestra piedad está dirigida a Dios, no es necesario desplegarla en público.
En resumen, recomiendo que todo sermón para el Miércoles de Ceniza basado en este pasaje tome en cuenta el Padre Nuestro como centro de la reflexión.
Miércoles de Ceniza
Un sermón sobre 2 Samuel 11 y 12, textos donde se denuncia el pecado de David. Visite www.drpablojimenez.com & www.prediquemos.net
Un sermón sobre las disciplinas espirituales, enfocando en el ayuno, la oración y la lectura devociones de la Biblia. Visite www.drpablojimenez.com & www.prediquemos.net
Use estos recursos para sus devociones personales, ya sea en la víspera o en el Día de Reyes:
Lectura Bíblica: Mateo 2.1-12
La visita de los sabios: Jesús nació en Belén de Judea en los tiempos del rey Herodes. En aquel tiempo, unos sabios que venían desde el oriente llegaron a Jerusalén 2 y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente, y venimos a adorarlo.» 3 Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda Jerusalén con él.4 Convocó entonces a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5 Ellos le dijeron: «En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:
6 »“Y tú, Belén, de la tierra de Judá,
no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;
porque de ti saldrá un guía
que apacentará a mi pueblo Israel.”»
7 Luego, Herodes llamó en secreto a los sabios para saber de ellos el tiempo preciso en que había aparecido la estrella. 8 Los envió a Belén, y les dijo: «Vayan y averigüen con sumo cuidado acerca del niño, y cuando lo encuentren, avísenme, para que yo también vaya a adorarlo.» 9 Después de escuchar al rey, los sabios se fueron. La estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. 10 Al ver la estrella, se regocijaron mucho. 11 Cuando entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y, postrándose ante él, lo adoraron. Luego, abrieron sus tesoros y le ofrecieron oro, incienso y mirra. 12 Pero como en sueños se les advirtió que no volvieran a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Himno de alabanza: Emmanuel, por Edgardo “Pichie” Rivera
https://www.youtube.com/watch?v=NDFnHV1RAD8
Meditación: Por Otro Camino, por el Rev. Dr. Pablo A. Jiménez
OREMOS: Dios de eterno amor, te alabamos y bendecimos en esta hora, dando gracias por la obra de Cristo en nuestras vidas. Te pedimos con humildad que nos bendigas, capacitándonos para cambiar nuestros caminos. Queremos dejar atrás el pecado que nos asedia para transitar por caminos de paz, justicia y amor. Todo esto lo pedimos en el nombre de Jesús. AMÉN
Llamado a la adoración: Lucas 2.8-14
Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.
Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor.
Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:
Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.
Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían:
!Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!
Himno de Alabanza: Santa la noche
https://www.youtube.com/watch?v=IdNKh8wQKXQ
Lectura Bíblica: Isaías 9.6
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Meditación: ¿Conoces su nombre?
Predica: Pablo A. Jiménez / Pianista: Edgardo Rivera
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Oremos:
Bendito Dios, con alegría en el corazón te alabamos y te adoramos, dando gracias por Cristo Jesús: regalo de vida para toda la humanidad. Te rogamos que nos enseñes a apreciar la obra de Cristo y a vivir cada día más cerca de ti. Te pedimos, también, bendiciones para nuestros seres queridos y paz para nuestro país. Bendícenos Señor, en el nombre de Jesús, cuyo nacimiento recordamos hoy. Oramos en el nombre de Jesús. AMÉN