Cae la noche – Devociones – 8 de marzo

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

#caelanoche #DrPj

Lectura Bíblica: Marcos 11:1-18

La entrada triunfal en Jerusalén

Cuando ya estaban cerca de Jerusalén, Betfagué y Betania, y frente al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos y les dijo: «Vayan a la aldea que tienen ante ustedes. Al entrar en ella, van a encontrar atado un burrito, sobre el cual nadie se ha montado. Desátenlo y tráiganlo acá. Si alguien les pregunta: “¿Por qué hacen esto?”, respondan que el Señor lo necesita, y que muy pronto lo devolverá.» Los discípulos fueron, y en la calle, junto a una puerta, encontraron el burrito atado. Lo desataron. Algunos de los que estaban allí les preguntaron: «¿Qué hacen? ¿Por qué están desatando el burrito?» Ellos les respondieron lo que Jesús les había dicho, y los dejaron desatarlo. Ellos llevaron a Jesús el burrito, sobre el que echaron sus mantos, y luego Jesús se montó sobre él. Por el camino, muchos tendían también sus mantos, mientras que otros cortaban ramas que habían cortado en el campo. Tanto los que iban delante como los que iban detrás gritaban: «¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! 10 ¡Bendito el reino venidero de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!»

11 Jesús entró en Jerusalén y se dirigió al templo. Después de mirar todo a su alrededor, se fue a Betania con los doce, pues ya estaba anocheciendo.

Maldición de la higuera estéril

12 Al día siguiente, cuando salieron de Betania, Jesús tuvo hambre. 13 Al ver de lejos una higuera con hojas, fue a ver si hallaba en ella algún higo; pero al llegar no encontró en ella más que hojas, pues no era el tiempo de los higos. 14 Entonces Jesús le dijo a la higuera: «¡Que nadie vuelva a comer fruto de ti!» Y sus discípulos lo oyeron.

Purificación del templo

15 Llegaron a Jerusalén. Y al entrar Jesús en el templo comenzó a echar de allí a los que vendían y compraban en su interior. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas, 16 y no permitía que nadie atravesara el templo llevando algún utensilio; 17 más bien, les enseñaba y les decía: «¿Acaso no está escrito: “Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones”? ¡Pero ustedes han hecho de ella una cueva de ladrones!» 18 Cuando los escribas y los principales sacerdotes lo oyeron, comenzaron a buscar la manera de matarlo. Y es que le tenían miedo, pues toda la gente estaba admirada de sus enseñanzas.

Meditemos

Marcos 11.11
Marcos 11.11

Cae la noche – Devociones – 7 de marzo

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Marcos 10.32-52

Jesús vuelve a anunciar su muerte

32 Iban por el camino, subiendo a Jerusalén, y Jesús iba al frente de los discípulos, los cuales estaban asombrados y lo seguían con miedo. Volvió entonces a llevar aparte a los doce, y comenzó a decirles lo que le iba a suceder. 33 «Como pueden ver, ahora vamos camino a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, los cuales lo condenarán a muerte y lo entregarán a los no judíos.34 Y se burlarán de él y lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Pero al tercer día resucitará.»

Petición de Santiago y de Juan

35 Jacobo y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a él y le dijeron: «Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte.» 36 Jesús les preguntó: «¿Qué quieren que haga por ustedes?» 37 Ellos le respondieron: «Concédenos que, en tu gloria, uno de nosotros se siente a tu derecha y el otro a tu izquierda.» 38 Jesús les dijo: «Ustedes no saben lo que piden. ¿Acaso pueden beber del mismo vaso del que yo bebo, o ser bautizados con el mismo bautismo que voy a recibir?» 39 Ellos dijeron: «Sí podemos.» Entonces Jesús les dijo: «A decir verdad, beberán del vaso del que yo bebo, y recibirán el mismo bautismo que voy a recibir,40 pero no me corresponde concederles que se sienten a mi derecha o a mi izquierda, pues ya es de aquellos para quienes está preparado.» 41 Cuando los otros diez oyeron esto, se enojaron contra Jacobo y Juan. 42 Pero Jesús los llamó y les dijo: «Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones las dominan, y los poderosos les imponen su autoridad. 43 Pero entre ustedes no debe ser así. Más bien, aquel de ustedes que quiera hacerse grande será su servidor, 44 y aquel de ustedes que quiera ser el primero, será su esclavo. 45 Porque ni siquiera el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.»

Bartimeo recibe la vista

46 Llegaron a Jericó, y al salir de la ciudad Jesús iba seguido de sus discípulos y de una gran multitud. Junto al camino estaba sentado un mendigo llamado Bartimeo hijo de Timeo, que era ciego. 47 Cuando éste supo que quien venía era Jesús de Nazaret, comenzó a gritar y a decir: «Jesús, Hijo de David, ¡ten misericordia de mí!»48 Muchos lo reprendían para que callara, pero él gritaba con más fuerza: «Hijo de David, ¡ten misericordia de mí!» 49 Jesús se detuvo y mandó que lo llamaran. Los que llamaron al ciego le dijeron: «¡Mucho ánimo! ¡Levántate, que Jesús te llama!» 50 Arrojando su capa, el ciego dio un salto y se acercó a Jesús, 51 y Jesús le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego le respondió: «Maestro, quiero recobrar la vista.» 52 Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y enseguida el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús en el camino.

Meditemos

Marcos 10.52
Marcos 10.52

Cae la noche – Devociones – 6 de marzo

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Marcos 10.1-31

Jesús enseña sobre el divorcio

Jesús salió de allí y se fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. El pueblo volvió a reunirse en torno suyo, y él volvió a enseñarles, como era su costumbre.

Unos fariseos se le acercaron y, para ponerlo a prueba, le preguntaron si le estaba permitido al esposo divorciarse de su esposa. Jesús les respondió: «¿Qué les mandó Moisés?» Ellos dijeron: «Moisés permitió el divorciarse de la esposa mediante un certificado de divorcio.» Jesús les dijo: «Ese mandamiento les escribió Moisés por lo obstinado que es el corazón de ustedes. Pero, al principio de la creación, Dios los hizo hombre y mujer. Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán un solo ser, así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe nadie.»

10 Ya en la casa, los discípulos volvieron a preguntarle acerca de lo mismo, 11 y Jesús les dijo: «Quien se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. 12 Y si la mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio.»

Jesús bendice a los niños

13 Llevaron unos niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendieron a quienes los habían llevado. 14 Al ver esto, Jesús se indignó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mí. No se lo impidan, porque el reino de Dios es de los que son como ellos. 15 De cierto les digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.» 16 Entonces Jesús tomó a los niños en sus brazos, puso sus manos sobre ellos, y los bendijo.

El joven rico

17 Jesús salía ya para seguir su camino, cuando un hombre llegó corriendo, se arrodilló delante de él, y le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?» 18 Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie que sea bueno, sino sólo Dios. 19 Ya conoces los mandamientos: No mates. No cometas adulterio. No robes. No des falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.»20 Aquel hombre le respondió: «Maestro, todo esto lo he cumplido desde mi juventud.» 21 Jesús lo miró y, con mucho amor, le dijo: «Una cosa te falta: anda y vende todo lo que tienes, y dáselo a los pobres. Así tendrás un tesoro en el cielo. Después de eso, ven y sígueme.» 22 Cuando aquel hombre oyó eso, se afligió y se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

23 Jesús miró a su alrededor, y les dijo a sus discípulos: «¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!» 24 Los discípulos se asombraron de sus palabras, pero Jesús volvió a decirles: «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! 25 Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico entre en el reino de Dios». 26 Ellos se asombraron aún más, y se preguntaban unos a otros: «Entonces, ¿quién podrá salvarse?» 27 Jesús los miró fijamente y les dijo: «Esto es imposible para los hombres, pero no para Dios. Porque para Dios todo es posible.» 28 Pedro comenzó entonces a decirle: «Como sabes, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido.» 29 Jesús respondió: «De cierto les digo: No hay nadie que por causa de mí y del evangelio haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos, o tierras, 30 que ahora en este tiempo no reciba, aunque con persecuciones, cien veces más casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, y en el tiempo venidero la vida eterna. 31 Muchos de los que ahora son los primeros, serán los últimos; y los que ahora son los últimos, serán los primeros.

Meditemos

Marcos 10.31
Marcos 10.31

Cae la noche – Devociones – 5 de marzo

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Marcos 9.30-50

Jesús anuncia otra vez su muerte

30 Cuando se fueron de allí, pasaron por Galilea. Pero Jesús no quería que nadie lo supiera, 31 porque estaba enseñando a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del Hombre será entregado a los poderes de este mundo, y lo matarán. Pero, después de muerto, al tercer día resucitará.» 32 Ellos no entendieron lo que Jesús quiso decir con esto, pero tuvieron miedo de preguntárselo.

¿Quién es el mayor?

33 Llegaron a Cafarnaún, y cuando ya estaban en la casa, Jesús les preguntó: «¿Qué tanto discutían ustedes en el camino?» 34 Ellos se quedaron callados, porque en el camino habían estado discutiendo quién de ellos era el más importante. 35 Jesús se sentó, llamó a los doce, y les dijo: «Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y el servidor de todos.» 36 Luego puso a un niño en medio de ellos, y tomándolo en sus brazos les dijo: 37 «El que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, no me recibe a mí sino al que me envió.»

Quién está a favor de Jesús

38 Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero se lo prohibimos, porque no es de los nuestros.» 39 Pero Jesús les dijo: «No se lo prohíban, porque nadie puede hacer un milagro en mi nombre, y luego hablar mal de mí. 40 El que no está contra nosotros, está a favor de nosotros. 41 De cierto les digo que cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre, por ser ustedes de Cristo, no perderá su recompensa.

Ocasiones de pecar

42 »A cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una piedra de molino, y que lo arrojaran al mar. 43 Si tu mano te lleva a pecar, córtatela. Es mejor que entres en la vida manco, y no que entres con las dos manos y que vayas al infierno, al fuego que nunca se apaga. 44 [Allí, los gusanos no mueren, y el fuego nunca se apaga.] 45 Si tu pie te lleva a pecar, córtatelo. Es mejor que entres en la vida cojo, y no que tengas los dos pies y que vayas al infierno, [al fuego que no puede ser apagado, 46 donde los gusanos no mueren, y el fuego nunca se apaga.] 47 Si tu ojo te lleva a pecar, sácatelo. Es mejor que entres en el reino de Dios con un solo ojo, y no que tengas los dos ojos y seas arrojado al infierno, 48 donde los gusanos no mueren, y el fuego nunca se apaga. 49 Porque todos serán sazonados con fuego. 50 La sal es buena. Pero si la sal se hace insípida, ¿con qué le devolverán su sabor? Tengan sal en ustedes mismos, y vivan en paz unos con otros.»

Marcos 9.43
Marcos 9.43

Cae la noche – Devociones – 4 de marzo

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Marcos 9.1-29

Jesús les dijo: «De cierto les digo que algunos de los que están aquí no morirán hasta que vean llegar el reino de Dios con poder.»

La transfiguración

Seis días después, Jesús se llevó aparte a Pedro, Jacobo y Juan. Los llevó a un monte alto, y allí se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron resplandecientes y muy blancos, como la nieve. ¡Nadie en este mundo que los lavara podría dejarlos tan blancos! Y se les aparecieron Elías y Moisés, y hablaban con Jesús. Pedro le dijo entonces a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es para nosotros estar aquí! Vamos a hacer tres cobertizos; uno para ti, otro para Moisés, y otro para Elías.» Y es que no sabía qué decir, pues todos estaban espantados. En eso, vino una nube y les hizo sombra. Y desde la nube se oyó una voz que decía: «Éste es mi Hijo amado. ¡Escúchenlo!» Miraron a su alrededor, pero no vieron a nadie; sólo Jesús estaba con ellos.

Mientras bajaban del monte, Jesús les mandó que no dijeran a nadie nada de lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre hubiera resucitado de los muertos. 10 Por eso ellos guardaron el secreto entre sí, aunque se preguntaban qué querría decir aquello de «resucitar de los muertos». 11 Entonces le preguntaron: «¿Por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?» 12 Él les respondió: «A decir verdad, Elías vendrá primero y restaurará todas las cosas. ¿Y cómo, entonces, dice la Escritura que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? 13 Pues yo les digo que Elías ya vino, y que hicieron con él todo lo que quisieron, tal y como está escrito acerca de él.»

Jesús y el joven endemoniado

14 Cuando llegaron adonde estaban los otros discípulos, los encontraron rodeados de una gran multitud. Algunos escribas discutían con ellos. 15 En cuanto la gente vio a Jesús, se quedó asombrada y corrió a saludarlo. 16 Jesús les preguntó: «¿Qué es lo que discuten con ellos?» 17 De entre la multitud, uno le respondió: «Maestro, te he traído a mi hijo. Tiene un espíritu que lo ha dejado mudo. 18 Cada vez que se posesiona de él, lo sacude; entonces mi hijo echa espuma por la boca, rechina los dientes, y se queda rígido. Les pedí a tus discípulos que expulsaran a ese espíritu, pero no pudieron.» 19 Jesús dijo: «¡Ay, gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? ¡Tráiganme al muchacho!»20 Cuando se lo llevaron, tan pronto como el espíritu vio a Jesús, sacudió al muchacho con violencia, y éste cayó al suelo revolcándose y echando espuma por la boca. 21 Jesús le preguntó al padre: «¿Desde cuándo le sucede esto?» Y el padre respondió: «Desde que era niño. 22 Muchas veces lo arroja al fuego, o al agua, con la intención de matarlo. Si puedes hacer algo, ¡ten compasión de nosotros y ayúdanos!» 23 Jesús le dijo: «¿Cómo que “si puedes”? Para quien cree, todo es posible.» 24 Al instante, el padre del muchacho exclamó: «¡Creo! ¡Ayúdame en mi incredulidad!» 25 Cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu impuro y le dijo: «Espíritu sordo y mudo, ¡yo te ordeno que salgas de este muchacho, y que nunca vuelvas a entrar en él!» 26 El espíritu salió gritando y sacudiendo con violencia al muchacho, el cual se quedó como muerto. En efecto, muchos decían: «Está muerto.» 27 Pero Jesús lo tomó de la mano, lo enderezó, y el muchacho se puso de pie. 28 Cuando Jesús entró en la casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?» 29 Jesús les respondió: «Estos demonios no salen sino con oración.»

Marcos 9.29
Marcos 9.29

Cae la noche – Devociones – 3 de marzo

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Marcos 8

Alimentación de los cuatro mil

Por esos días volvió a reunirse una gran multitud. Como no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Esta gente me parte el corazón. Hace ya tres días que están conmigo, y no tienen qué comer. Si los mando a sus casas en ayunas, podrían desmayarse en el camino, pues algunos de ellos han venido de muy lejos.» Sus discípulos le respondieron: «¿Y dónde vamos a conseguirles pan suficiente en un lugar tan apartado como éste?» Jesús les preguntó: «¿Cuántos panes tienen ustedes?» Y ellos respondieron: «Siete.»Entonces Jesús mandó a la multitud que se recostara en el suelo, luego tomó los siete panes, y después de dar gracias los partió y se los dio a sus discípulos, para que ellos los repartieran entre la multitud. Ellos así lo hicieron. Tenían también unos cuantos pescaditos, así que Jesús los bendijo y mandó también que los repartieran. Toda la gente comió hasta quedar satisfecha y, cuando recogieron lo que sobró, llenaron siete canastas. Los que comieron eran como cuatro mil. Luego Jesús los despidió 10 y enseguida entró en la barca con sus discípulos para irse a la región de Dalmanuta.

La demanda de una señal

11 Los fariseos llegaron y comenzaron a discutir con él, y para ponerlo a prueba le pidieron que hiciera una señal del cielo. 12 Lanzando un profundo suspiro, Jesús dijo: «¿Por qué pide esta gente una señal? De cierto les digo que ninguna señal se le concederá.» 13 Los dejó entonces, y volvió a entrar en la barca para irse a la otra orilla.

La levadura de los fariseos

14 Los discípulos se habían olvidado de llevar comida, así que en la barca sólo tenían un pan. 15 Jesús les mandó: «Abran los ojos y cuídense de la levadura de los fariseos, y también de la levadura de Herodes.»16 Ellos se decían entre sí: «Lo dice porque no trajimos pan.» 17 Pero Jesús se dio cuenta y les dijo: «¿Por qué discuten de que no tienen pan? ¿Todavía no entienden ni se dan cuenta? ¿Todavía tienen cerrada la mente?18 ¿Tienen ojos, pero no ven? ¿Tienen oídos, pero no oyen? ¿Acaso ya no se acuerdan? 19 Cuando repartí los cinco panes entre los cinco mil, ¿cuántas cestas llenas del pan que sobró recogieron?» Y ellos dijeron: «Doce.»20 «Y cuando repartí los siete panes entre los cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas del pan que sobró recogieron?» Ellos respondieron: «Siete.» 21 Entonces les dijo: «¿Y cómo es que todavía no entienden?»

Un ciego sanado en Betsaida

22 Cuando fueron a Betsaida, le llevaron un ciego y le rogaron que lo tocara. 23 Jesús tomó la mano del ciego y lo llevó fuera de la aldea. Allí escupió en los ojos del ciego, y luego le puso las manos encima y le preguntó: «¿Puedes ver algo?» 24 El ciego levantó los ojos y dijo: «Veo gente. Parecen árboles que caminan.» 25 Jesús le puso otra vez las manos sobre los ojos, y el ciego recobró la vista y pudo ver a todos de lejos y con claridad.26 Jesús lo envió a su casa, y le dijo: «No vayas ahora a la aldea.»

La confesión de Pedro

27 Jesús y sus discípulos fueron entonces a las aldeas de Cesarea de Filipo. En el camino, Jesús les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» 28 Ellos respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros más, que alguno de los profetas.» 29 Entonces él les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy?» Pedro le respondió: «Tú eres el Cristo.» 30 Pero él les mandó que no dijeran nada a nadie acerca de él.

Jesús anuncia su muerte

31 Jesús comenzó entonces a enseñarles que era necesario que el Hijo del Hombre sufriera mucho y fuera desechado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y que tenía que morir y resucitar después de tres días. 32 Esto se lo dijo con toda franqueza. Pero Pedro lo llevó aparte y comenzó a reconvenirlo. 33 Entonces Jesús se volvió a ver a los discípulos, y reprendió a Pedro. Le dijo: «¡Aléjate de mi vista, Satanás! ¡Tú no piensas en las cosas de Dios sino en cuestiones humanas!»

34 Luego llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «Si alguno quiere seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. 35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. 36 Porque ¿de qué le sirve a uno ganarse todo el mundo, si pierde su alma? 37 ¿O qué puede dar uno a cambio de su alma?

38 »Si en esta generación adúltera y pecadora alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.»

Marcos 8.38
Marcos 8.38

 

Cae la noche – Devociones – 2 de marzo

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Marcos 7.14-37

14 Jesús volvió a llamar a toda la gente, y les dijo: «Escúchenme todos, y entiendan: 15 Nada que venga de afuera puede contaminar a nadie. Lo que contamina a la persona es lo que sale de ella.» 16 [Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.] 17 Cuando entró en la casa, luego de alejarse de la multitud, sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola. 18 Jesús les dijo: «¿Tampoco ustedes pueden entender esto? ¿Acaso no entienden que nada que venga de afuera y entre en alguien puede contaminarlo? 19 Porque eso no entra en su corazón, sino en su vientre, y al final va a parar en la letrina.» Con esto Jesús estaba diciendo que todos los alimentos son limpios, 20 aunque también decía que lo que contamina es lo que sale de la persona. 21 Porque de adentro del corazón humano salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, 22 los adulterios, las avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria, la envidia, la calumnia, la soberbia y la insensatez. 23 Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona.

La fe de la mujer sirofenicia

24 De allí Jesús se fue a la región de Tiro y de Sidón. Llegó a una casa y trató de que nadie lo supiera, pero no pudo esconderse 25 porque, tan pronto como una mujer, cuya hija tenía un espíritu impuro, supo que él había llegado, fue a su encuentro y se arrojó a sus pies. 26 Esa mujer era griega, de nacionalidad sirofenicia, y le rogaba que expulsara de su hija al demonio; 27 pero Jesús le dijo: «Primero deja que los hijos queden satisfechos, porque no está bien quitarles a los hijos su pan y echárselo a los perritos.» 28 La mujer le respondió: «Es verdad, Señor. Pero hasta los perritos comen debajo de la mesa las migajas que dejan caer los hijos.» 29 Entonces Jesús le dijo: «Por esto que has dicho, puedes irte tranquila; el demonio ya ha salido de tu hija.» 30 Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a su hija acostada en la cama, y el demonio ya había salido de ella.

Jesús sana a un sordo

31 Jesús volvió a salir de la región de Tiro, y fue por Sidón al lago de Galilea, pasando por la región de Decápolis. 32 Le llevaron allí a un sordo y tartamudo, y le rogaban que pusiera la mano sobre él. 33 Jesús lo apartó de la gente, le metió los dedos en las orejas y, con su saliva, le tocó la lengua; 34 luego levantó los ojos al cielo, y lanzando un suspiro le dijo: «¡Efata!», es decir, «¡Ábrete!» 35 Al instante se le abrieron los oídos y se le destrabó la lengua, de modo que comenzó a hablar bien. 36 Jesús les mandó que no contaran esto a nadie, pero mientras más se lo prohibía, ellos más y más lo divulgaban. 37 La gente estaba muy asombrada, y decía: «Todo lo hace bien. Hasta puede hacer que los sordos oigan y que los mudos hablen.»

Marcos 7.28
Marcos 7.28

Cae la noche – Devociones – 1 de marzo

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Marcos 7.1-13

Lo que contamina al hombre

Los fariseos y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén, se acercaron a Jesús y vieron que algunos de sus discípulos comían pan con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado. (Los fariseos, y todos los judíos, viven aferrados a la tradición de los ancianos, de modo que, si no se lavan las manos muchas veces, no comen. Cuando vuelven del mercado, no comen si antes no se lavan. Y conservan también muchas otras tradiciones, como el lavar los vasos en que beben, los jarros, los utensilios de metal, y las camas.) Entonces los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos impuras?» Jesús les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, cuando escribió:

»“Este pueblo me honra con los labios,

pero su corazón está lejos de mí.

No tiene sentido que me honren,

si sus enseñanzas son mandamientos humanos.”

Porque ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, y se aferran a la tradición de los hombres.» [Es decir, al lavamiento de jarros y de vasos para beber, y a muchas otras cosas semejantes.] También les dijo: «¡Qué bien invalidan ustedes el mandamiento de Dios, para mantener su propia tradición! 10 Porque Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”, y también: “El que maldiga al padre o a la madre, morirá irremisiblemente.” 11 Pero ustedes dicen: “Basta que alguien diga al padre o a la madre: ‘Todo aquello con que podría ayudarte es Corbán’ (es decir, mi ofrenda a Dios)”, 12 y con eso ustedes ya no permiten que nadie ayude más a su padre o a su madre. 13 Es así como ustedes invalidan la palabra de Dios con la tradición que se han transmitido, además de que hacen muchas otras cosas parecidas.»


Altar familiar para Marzo 2016

Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Espinosa

Altar Familiar – Marzo 2016

**Para ser usado, preferiblemente, el jueves 31 de marzo**

Instrucciones: Ofrecemos estas guías para hacer un altar familiar en su casa, orando con su familia. Le rogamos que aparte unos 15 a 20 minutos para orar en familia. De ser posible, hágalo el jueves 31 de marzo en la noche, pues esa es la fecha en la cual la mayor parte de la feligresía de nuestra Iglesia estará haciendo este ejercicio espiritual. Siéntase en libertad de añadir otras oraciones, cánticos o lecturas que desee incluir en este culto de adoración en familia.

Llamado a la adoración: Salmo 114

1. Cuando los israelitas salieron de Egipto,

y la familia de Jacob abandonó ese pueblo extraño,

2. Judá se convirtió en el santuario del Señor

y el pueblo de Israel llegó a ser su dominio.

3. Cuando el mar vio al Señor, se retiró;

también el río Jordán dejó de fluir.

4. Los montes saltaban como carneros,

¡las colinas brincaban como corderitos!

5. Dime, mar, ¿por qué te retiraste?

Y tú, Jordán, ¿por qué dejaste de fluir?

6. Y ustedes, montes y colinas,

¿por qué saltaban como carneros?

¿Por qué brincaban como corderitos?

7. En presencia del Señor, la tierra tiembla;

¡tiembla en presencia del Dios de Jacob!

8. El Señor convirtió la peña en un manantial;

¡convirtió la roca en fuentes cristalinas!

Oración de adoración: Alabemos a Dios y démosle gracias por su presencia en nuestras vidas.

Cántico: Cristo, mi roca, es Él

/// Cristo, mi roca es Él.///

Él no me desampara,

Cristo no me deja,

Cristo, mi roca es Él.

Meditación: Volver a empezar (Para ser leída en voz alta)

Lectura que sirve de base a la meditación: Lucas 24.1-7

24 Pero el primer día de la semana, muy temprano, las mujeres regresaron al sepulcro. Llevaban las especias aromáticas que habían preparado. Como se encontraron con que la piedra del sepulcro había sido quitada, entraron; pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras ellas se preguntaban qué podría haber pasado, dos hombres con vestiduras resplandecientes se pararon junto a ellas. Llenas de miedo, se inclinaron ocultando su rostro; pero ellos les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí. ¡Ha resucitado! Acuérdense de lo que les dijo cuando aún estaba en Galilea: “Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado. Pero al tercer día resucitará.”»

En algún momento de su vida, usted ha deseado volver a empezar. Sí, ha soñado con la oportunidad de comenzar de nuevo para reconstruir una vida que encuentra vacía, incompleta o carente de sentido.

Yo sé que usted se ha sentido así, porque yo mismo he tenido esos pensamientos.

Sin embargo, volver a empezar se dificulta. Son muchas las cosas que nos atan al pasado, las obligaciones que nos oprimen y las promesas que tenemos que cumplir. Comenzar de nuevo es difícil, particularmente después de un fracaso que nos ha dejado en la devastación emocional.

Aún así, la mente y el corazón añoran esos nuevos comienzos, soñando en las nuevas composiciones que pudiéramos escribir en una pizarra limpia.

Quizás este anhelo de volver a comenzar explica el poder del mensaje de la resurrección de Jesucristo. El relato bíblico afirma que Jesús de Nazaret venció la muerte, siendo vivificado por Dios en el poder del Espíritu Santo. Así, la cruz pasó de ser una señal de ignominia a ser un signo de esperanza. Así, la opresión militar de un Imperio asesino quedó desenmascarada por el mensaje de un nuevo Reino de paz.

La resurrección de Jesús es el punto doctrinal central de la fe cristiana. Es una verdad teológica que no se puede probar por medio de técnicas científicas, ya que es supera lo racional. Es una verdad espiritual que afirma con libertad toda aquella persona que ha sentido la presencia del Cristo Resucitado en su ser. Sencillamente, las personas de fe sentimos que Aquel que murió ahora vive para siempre en medio nuestro. Y una vez experimentamos su presencia, nada ni nadie la puede negar.

Ahora bien, la resurrección también contiene una promesa para toda persona que se acerca a Dios con fe: la posibilidad de volver a empezar. La fe cristiana afirma que usted y yo podemos cambiar nuestras vidas; reinventarnos, si se quiere. ¿Por qué? Porque Dios está dispuesto a perdonar nuestros pecados y a abrir nuevos senderos de vida para quienes le buscan con corazones sencillos.

Por eso, el mensaje de la resurrección es siempre pertinente. No perderá vigencia mientras exista un hombre o una mujer que desee acceder a una vida nueva, transformando su situación. Por eso, la resurrección de Jesús seguirá siendo una fuente de esperanza para toda aquella persona que se acerque a Dios con tan siquiera un poquito de fe.

Peticiones y acciones de gracia: Cada miembro de la familia o persona presente presentará un motivo de oración y dará gracias por alguna bendición recibida de parte de Dios.

Oración de cierre: Una persona deberá elevar una oración a Dios dando gracias por la familia y por las bendiciones recibidas en este rato de oración.

ICDC Espinosa
ICDC Espinosa