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Sobre este episodio
Este es un sermón temático, basado en Romanos 8.14-17, en ocasión del Día de los Padres. Su tema principal es: En Dios encontramos el padre que nunca tuvimos.
La buena noticia es que Dios es nuestro padre; es el padre de todos, aún de aquellas personas que nos criamos sin un padre en nuestro hogar. Por eso, hoy la Palabra de Dios nos exhorta a acercarnos al Señor, de manera que nuestro espíritu pueda gritar con alegría «Abba, Padre», porque hemos encontrado al padre eterno que nunca nos abandonará.
Harold Segura es un teólogo bautista, colombiano, quien vive en Costa Rica, donde trabaja con World Vision. Ha escrito varios libros, tales como “Mas allá de la utopía” (Kairós 2010) & “Un niño los pastoreará: Niñez, teología y misión” (Editorial Mundo Hispano, 2006).
Comparto el audio de un sermón grabado en vivo, en la Iglesia “La Misión”, en Mazatlán Sinaloa, cuyo pastor es Elías Páez. El sermón se titula “Eres libre” y se basa en Lucas 13.10-17. Su tema central es: “Dios desea salvar y bendecir a toda la humanidad, particularmente a las personas que son menospreciadas por la sociedad.”
Este sermón le habla, de manera particular, a las personas que se han sentido abandonadas e ignoradas en la vida. la buena noticia es: NO ERES INVISIBLE PARA DIOS.
El podcast PREDIQUEMOS trata en esta ocasión el sistema de Los Tres Pasos, un método de interpretación bíblica para la predicación.
Los tres pasos son:
A. El Punto de Contacto
B. La Validación
C. La Interpretación
Este sistema se explica, entre otras publicaciones, en el libro Principios de Predicación & en La Biblia para la Predicación. Puede adquirir estos materiales por medio de Amazon.com o puede acceder a la sección de libros de www.drpablojimenez.com:https://drpablojimenez.com/libros/
El “podcast” es la nueva radio. Permite grabar programas de radio y colocarlos en archivos de audio o vídeo que se pueden descargar a un dispositivo móvil, a una tableta electrónica o a una computadora.
Este tutorial enfoca en el uso del podcast para la producción de programas de mensaje cristiano en audio, con el propósito de avanzar la difusión del Evangelio de Jesucristo.
Espero que haya disfrutado de este vídeo tutorial.
Me place compartir esta entrevista al Dr. Samuel Pagán, uno de los más grandes expertos en el campo de la traducción y el estudio de la Biblia en el mundo de habla hispana.
El Dr. Pagán es autor de más de 50 libros, muchos de los cuales usted puede adquirir por medio de Amazon.com. Del mismo modo, el Dr. Pagán enseña en varios seminarios, entre los cuales se destaca el Seminario Teológico Gordon-Conwell. También lleva grupos de peregrinos a Israel.
Espero que disfruten a saciedad esta entrevista al Dr. Samuel Pagán.
En la vida de todo ser humano hay un momento clave cuando nos preguntamos si la vida puede ser distinta. Es un momento donde podemos en duda lo que la gente considera “normal”. Es el nacer de una pequeña esperanza de cambio.
Preguntar “¿Y si al vida fuera distinta?” nos lleva a considerar posibilidades de cambio, atrevernos a hacer lo antes impensado, y a soñar con un nuevo futuro.
Sin embargo, la mera pregunta sobre la posibilidad de cambio no basta. Falta un elemento adicional: la fe. Es la fe en Dios, revelado en la persona de Jesucristo en el poder del Espíritu Santo, lo que nos permite considerar un nuevo futuro.
Jesús recompensó tanto los valores como la acción de esta mujer visionaria, que se atrevió a decir la verdad que todos conocían, pero que nadie quería nombrar. Eso le llevó a aceptar con humildad su regalo tan extravagante.
Y hoy, ese mismo Jesús—quien vive para siempre—está aquí, presto a darte “las fuerzas necesarias por medio de la fe, de manera que puedas transformar tu vida, en el nombre del Señor.”
Versión libre del sermón titulado “Amar a los enemigos”, escrito por Martin Luther King, Jr., y publicado en su libro “Strength to Love”.
Introducción
“Amad a vuestros enemigos”: quizás esta sea la enseñanza de Jesús más difícil de seguir.
Algunos piensan que es imposible cumplir este mandamiento. ¿Cómo amar a una persona que se empeña en hacernos daño, sea de frente o a nuestras espaldas? Otros piensan que el mandato a amar los enemigos prueba que la ética cristiana está diseñada para personas débiles y cobardes, no para las fuertes y valientes. Estas personas piensan que Jesús fue un idealista.
A pesar de estas objeciones, el mandato de Jesús nos desafía con urgencia. La inestabilidad de la sociedad nos recuerda que el hombre moderno viaja por una carretera llamada “odio”, en un viaje con destino a la destrucción y a la condenación. Lejos de ser la declaración piadosa de un soñador, el mandato a amar a nuestros enemigos es un absoluto necesario para nuestra supervivencia. Amar aun a los enemigos es la clave para la solución de los problemas de nuestro mundo. Por eso, afirmo que Jesús no era un idealista, sino un realista.
Jesús comprendía la dificultad inherente al acto de amar a los enemigos. Sabía que toda expresión genuina de amor encuentra su origen en el acto de rendirse a Dios. Por lo tanto, Jesús dijo “amad a vuestros enemigos” con toda seriedad. Y nosotros, como cristianos, tenemos la responsabilidad de descubrir el significado de este mandato para hoy y de cumplirlo con pasión.
¿Cómo amar a los enemigos?
Ahora bien, ¿cómo es que uno demuestra el amor por los enemigos?.
Primero, demostramos el amor por medio de nuestra capacidad para perdonar. Quien no sabe perdonar, tampoco sabe amar. Es imposible amar a los demás sin primero aceptar la necesidad de perdonar las injurias recibidas. Por eso, debemos comprender que sólo la persona ofendida puede perdonar. Le toca, pues, a la víctima iniciar el proceso del perdón. El ofensor puede bien puede pedir perdón, pasando por un proceso similar al del Hijo Pródigo, quien “volvió en sí” después de sufrir las consecuencias de su pecado. Empero, sólo la persona ofendida puede perdonar al ofensor.
Perdonar no quiere decir que uno ignora la ofensa. Por el contrario, quiere decir que la ofensa ya no es impedimento para entrar en y mantener una relación. El perdón crea la atmósfera necesaria para volver a empezar, libres de las cargas del ayer. El perdón conduce a la reconciliación. Nuestra capacidad para perdonar determina nuestra capacidad para amar.
Segundo, debemos comprender que el ofensor es mucho más que su ofensa. Hasta la persona más repulsiva tiene alguna característica positiva. El problema es que los seres humanos tenemos personalidades divididas, ya que le mostramos amor a algunas personas a la misma vez que le hacemos daño a otras. Y esto lo vemos aún en el testimonio bíblico, cuando el Apóstol Pablo expresa:
Yo sé que en mí, esto es, en mi naturaleza humana, no habita el bien; porque el desear el bien está en mí, pero no el hacerlo.Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero.Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí. – Romanos 8.18-20
Tercero, no debemos tratar de derrotar ni de humillar al enemigo, sino de ganar su amistad. A veces la vida nos da la oportunidad de vengarnos de aquellos que nos han hecho daño. Sin embargo, esto termina haciéndonos daño a nosotros mismos. Debemos recordar que Pablo también dijo: “No busquemos vengarnos, amados míos. Mejor dejemos que actúe la ira de Dios, porque está escrito: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12.19).
¿Por qué amar a los enemigos?
Ahora vayamos del “cómo” a “¿por qué debemos amar a nuestros enemigos?”
La primera razón es evidente: Pagar odio con odio sólo multiplica el odio. El odio no puede vencer al odio; sólo el amor puede vencerlo.
El odio multiplica el odio.
La rudeza sólo multiplica la rudeza.
Y la violencia multiplica la violencia.
Por lo tanto, cuando Jesús nos ordena amar a los enemigos, nos está pidiendo que rompamos la cadena de violencia que destruye al “otro” y, por ende, a la sociedad.
Otra razón para amar al enemigo es que el odio ensucia el alma y distorsiona la personalidad. Todos sabemos los estragos que causa el odio en la mente y el corazón de nuestros enemigos; pero pocos reconocemos el daño que puede causarnos a nosotros mismos; a nuestra mente y a nuestro corazón.
Si permitimos que las ofensas recibidas siembren odio en nuestros corazones, ese sentimiento negativo crecerá en nuestras almas. El odio es como un cáncer que corroe la personalidad y mina nuestra vitalidad. El odio destruye nuestros valores. Lo que es más, el odio causa tanta corrupción que terminamos llamando bueno a lo malo, bello a lo grotesco y verdadero a lo falso (compare con Isaías 5.20).
Tercero, debemos amar a nuestros enemigos porque el amor es la única fuerza que puede transformar al enemigo en un amigo. Recuerden que no deseamos destruir a la persona que nos ha ofendido, sino deshacernos de la enemistad que nos separa. Dios, quien es amor, es quien cambia al ser humano con su poder transformador.
Conclusión
Finalmente, hay una razón aún más importante para amar a nuestros enemigos. La encontramos en Mateo 5.43-45:
Oíste que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
Por lo tanto, es por medio del amor que llegamos a ser hijos e hijas de Dios. Aunque todo ser humano es hijo de Dios en potencia, esa relación se actualiza cuando amamos a los demás. Debemos amar a nuestros enemigos, porque sólo por medio del amor podemos experimentar la belleza y la santidad de Dios.
Sobre esta base, el Dr. Martin Luther King Jr. dirigió el siguiente mensaje a sus muchos oponentes:
Enfrentaremos su capacidad de hacernos daño con nuestra fuerza para amar. Enfrentaremos su fuerza física con nuestra fuerza espiritual. Desobedeceremos las leyes injustas, porque nuestra conciencia nos obliga a luchar por la justicia. No importa el mal que lancen contra nosotros, vamos a perseverar en el amor. Vamos a triunfar algún día; obteniendo una victoria que no será para sólo para nosotros. Y triunfaremos dos veces, porque no solo vamos a ganar nuestros derechos civiles; también ganaremos su corazón.
Y, a pesar de que King ofrendó su vida en el proceso de asegurar los derechos civiles de la comunidad afroamericana en los Estados Unidos, su mensaje se tornó en profecía. La resistencia pacífica resultó una táctica efectiva para combatir la brutalidad del sistema racista. La gente pudo ver con sus propios ojos, por medio de los reportajes de televisión, cómo la policía y las turbas racistas abusaban de personas que protestaban en paz. Los perseguían, los golpeaban, los mojaban con agua a presión, los acosaban con perros bravos y hasta los encarcelaban. Mientras tanto, quienes protestaban sólo reclamaban sus derechos a tomar agua de las mismas fuentes, a estudiar en las mismas escuelas y a comer en los mismos restaurantes que la gente blanca de herencia anglo-europea.
Esto llevó a presidentes como Kennedy y Johnson a oponerse al sistema racista en el cual habían sido criados para defender los derechos de los afroamericanos. Y eso abrió el camino para reconocer los derechos de las comunidades hispanas.
¿Por qué debemos amar a nuestros enemigos? Porque el amor es la fuerza espiritual más grande del universo, porque Dios es amor.
Le doy la más cordial bienvenida a este nuevo episodio de Prediquemos.
Información sobre este episodio:
En esta ocasión, comparto un sermón titulado “El hombre a quien Jesús llamó necio”, basado en Lucas 12.13-21. El mismo fue grabado en vivo, en la Iglesia Cristiana (Discipulos de Cristo) en el Barrio Sonadora de la ciudad de Guaynabo en Puerto Rico. Este sermón está inspirado en una prédica de Martin Luther King, Jr., titulada “The man whom Jesus called a fool”, aunque no es una traducción de la misma. Sencillamente, es mi propia versión, inspirada en el sermón de King.
Todo sermón necesita una idea central. La “gran idea”, proposición o enfoque de este sermón es: “Dios nos exhorta a colocar la búsqueda de la espiritualidad sobre la búsqueda de la prosperidad.” Es un sermón de Desafío Profético, cuyo propósito es llamar a la audiencia a retomar el compromiso con Dios. Es un sermón de diseño expositivo, que sigue una lógica inductiva. Los sermones de lógica inductiva no anuncian su “gran idea” o proposición al principio de la exposición, sino que presentan su idea central al final.
El sermón termina diciendo:
“Para decirlo con toda claridad, nuestras vidas no son nuestras y, por lo tanto, el futuro no está en nuestras manos. La vida de cada ser humano le pertenece a Dios. El Señor, en su infinita bondad y misericordia, nos permite administrar esa vida. Por lo tanto, somos mayordomos de nuestras vidas, no dueños de las mismas.
Así quedan claros los reclamos del texto bíblico sobre nuestras vidas:
Dios nos llama a colocar la comunidad, sobre la individualidad.
Dios nos llama a colocar la teología sobre la tecnología.
Dios nos llama a colocar la espiritualidad sobre la prosperidad.
Respondamos al mensaje bíblico con fe, volviendo nuestras vidas a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN”