Teología bíblica del liderazgo, nuevo episodio del Podcast Prediquemos

Conferencia introductoria al estudio de la Teología Bíblica del Liderazgo, explorando sus grandes hilos temáticos en el Antiguo y Nuevo Testamento.

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¿Quién mató a Jesús? Una meditación para la Semana Santa

Una meditación para la Semana Santa, enfocada en la muerte de Jesús, por el Dr. Pablo A. Jiménez.

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Semana Santa
¿Quién mató a Jesús?

El debate sobre quién mató a Jesús nos obliga a considerar cuestiones políticas y étnico-raciales, no solo cuestiones teológicas. El hecho es que durante siglos el cristianismo culpó al pueblo judío por matar a Dios en Cristo. Los judíos fueron acusados ​​de «deicidio», vocablo que significa «matar a un dios». Esta falsa acusación legitimó la persecución y el genocidio del pueblo judío. Fue simplemente una estratagema malvada para justificar actitudes racistas contra todo un grupo étnico. Como comunidad cristiana, debemos arrepentirnos de nuestra herencia racista y rechazar cualquier nuevo intento de legitimar la intolerancia contra los judíos.

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Habiendo dicho esto, la pregunta persiste: ¿Quién mató a Jesús? En cierto sentido, la respuesta es simple: Jesús de Nazaret fue asesinado por oficiales del Imperio Romano, porque lo vieron como una amenaza para la estabilidad política de Judea. En particular, las fuerzas de seguridad romanas decidieron asesinar a Jesús por tres razones, que lo convirtieron en un hombre marcado:

  • Su predicación del Reino de Dios (véase Marcos 1.14-15, Mateo 4.12-17 & Lucas 4.1-13).
  • Su acto profético de dirigir un desfile de personas que lo aclamaban como el «Hijo de David» y, por lo tanto, como heredero al trono de Judea (Marcos 11.1-11, Mateo 21.1-11, Lucas 19.28-40 & Juan 12.12-19).
  • Y, finalmente, por el alboroto que provocó en el Templo, donde prácticamente lideró un motín, cuando condenó la explotación económica de quienes iban al Templo de Jerusalén para presentar ofrendas y sacrificios. (Marcos 11.15-19, Mateo 21.12-17 & Lucas 19.45-48, compárelo con Juan 2.13-22).

En fin, ¿quienes mataron a Jesús? A Jesús lo mataron oficiales extranjeros de un ejército extranjero de ocupación que servía a un rey extranjero. 

Sin embargo, no podemos entender de manera cabal la ejecución de Jesús aparte de ese fenómeno político llamado «colonialismo». Este es el sistema político y económico por medio del cual un estado extranjero domina y explota a un estado más débil. Como cualquiera que haya vivido en una colonia puede testificar, las colonias están gobernadas por dos grupos de personas: Los representantes de la potencia extranjera (generalmente oficiales políticos, financieros y militares); y personas locales que apoyan a los invasores extranjeros. Algunos de estos líderes locales apoyan a los invasores porque los ven como liberadores que traerán progreso y prosperidad. Sin embargo, muchos de los líderes locales que colaboran con las potencias extranjeras lo hacen simplemente porque se lucran de la invasión. Su «oficio» es ser los mediadores entre el imperio y la colonia. Si están en el poder, es porque son los portavoces de los extranjeros.

Durante el primer siglo de la Era Cristiana, Judea era una colonia de Roma. Por lo tanto, Jesús fue asesinado por oficiales judíos que servían a los romanos; por oficiales romanos que consideraban que «solo estaban haciendo su trabajo» y por un Imperio asesino que buscaba mantener la  hegemonía sobre una tierra extranjera.

Para decirlo con mayor claridad, Jesús fue asesinado por un sistema político colonialista y racista, que decidió eliminarlo por considerarlo como una amenaza a su hegemonía política, financiera y militar.

A la distancia, es fácil juzgar a quienes participaron en el asesinato de Jesús. La claridad que nos dan los casi dos milenios que han pasado desde su ejecución, nos permitan ver que los enemigos de Jesús de Nazaret tomaron la decisión equivocada.

Lo difícil es ver que usted y yo estamos en una situación similar a la del pueblo judío en el primer siglo de la Era Cristiana. Al igual que ayer, hoy todo ser humano tiene que escoger a quién ha de servir: Al único y verdadero Dios o a los imperios de este mundo. El dilema es claro: Podemos servir al Dios de la Vida o podemos servir a las fuerzas del mal, del pecado y de la muerte. Quienes escogemos servir al Dios revelado en Jesucristo debemos estar preparados para sufrir por la causa del Evangelio. Empero, quienes escojan servir a las fuerzas del mal, seguirán matando gente en nombre de los imperios de este mundo. De forma metafórica, podemos decir que seguirán crucificando a Jesús, quien se solidariza con todas las víctimas de la violencia, del pecado y del mal.

El llamado de Dios es claro:

Hoy pongo a los cielos y a la tierra por testigos contra ustedes, de que he puesto ante ustedes la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida, para que tú y tu descendencia vivan; y para que ames al Señor tu Dios, y atiendas a su voz, y lo sigas, pues él es para ti vida y prolongación de tus días.

Deuteronomio 30.19-20a (RVC)

¡Escojamos, pues, la Vida, en el nombre del Señor Jesucristo. AMÉN!

Vea otros sermones para la Semana Santa

Crecimiento constante: Un sermón sobre 1 Corintios 15.58

Manuscrito listo para predicar de un sermón sobre 1 Corintios 15.58, titulado “Crecimiento constante, escrito por el Dr. Pablo A. Jiménez.

Texto: 1 Corintios 15:58

Tema: Dios nos llama a crecer constantemente en la fe.

Área: Educación cristiana

Propósito: Llamar a la juventud a buscar el crecimiento espiritual.

Diseño: Temático

Lógica: Inductiva

Introducción 

La juventud es tiempo de grandes cambios. Es el tiempo cuando pasamos de la niñez a la edad adulta; de ser personas dependientes a ser personas independientes.

En nuestros días, la sociedad ha añadido una carga a la juventud. Ahora la sociedad nos exige que afirmemos nuestra identidad durante la adolescencia temprana (13 a 18 años).

Más que identidad, la sociedad nos exige que escojamos y afirmemos nuestras identidades. Es decir, que indiquemos cual es nuestra identidad:

  1. Étnica
  2. Sexual
  3. Vocacional
  4. Religiosa
Un sermón sobre 1 Corintios 15.58
1 Corintios 15.58
La identidad cristiana 

Las personas que creemos en Jesucristo, que afirmamos que Jesús es nuestro Señor y Salvador, tenemos una identidad religiosa. Cuando nos llamamos «cristianos» o «cristianas», estamos tomando para nosotros mismos el nombre de Jesucristo. La persona que se llama a sí misma «cristiana», está afirmando que le pertenece a Jesucristo.

¿Qué es lo que nos da esa identidad como personas cristianas? Nuestra identidad cristiana se deriva de la fe en Jesucristo. Es la fe en Dios, en Jesucristo su hijo, y en el poder del Espíritu Santo lo que nos permite llamarnos a nosotros mismos «cristianos».

Ahora bien, la fe en Jesús no se queda en el plano de la ideas. Por el contrario, la fe en Jesús se demuestra por medio de nuestras acciones:

  1. Demostramos fe en Jesús cuando nos unimos a una iglesia cristiana donde podemos crecer en la fe de Jesucristo.
  2. Demostramos fe en Jesús cuando le adoramos de todo corazón.
  3. Demostramos fe en Jesús cuando oramos a Dios, pidiendo dirección y
  4. protección para nuestras vidas.
  5. Demostramos fe en Jesús cuando estudiamos la Biblia, buscando dirección y crecimiento espiritual.
  6. Demostramos fe en Jesús cuando testificamos de su amor, compartiendo nuestra experiencia de Dios con otras personas.
Fe y conducta 

Todos estos elementos son importantes para la vida cristiana. Tenemos que practicar las disciplinas espirituales, tales como la congregación con otras personas de fe, la oración, la adoración, la lectura de la Biblia y el dar testimonio de Jesucristo.

Sin embargo, la fe cristiana se demuestra de otras maneras. Por ejemplo, la Epístola a Santiago dice lo siguiente: «Delante de Dios, la religión pura y sin mancha consiste en ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y en mantenerse limpio de la maldad de este mundo» (Sant. 1.27, RVC).

Santiago afirma que la verdadera religión se demuestra por medio de la conducta; por medio de obras de fe motivadas por el amor que Dios ha puesto en nuestros corazones. Por eso, el Apóstol dice:

Hermanos míos, ¿de qué sirve decir que se tiene fe, si no se tienen obras? ¿Acaso esa fe puede salvar? Si un hermano o una hermana están desnudos, y no tienen el alimento necesario para cada día, y alguno de ustedes les dice: «Vayan tranquilos; abríguense y coman hasta quedar satisfechos», pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve eso? Lo mismo sucede con la fe: si no tiene obras, está muerta.Pero alguien podría decir: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.» Tú crees que Dios es uno, y haces bien. ¡Pues también los demonios lo creen, y tiemblan! ¡No seas tonto! ¿Quieres pruebas de que la fe sin obras es muerta? ¿Acaso nuestro padre Abrahán no fue justificado por las obras cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe de Abrahán actuó juntamente con sus obras, y que su fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: «Abrahán creyó a Dios, y eso le fue contado por justicia»,(E) por lo que fue llamado «amigo de Dios». Como pueden ver, podemos ser justificados por las obras, y no solamente por la fe. Lo mismo sucedió con Rajab, la prostituta. ¿Acaso no fue justificada por las obras, cuando hospedó a los mensajeros y los ayudó a escapar por otro camino? Pues así como el cuerpo está muerto si no tiene espíritu, también la fe está muerta si no tiene obras.

Santiago 2.14-26, RVC

La fe se demuestra, pues, por medio de nuestra conducta. El escenario de la fe no es la iglesia. Es relativamente fácil ser cristiano en un ambiente como el que ofrece una congregación cristiana o un lugar de retiro de ambiente cristiano. El verdadero escenario de la fe es el mundo, es la sociedad donde vivimos:

  • Probamos nuestra fe en el seno de la familia, donde interactuamos con las personas más importantes en nuestras vidas.
  • Probamos nuestra fe en nuestros lugares de estudio y trabajo, donde interactuamos regularmente con el mismo grupo de personas.
  • Probamos nuestra fe en la calle, donde interactuamos con extraños en relativo anonimato.

Empero, también probamos nuestra fe cuando nos encontramos a solas, cuando nadie nos ve:

  • ¿Cuáles son los pensamientos que nos asaltan cuando estamos a solas?
  • ¿Cómo usamos el Internet? ¿Qué lugares visitamos? ¿Con quién «chateamos»?
  • ¿Qué decimos en nuestras conversaciones?
  • ¿Cuáles son nuestros planes para el futuro? ¿Cuáles son nuestros anhelos y deseos?
Fe e integridad 

Ahora bien, existe otro elemento importante para el crecimiento en la fe cristiana. Sin este elemento, un creyente no puede alcanzar el desarrollo espiritual necesario para ser un líder en la obra cristiana. Ese elemento es la integridad. Leamos 1 Corintios 15:58 (RVC), que dice: «Así que, amados hermanos míos, manténganse firmes y constantes, y siempre creciendo en la obra del Señor, seguros de que el trabajo de ustedes en el Señor no carece de sentido.»

Notemos el lenguaje que usa el pasaje para recalcar la importancia de la integridad. En primer lugar, el texto exhorta a los creyentes a estar «firmes y constantes». Para comprender lo que el Apóstol Pablo desea decir, es necesario recordar que este versículo forma parte de una carta a la Iglesia en Corinto. La historia nos enseña que Corinto era una ciudad portuaria famosa por su decadencia y por su corrupción. Corinto era tan famosa por sus prostíbulos, que servían a los marineros que atracaban en sus puertos, que los griegos de cualquier ciudad llamaban a las prostitutas «chicas de Corinto».

Además, cuando leemos la carta a los Corintios vemos que esta era una iglesia problemática, donde algunos creyentes:

  • Estaban divididos en grupos que luchaban unos contra otros por el control de la congregación (1 Co. 3).
  • Visitaban prostíbulos regularmente (1 Co. 6:15‐20).
  • Tenían una vida sexual desordenada, como el hombre que enamoró a su
  • madrastra (1 Co. 5).
  • Entablaban demandas legales los unos contra otros en los tribunales paganos (1 Co. 6:1‐11).
  • Se humillaban mutuamente cuando compartían alimentos y celebraban la cena del Señor (1 Co. 8 y 11:17‐34).

Por lo tanto, debe quedar claro que Pablo llama a los corintios a afirmarse en la fe, precisamente porque eran débiles en la fe.

En segundo lugar, el texto llama a los creyentes a crecer en la obra del Señor. Ese crecimiento debe ser constante; debe darse «siempre». Los creyentes, pues, nunca alcanzamos la plena madurez espiritual en este mundo. Por eso, el crecimiento en la fe debe ser constante. No importa su edad, usted debe estar buscando crecer en la fe de Jesucristo.

En tercer lugar, 1 Corintios 15:58 nos recuerda que «nuestro trabajo en el Señor «no carece de sentido» (RVC) o «no es en vano» (RVR 1960). Por lo regular, las cosas que hacemos para agradar al Señor benefician a personas en necesidad. El mundo está lleno de dolor; de personas que sufren debido a problemas familiares, enfermedades y otras experiencias negativas. La fe nos permite ministrar a personas en necesidad.

Quienes predicamos el Evangelio rara vez tenemos la oportunidad de saber hasta qué punto nuestras palabras llegan a la gente en necesidad. Sin embargo, en algunas ocasiones alguien se acerca a nosotros y nos da testimonio de lo que Dios está haciendo en sus vidas. Esos testimonios nos ayudan a continuar creciendo en la fe y trabajando para el Señor. Esos testimonios nos recuerdan que nuestro trabajo en el Señor «no es en vano».

Conclusión

Dios nos llama a crecer constantemente en la fe de Jesucristo. Y si decimos «constantemente» es porque el crecimiento en la fe requiere integridad. La integridad es esencial para el crecimiento y el desarrollo en la fe.

Yo sé que ustedes enfrentan grandes presiones, presiones nuevas a las cuales no están acostumbrados.

  • Algunas de sus amistades se burlan de ustedes. Esto les causa angustia, porque se sienten rechazados socialmente en un tiempo donde las amistades llegan a ser más importantes que sus propios familiares.
  • Otros se sienten presionados por su sexualidad. La juventud es el tiempo cuando uno despierta a su propia sexualidad. Uno comprende que la sexualidad es una fuente de placer, pero que su manejo requiere responsabilidad. También uno comprende que la sexualidad puede ser usada como un arma, que el mal uso de la sexualidad puede convertirnos en víctimas o en verdugos.
  • Aun otros enfrentan problemas con todas las substancias y condiciones que pueden convertirse en adicciones. Los medicamentos, las drogas ilícitas, el alcohol, la pornografía y hasta las sensaciones de peligro pueden convertirse en focos de adicción. Las adicciones nos dan placer por un tiempo que cada vez es más corto, mientras se convierten en fuentes de angustia y vergüenza.

Ante todas estas presiones, Dios nos llama a crecer constantemente en la fe. ¿Por qué? Porque la fe es nos ayuda a enfrentar a vencer todas estas presiones, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 

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Reseña de “Preaching Verse by Verse”, escrito por Allen & Bartholomew

Una reseña bibliográfica del libro escrito por Ronald J. Allen y Gilbert Bartholomew, titulado Preaching Verse by Verse. Louisville: Westminster / John Knox Press, 2000, 144 pp.

Descargue este documento, publicado originalmente en la Revista Apuntes Apuntes, 23 no 2 (Verano 2003), pp. 78-79, en formato PDF

El sermón donde se comenta una porción de las escrituras versículo por versículo es uno de los estilos más antiguos de predicación. Esta forma sermonaria encuentra sus raíces en los “sermones” que se predicaban en la sinagoga judía, donde fieles tenían la responsabilidad de leer el texto bíblico en hebreo y comentarlo en arameo. Además, es uno de los estilos más populares de predicación expositiva. En distintos manuales de predicación en español se le llama “homilía” (particularmente en la tradición anglo-católica) o “lectura bíblica”, entre otros nombres.

Allen y Bartholomew nos ofrecen una interesante introducción a este estilo de predicación. Más que una introducción, el libro es una defensa o apología de esta forma sermonaria, la cual ha caído en desuso en los púlpitos de las denominaciones tradicionales en los Estados Unidos. La tesis del libro es precisamente que el sermón que ofrece un breve comentario continuo de una porción bíblica ayuda tanto a quien predica como a la congregación a crecer y a madurar en la fe. Este tipo de sermón es un antídoto a la “analfabetismo bíblico” que exhiben muchas congregaciones anglo-europeas. El propósito del libro es, pues, ayudar al lector o a la lectora a poder preparar y predicar con excelencia esta forma sermonaria.

El libro está dividido en seis capítulos. El primero afirma la continua utilidad del sermón que comenta un pasaje bíblico versículo por versículo. El segundo, explora la historia de la predicación, ofreciendo ejemplos de las figuras que usaron con provecho este estilo de sermón. El tercero ofrece consejos prácticos sobre la preparación del sermón; el cuarto, sobre la estructura del sermón; y el quinto, sobre la presentación o entrega del sermón. El capítulo final sugiere ocasiones cuando es deseable predicar este tipo de sermón expositivo. La metodología sugerida en los capítulos cuatro y cinco se ilustra con cinco trabajos exegéticos cortos que sirven de base a cinco sermones anotados. Cada autor produjo dos sermones y Linda Milavec el quinto.

Es evidente que los autores están en diálogo con la historia de la predicación cristiana, pues en el segundo capítulo hacen un resumen histórico que comienza con la predicación en la sinagoga, pasa por la Reforma Protestante, y llega a la tradición británica y estadounidense que representan los autores. Del mismo modo, el libro ofrece un correctivo para aquellas personas que han abandonado la predicación expositiva para explorar nuevos modelos de predicación, como la inductiva expuesta por Fred B. Craddock o la narrativa defendida por Eugene Lowry, entre otros autores contemporáneos.

Este manual presenta su idea central de manera clara y elocuente, logrando su objetivo de entusiasmar al lector o a la lectora a practicar este estilo tradicional de predicación. Ahora bien, desde un punto de vista hispano, la utilidad del libro es menor. Esto se debe a que la predicación expositiva, en general, y la predicación versículo por versículo, en particular, siguen vivas en el púlpito hispano. En este sentido, aquellas personas hispanas que lean este libro o que lo usen como texto en cursos de predicación bíblica deberán adaptar su contenido a nuestro contexto. Específicamente, deberán leer el libro con el doble propósito de afirmar su compromiso con la predicación bíblica y de mejorar tanto la preparación como el diseño del sermón que comenta una porción bíblica versículo por versículo.

reseña bibliográfica del libro titulado Preaching Verse by Verse
Preaching Verse by Verse
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Cae la noche – Devociones – 29 de octubre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

#caelanoche #DrPj

Lectura Bíblica: 2 Timoteo 3 

Carácter de los hombres en los postreros días

También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos, y que habrá hombres amantes de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, envanecidos, que amarán los deleites más que a Dios, que parecerán muy piadosos, pero negarán la eficacia de la piedad; evítalos.Porque son éstos los que se meten en las casas y cautivan a mujeres débiles y cargadas de pecados, que se dejan llevar por sus malos deseos, que siempre están aprendiendo y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad. Y así como Janes y Jambres se opusieron a Moisés,A) también estos hombres se oponen a la verdad; su entendimiento está corrompido, y en cuanto a la fe están descalificados. Pero no podrán seguir avanzando, porque su insensatez se hará evidente a todos, como también lo fue la de aquéllos.

10 Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, 11 persecuciones y padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía,B) en IconioC) y en Listra;D) persecuciones que he sufrido, y de las cuales me ha librado el Señor. 12 También todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución; 13 pero los hombres malvados y los engañadores irán de mal en peor: engañarán y serán engañados. 14 Tú, por tu parte, persiste en lo que has aprendido y en lo que te persuadiste, pues sabes de quién has aprendido; 15 tú desde la niñez has conocido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

2 Timoteo 3.12
2 Timoteo 3.12

Siete elementos que matan a las congregaciones cristianas

Cuando una Iglesia local abandona la enseñanza del discipulado cristiano y de las disciplinas espirituales, llena ese vacío con siete elementos que pueden destruirla. ¿Cuáles son esos siete elementos? En esta entrevista sobre el tema de la revitalización de la Iglesia el Dr. Pablo A. Jiménez dialoga con Jesús Rodríguez-Cortés, de TeoBytes, sobre este tema.

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Elementos que matan congregaciones – TeoBytes 074

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La Iglesia Cristiana vs. La Supremacía Racial

La Iglesia Cristiana vs. La Supremacía Racial

Por Pablo A. Jiménez

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El pasado sábado 12 de agosto de 2017 un grupo de racistas «blancos» (es decir, de ascendencia anglo-europea) se congregaron en Charlottesville,  Virginia, para protestar la remoción de una estatua dedicada a Robert E. Lee, quien fuera el General en Jefe del ejercito confederado. Estos grupos racistas exaltan la ideología Nazi y la figura de Adolfo Hitler. Por esta razón, el nombre correcto del movimiento es «neonazi», aunque ahora ha adoptado el nombre «Alt-Right» (i.e., la derecha alternativa). 

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El debate sobre la remoción de símbolos relacionados a la Guerra Civil, particularmente a la Confederación de estados sureños que perdió el conflicto, es muy intenso. En pro de la reconciliación nacional y de la autonomía de cada estado, los Estados Unidos permitieron la edificación de monumentos dedicados a celebrar la Confederación. Claro está, estos monumentos—unidos al continuo despliegue de la bandera confederada—tienen un propósito ulterior: intimidar a la comunidad afro-americana. No es una casualidad que los estados sureños hayan sido los mismos que implementaron las leyes racistas («Jim Crow Laws») que impidieron que la comunidad afro-americana tuviera pleno acceso al voto hasta la década del 1960.

En el pasado reciente los estados sureños han estado abandonando el uso de la bandera confederada y han estado removiendo los monumentos dedicados a exaltar la Confederación. Empero, el movimiento neonazi continúa usando estos símbolos para intimidar a los grupos históricamente minoritarios en los Estados Unidos. Tanto el Ku Kux Klan (KKK), un movimiento racista que comenzó a finales del Siglo XIX, como el movimiento neonazi nacido después de la Segunda Guerra Mundial y el nuevo movimiento Alt-Right usan los símbolos confederados como armas ideológicas.

Los movimientos racistas, a pesar de su diversidad, comparten tres puntos ideológicos: Afirman la supremacía «blanca», el nacionalismo «blanco» y el antisemitismo. Veamos una breve definición de cada uno de estos puntos.

Primero, la supremacía blanca es una ideología racista que afirma la superioridad innata de las personas de trasfondo anglo europeo sobre todos los otros grupos étnicos y raciales del mundo. Esta ideología malsana les lleva a reclamar que las culturas «blancas» deben dominar a toda la humanidad, gobernando a todos los grupos étnico-raciales.

Segundo, el nacionalismo «blanco» busca mantener una identidad nacional «blanca». En el caso de los Estados Unidos, esta ideología afirma que la base del país es la cultura «blanca» y que la misma debe mantenerse a toda costa. Desea mantener el control de todas las instituciones políticas, militares, sociales, financieras y cívicas en manos de personas «blancas». Por eso, ve como un peligro todo aquello que pueda amenazar el control de la clase dominante en la sociedad. En particular, están en contra del multiculturalismo, el multilingüismo, y la inmigración de personas «no-blancas». También consideran como una amenaza el matrimonio entre personas de trasfondos étnicos distintos y la baja en la tasa de natalidad en la comunidad anglo europea.

Tercero, el antisemitismo es la ideología que promueve la hostilidad, el prejuicio y la discriminación en contra de la comunidad judía, tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo.

Debe quedar claro que la Iglesia de Jesucristo, al nivel mundial, hoy condena tanto las acciones como la ideología de la supremacía blanca, en todas sus expresiones. Si bien en el pasado la Iglesia fue cómplice del racismo, legitimando el genocidio de las comunidad indígenas en América Latina y el sistema esclavista en el mundo occidental, hoy reconocemos que esto fue un crimen contra la humanidad por el cual es necesario pedir perdón a Dios y a los demás. La Iglesia hoy condena cualquier reclamo de superioridad racial.

El rechazo de las ideologías racistas no es resultado del «modernismo», sino de un retorno a las enseñanzas bíblicas. En primer lugar, la doctrina de la Creación afirma la unidad de la humanidad. Aunque esta doctrina es clara en todas las Escrituras, es cristalina en el discurso que el Apóstol Pablo ofreció en Atenas:

Pablo se puso entonces en medio del Areópago, y dijo: Varones atenienses, he observado que ustedes son muy religiosos. Porque al pasar y observar sus santuarios, hallé un altar con esta inscripción: «Al Dios no conocido». Pues al Dios que ustedes adoran sin conocerlo, es el Dios que yo les anuncio. El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, es el Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos hechos por manos humanas, ni necesita que nadie le sirva, porque a él no le hace falta nada, pues él es quien da vida y aliento a todos y a todo. De un solo hombre hizo a todo el género humano, para que habiten sobre la faz de la tierra, y les ha prefijado sus tiempos precisos y sus límites para vivir, a fin de que busquen a Dios, y puedan encontrarlo, aunque sea a tientas. Pero lo cierto es que él no está lejos de cada uno de nosotros, porque en él vivimos, y nos movemos, y somos. Ya algunos poetas entre ustedes lo han dicho: «Porque somos linaje suyo».

Hechos 17.22-28, Reina-Valera Contemporánea (RVC)

Por lo tanto, debemos considerar cualquier interpretación bíblica que pretenda legitimar la supremacía «blanca» como errada, falsa y anti-cristiana. 

En segundo lugar, Dios desea salvar a toda la humanidad. Dios desea bendecir a todas las naciones de la tierra, como dice Génesis 12.3. Los Salmos exhortan a todos los pueblos a adorar a Dios (Salmo 47.1; 67.3; 138.4). Jesús le ordenó a la Iglesia naciente que predicara el mensaje del Evangelio por todo el mundo (Marcos 16.15) y que llevara el discipulado cristiano a todas las naciones (Mateo 28.19). Y en las Epístolas Paulinas encontramos la afirmación de que «la gracia de Dios se ha manifestado para la salvación de todos los hombres» (Tito 2.11, RVC) y las mujeres que le busquen con fe.

En tercer lugar, la Iglesia de Jesucristo es un cuerpo multilingüe, multicultural y multigeneracional. Cada semana, alrededor del mundo se reúnen millones de personas, en centenares de naciones para adorar a Dios y confesar a Jesucristo como Señor en diversos idiomas. De hecho, la Iglesia nació multicultural, ya que el milagro del Día de Pentecostés—el momento cuando la nació la Iglesia—fue la traducción del mensaje evangélico a todos los idiomas del mundo conocido (véase Hechos 2.5-12). Del mismo modo, el libro de Apocalipsis presenta una visión multicultural de la Iglesia Universal:

Después de esto vi aparecer una gran multitud compuesta de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Era imposible saber su número. Estaban de pie ante el trono, en presencia del Cordero, y vestían ropas blancas; en sus manos llevaban ramas de palma, y a grandes voces gritaban: «La salvación proviene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero.»

Apocalipsis 7.9-10, RVC

Sobre esta base, la Iglesia Cristiana hoy rechaza todas las ideologías racistas que afirman la superioridad, la dominación y la hegemonía de una etnia sobre todas las demás. Específicamente, denunciamos la ideología de la supremacía blanca como demoníaca, anti-vida y anti-cristiana. Y denunciamos a todos los líderes religiosos que apoyan la ideología de las supremacía blanca como falsos profetas cuyas enseñanzas de error son profundamente anti-cristianas.

Sepan, pues, todas las personas que exaltan la ideología neonazi y a su falso profeta que jamás podrán triunfar. En el pasado, las naciones aliadas derrotaron su ideología y Hitler optó por suicidarse. En el presente, sus actos de violencia y sus pronunciamentos llenos de odio provocan el rechazo de todas las personas que aman la sabiduría, la justicia y la paz. Y en el futuro, Dios sanará a las naciones de las consecuencias del odio, la violencia y el racismo.

Después me mostró un río límpido, de agua de vida. Era resplandeciente como el cristal, y salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a cada lado del río, estaba el árbol de la vida, el cual produce doce frutos y da su fruto cada mes; las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Allí no habrá maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en medio de ella, y sus siervos lo adorarán y verán su rostro, y llevarán su nombre en la frente. Allí no volverá a haber noche; no hará falta la luz de ninguna lámpara ni la luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará. Y reinarán por los siglos de los siglos.

Apocalipsis 22.1-5, RVC

Que así sea. ¡AMÉN!

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Cae la noche – Devociones – 20 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Hechos 22

22 «Padres y hermanos míos, escuchen ahora lo que tengo que decir en mi defensa.»

Al oír que les hablaba en lengua aramea, todos guardaron silencio. Pablo siguió diciendo:

«Yo soy judío. Nací en Tarso de Cilicia, pero me criaron en esta ciudad, donde Gamaliel me instruyó con total apego a la ley de nuestros antepasados. El celo por Dios que ustedes sienten hoy, también lo sentí yo,pues perseguí a muerte a los de este Camino. Yo aprehendía y llevaba a las cárceles a hombres y mujeres;el sumo sacerdote y todos los ancianos me dieron cartas para apresar a los hermanos; ellos son testigos de que fui a Damasco para aprehender a los creyentes que estuvieran allí, y llevarlos a Jerusalén para castigarlos.

Pablo relata su conversión

»Pero sucedió que en el camino, ya cerca de Damasco y como a mediodía, de repente me rodeó una intensa luz del cielo,Caí al suelo, y entonces oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”Yo respondí: “¿Quién eres, Señor?” Y la voz me contestó: “Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues.”Los que me acompañaban vieron la luz, y se espantaron; pero no escucharon la voz del que me hablaba.10 Entonces dije: “Señor, ¿qué debo hacer?” Y el Señor me dijo: “Levántate, y ve a Damasco; allí se te dirá todo lo que se ha determinado que hagas.”11 Como yo no podía ver por causa de esa luz tan potente, los que me acompañaban me llevaron de la mano, y así llegué a Damasco.

12 »Allí vivía Ananías, un hombre piadoso y apegado a la ley, de quien todos los judíos que allí vivían hablaban bien.13 Ananías vino, se me acercó y me dijo: “Hermano Saulo, ¡recibe la vista!” Y en ese mismo instante recobré la vista y pude verlo.14 Y él me dijo: “El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo y escuches de sus propios labios su palabra,15 pues tú serás su testigo ante todo el mundo de esto que has visto y oído.16 ¿Qué esperas, entonces? ¡Levántate y bautízate, e invoca su nombre, para que quedes limpio de tus pecados!”

Pablo es enviado a los no judíos

17 »Cuando volví a Jerusalén, mientras oraba yo en el templo, entré en éxtasis.18 Vi entonces al Señor, y escuché que me decía: “Date prisa, y sal pronto de Jerusalén, porque no van a creer lo que les digas de mí.”19 Yo le respondí: “Señor, ellos saben que yo andaba por todas las sinagogas encarcelando y azotando a los que creían en ti.20 Cuando corría la sangre de Esteban, tu testigo, yo estaba allí, aprobando su muerte con mi presencia y cuidando la ropa de quienes lo mataron.”21 Pero el Señor me dijo: “Anda, que voy a enviarte lejos, a los que no son judíos.”»

Pablo en manos del tribuno

22 Hasta aquí lo escucharon. Entonces alzaron la voz y gritaron: «¡Mátalo! ¡Bórralo de este mundo! ¡Gente así no merece vivir!»23 Y se rasgaban la ropa y lanzaban polvo al aire, y no dejaban de gritar.24 Entonces el tribuno mandó que llevaran a Pablo a la fortaleza, con órdenes de que lo interrogaran y lo azotaran para saber por qué protestaban contra él.25 Cuando lo estaban atando con correas, Pablo le preguntó al centurión allí presente: «¿Acaso está permitido azotar a un ciudadano romano sin que antes se le juzgue?»26 Cuando el centurión oyó esto, fue con el tribuno y le dijo: «¿Y ahora qué vas a hacer? ¡Este hombre es ciudadano romano!»27 Fue entonces el tribuno y le preguntó: «Dime, ¿en verdad eres ciudadano romano?» Y como Pablo respondió que sí,28 el tribuno se jactó: «¡A mí me costó mucho dinero adquirir la ciudadanía!» Pero Pablo le respondió: «Yo soy romano de nacimiento.»29 Al saber que Pablo era ciudadano romano, los que iban a interrogarlo se apartaron de él, y el tribuno hizo lo mismo, pues tuvo miedo de haber ordenado que lo interrogaran.

Pablo ante el concilio

30 Al día siguiente, el tribuno quiso saber por qué realmente lo acusaban los judíos, así que ordenó que le quitaran las cadenas, y también que se presentaran los principales sacerdotes y el concilio. Luego sacó a Pablo, y lo hizo comparecer ante ellos.

Cae la noche – Devociones – 17 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

#caelanoche #DrPj

Lectura Bíblica: Hechos 20.17-38

Discurso de despedida de Pablo en Mileto

17 Desde Mileto Pablo envió un mensaje a los ancianos de la iglesia de Éfeso, para que se reunieran con él.18 Cuando los ancianos llegaron, les dijo:

«Ustedes saben cómo me he comportado todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia. 19 Saben que he servido al Señor con toda humildad y con muchas lágrimas, y que he sido puesto a prueba por las intrigas de los judíos. 20 También saben que no me he negado a serles útil, y que en público y en las casas he anunciado y enseñado 21 a los judíos y a los no judíos que deben volverse a Dios, y tener fe en nuestro Señor Jesucristo. 22 Ahora voy a Jerusalén, llevado por el Espíritu, pero no sé lo que allá me espera, 23 a no ser lo que el Espíritu Santo me ha confirmado en todas las ciudades, de que me esperan cárceles y tribulaciones. 24 Pero eso a mí no me preocupa, pues no considero mi vida de mucho valor, con tal de que pueda terminar con gozo mi carrera y el ministerio que el Señor Jesús me encomendó, de hablar del evangelio y de la gracia de Dios.25 Yo sé que no me volverá a ver ninguno de ustedes, entre quienes he estado proclamando el reino de Dios;26 por lo tanto, puedo asegurarles que estoy limpio de la sangre de todos, 27 pues no me he negado a anunciarles el plan de Dios. 28 Yo les ruego que piensen en ustedes mismos, y que velen por el rebaño sobre el cual el Espíritu Santo los ha puesto como obispos, para que cuiden de la iglesia del Señor, que el ganó por su propia sangre. 29 Yo sé bien que después de mi partida vendrán lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.30 Aun entre ustedes mismos, algunos se levantarán y con sus mentiras arrastrarán tras de sí a los discípulos.31 Por lo tanto, manténganse atentos y recuerden que noche y día, durante tres años, con lágrimas en los ojos siempre he aconsejado a cada uno de ustedes. 32 Ahora los encomiendo a Dios y a su palabra de bondad, la cual puede edificarlos y darles la herencia prometida con todos los que han sido santificados. 33 Nunca he codiciado la plata ni el oro ni el vestido de nadie. 34 Bien saben ustedes que mis manos me han servido para ganar lo que nos faltaba a mí y a los que están conmigo. 35 Siempre les enseñé, y ustedes lo aprendieron, que a los necesitados se les ayuda trabajando como he trabajado yo, y recordando las palabras del Señor Jesús, que dijo: “Hay más bendición en dar que en recibir.”»

36 Dicho esto, Pablo se puso de rodillas y oró con ellos. 37 Todos comenzaron a llorar y, echándose al cuello de Pablo, lo besaron, 38 pues les dolió mucho el que dijera que no lo volverían a ver. Después de eso, lo acompañaron hasta el barco.

Hechos 20.28
Hechos 20.28