¡Candela! (Lucas 12.49-56)

Audio:

Vídeo:

YouTube:

Texto completo:

Descargue este documento en formato PDF

*****

Texto: Lucas 12.49-56

Lucas 12.49
Lucas 12.49

Tema: Jesús nos llama a tomar una decisión radical a favor del proyecto de Dios.

Área: Desafío profético

Propósito: “Problematizar” la figura de Jesús.

Diseño: Temático

Lógica: Inductiva

Introducción

Una de las grandes contradicciones de la fe cristiana es la cantidad de imágenes de Jesús de Nazaret que podemos encontrar en nuestra cultura.

Y si digo “contradicción”, es porque los Diez Mandamientos prohiben el uso de imágenes de Dios en el culto. Escuchen lo que dice Éxodo 20 sobre el tema:

Dios habló y dijo todas estas palabras: Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de la tierra de Egipto, donde vivías como esclavo. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.No te inclinarás ante ellas, ni las honrarás, porque yo soy el Señor tu Dios, fuerte y celoso. Yo visito en los hijos la maldad de los padres que me aborrecen, hasta la tercera y cuarta generación, pero trato con misericordia infinita a los que me aman y cumplen mis mandamientos. No tomarás en vano el nombre del Señor tu Dios, porque yo, el Señor, no consideraré inocente al que tome en vano mi nombre. 

Éxodo 20.1-7, RVC

Múltiples imágenes de Jesús

A pesar de esta clara prohibición, la Iglesia comenzó a producir imágenes de Jesús muy temprano en su historia. Por ejemplo, la historia recuerda que Helena de Constantinopla, la madre del Emperador Constantino, hizo la primera peregrinación a Palestina. En su viaje, Helena identificó varios lugares santos y encontró varias reliquias del tiempo de Jesús. Entre los objetos que encontró, identificó las ruinas de una estatua de Jesús, supuestamente comisionada por la mujer anónima que Jesús sanó de una hemorragia. Aparentemente, “la mujer con el flujo de sangre” (véase Marcos 5.21-43; Mateo 9.18-26; Lucas 8.40-56) fue la primera persona que mandó hacer una imagen de Jesús.

A partir de ese punto, cada cultura ha representado a Jesús a su manera, identificándole con sus rasgos étnicos y raciales.

Los europeos pintaban a Jesús blanco y rubio.

Los asiáticos lo describían con ojos rasgados.

Los africanos lo imaginaban con la piel oscura.

Claro está, el problema es que los países europeos usaron la fe cristiana como una herramienta para colonizar, domesticar y oprimir a otras culturas. Tomaron la evangelización como una excusa para quitarle las tierras a los indígenas, para esclavizar a los pueblos africanos y para imponer su voluntad en Asia.

Esto explica por qué la imagen del Jesús “europeo”—alto, blanco y rubio—se ha convertido en la figura dominante en el mundo. Sí, a pesar de que Jesús probablemente era bajo de estatura, tenía la piel quemada por el sol y peinaba pelo negro y ondulado.

La carga ideológica de las imágenes de Jesús

Esas imágenes no son inocentes. Por el contrario, esas figuras de Jesús tienen una carga ideológica.

Para decirlo con más claridad, el Jesús “europeo” afirmaba la superioridad de los países que estaban colonizando el mundo. Era un Jesús “dócil” ante la dominación, que en lugar de rebelarse contra la autoridad afirmaba el poder de las monarquías europeas, de sus representantes regionales y de los ejércitos que imponían sus políticas colonialistas.

La imagen del Jesús “europeo” nos llegó no solo a través de las artes plásticas, tales como la pintura y la escultura. También nos llegó por medio de la literatura y hasta de la música. Por ejemplo, algunos podemos recordar un “corito” titulado “El rubio de Galilea pasando va”, cuya letra decía: “El rubio de Galilea pasando va, déjalo que te toque, recibe la bendición”.

Jesús, ¿el incendiario?

Debe quedar claro que esa imagen del Jesús “europeo”, domesticado y colonialista es falsa. Y, como afirma Éxodo 20, las imágenes falsas de Dios conducen a la idolatría.

Por eso es tan importante examinar todas las imágenes de Jesús que presentan los Evangelios. ¿Y por qué digo “todas”? Porque nuestra tendencia es a privilegiar algunas imágenes de Jesús, mientras rechazamos otras:

  • Hablamos de Jesús de Nazaret como el bebé indefenso que nace en un establo en Belén de Judea.
  • Hablamos de Jesús como el joven predicador a quien Juan el Bautista presenta en el Río Jordán.
  • Hablamos de Jesús como el rabino que comenta la Ley de Moises.
  • Hablamos de Jesús como el hombre fuerte que hace milagros.
  • Y hablamos del Jesús débil que sufre la muerte, pero al final goza de la resurrección.

Ahora bien, ¿cuántas veces hemos escuchado de Jesús, el incendiario? Sí, ¿del Jesús que viene a traer candela para transformar la sociedad? Escuchen lo que dice el Evangelio según San Lucas:

Yo he venido a lanzar fuego sobre la tierra. ¡Y cómo quisiera que ya estuviera en llamas! Hay un bautismo que debo recibir, ¡y cómo me angustio esperando que se cumpla! ¿Creen ustedes que he venido a la tierra para traer paz? Pues les digo que no, sino más bien división. Porque de ahora en adelante una familia de cinco estará dividida en tres contra dos, y en dos contra tres. El padre se enfrentará con el hijo, y el hijo con el padre. La madre estará en contra de la hija, y la hija en contra de la madre. La suegra estará en contra de su nuera, y la nuera en contra de su suegra.

Lucas 12.49-53, RVC

Como vemos, este no es un Jesús dócil y pasivo. No, mis hermanos y mis hermanas, este es el Jesús que viene a traer “candela” al mundo.

Jesús viene a confrontarnos con nuestro propio pecado, con nuestro egoísmo y con nuestra violencia.

Jesús viene a denunciar la injusticia, la impunidad y la maldad.

Jesús viene a llamarnos a tomar una decisión; a tomar una opción radical a favor del proyecto de Dios.

Conclusión

Jesús nos llama directamente a confrontar la realidad. Nos llama a dejar de engañarnos a nosotros mismos y a leer “los signos de los tiempos”:

Jesús decía también a la multitud: Cuando ustedes ven que se levanta una nube en el poniente, dicen: “Va a llover”; y así sucede. Cuando sopla el viento del sur, dicen: “Va a hacer calor”; y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben discernir el aspecto del cielo y de la tierra, ¿cómo es que no saben discernir el tiempo en que viven?

Lucas 12.54-56, RVC

Aprendamos, pues, a discernir quién fue Jesús de Nazaret y quién es Jesucristo hoy. Apreciemos la seriedad de su mensaje y consideremos las consecuencias de seguirle con dedicación. Rechacemos las imágenes equivocadas de Jesús y las representaciones falsas de Dios.

Recordemos que Jesús vino a denunciar la idolatría y la injusticia, rechazando todas las ideas religiosas falsas que promueven la explotación.

Recordemos que Jesús vino a desenmascarar las falsas representaciones de la paz.

Recordemos que Jesús vino a traer fuego; a traer “candela” para transformar la sociedad.

Vea otros sermones sobre los Evangelios.

www.drpablojimenez.com
www.drpablojimenez.com

Busquemos las cosas de arriba (Colosenses 3.1-4)

Un sermón sobre el tema de la búsqueda espiritual, basado en Colosenses 3.1-4.

Audio

Vídeo

YouTube

Ve otros sermones sobre las Epístolas.

Colosenses 3.1
Colosenses 3.1

 

¿Por qué Jesús es el salvador del mundo?

“¿Por qué Jesús es el salvador del mundo?” es un breve ensayo sobre cristología y soteriología escrito por el Dr. Jiménez.

Romanos 1:16-17 define el evangelio como la manifestación del poder de Dios para la salvación de todas las personas que creen en él. De este modo, la Biblia afirma que Jesucristo es nuestro salvador; es el redentor de nuestros pecados, por medio del cual podemos establecer una relación con Dios.

Ahora bien, la pregunta que se impone es sencilla: ¿Por qué Jesucristo es el salvador del mundo?

Desde sus primeras páginas, la Biblia declara la intención de Dios para la humanidad. Dios crea el ser humano para que disfrute la vida a plenitud. Eso lo vemos con claridad en Génesis 1:28, donde Dios bendice a la humanidad y le da autoridad para administrar la creación.

Génesis 2 es mas claro, afirmando que Dios creó las relaciones de pareja para procurar que el ser humano tenga compañía y disfrute de su sexualidad. Eso lo vemos en Génesis 2:18, donde Dios dice que no es bueno que el hombre esté solo, y en 2:24, que dice: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.”

También podemos ver las buenas intenciones de Dios en Génesis 3, donde el ser humano cae en pecado. La primera pareja, que nos representa a todos nosotros, decide violar los mandamientos divinos con tal de ser “como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gen. 3:5). Después de este acto, Dios va en busca de ser humano y le pregunta “¿Dónde estás tú? (Gen. 3:9).

Así vemos que Dios no desecha a la humanidad pecadora. Por el contrario, Dios busca a la humanidad perdida con el propósito de bendecirla y restaurarla. Podemos ver estas buenas intenciones divinas en la historia de Israel, particularmente en episodios tales como el llamamiento de Abraham, la donación de la ley y la proclamación de los profetas.

En cierto modo, Jeremías 29:11 al 14 resume las intenciones de Dios para con la humanidad, cuando dice:

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar. 

Con el tiempo, el pueblo de Israel desarrolló una religión basada en las enseñanzas de la ley de Moisés y en la proclamación de los profetas de Israel y Judá. Empero, esa religión no era monolítica. Para el tiempo de Jesús, el judaísmo estaba dividido en distintos grupos que sostenían doctrinas diversas y, en ocasiones, hasta contradictorias.

El judaísmo normativo estaba dominado por dos grupos. Primero, encontramos a los saduceos, quienes eran los custodios del sistema sacerdotal. Los saduceos dominaban el sumo sacerdocio, el templo de Jerusalén y todo el aparato cúltico de Judá. Llevaban a cabo sacrificios de animales y otros rituales que procuraban la comunión entre Dios y la humanidad.

Segundo, estaban los fariseos, quienes dominaban las sinagogas. Afirmaban la importancia de la palabra de Dios, estudiando las sagradas escrituras y las interpretaciones bíblicas de los rabinos. Procuraban la comunión con Dios por medio del estudio bíblico y trataban de cumplir las 633 leyes que los rabinos afirmaban se encontraban en la Biblia Hebrea.

Además del judaísmo normativo, encontramos otros grupos judíos que no se conformaban a las enseñanzas saduceas ni a las fariseas. Me refiero a grupos como los esenios de Qumram, un grupo que acusaba al judaísmo normativo de corrupción y colaboración con el Imperio Romano; los judíos alejandrinos, ejemplificados por Filón de Alejandría, que buscaban armonizar las enseñanzas bíblicas con la filosofía griega; y otros grupos revolucionarios que deseaban liberar al pueblo de Israel por medio de la lucha armada.

Empero, ninguno de estos grupos cumplía a plenitud con la visión profética de Isaías, de Jeremías y de Ezequiel. A pesar de tener líderes religiosos, la masa del pueblo esperaba la llegada de un “Mesías”, de decir, de un líder ungido por Dios de manera especial para cumplir las profecías de liberación, expresadas en textos tales como:

  • Isaías 42:6-7: “Yo, Jehová, te he llamado en justicia y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.”
  • Jeremías 31:31 & 33: “Vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá” & “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.
  • Ezequiel 36:26-27: “Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra.”

El Apóstol Pablo, quien había sido un rabino fariseo, tiene un encuentro sobrenatural con Jesús y comprende que el Maestro Galileo era el Mesías enviado por Dios en cumplimiento de las profecías de la Biblia Hebrea (Véase Hch. 9, entre otros pasaje bíblicos pertinentes).

En Romanos 3, Pablo ataca los postulados de la teología farisea, afirmando que “por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de” Dios (3:20). Es decir, el otrora rabino fariseo ahora reconoce que la obediencia a la ley y el esfuerzo ético-moral no es suficiente transformar el corazón humano. Para cambia algo hace falta poder y para cambiar el corazón humano hace falta poder de el Dios que viene por medio del evangelio de Jesucristo.

Jesucristo es la manifestación de la justicia de Dios en el mundo. Es el mediador del nuevo pacto prometido por Isaías, Jeremías y Ezequiel. Por medio de la obra de Jesucristo, podemos superar las consecuencias del pecado que nos ha separado de Dios.

Esta es la buena noticia del evangelio: Dios nos declara justos por medio de la obra de Jesucristo, quien dio su vida para que ustedes y yo alcanzáramos salvación. Jesucristo es el “redentor”, es decir, es quien paga la deuda que teníamos con Dios y con la humanidad. Jesucristo es, pues, nuestro salvador.

¿Quién es Jesús? Jesús es:

  • El Mesías
  • El Cristo
  • El Siervo Sufriente
  • El Salvador
  • El Redentor
  • Quien manifiesta justicia de Dios
  • Nuestro Señor

Por lo tanto, concluimos afirmando que Dios ha cumplido su intención de salvar a la humanidad por medio de la obra redentora de Jesucristo. Jesucristo es el salvador enviado por Dios para salvar a toda la humanidad.

Por qué Jesús es el salvador del mundo
Salvador del mundo

El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez se reserva todos los derechos de publicación de estos materiales. Queda prohibida cualquier forma de reproducción total o parcial, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sin la debida autorización del autor. Para solicitar los permisos correspondientes, contacte al autor.

Use el siguiente formato para citar este artículo:

Pablo A. Jiménez, “¿Por qué Jesús es el salvador del mundo?”, DrPabloJimenez.com. Accedido el ** de ** de 20**. Disponible en: https://www.drpablojimenez.com/2016/03/31/por-que-jesus-es-el-salvador-del-mundo/

Vea otros estudios bíblicos relacionados

Creo en el Espíritu Santo

Un sermón sobre la persona y la obra del Espíritu Santo, en la serie sobre el Credo de los Apóstoles.

Audio

Vídeo 

YouTube

Vea otros sermones sobre el Espíritu Santo.

www.drpablojimenez.com
www.drpablojimenez.com

Mujer Virtuosa – Proverbios 31

Mujer virtuosa: Un sermón sobre Proverbios 31:10, apropiado para el día de las madres.

Orquidea
Orquidea

¿Robará el hombre a Dios? (Malaquías 3)

Un sermón expositivo sobre el libro del Profeta Malaquías, enfocando en el capítulo 3 y su mensaje sobre la mayordomía.

Pablo A. Jiménez
Pablo A. Jiménez

Cómo bosquejar el sermón temático-doctrinal

Consejos prácticos sobre la elaboración del sermón temático-doctrinal, con ejemplos de bosquejos homiléticos, por el Dr. Pablo A. Jiménez.

Introducción 

El sermón temático-doctrinal es ciertamente la forma homilética que presenta los más grandes desafíos a quienes hoy predican el Evangelio de Jesucristo.

A la hora de diseñar bosquejos homiléticos, el sermón textual-expositivo toma sus pautas del texto bíblico y el sermón narrativo se orienta por la estructura literaria de la porción sobre la cual se basa. Empero, el sermón temático-doctrinal fundamenta su bosquejo en el desarrollo de un argumento.

Desafíos metodológicos del sermón temático-doctrinal

Afirmo que el sermón temático-doctrinal presenta un gran desafío por los siguientes elementos:

  1. El diseño de sermones temáticos y doctrinales demanda un buen manejo de las bases de la teología cristiana y de las disciplinas básicas de la teología sistemática. Por ejemplo, la disciplina que estudia las perspectivas teológicas sobre el pecado se llama “hamartiología”. Esta disciplina esta íntimamente relacionada a la doctrina sobre la salvación, cuyo nombre técnico es “soteriología”, y al concepto teológico de la humanidad, conocido como “antropología teológica” Como ven, el estudio sistemático de la teología cristiana requiere el manejo de un lenguaje técnico especializado.
  2. Aunque la fe cristiana tiene puntos esenciales que la unen, expresadas en documentos tales como “El Credo Apostólico”, cada tradición cristiana tiene sus propios énfasis teológicos. Por eso, un libro de teología cristiana escrito desde un punto de vista reformado puede presentar ideas extrañas para quien desea predicar en una congregación de tradición wesleyana. Por lo tanto, no sólo es necesario estudiar las bases de la teología sino que también es necesario conocer los énfasis principales de las tradiciones cristianas más importantes.
  3. Y no podemos olvidar el gran desafío que presenta la postmodernidad, ya que en estos tiempos los conceptos están vacíos de contenido. Es decir, hoy no se puede asumir que todo el mundo entiende lo mismo cuando se habla de un concepto. El mundo de las ideas hoy es tan diverso que nos obliga a definir con claridad lo que nosotros queremos decir cuando empleamos un concepto. Por ejemplo, mientras hace solo unas décadas todo el mundo entendía que la muerte ocurría en el momento cuando el corazón dejaba de latir, hoy también se emplea el concepto para hablar sobre la “muerte cerebral”, sobre el suicidio asistido (el derecho a terminar con la vida propia en situaciones terminales) y sobre la eutanasia (el derecho a terminar con la vida de otra personas, usualmente un ser querido, que padezcan enfermedades crónicas o terminales). Por eso, si usted habla sobre la muerte en un sermón, debe indicar si se refiere a una, a parte o a todas estas opciones.

Siete modelos homiléticos para elaborar el sermón temático-doctrinal

A estos desafíos metodológicos se unen los prácticos: ¿Cómo redactar los “puntos” o las ideas principales de nuestro bosquejo para un sermón temático-doctrinal?

Para responder a este reclamo, le presento siete alternativas que bien pueden ayudarle a diseñar sermones efectivos sobre los temas y las doctrinas que usted desee exponer. Estos son:

  1. El sermón “interrogativo”
  2. El sermón “hegeliano”
  3. El sermón “joya”
  4. El sermón “escalera”
  5. El sermón basado en el “Cuadrilátero de Wesley”
  6. El sermón “Ver-Pensar-Actuar”
  7. Y el sermón basado en el modelo de Paul Ricouer

1. El sermón “interrogativo”

La forma más sencilla de organizar nuestras ideas es por medio de preguntas y respuestas. Usted puede plantear varias preguntas sobre el tema, tales como “qué”, “cómo”, “cuándo”, “cuáles”, “dónde” o “por qué”, y contestarlas en su sermón. Esta es la forma sermonaria más simple.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema de la depresión de la siguiente manera:

  1. ¿Qué es la depresión?
  2. ¿Puede una persona cristiana padecer de depresión?
  3. ¿Qué herramientas nos da la fe para enfrentar y vencer la depresión?

El sermón que se incluye al final de este ensayo, a manera de apéndice, sigue esta forma sermonaria.

2. El sermón “hegeliano”

Este modelo de sermón emplea una estructura basada en el pensamiento de Hegel, el filósofo alemán, dividiendo el cuerpo del sermón en tres instancias: tesis, antítesis y síntesis. La tesis es una idea principal; la antítesis es una idea que contradice la tesis, al menos en apariencia; y la síntesis armoniza ambas ideas, presentando una perspectiva más profunda del tema.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema de la paternidad divina de la siguiente manera:

  1. Tesis: Dios es padre
  2. Antítesis: Dios no es padre
  3. Síntesis: Porque Dios es mucho más que un padre.

3. El sermón “joya”

Este estilo sermonario analiza diversos aspectos de un tema. Como escribiera Clarence S. Roddy: “Aquí el proceso consiste en rotar una idea como si fuese una gema y considerar todas las facetas o aspectos de la misma.” Esta es una forma muy útil para considerar temas muy complejos, que tienen diversas facetas que debemos analizar.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre los distintos aspectos del amor, inspirado en 1 Corintios 13, de la siguiente manera:

  1. El amor y el sufrimiento.
  2. El amor y la bondad.
  3. El amor y la esperanza.
  4. El amor y la fe.
  5. El amor y la perseverancia.

4. El sermón “escalera”

En ocasiones, encontramos conceptos que se entrelazan con otras ideas importantes. En cierto modo, una idea lleva a la otra, como un peldaño de una escalera le lleva al otro.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre la dinámica del pecado, inspirado en Santiago 1.12-15, de la siguiente manera:

  1. Los malos deseos conducen a la tentación.
  2. La tentación conduce al pecado.
  3. El pecado conduce a la muerte.

5. El sermón basado en el “Cuadrilátero de Wesley”

El “cuadrilátero de Wesley” es un método de análisis teológico relacionado a la tradición wesleyana. Este modelo explora las fuentes que usamos para hacer teología y llega a la conclusión de que son cuatro: las Sagradas Escrituras, la tradición, la razón y la experiencia.

Un sermón basado en este modelo teológico exploraría cómo, a través del análisis de un tema, la congregación llega al conocer más sobre Dios. Claro está, es importante que la persona que predica este tipo de sermón sea disciplinada, porque de otro modo podría extenderse demasiado en una o más de las partes de su presentación.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema del pecado que siga la siguiente estructura:

  1. Qué nos enseña la Biblia sobre el pecado.
  2. Qué nos enseña la tradición histórica y teológica de la Iglesia sobre el pecado.
  3. Qué nos enseña la razón sobre el pecado.
  4. Qué nos enseña la experiencia sobre el pecado.

6. El sermón “Ver-Pensar-Actuar”

Hablando del método teológico, pasemos a considerar un modelo que proviene de la Teología Latinoamericana. Me refiero al modelo que identifica tres momentos en el proceso de reflexión teológica:

  1. Ver: La mediación socio-analítica que contempla el mundo desde el sufrimiento de las personas oprimidas.
  2. Pensar: La mediación hermenéutica que contempla el mundo desde el punto de vista divino, según se ha revelado a través de la Biblia y se ha manifestado en el pensamiento teológico de la Iglesia.
  3. Actuar: La mediación práctica que contempla el mundo desde la acción, tratando de identificar pautas pastorales que guíen los pasos del pueblo de Dios en nuestro mundo.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema del racismo de la siguiente manera:

  1. Ver: Identifique las manifestaciones del racismo en nuestra sociedad.
  2. Pensar: Explore el testimonio bíblico, confirmando que Dios desea alcanzar “a todas las naciones” con el mensaje evangélico y que Dios “no hace acepción de personas”.
  3. Actuar: Sugiera pautas pastorales que la Iglesia puede seguir para luchar contra el racismo que divide a la humanidad.

7. El sermón basado en el modelo de Paul Ricouer

Paul Ricoeur fue uno de los más grandes pensadores del Siglo XX, haciendo enormes aportes a la teoría de la interpretación. Sus escritos exploran cómo uno interpreta toda clase de escritos, tanto en el campo de la literatura, en el campo de las leyes y en el campo de la religión.

Ricoeur desarrolló un modelo muy útil que, en lo personal, yo utilicé para desarrollar mi método de interpretación bíblica para la predicación, llamado “Los Tres Pasos”. Lo que este insigne autor francés propone es lo siguiente:

  1. El primer encuentro que uno tiene con un texto es una “lectura inocente”, una lectura “pre-crítica” del texto. Es decir, es una lectura que no cuestiona el texto, sino que lee su contenido a la luz de la experiencia del intérprete.
  2. La segunda lectura toma distancia del texto para hacer una “reflexión crítica”, es decir, para cuestionar y examinar a profundidad el contenido del texto.
  3. El tercer momento, llamado por Ricouer “la segunda lectura inocente” se acerca al texto otra vez. Es una lectura informada por el análisis crítico hecho en el segundo paso. Sin embargo, la persona que interpreta el texto trata de comprender las implicaciones del texto para hoy.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema de la pobreza de la siguiente manera:

  1. Primera lectura Inocente: Podemos encontrar distintas manifestaciones de la pobreza en nuestros medios. Muchas personas piensan que la pobreza es resultado de la indolencia, la vagancia y la inacción de las personas pobres.
  2. Lectura crítica: Sin embargo, un análisis más profundo demuestra que la pobreza tiene varias causas, todas relacionadas a nuestro sistema político y social. También nos lleva a considerar que, de acuerdo a las Sagradas Escrituras, Dios se interesa por el bienestar de las personas más pobres y vulnerables de la sociedad.
  3. Segunda lectura inocente: Dios llama a la Iglesia a bendecir “al pobre, al huérfano y a la viuda”. ¿Qué acciones concretas podemos tomar para bendecir a las personas empobrecidas por nuestro sistema social?

Conclusión

El sermón temático-doctrinal es muy útil para propósito educativo, cuyo propósito es discipular a la comunidad de fe. Esperamos que estos siete modelos arrojen alguna luz a las personas interesadas en diseñar, escribir y predicar sermones sobre las doctrinas cristianas y sobre los temas que afectan a las comunidades que Dios les ha llamado a servir.

Del mismo modo, esperamos que usted predique regularmente el sermón temático-doctrinal, hasta que desarrolle su propio estilo, derivando sus bosquejos del argumento particular de su tema.

Bibliografía sobre la elaboración del sermón temático-doctrinal

Allen, Ronald J. The Teaching Sermon. Nashville: Abingdon Press, 1995.

_____. Thinking Theologically. Minneapolis: Fortress Press, 2008.

Carl, William J III. Preaching Christian Doctrine. Philadelphia: Fortress Press, 1984.

Hughes, Robert G. & Robert Kysar. Preaching Doctrine: For the Twenty-First Century. Minneapolis: Fortress Press, 1997.

Visite nuestra página de YouTube

Apéndice – El sermón temático-doctrinal

A manera de Apéndice, ofrecemos un bosquejo extendido de un sermón sobre el tema del bautismo, usando el modelo de “preguntas y repuestas”. Como es de esperar, este sermón refleja las perspectivas doctrinales de mi tradición, la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo). Lo ofrezco en ánimo de ilustrar la metodología, no de debatir puntos doctrinales

Del agua y del Espíritu

Texto: “De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3.5)

Tema: El Bautismo es crucial para nuestra formación espiritual, dado que es una ordenanza por medio de la cual nos acercarnos más a Dios.

Área: Formación Espiritual

Propósito: Resaltar la importancia de la ordenanza o sacramento del bautismo.

Diseño: Sermón temático-doctrinal, en ocasión de la celebración de bautismos en la Iglesia

Lógica: Deductiva

Introducción

La celebración de bautismos en una Iglesia local es siempre motivo de grande gozo. La comunidad de fe se regocija, celebrando con un nuevo grupo de hermanos y hermanas que marcan un nuevo comienzo en su vida espiritual.

Ahora bien, el gozo y a la alegría no son suficientes; también necesitamos entendimiento. Por eso, en esta ocasión, vamos a dedicar algunos minutos a explorar el significado de esta ordenanza de Jesús.

Declaración del tema

El tema central de nuestra meditación es que el bautismo es crucial para nuestra formación espiritual. ¿Por qué? Porque es dado que es un mandato u ordenanza de Jesús, por medio de la cual nos acercarnos más a Dios.

Transición

Habiendo hecho esta declaración general, pasemos a considerar tres pregunta específicas sobre el bautismo cristiano: ¿Qué significa el bautismo cristiano? ¿Cuáles con los orígenes de este hermoso ritual? ¿Cuál es la manera correcta de bautizar a un nuevo creyente?

Cuerpo del sermón
A. ¿Qué significa el bautismo cristiano? 
  1. El bautismo cristiano es el ritual por medio del cual una persona afirma su fe en Jesús, como Señor y Salvador, entrado en una relación de pacto con Dios.
  2. Debe quedar claro que las aguas bautismales no confieren fe, dado que no tienen poderes mágicos. El agua de la pila bautismal es agua común y corriente. Lo que la hace especial es la fe del creyente, que entiende el significado del evento.
  3. Al descender a las aguas, el creyente se solidariza con Cristo, evocando su muerte y su resurrección. Así como Jesús murió, fue sepultado debajo de la tierra y después fue resucitado con poder, el creyente muere a la vida vieja, es sepultado de manera simbólica en las aguas y se levanta a una vida nueva en Cristo.
  4. Romanos 6.3-5 (TLA) explica con claridad el significado del bautismo, cuando dice:

Ustedes bien saben que, por medio del bautismo, nos hemos unido a Cristo en su muerte. Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder. Si al bautizarnos participamos en la muerte de Cristo, también participaremos de su nueva vida.

5. La Iglesia debe celebrar el bautismo con gozo y con entendimiento, comprendiendo que por medio de este sagrado ritual el ser humano se identifica con la muerte y resurrección de Cristo Jesús, Señor nuestro.

B. ¿Cuáles con los orígenes de este hermoso ritual? 
  1. Los orígenes del bautismo cristiano se remontan a los baños rituales que los judíos celebraban en obediencia a la Ley de Moisés, tal como aparece en libros de Levítico y Números. De acuerdo al orden sacerdotal, el agua se usaba para lavar vestidos, para salpicar objetos que debían ser purificados y para que las personas catalogadas como ritualmente impuras se bañaran.
  2. La tradición farisea desarrolló la práctica de los baños rituales semanales. El viernes en la tarde, en preparación para la observación del descanso sabático, los creyentes se bañaban en un estanque muy particular. Era llamado un “mikveh”, y recogía agua de lluvia por medio de un sistema de canaletas. La persona se bañaba fuera del estanque, usando un poco de agua. Entonces se sumergía en el agua, para quedar purificado.
  3. Las personas no-judías que se convertían al judaísmo eran llamadas “prosélitos”. Estas personas se bautizaban, usando los estanques de agua para la purificación que estaban en el templo, en las sinagogas o en las residencias de personas pudientes.
  4. Juan el Bautista adoptó este ritual de purificación como una señal de arrepentimiento. Juan bautizaba a personas judías, lo que era algo fuera de lo ordinario. Para muchos, la invitación de Juan era una ofensa, porque entendían que sólo las personas no judías debían bautizarse.
  5. Jesús se bautizó, siguiendo las enseñanzas de Juan (Mt. 3.13-17). Después, sus discípulos también se dedicaron a bautizar (Jn. 4.1-3). Finalmente, el Cristo Resucitado le dejó a la Iglesia las instrucciones que hoy conocemos como “La Gran Comisión” (RVR 1960):

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

C. ¿Cuál es la manera correcta de bautizar a un nuevo creyente? 

  1. La palabra española “bautismo” procede del vocablo griego “bapticho”, que literalmente quiere decir “sumergir”, es decir, colocar algo debajo del agua. Esto es congruente con las prácticas judías, donde los creyentes eran sumergidos completamente en el agua.
  2. La Iglesia Primitiva, pues, bautizaba por inmersión, sumergiendo a la gente en agua. Sin embargo, la Iglesia fue muy flexible, permitiendo otros tipos de bautismo, dependiendo de la disponibilidad del agua y de la salud de la persona a ser bautizada.
  3. Un documento muy antiguo, llamado “La Didaché” o “la Instrucción de los Doce Apóstoles” –que forma parte de una prestigiosa colección de escritos cristianos llamada “Los Padres Apostólicos”– contiene las siguientes instrucciones sobre el bautismo en su capítulo VII:

1. En cuanto al bautismo, éste es el modo de bautizar: habiendo previamente dicho todo esto, bautizad en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, en agua viva.
2. Si no tienes agua viva, bautiza en otra agua. Si no puedes en (agua) fría, (bautiza) en caliente.
3. Si, empero, no tienes ni una ni otra, derrama agua sobre la cabeza tres veces en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
4. Antes del bautismo, el que bautiza y el que ha de ser bautizado, ayunen, y asimismo otros que puedan hacerlo. Mandas ayunar al bautizando uno o dos días antes.

Hoy, la Iglesia reconoce tres tipos de bautismo:

  • Bautismo por inmersión, donde el creyente se sumerge completamente en el agua.
  • Bautismo por afusión, donde se derrama agua sobre la cabeza del creyente.
  • Bautismo por aspersión, donde se rocía agua sobre el creyente.

Y el bautismo se hace en dos modalidades:

  • Bautismo de creyentes, dónde sólo se bautizan a personas que confiesan voluntariamente su fe en Cristo Jesús. Por lo regular, se entiende que la “edad de consentimiento” es cerca de los 12 años, dependiendo de la madurez de la persona.
  • Bautismo infantil, donde se bautizan niños y niñas cuyos padres, madres o personas encargadas se comprometen a levantar a sus hijos en la fe de Jesucristo. Por lo regular, los infantes se bautizan por aspersión, aunque la Iglesia Ortodoxa bautiza infantes por inmersión, sumergiéndoles en la pila bautismal.

Conclusión

La Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) bautiza creyentse, personas que han confiesan libre y voluntariamente su fe en Cristo Jesús, Señor nuestro. Eso quiere decir que no bautizamos infantes, sino creyentes que hayan llegado a la edad de consentimiento.

Y nuestra Iglesia bautiza por inmersión, a menos que la persona tenga alguna condición de salud –temporal o crónica– que lo impida. En ese caso, se puede oficiar las otras modalidades del bautismo.

Hoy tenemos el honor de celebrar un acto de bautismo, donde un grupo de personas afirma su fe en Cristo Jesús y su pacto con Dios.

Quiera Dios bendecirles.

Quiera Dios darles crecimiento constante en la fe de Jesucristo.

Y quiera Dios que perseveren en la fe por siempre, para que puedan vivir junto al Dios que vive para siempre, por los siglos de los siglos. AMÉN

el sermón temático-doctrinal
Vea nuestra página sobre teoría homilética

Tiempo de ayunar (Mateo 4.1-11)

Un sermón sobre las disciplinas espirituales, enfocando en el ayuno, la oración y la lectura devociones de la Biblia. Visite www.drpablojimenez.com & www.prediquemos.net

Pablo A. Jiménez
Pablo A. Jiménez