Un sermón sobre la importancia de la lectura y el estudio de la Biblia como Palabra de Dios, basado en Proverbios 3.1-8.
¡Anulada! (Colosenses 2.14)
Un breve comentario sobre Colosenses 2.14.
¡Candela! (Lucas 12.49-56)
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Texto: Lucas 12.49-56
Tema: Jesús nos llama a tomar una decisión radical a favor del proyecto de Dios.
Área: Desafío profético
Propósito: “Problematizar” la figura de Jesús.
Diseño: Temático
Lógica: Inductiva
Introducción
Una de las grandes contradicciones de la fe cristiana es la cantidad de imágenes de Jesús de Nazaret que podemos encontrar en nuestra cultura.
Y si digo “contradicción”, es porque los Diez Mandamientos prohiben el uso de imágenes de Dios en el culto. Escuchen lo que dice Éxodo 20 sobre el tema:
Dios habló y dijo todas estas palabras: Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de la tierra de Egipto, donde vivías como esclavo. No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.No te inclinarás ante ellas, ni las honrarás, porque yo soy el Señor tu Dios, fuerte y celoso. Yo visito en los hijos la maldad de los padres que me aborrecen, hasta la tercera y cuarta generación, pero trato con misericordia infinita a los que me aman y cumplen mis mandamientos. No tomarás en vano el nombre del Señor tu Dios, porque yo, el Señor, no consideraré inocente al que tome en vano mi nombre.
Éxodo 20.1-7, RVC
Múltiples imágenes de Jesús
A pesar de esta clara prohibición, la Iglesia comenzó a producir imágenes de Jesús muy temprano en su historia. Por ejemplo, la historia recuerda que Helena de Constantinopla, la madre del Emperador Constantino, hizo la primera peregrinación a Palestina. En su viaje, Helena identificó varios lugares santos y encontró varias reliquias del tiempo de Jesús. Entre los objetos que encontró, identificó las ruinas de una estatua de Jesús, supuestamente comisionada por la mujer anónima que Jesús sanó de una hemorragia. Aparentemente, “la mujer con el flujo de sangre” (véase Marcos 5.21-43; Mateo 9.18-26; Lucas 8.40-56) fue la primera persona que mandó hacer una imagen de Jesús.
A partir de ese punto, cada cultura ha representado a Jesús a su manera, identificándole con sus rasgos étnicos y raciales.
Los europeos pintaban a Jesús blanco y rubio.
Los asiáticos lo describían con ojos rasgados.
Los africanos lo imaginaban con la piel oscura.
Claro está, el problema es que los países europeos usaron la fe cristiana como una herramienta para colonizar, domesticar y oprimir a otras culturas. Tomaron la evangelización como una excusa para quitarle las tierras a los indígenas, para esclavizar a los pueblos africanos y para imponer su voluntad en Asia.
Esto explica por qué la imagen del Jesús “europeo”—alto, blanco y rubio—se ha convertido en la figura dominante en el mundo. Sí, a pesar de que Jesús probablemente era bajo de estatura, tenía la piel quemada por el sol y peinaba pelo negro y ondulado.
La carga ideológica de las imágenes de Jesús
Esas imágenes no son inocentes. Por el contrario, esas figuras de Jesús tienen una carga ideológica.
Para decirlo con más claridad, el Jesús “europeo” afirmaba la superioridad de los países que estaban colonizando el mundo. Era un Jesús “dócil” ante la dominación, que en lugar de rebelarse contra la autoridad afirmaba el poder de las monarquías europeas, de sus representantes regionales y de los ejércitos que imponían sus políticas colonialistas.
La imagen del Jesús “europeo” nos llegó no solo a través de las artes plásticas, tales como la pintura y la escultura. También nos llegó por medio de la literatura y hasta de la música. Por ejemplo, algunos podemos recordar un “corito” titulado “El rubio de Galilea pasando va”, cuya letra decía: “El rubio de Galilea pasando va, déjalo que te toque, recibe la bendición”.
Jesús, ¿el incendiario?
Debe quedar claro que esa imagen del Jesús “europeo”, domesticado y colonialista es falsa. Y, como afirma Éxodo 20, las imágenes falsas de Dios conducen a la idolatría.
Por eso es tan importante examinar todas las imágenes de Jesús que presentan los Evangelios. ¿Y por qué digo “todas”? Porque nuestra tendencia es a privilegiar algunas imágenes de Jesús, mientras rechazamos otras:
- Hablamos de Jesús de Nazaret como el bebé indefenso que nace en un establo en Belén de Judea.
- Hablamos de Jesús como el joven predicador a quien Juan el Bautista presenta en el Río Jordán.
- Hablamos de Jesús como el rabino que comenta la Ley de Moises.
- Hablamos de Jesús como el hombre fuerte que hace milagros.
- Y hablamos del Jesús débil que sufre la muerte, pero al final goza de la resurrección.
Ahora bien, ¿cuántas veces hemos escuchado de Jesús, el incendiario? Sí, ¿del Jesús que viene a traer candela para transformar la sociedad? Escuchen lo que dice el Evangelio según San Lucas:
Yo he venido a lanzar fuego sobre la tierra. ¡Y cómo quisiera que ya estuviera en llamas! Hay un bautismo que debo recibir, ¡y cómo me angustio esperando que se cumpla! ¿Creen ustedes que he venido a la tierra para traer paz? Pues les digo que no, sino más bien división. Porque de ahora en adelante una familia de cinco estará dividida en tres contra dos, y en dos contra tres. El padre se enfrentará con el hijo, y el hijo con el padre. La madre estará en contra de la hija, y la hija en contra de la madre. La suegra estará en contra de su nuera, y la nuera en contra de su suegra.
Lucas 12.49-53, RVC
Como vemos, este no es un Jesús dócil y pasivo. No, mis hermanos y mis hermanas, este es el Jesús que viene a traer “candela” al mundo.
Jesús viene a confrontarnos con nuestro propio pecado, con nuestro egoísmo y con nuestra violencia.
Jesús viene a denunciar la injusticia, la impunidad y la maldad.
Jesús viene a llamarnos a tomar una decisión; a tomar una opción radical a favor del proyecto de Dios.
Conclusión
Jesús nos llama directamente a confrontar la realidad. Nos llama a dejar de engañarnos a nosotros mismos y a leer “los signos de los tiempos”:
Jesús decía también a la multitud: Cuando ustedes ven que se levanta una nube en el poniente, dicen: “Va a llover”; y así sucede. Cuando sopla el viento del sur, dicen: “Va a hacer calor”; y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben discernir el aspecto del cielo y de la tierra, ¿cómo es que no saben discernir el tiempo en que viven?
Lucas 12.54-56, RVC
Aprendamos, pues, a discernir quién fue Jesús de Nazaret y quién es Jesucristo hoy. Apreciemos la seriedad de su mensaje y consideremos las consecuencias de seguirle con dedicación. Rechacemos las imágenes equivocadas de Jesús y las representaciones falsas de Dios.
Recordemos que Jesús vino a denunciar la idolatría y la injusticia, rechazando todas las ideas religiosas falsas que promueven la explotación.
Recordemos que Jesús vino a desenmascarar las falsas representaciones de la paz.
Recordemos que Jesús vino a traer fuego; a traer “candela” para transformar la sociedad.
Panel sobre historia y teología de la ICDC
Vea este panel sobre la historia y la teología de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo), moderado por Jesús Rodríguez Cortés, con la participación de la Rev. Millie Cortés, el Dr. Lester McGrath & el Pastor Pablo A. Jiménez.
Busquemos las cosas de arriba (Colosenses 3.1-4)
Un sermón sobre el tema de la búsqueda espiritual, basado en Colosenses 3.1-4.
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Altar Familiar Julio 2016
Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Espinosa
Altar Familiar – Julio 2016
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Instrucciones: Ofrecemos estas guías para hacer un altar familiar en su casa, orando con su familia. Le rogamos que aparte unos 15 a 20 minutos para orar en familia. De ser posible, hágalo el último jueves del mes, en la noche, pues esa es la fecha en la cual la mayor parte de la feligresía de nuestra Iglesia estará haciendo este ejercicio espiritual. Siéntase en libertad de añadir otras oraciones, cánticos o lecturas que desee incluir en este culto de adoración en familia.
Llamado a la adoración: Salmo 150 (RVC)
(1) ¡Alabado sea Dios en su templo! ¡Alabado sea en la majestad del firmamento!
(2) ¡Alabado sea por sus proezas! ¡Alabado sea por su imponente grandeza!
(3) ¡Alabado sea el Señor al son de trompetas!
¡Alabado sea el Señor con salterio y arpa!
(4) ¡Alabado sea al ritmo del pandero!
¡Alabado sea con flautas e instrumentos de cuerda!
(5) ¡Alabado sea con campanillas sonoras! ¡Alabado sea con campanillas jubilosas!
(6) ¡Que todo lo que respira alabe al Señor! ¡Aleluya!
Oración de adoración: Alabemos a Dios y démosle gracias por su presencia.
Cántico: Tu amor por mi
// Tu amor por mi, es más dulce que la miel.
Y Tu misericordia es nueva cada día.//
// Es por eso que te alabo, es por eso que te sirvo,
Es por eso que te doy todo mi amor.//
Meditación: “Será como un sueño”
Texto: Salmo 126 (RVR 1995)
(1) Cuando Jehová hizo volver de la cautividad a Sión, fuimos como los que sueñan.
(2) Entonces nuestra boca se llenó de risa y nuestra lengua de alabanza.
Entonces decían entre las naciones: “¡Grandes cosas ha hecho Jehová con estos!”.
(3) ¡Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros! ¡Estamos alegres!
(4) ¡Haz volver nuestra cautividad, Jehová, como los arroyos del Neguev!
(5) Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.
(6) Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla,
pero al volver vendrá con regocijo trayendo sus gavillas.
El Salmo 126 es un desafío para las personas dedicadas a la traducción de las Sagradas Escrituras. La inmensa mayoría de las traducciones bíblicas colocan el v. 1 en pasado; describiendo la liberación que Dios ya había hecho. Sin embargo, la traducción bíblica usada comúnmente en español, la Reina Valera Revisada (RVR) 1960, coloca este versículo en futuro: “Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sión, Seremos como los que sueñan”.
Sin embargo, la revisión del 1995 (RVR 95) coloca el versículo en pasado: “Cuando Jehová hizo volver de la cautividad a Sión, fuimos como los que sueñan”. La Traducción en Lenguaje Actual (TLA) es mucho más clara cuando dice: “Cuando Dios nos hizo volver de Babilonia a Jerusalén, creíamos que estábamos soñando”.
En todo caso, el Salmo 126 contrasta dos experiencias. Por un lado, el salmo retrata el gozo que trae la experiencia de liberación a la vida del creyente. Por otro lado, el salmo describe la tristeza que acarrean los momentos de crisis. Podemos ver el gozo en los vv. 1 al 3, que dicen:
Cuando Jehová hizo volver de la cautividad a Sión, fuimos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenó de risa y nuestra lengua de alabanza. Entonces decían entre las naciones: “¡Grandes cosas ha hecho Jehová con estos!”. Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros! ¡Estamos alegres!
Este salmo describe la alegría de manera muy gráfica. Vean el lenguaje: se habla de sueños, de risas y de alabanzas. El texto pone de manifiesto la felicidad que se relaciona con la liberación divina.
Y no es para menos, el tiempo del exilio en Babilonia fue terrible para el Reino de Judá: su tierra fue conquistada, su pueblo arrasado, su templo destruido, sus líderes encarcelados y su ánimo aplastado. Muchos guerreros murieron, muchas mujeres fueron violadas y muchos niños fueron asesinados por los invasores extranjeros. Por eso, la restauración del pueblo de Judá al final del exilio marcó un punto alto en la historia del pueblo hebreo. Su liberación fue un motivo de gran gozo; un gozo tan grande como el experimentado al final de la esclavitud en Egipto y tan grande como el experimentado al final del holocausto nazi.
Sin embargo, esta sección que refleja tanto gozo desemboca en una segunda sección que trata el tema del sufrimiento. El texto dice en los vv. 4 al 6:
¡Haz volver nuestra cautividad, Jehová, como los arroyos del Neguev! Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla, pero al volver vendrá con regocijo trayendo sus gavillas.
Al leer el v. 4 uno vuelve a cuestionar cómo debe traducirse el v. 1. Ya que el v. 4 le pide a Dios que libre de la cautividad al pueblo, quizás haga mas sentido leer los vv. 1-3 como una promesa de liberación futura.
Sin embargo, podemos leer el v. 4 en otra clave. Sí, Dios nos ha liberado en el pasado, tal como afirman los vv. 1 al 3. Sin embargo, las bendiciones pasadas no eliminan los problemas futuros. El pueblo de Israel fue liberado muchas veces por Dios, pero siempre volvió a enfrentar problemas.
Y esa es la condición humana. Las bendiciones del pasado no eliminan loa problemas futuros. Aun después de una gran bendición, ustedes y yo debemos continuar luchando por la vida. Jesús de Nazaret nos enseñó que cada día trae su propio problema, su propio mal (Mt. 6.34). Por lo tanto, las bendiciones recibidas ayer no impiden los problemas que traerá el mañana.
Lo que sí pueden hacer las bendiciones pasadas es darnos aliento y esperanza para enfrentar los problemas futuros. La experiencia de liberación nos enseña a mirar el futuro con esperanza. La persona creyente sabe bien que Dios, quien nos ha librado de problemas en el pasado, nos librará de problemas futuros.
Con esta verdad a la mano, exploremos las dos imágenes de liberación que nos propone la conclusión del Salmo 126. En primer lugar, el pueblo que ora pide ser renovado tal como las lluvias del invierno renuevan los arroyos del Neguev. El texto se refiere a los riachuelos que recorren una parte del desierto de Sinaí llamada el Neguev. Durante el verano, los lechos de los arroyos están secos. Sin embargo, las lluvias del invierno los convierten en torrentes que traen vida a los animales y a la vegetación.
Segundo, el pueblo compara la vida de fe con un sembradío. Recuerda que las personas que trabajan en la agricultura sufren mucho durante el proceso de la siembra. Esto era aún más difícil en el mundo antiguo, donde se sembraba “al voleo”, lanzando puñados de semilla en los campos. El proceso era tan duro y difícil que el salmista describe al agricultor como uno que va “andando y llorando” mientras esparce la semilla. Sin embargo, el pueblo también conoce el regocijo que experimenta la persona que recoge el fruto de la cosecha.
En conclusión, el Salmo 126 nos enseña que la alegría de ayer nos capacita para seguir luchando por la vida hoy y para mirar el mañana con esperanza. Con este mensaje a la mano, sigamos sembrando, sigamos bendiciendo, sigamos luchando por la vida. Aunque ahora sembremos “andando y llorando”, sabemos que en el futuro cercano recogeremos el fruto. Aunque ahora podamos sufrir, sabemos que la bendición futura será abundante, trayéndonos tanta alegría que será como un sueño.
Peticiones y acciones de gracias: Cada miembro de la familia o persona presente presentará un motivo de oración y dará gracias por alguna bendición recibida de parte de Dios.
Oración de cierre: Una persona deberá elevar una oración a Dios dando gracias por la familia y por las bendiciones recibidas en este rato de oración.
Id y a haced discípulos (Mateo 28.16-20)
Id y haced discípulos es un sermón sobre la tarea educativa de la Iglesia, basado en Mateo 28.16-20.
Introducción:
Los últimos versículos del Evangelio de Mateo (28:16-20) describen un encuentro entre el Cristo resucitado y sus discípulos en Galilea. Este pasaje es fundamental para la evangelización y la formación espiritual, ofreciendo directrices para el ministerio educativo de la Iglesia.
Contexto:
La reunión ocurre en un monte, un lugar recurrente de revelaciones divinas en el Evangelio de Mateo, comparando a Jesús con Moisés. Los discípulos, aunque dudosos, adoran a Jesús, quien afirma haber recibido “toda potestad en el cielo y en la tierra”.
El Mandamiento:
Jesús da un nuevo mandamiento: “Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos… y enseñándoles…”. Este mandamiento se desglosa en tres puntos:
- Id a todas las naciones: Jesús redefine la misión, haciéndola inclusiva para toda la humanidad, no solo para Israel.
- Haced discípulos: Ser discípulo implica imitar al maestro, viviendo en comunión con él y aprendiendo de su ejemplo y enseñanzas.
- Bautizando y enseñando: El bautismo inicia a los nuevos creyentes en la comunidad de fe, mientras que la enseñanza les guía a vivir según los mandamientos de Jesús.
Conclusión:
El ministerio educativo de la Iglesia busca preparar a nuevos creyentes para el discipulado cristiano, promoviendo una práctica de la fe basada en las enseñanzas de Jesús. Este proceso no es teórico, sino práctico, con la promesa de Jesús de estar con sus seguidores hasta el fin del mundo (Mt. 28:20).
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