Doce días de Navidad es una mini-serie producida por el Dr. Pablo A. Jiménez para la temporada navideña.Véala, escúchela y léala.
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Meditemos: Dios se hizo ser humanó—se “encarnó”—en Jesús de Nazaret, quien nació pobre y humilde para bendecir a todas las personas pobres y humildes.
Lectura bíblica: Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Lucas 2.6-7
Oremos: Bendito Dios, gracias te damos por Jesucristo, que nació pobre y humilde para darnos riqueza y gloria, ¡Gracias, Señor! En el nombre de Jesús. Amén.
Audio, vídeo y texto listo para predicar de un sermón sobre Isaías 9.6, apropiado para el día de Navidad.
Rudimentos
Texto: Isaías 9:6
Tema: Jesús desea tener una relación
personal con usted.
Área: Evangelización
Propósito: Explorar el significado de la
persona de Jesucristo.
Diseño: Expositivo, apropiado para el Día de Navidad
Lógica:
Inductiva
Manuscrito listo para predicar en Navidad
Introducción
¡Cristo es la Navidad! ¡Jesús es el motivo de nuestra celebración! ¡La Navidad es la celebración del nacimiento de nuestro Señor!
Para
la Iglesia, la Navidad es un tiempo de gran gozo. Celebramos la temporada
navideña con alegría, dado que conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret,
a quien la Iglesia confiesa como Señor y Cristo.
Una celebración distinta
Ahora
bien, queda claro que la forma como la Iglesia celebra la Navidad es distinta a
la forma como el mundo la celebra. Mientras el resto de la sociedad canta a la
comida, a la bebida y a la fiesta, la Iglesia celebra el milagro de la
encarnación; celebramos a Dios con nosotros.
Y ese me lleva a plantear una pregunta: ¿Quién es este Jesús que celebramos en la Navidad?
Esa
pregunta es de crucial importancia, dado que va a la médula del
asunto. ¿A cuál Jesús celebramos? Es claro que muchos celebran a un Jesús que no
tiene relación con la figura de
Jesús
como se presenta en las Sagradas Escrituras.
Muchos celebran a un niño indefenso, que no tiene impacto alguno en sus vidas.
Otros celebran el nacimiento de una celebridad, de una persona famosa.
Y aún otros celebran una Navidad sin Cristo, que sirve como una mera excusa para la fiesta y el desenfreno.
Por
eso repito la pregunta: ¿Quién es este Jesús que celebramos en la Navidad?
La promesa de Isaías
Esto
nos lleva a la profecía de Isaías, recogida en el versículo 6 del capítulo 9:
Porque
un niño
nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
En
términos
históricos,
esta profecía se refiere al nacimiento de Ezequías, quien
llegaría a ser Rey de Judá. Ezequías era hijo de Acaz, uno de los peores reyes que tuvo el
Reino del Sur. De acuerdo a 2 Reyes 16, Acaz fue un idólatra que
hasta llegó a sacrificar a uno de sus hijos a un ídolo. También se rindió
voluntariamente ante los Asirios, tomando el tesoro el templo para pagar
tributo a los extranjeros. Gracias a la profecía de Isaìas, el nacimiento de su hijo trajo esperanza al pueblo. Y
Ezequías
llegó
a ser uno de los mejores reyes de Judá, destacándose por la forma tan vigorosa como combatió la idolatría (véase 2 Reyes
18 al 20).
Empero,
en términos
proféticos,
la Iglesia ha afirmado por siglos que este es un texto mesiánico; un
texto que se refiere a la llegada del Mesías enviado por Dios para salvar a la humanidad.
Isaías habla del Mesías venidero de una manera particular. En lugar de describir sus características físicas o morales, Isaías enumera los nombres del Mesías. Y lo llama: “Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.
Admirable consejero: Esta frase afirma la sabiduría del Mesías y asegura que dirigirá al pueblo con pericia.
Dios fuerte: La segunda frase recalca el poder del Mesías, quien
puede combatir el mal y defender a los fieles.
Padre Eterno: La tercera frase sugiere que el Mesías infundiría seguridad a
los creyentes, como un padre calma el corazón de sus hijos y de sus hijas.
Príncipe de paz: Y la cuarta frase describe al Mesías como el líder efectivo
que puede traer un orden paz, protegiéndonos del caos.
A
través
de los siglos, la Iglesia ha afirmado que esta profecía se cumplió en la
persona histórica de Jesucristo. El Maestro Galileo predicó un mensaje
de justicia y paz, invitando al mundo a soñar con otra manera de vivir. Su proclamación aún nos invita
a soñar
con el Reino de Dios:
Un nuevo orden de justicia que se opone al caos;
Un nuevo orden de vida que se opone a las fuerzas de la muerte;
Un nuevo orden de luz que se opone a las tinieblas que amenazan a la humanidad.
Conclusión
¿Conoces su nombre? ¡Se llama Jesús de Nazaret!
Es el Mesías, el Señor y el Salvador de la humanidad. Es tu Señor y tu Salvador. Jesús quiere traer luz, vida y salvación a tu corazón. Jesús quiere tener una relación personal contigo. Y esa relación bien puede comenzar hoy.