Los planes de Dios para ti – Jeremías 29.11

Los planes de Dios para ti es un bosquejo de sermón sobre la esperanza, listo para predicar, basado en Jeremías 29.11.

Texto: Jeremias 29.11

Idea central: Dios nos invita a confiar en su propósito para nuestras vidas; un propósito de bondad, incluso cuando no entendemos lo que está sucediendo.

Área: Desafío profético

Propósito: Llamar al pueblo a perseverar en la fe aún en medio de la incertidumbre.

Lógica: Inductiva

Diseño: Textual – Expositivo

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“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” – Jeremías 29:11 RVR1960

Jeremías 29:11 es un texto muy conocido, citado y recordado, pero la mayor parte de la gente lo toma como una promesa suelta, sin tomar en cuenta su trasfondo histórico y su contexto literario. Hoy consideraremos el mensaje de este texto, que nos invita a confiar en que Dios tiene un propósito de paz y esperanza para su pueblo, aún en tiempos de exilio, sufrimiento y angustia.

Para entender correctamente este versículo, necesitamos primero ponerlo en su contexto histórico. Jeremías 29:11 es parte de la carta que el profeta Jeremías envió a los exilados de Judá que se encontraban en Babilonia. El pueblo de Judá había sido conquistado por Nabucodonosor, rey de Babilonia, y muchos de sus habitantes fueron deportados a esa tierra extranjera. Este fue un momento de gran dolor, incertidumbre y angustia para el pueblo de Dios.

El exilio babilónico, que comenzó en el 597 a.C. y culminó con la destrucción del templo en 586 a.C., marcó el fin del reino de Judá y una de las experiencias más traumáticas para el pueblo de Israel. Fueron deportados a una tierra extranjera, lejos de su hogar, de su templo y de su forma de vida. El sentimiento de pérdida y desesperanza era profundo. ¿Dónde estaba Dios en medio de esta tragedia? ¿Por qué les había permitido ser llevados cautivos?

En medio de esta situación, Dios envía un mensaje de juicio a través de Jeremías. No era el mensaje de pronta y fácil liberación que muchos querían oír, sino una palabra dura de escuchar. Sin embargo, el juicio no era la palabra final. El juicio era solo el preámbulo de la verdadera palabra de liberación, que llamaba a vivir en su nuevo contexto con fe, esperanza y obediencia, ya que Dios seguía siendo fiel a sus promesas.

El versículo que nos ocupa se encuentra en el capítulo 29 de Jeremías, en una carta que el profeta envió a los exilados. En esta carta, Jeremías les ofrece un consejo pastoral y les anima a vivir una vida plena en Babilonia, a pesar de su situación de exilio. En los primeros versículos de este capítulo, les exhorta a que construyan casas, planten huertos, se casen y tengan hijos. En otras palabras, les dice que resistan el sufrimiento; que sigan adelante y se establezcan en la nueva realidad en la que viven.

El mensaje que les trae Jeremías también es un llamado a la esperanza, a la confianza en que Dios no los había olvidado. El versículo 11 es una promesa divina que resalta el carácter de Dios como aquel que tiene un propósito bueno, incluso cuando todo parece estar en ruinas. A pesar del sufrimiento que experimentaban, Dios les asegura que su futuro está en sus manos, y que Dios tiene planes para su bienestar y restauración.

3. El Texto: Jeremías 29:11

En este contexto de dolor y sufrimiento, Jeremías 29:11 resalta como una luz de esperanza: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Esta es una promesa radical y profundamente reconfortante.

Aquí encontramos un énfasis en el conocimiento divino. Dios conoce a su pueblo, sus circunstancias, sus luchas, su sufrimiento. Cuando Dios dice que “sabe los pensamientos que tiene acerca de nosotros”, nos está asegurando que, a pesar de nuestra angustia, tiene un plan claro y determinado para nuestras vidas. Este conocimiento no es casual o superficial; es un conocimiento profundo, lleno de amor y compasión.

El texto subraya que el conocimiento de Dios nos da seguridad. No estamos solos ni abandonados, aún en medio de nuestras luchas. A veces, podemos sentir que Dios se ha olvidado de nosotros, pero este versículo nos recuerda que Dios es un Dios presente, que cuida de nosotros y tiene planes buenos para nuestras vidas.

La palabra “paz” en este versículo no se refiere solo a la ausencia de conflicto, sino a un bienestar completo, a la plenitud que solo Dios puede dar. El pensamiento de paz de Dios es un pensamiento que busca el bienestar integral de su pueblo. En tiempos de exilio, los israelitas estaban deseando ser restaurados a su tierra y a su antigua vida. Pero el mensaje de Dios es que sus pensamientos no son de mal, no son pensamientos de condena, de juicio final o de destrucción, sino de restauración, de paz y de esperanza.

El texto nos llama a confiar en los planes divinos incluso cuando no entendemos cómo se desarrollarán. La paz de Dios es más profunda que cualquier circunstancia temporal; no depende de lo que estamos viviendo en el presente, sino de la certeza de que Dios tiene un futuro preparado para nosotros.

Finalmente, la promesa de un futuro lleno de esperanza se ratifica al decir que Dios tiene un “fin” o un propósito para su pueblo. Este “fin” no es solo una conclusión de la historia, sino una culminación gloriosa, una restauración de lo perdido. El pueblo de Judá no solo experimentaría el regreso a su tierra, sino también una restauración espiritual, una renovación de su relación con Dios.

El fin que Dios tiene preparado no es solo un regreso físico a la tierra prometida, sino una renovación del pacto, una restauración integral. A veces, nuestras esperanzas se limitan a lo inmediato, pero Dios nos invita a mirar más allá de lo visible, hacia un futuro eterno y perfecto con Él.

Mis buenos hermanos y mis buenas hermanas, la promesa de Dios a través de Jeremías 29:11 es para cada uno de nosotros. Vivimos en un mundo lleno de incertidumbres, dificultades y momentos de dolor. Nuestro mundo ha entrando en tiempos turbulentos donde las fuerzas del mal, del pecado y de la muerte han avivado viejas controversias que —equivocadamente— creíamos superadas. Lejos de la paz que anhelamos, hoy estamos rodeados de desafíos que nos parecen insuperables. 

En este contexto, la Biblia nos recuerda la soberanía de Dios. A pesar de todo, Dios sigue en control de la historia. Por eso, el texto hoy nos recuerda que Dios tiene pensamientos de paz para nosotros, planes para darnos un futuro lleno de esperanza.

Hoy Dios nos invita a confiar en su propósito para nuestras vidas; un propósito de bondad, incluso cuando no entendemos lo que está sucediendo. Así como Dios restauró a su pueblo después del exilio, confiamos en que también nos restaurará a nosotros en su tiempo perfecto. En medio del sufrimiento, podemos encontrar consuelo en saber que Dios está trabajando en nuestras vidas, y que su plan es siempre para nuestro bienestar, para darnos un futuro de esperanza.

La promesa de esperanza es clara, no solo en las páginas del AT, sino también en las del NT. Recordemos Filipenses 1.6: “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”.

¡Que esta promesa nos anime hoy a seguir adelante, confiando en el carácter fiel y amoroso de nuestro Dios! Que podamos vivir con la certeza de que, aunque las circunstancias puedan ser difíciles, Dios tiene un futuro de paz y restauración preparado para nosotros. En el nombre de Jesús. Amén.

Los planes de Dios para ti
Jeremias 29.11
Porque yo sé los planes que tengo acerca de vosotros
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El poder del amor sana – Mateo 22.37-39

“El poder del amor sana” es un bosquejo de sermón, listo para predicar, adecuado para el Día del amor y la amistad.

Texto: Mateo 22.37-39 

Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Idea central: El amor —inspirado por Dios— promueve la restauración en un mundo roto por el egoísmo y la injusticia.

Área: Consejo pastoral

Propósito: Exhortar a cada creyente a convertirse en un agente de sanidad.

Lógica: Deductiva

Diseño: Temático, apropiado para el Día del amor y la amistad – San Valentín

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El pecado humano afecta a la humanidad, en específico, y al mundo, en general. Por eso, vivimos en un mundo “roto” por el pecado humano.

  • Declaración de la Idea central: El amor —inspirado por Dios— promueve la restauración en un mundo roto por el egoísmo y la injusticia. 
  • Transición: Exploremos este tema a la luz de las Escrituras.
  • Vivimos en un mundo de guerras, pobreza y desigualdad. Podemos dar ejemplos concretos de esos males sociales.
  • Amar a Dios y al prójimo en medio de un contexto de pecado y de maldad es desafiante, pero necesario.
  • Jesús enseñó a perseverar en el amor aún en medio del sufrimiento (Juan 13.34-35).
  • El amor cristiano no es pasivo ni conformista. ¡Todo lo contrario! Amar es un acto de resistencia; es una forma de oponerse al pecado y a la maldad.
  • Por ejemplo, en los evangelios podemos ver que Jesús defendió a las personas más débiles y vulnerables de la sociedad (véase el relato de la Mujer acusada de adulterio en Juan 8.1-11).
  • En este sentido, amar implica denunciar el mal y luchar por el bien común.
  • Dios nos llama a demostrar el amor divino siendo ser agentes de sanidad en nuestras relaciones.
  • Amar implica perdón, reconciliación y justicia. 
  • Uno de los ejemplos más claros de la sanidad y restauración que produce el amor podemos verlo en la parábola del Hijo Pródigo (Lucas 15.11-32).

¿Cómo podemos amar de manera concreta a quienes sufren hoy? Amar a Dios nos compromete con la sanidad de quienes nos rodean.

El poder del amor
San Valentín
Día del amor y la amistad
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El poder del amor transforma – Romanos 12.9-10


“El poder del amor transforma” es un bosquejo de sermón, listo para predicar, adecuado para el Día del amor y la amistad.

Texto: Romanos 12.9-10 

El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.

Idea central: El amor verdadero, inspirado por Dios, trasciende las palabras; el amor es un agente de transformación en la vida personal y comunitaria.

Área: Consejo pastoral

Propósito: Explorar las consecuencias sociales del amor.

Lógica: Deductiva

Diseño: Temático, apropiado para el Día del amor y la amistad – San Valentín

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¿Qué es el amor? Esta es una de las preguntas fundamentales que todo ser humano debe tratar de contestar.

  • Declaración de la Idea central: El amor verdadero, inspirado por Dios, trasciende las palabras; el amor es un agente de transformación en la vida personal y comunitaria.
  • Transición: ¿Cuáles son algunos de los elementos más importantes que caracterizan el amor? 
  • La sociedad, a través de los medios de comunicación masiva y las redes sociales, nos vende un amor superficial basado en apariencias y beneficios personales.
  • En contraste, el amor de Dios es honesto y transparente.
  • Por ejemplo: Jesús le pregunta a Pedro si su amor era genuino (Juan 21.15-17).
  • Amar es más que un sentimiento; es un compromiso con un mundo alterno. Desde la perspectiva cristiana, es un compromiso con el Reino de Dios y su justicia.
  • A través de toda la Biblia vemos cómo Dios demostró su amor por la humanidad con hechos concretos. El más grande gesto de amor divino fue el sacrificio de Jesús, el Hijo de Dios, por la salvación de todo aquel que cree (Juan 3.16).
  • Por lo tanto, el amor verdadero se demuestra en actos concretos de servicio por los demás.
  • El amor no es algo que solo ocurre entre parejas. Por el contrario, el amor es la fuerza espiritual que nos mueve a bendecir a los demás.
  • Las primeras iglesias cristianas demostraron el amor divino viviendo en unidad y practicando la justicia social (Hechos 2.44-47).
  • Las relaciones sanas —es decir, que reflejan el amor de Dios— contribuyen a la construcción de relaciones sanas en nuestra sociedad.

¿Nuestro amor es sincero o está basado en intereses? ¿Cómo podemos encarnar el amo divino? ¿Cómo podemos demostrar el amor en acciones concretas por los demás hoy?

El poder del amor
San valentín
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El poder del amor libera – 1 Juan 4.18

“El poder del amor libera” es un bosquejo de sermón, listo para predicar, adecuado para el Día del amor y la amistad.

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Texto: 1 Juan 4.18 

En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

Idea central: El amor genuino, inspirado por Dios, no somete ni oprime, sino que libera y dignifica a quienes lo reciben y practican.

Área: Consejo pastoral

Propósito: Invitar a la audiencia a considerar las distintas dimensiones del amor.

Lógica: Deductiva

Diseño: Temático, apropiado para el Día de la amistad

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Nuestra cultura privilegia el amor romántico sobre todas las otras expresiones del amor. En esta ocasión vamos a explorar, precisamente, algunas de esas expresiones que nuestra cultura menosprecia y hasta rechaza.

  • Declaración de la Idea central: El amor genuino, inspirado por Dios, no somete ni oprime, sino que libera y dignifica a quienes lo reciben y practican.
  • Transición: Veamos, pues, algunas de las varias expresiones del amor.
  • En muchas relaciones, el miedo define la dinámica de pareja: miedo al abandono, al rechazo o a la soledad.
  • La cultura muchas veces enseña un amor basado en posesión y control.
  • La Primera Epístola de Juan afirma que el amor maduro libera al ser humano del temor (1 Juan 4.18).
  • En la tradición colonial, el amor se ha enseñado como sacrificio unilateral, especialmente para mujeres, que han sido vistas como sometidas o subalternas.
  • El amor de Dios es recíproco y comunitario (1 Juan 4.19).
  • Las relaciones sanas requieren dignidad y equidad, no dominación.
  • El amor—desde una perspectiva cristiana—es expansivo, no exclusivo.
  • El amor no se limita a la pareja, sino que se extiende a toda la comunidad.
  • Por ejemplo, en la Parábola del Buen Samaritano (Lucas 10.25-37) vemos un amor que supera todas las divisiones sociales.

¿Estamos practicando en nuestras relaciones un amor que libera o que encadena? Amemos como Dios ama, pues amar a la manera de Dios libera y dignifica a todas las personas que le buscan con fe.

El poder del amor 
Liberación
Día del amor y la amistad
San Valentín
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¿Será Jesús de Nazaret? Lucas 3.21-22

¿Será Jesús de Nazaret? es un sermón listo para predicar, por el Dr. Pablo A. Jiménez, apropiado para la temporada de Adviento.

Texto: Lucas 3.21-22 RVC

Un día en que todo el pueblo estaba siendo bautizado, también fue bautizado Jesús. Y mientras Jesús oraba, el cielo se abrió y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma. Entonces vino una voz del cielo, que decía: «Tú eres mi Hijo amado, en quien me complazco.»

Idea Central: Jesús de Nazaret es el Cristo que vino al mundo con la misión de salvar a la humanidad perdida.

Área: Formación espiritual

Propósito: Recalcar la importancia de Jesús de Nazaret.

Diseño: Temático-Doctrinal

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Indiscutiblemente, Jesús de Nazaret es el líder religioso más importante en la historia de la humanidad. Su impacto trasciende fronteras culturales, sociales y temporales, influenciando a millones de personas a lo largo de los siglos. Sin embargo, su prominencia histórica y cultural no garantiza que las personas realmente comprendan quién es Jesús. En el mundo occidental, su figura ha sido transformada en un símbolo cultural, casi folklórico, al que muchos recurren en momentos específicos, pero sin profundizar en su verdadera identidad.

  1. Las versiones seculares de celebraciones como la Navidad y la Semana Santa reflejan este fenómeno. En estas festividades, Jesús a menudo se presenta de manera superficial, mezclado con otras tradiciones religiosas, cuasi-religiosas e incluso completamente seculares. Estas imágenes diluyen la comprensión de su misión y propósito, ofreciendo una perspectiva limitada y distorsionada de quién fue y es Jesús de Nazaret.
  2. La lucha por comprender la verdadera identidad de Jesús no es nueva; es tan antigua como las Escrituras mismas. En los Evangelios, vemos cómo su figura dividió a la sociedad judía de su tiempo. Los líderes religiosos debatían intensamente sobre su naturaleza y misión. Mientras unos lo veían como un revolucionario, otros lo reconocían como el cumplimiento de las profecías mesiánicas.
  3. Jesús de Nazaret es el Mesías prometido por Dios, enviado para traer salvación y redención a su pueblo. Esta verdad central debe ser el eje de cualquier intento por entender su persona y su legado.

No debemos ceder ante las representaciones seculares que trivializan a Jesús de Nazaret. Rechacemos la versión superficial que el secularismo promueve: un Jesús trivializado y sin poder transformador. Por el contrario, esforcémonos por conocer y proclamar al Jesús real; al Salvador que transforma vidas y da esperanza eterna a todas las personas que aceptan y creen el Evangelio.

Listo para predicar
Jesús de Nazaret
Lucas 3.21-22
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Una sola carne (Génesis 2.23-25)

Una sola carne es un bosquejo de sermón listo para predicar sobre el matrimonio y la familia cristiana basado en Génesis 2.23-25. 

  • Texto: Génesis 2:23-25
  • idea central: Dios ha dado un orden para la familia cristiana.
  • Área: Consejo pastoral
  • Propósito: Guiar a la audiencia a pensar de una forma diferente sobre la familia.
  • Lógica: Deductiva
  • Diseño: Temático

Introducción: Dios tiene un maravilloso plan para la familia;un plan que puede ayudarnos a enfrentar y a superar las crisis contemporáneas.

Visión bíblica de las relaciones de pareja: La Biblia entiende que las relaciones de pareja ocurren entre personas de sexos opuestos. También afirma que las relaciones implican diferencia y mutualidad (véase las palabras hebreas “ish” e “ishah”).

La intimidad y la sexualidad: Las relaciones sexuales deben ser la expresión física de la unión psicológica entre una pareja. El sexo crea y afirma los lazos que unen a una pareja, cimentando la relación. Por eso la Biblia afirma que la pareja que se une en matrimonio forma “una sola carne”.

Conclusión: Dios desea que la familia cristiana sigala visión bíblica del matrimonio. Eso es de importancia crucial para nuestra salud emocional y espiritual.

Una sola carne
Génesis 2.23-25
familia y matrimonio
bosquejo listo para predicar
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Ovejas sin pastor (Mateo 9.35-38)

Ovejas sin pastor es un sermón sobre la respuesta desde la fe cristiana a las ansiedades que caracterizan a las sociedades postmodernas.

En el mundo contemporáneo, la ansiedad se ha convertido en una característica predominante de nuestra sociedad. Esta condición, que implica un estado de agitación y zozobra del ánimo, afecta tanto el ámbito emocional como el espiritual.

Según el estudio sociológico de Thomas Bandy sobre las necesidades espirituales de las sociedades postmodernas, existen siete tipos principales de ansiedades que aquejan al ser humano de hoy: el abandono, la soledad, el vacío y la falta de sentido, el destino, la muerte, la culpa, y la victimización.

  • El abandono es la sensación de desamparo por falta de atención personal. Las personas que sufren de esta ansiedad buscan compasión y encuentran en Jesús, el Buen Pastor, una figura de acogida y rescate.
  • La soledad surge del distanciamiento de seres queridos y amistades. Aquellos que se sienten solos buscan a Jesús, el amigo y compañero, así como el compañerismo de una comunidad de fe.
  • El vacío y la falta de sentido representan una carencia de propósito que lleva a las personas a sentirse perdidas. Estas personas buscan dirección en Jesús, el Maestro Galileo, cuya sabiduría ofrece sentido a sus vidas.
  • El destino está ligado al fatalismo, donde las personas se sienten atrapadas por circunstancias predeterminadas. Jesús, el liberador, ofrece una transformación radical que desafía este sentimiento de impotencia.
  • La muerte es una ansiedad universal que genera un temor profundo. Frente a esto, Jesús, el Cristo Resucitado, ofrece esperanza de vida eterna.
  • La culpa produce una angustia que afecta cuerpo, mente y espíritu. Aquí, Jesús, el sanador, ofrece perdón y sanidad integral.
  • La victimización afecta a aquellos que han sufrido abusos o injusticias. Estas personas encuentran en Jesús, la justicia de Dios, la promesa de redención y juicio justo.

Ovejas sin pastor explica cómo en cada una de estas ansiedades, la figura de Jesús se presenta como la respuesta definitiva, capaz de ofrecer alivio y esperanza a un mundo ansioso.

Ovejas sin pastor
Ansiedades postmodernas
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La viña no está en venta

Un sermón narrativo listo para predicar sobre la historia de la viña de Nabot, enfocado en el tema de la integridad, según se narra en 1 Reyes 21.1-14.

©Pablo A. Jiménez

Es una historia sencilla. Por un lado, tenemos al hombre más poderoso del país. Por otro lado, tenemos a un hombre del pueblo, aferrado por sus valores. 

El hombre poderoso es Acab, el rey de Samaria, el reino del norte. Acab, quien era hijo del rey Omrí, gobernó a principios del noveno siglo a.c. (1 Reyes 16.29). Se casó con Jezabel, una princesa extranjera, proveniente de Sidón, una ciudad fenicia. Se cree que Jezabel era devota de Baal y que quizás fue hasta sacerdotisa del culto a esa divinidad (16.31). 

De acuerdo al relato bíblico, Acab fue un rey malvado, que vivió muy lejos del Dios de Israel (16.30). En lugar de honrar el pacto entre Dios e Israel, Acab construyó un templo a Baal en la ciudad de Samaria, la capital de su reino (16.32).

En respuesta a los excesos de Acab, Dios levantó al profeta Elías, quien confrontó al rey con su pecado (17.1). Es en ese contexto que ocurre una confrontación entre Elías y un grupo de falsos profetas que adoraban a Baal (18.20-40). Aunque Elías llevó la mejor parte en esta confrontación, Acab y su esposa Jezabel siguieron por sus malos caminos, violando el pacto entre Dios y el pueblo de Israel y haciendo sufrir al pueblo.

Pero les dije al principio que esta es la historia de una confrontación entre Acab y un hombre del pueblo. Ese hombre se llamaba Nabot. 

Nabot vivía en el valle de Jezreel. Allí tenía una propiedad que, para su desgracia, colindaba con la residencia de verano del rey (21,1). Esa era su única virtud y su único pecado, tener un terreno hermoso sembrado de uvas cerca de la casa del rey.

Un buen día, Acab habla con Nabot y le propone un negocio. Acab desea adquirir la viña de Nabot y está dispuesto a comprarlo o a darle otro terreno a cambio (21.2). Para nosotros, quienes leemos el texto bíblico con ojos contemporáneos, la propuesta de Acab no tiene nada extraño. Es una simple transacción comercial de bienes raíces, como cualquier otra. 

Sin embargo, en el antiguo Israel el ofrecimiento de Acab tenía otras implicaciones. De acuerdo a la tradición hebrea, la tierra le pertenecía primeramente a Dios y, en segundo lugar, a la tribu o al clan a quien Dios la había dado. Es decir, las propiedades eran patrimonios familiares, por lo que una sola persona no podía tomar la decisión de venderla. Quien vendía su tierra renunciaba a la herencia recibida de su padre y de su madre y malversaba la herencia que debía dejar a sus hijos e hijas. Por eso, el Antiguo Testamento prohíbe la venta de la tierra en pasaje bíblicos tales como Levítico 25.23: “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es, y vosotros como extranjeros y forasteros son para mí” (véase, además, Nm 27.7-11, 36.1-12 y Dt 19.14).

Nabot, pues, rechaza tajantemente la oferta del rey Acab, diciendo: “¡Líbreme Jehová de darte yo la heredad de mis padres!” (21.3). Nabot rechaza la oferta del rey porque es obediente al pacto con el Dios de Israel. Nabot prefiere obedecer a Dios antes que a los hombres (compare con Hch 4.19). 

Como es de esperar, Nabot reacciona como el niño malcriado que era. El rey está acostumbrado a que la gente le obedeciera, fuera por respeto o por temor. Por eso, reacciona a la negativa de Nabot llegando a su casa triste y enojado (21.4). Cuando su esposa lo vio en la cama, a donde se había ido sin cenar, le preguntó: “¿Por qué estás tan decaído de espíritu y no comes?” (21.5). Acab le explicó que le había hecho una oferta muy generosa a Nabot, quien le había rechazado diciendo: “Yo no te daré mi viña” (21.6).

Jezabel respondió al berrinche del rey con palabras muy duras: “¿No eres acaso tú el rey de Israel? Levántate. Come y alégrate; yo te daré la viña de Nabot de Jezreel” (21-7). De inmediato, la reina organizó una conspiración en contra de Nabot. Jezabel escribió cartas, a nombre de Acab, ordenando que testigos falsos acusaran a Nabot de blasfemia; de maldecir a Dios y de maldecir al rey (21.8-9). 

Noten la ironía de esta escena. El hombre fiel al pacto con Dios es acusado de infidelidad y la reina extranjera adoradora de Baal escribe cartas defendiendo el honor de un rey corrupto. Jezabel le “fabricó un caso” falso a Nabot, acusándole de un crimen capital por el que se pagaba con la muerte.

Engañados por la astucia de la reina extranjera, los líderes de la ciudad juzgan a Nabot y, sobre la base del testimonio de dos testigos falsos, apedrean a Nabot hasta la muerte (21.11-14). Claro está, Nabot hubiera podido salvar su vida cediendo a la presión. Con toda seguridad, el rey hubiera abogado a su favor si Nabot hubiera concedido sus deseos. 

No obstante, Nabot no cedió ante los caprichos de Acab y de Jezabel. Aun bajo amenazas de muerte, Nabot persistió en su integridad: La viña no está en venta.

Aunque me presiones, la viña no está en venta.

Aunque me acuses falsamente, la viña no está en venta.

Aunque levantes testigos falsos en mi contra, la viña no está en venta.

Aunque me fabriques un caso capital, la viña no está en venta.

Aunque me mates, la viña no está en venta.

La viña no está en venta porque el pacto no está en venta. No puedo vender la viña porque eso sería una violación a los mandatos divinos. No puedo venderla porque mis principios no están en venta. No voy a vender porque prefiero obedecer al Dios del cielo antes que a los reyes corruptos de este mundo.

Y la sangre de Nabot nos habla, como la de Abel, desde la tumba. Nos llama a la integridad y al compromiso. Nos llama a examinar nuestra fidelidad a Dios y a la comunidad de fe. Nos llama a examinar nuestras vidas a la luz de la fe. La sangre inocente de Nabot nos habla y nos recuerda que tenemos una herencia espiritual. Nuestros padres y nuestras madres en la fe nos dejaron una herencia viva (véase 1 P 1.3). Y nosotros tenemos la responsabilidad de legar esa herencia a nuestros hijos y a nuestras hijas, a nuestros nietos y a nuestras nietas.

El ejemplo de Nabot nos desafía, pues, a vivir en integridad moral y espiritual. Ante las presiones de este mundo, ante las seducciones de la sociedad, y ante las ofertas de la corrupción, debemos tener solo una respuesta: “la viña no esté en venta”.

La viña de Nabot
listo para predicar
La viña no está en venta
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La viña no está en venta

El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez se reserva todos los derechos de publicación de estos materiales. Queda prohibida cualquier forma de reproducción total o parcial, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sin la debida autorización del autor. Para solicitar los permisos correspondientes, contacte al autor.

Use el siguiente formato para citar este artículo: Pablo A. Jiménez, “La viña no está en venta”, DrPabloJimenez.com. Accedido el ** de ** de 20**. Disponible en: https://www.drpablojimenez.com/2024/04/14/la-vina-no-esta-en-venta/

Vea otros sermones sobre el Antiguo Testamento

La parábola de la viña (Isaías 5.1-7)

Un sermón listo para predicar del Dr. Pablo A Jiménez sobre la Parábola de la viña, texto también conocido como el Cantar de la vida.

La Biblia, aparte de su valor religioso, tiene valor literario. En ella encontramos prosa, narración, leyes, poemas y cánticos. Estos pasajes bíblicos hablan de Dios, de la relación entre Dios y la humanidad, de la relación entre los seres humanos y de la relación que toda persona tiene consigo misma. Y entre esas porciones bíblicas se encuentran algunas de las piezas literarias más hermosas producidas jamás.

El capítulo 5 del libro del profeta Isaías contiene una de esas porciones bíblicas “clásicas”: el poema o canción de la viña.

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Isaías 5 tiene una forma literaria particular, dado que el texto es una canción de amor. Sí, es una canción de amor que Dios, el “novio”, le dedica a su “amada”, la comunidad de fe. Es una canción de amor que comunica los sentimientos divinos hacia la humanidad.

En la primera línea, el profeta presenta el cántico y lo dedica al pueblo de Dios (v. 1a). A partir de la segunda frase (v. 1b), el profeta habla en nombre de Dios, dando voz a las sentimientos divinos. El profeta habla a nombre de un “amigo”, quien será identificado más adelante. Todo comienza con una afirmación muy sencilla: El amigo plantó una viña en terreno fértil (v. 1b-c).

En la literatura hebrea, es común comparar a la persona amada con una viña, es decir, con un sembradío de uvas. Esta imagen aparece en varias veces en el libro del Cantar de los Cantares, específicamente en 1:6, 2:15 y 8:12.

El v. 2 describe los cuidados que el “amigo” tiene para con su viña. Todas las imágenes recalcan el cuidado que tiene el amado por su amada. El “amigo” ha colocado una cerca alrededor de la viña, para evitar la entrada de ladrones y de animales salvajes (v. 2a). También ha quitado las piedras que estorban el proceso de sembrar (v. 2a). Aunque toda persona que desea sembrar debe quitar las piedras del terreno, esto es una referencia al terreno israelita, particularmente en la zona noroeste, que está lleno de rocas de basalto, es decir, de piedras negras de origen volcánico.

Una vez preparado el terreno, el “amigo” plató las semillas de mejor calidad (v. 2b). Además, construyó una torre desde la cual vigilantes podían proteger la viña (v. 2c) y un “lagar”, es decir, un pequeño edificio donde había recipientes para aplastar las uvas maduras, extrayendo su jugo (v. 2d).

Como es evidente, el “amigo” había invertido tanto tiempo y dinero en este proyecto porque esperaba que su viñedo produjera uvas dulces, de buena calidad (v. 2e). Sin embargo, el “amigo” no recibió lo esperado. En lugar de uvas dulces, su viña produjo uvas agrias, es decir, uvas que no eran adecuadas para producir vino (v. 2f).

En el v. 3, el profeta presenta la situación ante la consideración de sus amigos y vecinos para que juzguen el caso, diciendo “juzgad entre mí y mi viña”. Este es un ejemplo de la justicia popular israelita, donde los vecinos de una comunidad—particularmente los líderes de los clanes y las familias prominentes—se reunían para impartir justicia. El profeta pregunta qué más hubiera podido hacer su amigo en este caso (v. 4a-b). Y, por segunda vez, usa el verbo esperar (compare con v. 2e): ¿Cómo es posible que la buena semilla hubiera dado uvas comunes y corrientes? ¿De dónde salieron estas uvas agrias y, por lo tanto, inútiles?

Sin esperar respuesta, el “amigo” toma la palabra e indica cómo ha de responder a la situación (v. 5a-b). El dueño va a quitar la verja que protegía la viña, para que los vecinos se coman las uvas y los animales se coman las plantas (v. 5c-d).

Además, el dueño planea abandonar la viña, es decir, no ha de cultivarla más (v. 6a-b). Por lo tanto, la viña antes bien cuidada ahora estará llena de hierba mala, de cizaña, de matojo (v. 6c). Y, en la primera referencia al poder divino del “amigo”, hasta mandará a las nubes que no derramen más lluvia sobre la viña (v. 6d-e). Así la identidad del amigo queda clara: El “amigo” enamorado es Dios.

El v. 7 ofrece una interpretación clara del cantar de la vida, dejando clara la identidad de la viña. Israel es la viña y sus habitantes son las uvas. Este pueblo desciende de Abraham, de Isaac, de Jacob y del resto de las personas llamadas por Dios, de acuerdo al libro del Génesis. Por lo tanto, el pueblo es fruto de “semillas escogidas”. Esto explica por qué Dios esperaba buenos frutos de su pueblo. Es lógico esperar que las personas descendientes de Abraham, el padre de la fe, sean fieles a Dios.

No obstante, el pueblo no dio buen fruto, es decir, no cumplió con las expectativas que Dios tenía. El v. 7 termina con dos juegos de palabras, en el idioma hebreo original. El texto dice: “Esperaba juicio, y hubo vileza; justicia, y hubo clamor.”

Primero, la palabra traducida como “juicio”, es la palabra hebrea “mishpat”, que tradicionalmente se traduce como “justicia” pero que también significa “buena obra” o “acto de justicia”. Y la palabra hebrea traducida como “vileza” es la palabra hebrea “mispah”, que significa derramamiento (de sangre). Segundo, la palabra traducida como “justicia” es la palabra “tsedaka” y la palabra “clamor” o grito es “tse’aka”.

Ahora podemos comprender mejor la calidad literaria del texto. El cantar de la viña termina denunciando los pecados del pueblo, afirmando que en lugar de justicia (“mishpat”) el pueblo derrama sangre inocente (“mispah”); que en lugar de justicia (“tsedaka”) el pueblo desesperado grita (“tse’aka”).

Queda claro que, aún en medio de la crisis social que arropa nuestro mundo, Dios espera que su pueblo de buen fruto. Aún en medio de derramamiento de sangre que continúa manchando nuestras calles, Dios desea que el pueblo actúe con justicia. Aún en medio de los gritos de desesperación de la gente inocente, Dios desea que su pueblo sea un agente de justicia.

Sí, Dios espera grandes cosas de su pueblo. Si usted se identifica como creyente, Dios espera buenos frutos de usted. Por eso, nos atrevemos a afirmar que el mensaje que Dios lanzó al antiguo pueblo de Israel por medio del profeta Isaías sigue vigente. Hoy, Dios espera que su Iglesia produzca buen fruto, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

La Parábola de la Viña
El Cantar de la Viña
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La esencia de la Navidad

Audio, vídeo, y texto listo para predicar de un sermón apropiado para el Día de Navidad basado en Lucas 2.10-14.

Texto: Lucas 2.10-14

Tema: La Navidad es el tiempo cuando conmemoramos el nacimiento del salvador enviado por Dios para alabanza de su gloria.

Área: Educación cristiana

Propósito: Recalcar el verdadero sentido de la Navidad

Diseño: Temático, de ocasión especial (Navidad)

Lógica: Deductiva

Durante esta temporada la iglesia habla continuamente del “verdadero sentido de la Navidad”. En esta ocasión, deseo explorar el significado de esa frase. ¿Cómo podemos definir la esencia de la Navidad?

  1. La Navidad es la temporada en que la Iglesia acordó conmemorar el nacimiento de Jesús en Belén, la ciudad del antiguo Rey David.
  2. Celebramos un hecho objetivo: el nacimiento de Jesús como hombre, hijo de María de Nazaret, recalcando el carácter histórico del evento de Cristo. Esto implica que rechazamos las falsas doctrinas sobre Jesús. De manera particular, rechazamos el “docetismo”, la una falsa doctrina que niega la humanidad de Jesucristo, alegando que solo “parecía” ser humano.
  3. Pero la Navidad es también tiempo de reflexión. Es tiempo de considerar la profundidad del evento de la encarnación de Dios en Cristo, del regalo de salvación que nos hizo Dios al darnos a su hijo.
  4. Esta reflexión debe confrontarnos con nuestra propia situación; debe llevarnos a preguntarnos si hemos tomado la decisión de seguir a Cristo; si hemos tenido un encuentro con Jesús.
  5. El nacimiento de Jesús en Navidad debe ser también nacimiento de Cristo en nuestro corazón. Nacimiento que se renueva cada año; que vive en el corazón del creyente en toda época del año.
  1. El cántico que los ángeles entonaron cuando nació el “niño-Dios” fue “Gloria a Dios en las alturas” (Lc. 2.24), ensalzando así el nombre del Dios de Israel. Esto fue así porque el nacimiento de Cristo es también alabanza.
  2. Sí, es alabanza porque Dios nos eligió “en él antes de la fundación del mundo” (Ef. 1.4), “para alabanza de la gloria de su gracia” (Ef. 1.6), como dice el primer capítulo de la Epístola a los Efesios.
  3. El propósito para el cual Dios ha elegido manifestarse en la historia es darse a conocer a la humanidad. Desde el principio, la Biblia nos muestra que Dios hace cosas “para que sepas que yo soy Dios” (Is. 45.3), como afirman continuamente los profetas.
  4. Ahora bien, conocer a Dios es alabarle; es postrarse ante sus pies; es entregarse o rendirse a la divinidad. Conocer a Cristo es dejarle nacer en nuestro corazón, por eso, ese nacimiento que celebramos en Navidad implica alabanza en acción de gracias por el “Don inefable” (2 Co. 9.15) que Dios nos ha dado en el amado.
  5. Nuestra alabanza es cántico de redención que sale de nuestros labios, desde lo profundo del corazón. Cántico porque hemos sido transformados por los portentosos actos de Dios para con nosotros. Entonamos un cántico de redencion como el de Apocalipsis 1.5b-6, que dice: 

Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre; y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios su padre, a él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén 

Una redención tan grande que aún abarca la naturaleza, la cual “gime” y “sufre” dolores de parto (Ro. 8.19-23) esperando la manifestación del amado.

  1. Esperamos la manifestación del redentor “porque nuestra redención es en esperanza” (Ro. 8.24). Por eso el cántico de los ángeles también decía “¡Paz en la tierra a todos los que gozan de su favor!” (Lc. 2.14 RVC), porque la Navidad es promesa.
  2. La navidad es promesa cumplida: es el niño que “nos es nacido” de Isaías 9.6; el rey que iba a nacer en Belén Efrata según Miqueas 5.2; el Mesías que vendría humilde de acuerdo a Zacarías 9.9.
  3. La Navidad es promesa abierta al futuro: Es promesa de salvación, de Emmanuel, de Dios con nosotros en Cristo, en el poder del Espíritu Santo.
  4. La promesa de Dios es una de esperanza, que nos toma perdidos en el camino y nos al sendero que conduce a la salvación. La esperanza nos toma en estado de pecado, de impotencia y de desesperación, preguntando: “¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” y nos lleva a decir “Gracias a Dios por su Don inefable” (Romanos 7.24-25).
  5. Esta esperanza surge porque la promesa de la Navidad es una de liberación. 
  • La liberación del pecado, de la muerte y del error. 
  • Liberación del miedo y con él de todo lo negativo de la naturaleza humana. 
  • Liberación de la obediencia a las fuerzas de la muerte que matan y destruyen a la humanidad.

La Navidad es el tiempo cuando conmemoramos el nacimiento del salvador enviado por Dios para alabanza de su gloria. Celebremos la liberación que viene por la promesa divina, dada por medio de Jesús, el Salvador que nace hoy en nuestro corazón.

La esencia de la Navidad (Lc. 2) - listo para predicar
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