Cae la noche – Devociones – 26 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

#caelanoche #DrPj

Lectura Bíblica: Hechos 27.1-26

Pablo es enviado a Roma

Cuando se decidió que debíamos ir por barco a Italia, Pablo y otros prisioneros fueron entregados a un centurión llamado Julio, de la compañía Augusta. Nos embarcaron en una nave de Adramitio que tocaría los puertos de la provincia de Asia. Al zarpar, iba con nosotros Aristarco, un macedonio de Tesalónica. Un día después llegamos a Sidón. Julio trataba a Pablo con mucha deferencia, y le permitía visitar a sus amigos, para que lo atendieran. De allí desplegamos velas, y navegamos a sotavento de Chipre, porque teníamos el viento en contra. Después de cruzar el mar frente a Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira, una ciudad de Licia. Allí el centurión dio con una nave alejandrina que zarpaba para Italia, y nos embarcó en ella. Nuestra navegación fue muy lenta durante varios días, y a duras penas llegamos frente a Gnido, porque el fuerte viento nos lo impedía. Navegamos entonces a sotavento de Creta, frente a Salmón. Logramos costear con dificultad, y llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca de la ciudad de Lasea.

Pasaron muchos días, incluso el día del Perdón, así que era muy arriesgado continuar con la navegación. Entonces Pablo les hizo una observación. 10 Les dijo: «Amigos, si seguimos navegando, creo que sufriremos perjuicios y pérdidas, no sólo del cargamento y de la nave sino también de nosotros.» 11 Pero el centurión no le hizo caso, pues le creía más al piloto y al capitán de la nave que a Pablo. 12 Como el puerto era incómodo para invernar, casi todos acordaron zarpar de allí. Creían poder arribar a Fenice, un puerto de Creta que mira al noroeste y al suroeste, e invernar allí.

La tempestad en el mar

13 Como empezó a soplar una brisa del sur, les pareció que el viento era adecuado; entonces levaron anclas y se fueron siguiendo la costa de Creta. 14 Pero al poco tiempo un viento huracanado, conocido como Euroclidón, dio contra la nave 15 y la arrastró. Como no fue posible poner proa al viento, simplemente nos dejamos llevar por el viento. 16 Luego de deslizarnos a sotavento de la isla llamada Cauda, con muchas dificultades pudimos recoger la lancha salvavidas, 17 la cual fue subida a bordo y atada a la nave. Por temor a quedar varados en la arena, se arriaron las velas y la nave quedó a la deriva. 18 Como éramos azotados por una furiosa tempestad, al siguiente día se comenzó a aligerar la nave de su carga, 19 y al tercer día se arrojaron los aparejos de la nave. 20 Durante muchos días no pudieron verse el sol ni las estrellas, y la fuerte tempestad nos seguía azotando, así que ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos.

21 Como hacía mucho que no comíamos, Pablo se puso de pie y dijo: «Amigos, ustedes debieron haberme hecho caso, y no haber zarpado de Creta. Así se habría evitado este perjuicio y esta pérdida. 22 Pero yo les pido que no pierdan el ánimo, pues ninguno de ustedes perderá la vida. Solamente se perderá la nave. 23 Lo sé porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios, a quien sirvo y pertenezco, 24 y me ha dicho: “Pablo, no tengas miedo. Es necesario que comparezcas ante el emperador. Dios te ha concedido que todos los que navegan contigo salgan ilesos.” 25 Así que, ¡anímense, amigos míos!, que Dios hará todo tal y como me lo ha dicho. 26 Sin embargo, necesitamos llegar a alguna isla.»

Hechos 27.20
Hechos 27.20

Cae la noche – Devociones – 25 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Hechos 26

Defensa de Pablo ante Agripa

Entonces Agripa le dijo a Pablo: «Puedes hablar en tu defensa.» Pablo hizo un ademán con la mano, e inició su defensa:

«Rey Agripa, con mucho gusto presentaré ante ti mi defensa de las acusaciones que me hacen los judíos,especialmente porque tú conoces las costumbres y las cuestiones que se debaten entre los judíos. Yo te ruego que me escuches con paciencia.

Vida anterior de Pablo

»Todos los judíos saben cómo he vivido desde mi niñez y juventud, lo mismo en Jerusalén que entre mi pueblo. Ellos saben también, y lo pueden atestiguar, que desde el principio he vivido según las normas de los fariseos, que es el grupo más riguroso de nuestra religión. ¡Y ahora me juzgan por mi esperanza en la promesa que Dios les hizo a nuestros padres! Se trata de la promesa cuyo cumplimiento nuestras doce tribus esperan alcanzar; por eso día y noche sirven constantemente a Dios. ¡Y es por tener esta esperanza, rey Agripa, por lo que me acusan los judíos! ¿Acaso a ustedes les resulta increíble que Dios resucite a los muertos?

Pablo el perseguidor

»Reconozco haber creído que era mi deber hacer cualquier cosa en contra del nombre de Jesús de Nazaret.10 Y eso mismo hice en Jerusalén: con la autoridad que me dieron los principales sacerdotes, puse en la cárcel a muchos de esos santos, y hasta llegué a aprobar su muerte. 11 En las sinagogas, muchas veces los castigué y los forcé a blasfemar. Tan furioso estaba yo contra ellos, que los perseguí aun en las ciudades extranjeras.

Pablo relata su conversión

12 »Con amplios poderes en mi mano, y comisionado por los principales sacerdotes, iba yo una vez hacia Damasco; 13 y de pronto, rey Agripa, a eso del mediodía, una luz del cielo, más brillante que el resplandor del sol, nos rodeó en el camino a mí y a mis acompañantes. 14 Todos rodamos por tierra. Y entonces oí una voz que me hablaba en arameo, y me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar de coces contra el aguijón.” 15 Yo pregunté: “¿Quién eres, Señor?” Y el Señor me dijo: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 16 Ponte de pie, que me he aparecido a ti porque tú vas a ser ministro y testigo de lo que has visto, y de otras que aún te voy a mostrar. 17 Yo te libraré de tu pueblo y de los no judíos, y quiero que vayas a ellos18 para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás al poder de Dios; para que por la fe en mí, reciban el perdón de sus pecados y la herencia de los que han sido santificados.”

Pablo obedece a la visión

19 »Por eso, rey Agripa, no desobedecí esa visión celestial, 20 sino que comenzando por los que viven en Damasco y en Jerusalén, y siguiendo por los que viven en Judea, sin pasar por alto a los no judíos, les anuncié que debían arrepentirse y volverse a Dios, y demostrar con sus hechos que realmente se habían arrepentido. 21 ¡Y por esto los judíos me aprehendieron en el templo y trataron de matarme! 22 Pero Dios vino en mi ayuda. Por eso hasta hoy no dejo de dar mi testimonio a grandes y pequeños. Y no digo nada que no hayan dicho ya los profetas y Moisés. 23 Por ejemplo, que el Cristo tenía que padecer, y que sería el primero en resucitar de los muertos, para anunciar la luz al pueblo de Israel y a las naciones.»(F)

Pablo insta a Agripa a que crea

24 Esto decía Pablo en su defensa, cuando Festo gritó a voz en cuello: «¡Estás loco, Pablo! ¡Las muchas letras te han vuelto loco!» 25 Pero Pablo respondió: «No estoy loco, excelentísimo Festo. Lo que estoy diciendo es la verdad, y tiene sentido. 26 El rey también lo sabe, y por eso hablo con él de esto sin ningún temor. Estoy seguro que él no ignora nada de esto, porque no lo hemos discutido en un rincón. 27 Tú, rey Agripa, ¿crees en lo que dicen los profetas? ¡Yo sé que sí lo crees!» 28 Agripa le respondió: «¿Con tan poco pretendes hacerme cristiano?» 29 Y Pablo dijo: «Pues Dios quiera que, con poco o con mucho, no sólo tú sino también todos los que hoy me escuchan lleguen a ser como yo, ¡pero sin estas cadenas!»

30 El rey se puso de pie, lo mismo que el gobernador y Berenice y los que estaban sentados con ellos, 31 y todos ellos se retiraron aparte y comentaron entre ellos: «Este hombre no ha hecho nada que merezca la prisión ni la pena de muerte.» 32 Por su parte, Agripa le dijo a Festo: «Se le podría poner en libertad, si no hubiera apelado al emperador.»

Hechos 26.30-32
Hechos 26.30-32

Cae la noche – Devociones – 24 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Hechos 25

Pablo apela a César

Tres días después de que Festo llegó a la provincia, fue de Cesarea a Jerusalén. Los principales sacerdotes y los judíos más influyentes se presentaron ante él, y hablaron en contra de Pablo. Como un favor especial, le pidieron que ordenara trasladar a Pablo a Jerusalén. Y es que ellos ya habían planeado tenderle una emboscada y matarlo en el camino. Festo les dijo que Pablo estaba custodiado en Cesarea, adonde él mismo partiría en breve. Les dijo: «Si algunos de ustedes pueden acompañarme, háganlo. Y si este hombre ha cometido algún crimen, acúsenlo allí.»

Festo se detuvo en Jerusalén unos ocho o diez días; luego fue a Cesarea, y al día siguiente se sentó en el tribunal y mandó traer a Pablo. Cuando Pablo llegó, lo rodearon los judíos que habían ido desde Jerusalén. Presentaron en su contra muchas y graves acusaciones, pero no pudieron probar ninguna. Pablo, en su defensa, dijo: «Yo no he cometido ningún delito. Ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra el emperador.» Pero Festo, que se quería congraciar con los judíos, le preguntó: «¿Prefieres ir a Jerusalén, para que seas juzgado de todo esto delante de mí?» 10 Y Pablo respondió: «Yo estoy ante el tribunal del emperador, y es en este tribunal donde debo ser juzgado. Como tú bien sabes, en nada he agraviado a los judíos. 11 Si he cometido algo que merezca la pena de muerte, no me rehúso a morir. Pero si las acusaciones que se me hacen no tienen sustento, nadie puede entregarme a ellos. ¡Yo apelo al emperador!» 12 Entonces Festo habló con el consejo y, después de consultar con ellos, respondió: «Puesto que has apelado al emperador, ante el emperador comparecerás.»

Pablo ante Agripa y Berenice

13 Algunos días después, el rey Agripa y su hermana Berenice fueron a Cesarea para saludar a Festo. 14 Allí pasaron muchos días, así que Festo le expuso al rey el caso de Pablo. Le dijo: «Félix dejó preso a cierto hombre, 15 contra el cual los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos presentaron acusaciones. Cuando fui a Jerusalén, éstos se presentaron y me exigieron que lo condenara. 16 Yo les respondí que los romanos no acostumbran condenar a muerte a nadie, si quienes lo acusan no están presentes. Es decir, para que el acusado pueda defenderse. 17 Entonces todos ellos se presentaron, y yo actué sin tardanza. Al día siguiente ocupe mi lugar en el tribunal, y mandé traer a ese hombre. 18 Sus acusadores, aunque estaban presentes, no presentaron ninguno de los cargos que yo pensaba que harían; 19 lo que tenían contra él eran, más bien, algunas cuestiones acerca de su religión y de un tal Jesús, ya muerto, del que Pablo afirma que está vivo. 20 Como yo tenía mis dudas acerca de estas cuestiones, le pregunté si prefería ir a Jerusalén y ser juzgado allá; 21 pero Pablo pidió que se le retuviera, apelando a que el emperador mismo conociera su caso. Entonces di órdenes de que lo custodiaran mientras lo remitía al emperador.» 22 Agripa dijo entonces a Festo: «También yo quiero oír a ese hombre.» Y Festo le respondió: «Pues mañana mismo lo oirás.»

23 Al día siguiente, Agripa y Berenice se presentaron en medio de gran ostentación, y entraron en la audiencia con los tribunos y los principales hombres de la ciudad. Festo mandó entonces que llevaran a Pablo, 24 y dijo: «Rey Agripa, y señores que nos acompañan: Fíjense en este hombre. Aquí y en Jerusalén un gran número de judíos me ha pedido a gritos que lo condene a muerte. 25 Yo no he hallado en él nada que merezca la pena de muerte. Y como él mismo ha apelado al emperador, he decidido remitirlo a él. 26 Como no tengo nada concreto que pueda escribir a mi señor, lo he traído ante ustedes, y principalmente ante ti, rey Agripa, para que lo examines, y así tenga yo algo qué escribir. 27 Ciertamente no me parece razonable enviar a un preso, y no informar de qué se le acusa.»

Hechos 25.11-12
Hechos 25.11-12

Cae la noche – Devociones – 23 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Hechos 24

Defensa de Pablo ante Félix

Cinco días después llegó el sumo sacerdote Ananías con algunos de los ancianos y un orador llamado Tértulo, y se presentaron ante el gobernador para acusar a Pablo. Cuando llamaron a Pablo, Tértulo comenzó su acusación de la siguiente manera:

«Excelentísimo Félix, gracias a ti gozamos de paz, y por tu prudencia y buen gobierno el pueblo tiene muchas cosas buenas. Esto lo percibimos en muchos lugares, y estamos muy agradecidos. Como no queremos molestarte más, te ruego que nos oigas un momento, y que juzgues conforme a tu equidad. Nos hemos dado cuenta de que este hombre es una plaga; por dondequiera que va promueve la sedición entre los judíos, y además encabeza la secta de los nazarenos. ¡Lo más grave es que intentó profanar nuestro templo! Por eso lo aprehendimos, para juzgarlo conforme a nuestra ley, pero intervino el tribuno Lisias, y con lujo de violencia nos lo arrebató de las manos. Como nosotros somos la parte acusadora, nos mandó comparecer ante ti. Cuando lo juzgues, tú mismo podrás darte cuenta de que nuestras acusaciones son ciertas.»

Los judíos confirmaron esto al afirmar la veracidad de las acusaciones.

10 El gobernador hizo entonces a Pablo una señal para que hablara, y éste dijo:

«Yo sé que llevas muchos años impartiendo justicia en esta nación, así que con mucho gusto me defenderé.11 Como podrás comprobar, no hace más de doce días que fui a adorar a Jerusalén. 12 Nadie me vio discutir con ninguno, ni sublevar a la multitud en el templo, ni en las sinagogas ni en la ciudad. 13 Las cosas por las que me acusan no te las pueden probar. 14 Sin embargo, una cosa debo confesar, y es que sirvo al Dios de mis padres de acuerdo con el Camino que ellos llaman herejía. Yo creo en todo lo que está escrito en la ley y en los profetas, 15 y tengo, como ellos, la misma esperanza en Dios de que habrán de resucitar los justos y los injustos. 16 Yo siempre me esfuerzo por mantener una conciencia limpia que no ofenda a Dios ni a los hombres.17 Después de algunos años fui a mi pueblo para llevar limosnas y presentar ofrendas. 18 Yo me estaba purificando en el templo cuando me encontraron allí, pero ni había mucha gente ni yo estaba alborotando a nadie. 19 Los que me vieron eran unos judíos de la provincia de Asia. De haber tenido ellos algo contra mí, debieron haber venido a verte personalmente para acusarme. 20 De lo contrario, que digan los aquí presentes si cuando me presenté en el concilio me vieron cometer algún delito. 21 Lo que yo dije en su presencia, y lo dije a voz en cuello, fue: “Ustedes me están juzgando por causa de la resurrección de los muertos.”»

22 Como Félix estaba bien informado de este Camino, cuando oyó esto aplazó el juicio, y dijo: «Cuando venga el tribuno Lisias, me gustaría conocer más de este asunto.» 23 Luego, mandó al centurión que custodiara a Pablo, pero que le diera cierta libertad y permitiera que los suyos le sirvieran.

24 Unos días después, Félix llegó con Drusila, su mujer, que era judía: Mandó llamar a Pablo y quiso oír acerca de la fe en Jesucristo. 25 Pero cuando Pablo le habló acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó y le dijo: «Por ahora, puedes retirarte. En su momento volveré a llamarte.» 26 Y es que, además, Félix esperaba que Pablo le ofreciera dinero para soltarlo; por eso muchas veces lo llamaba para hablar con él. 27 Dos años después, Porcio Festo llegó para suceder a Félix, y como quería quedar bien con los judíos, dejó preso a Pablo.

Hechos 24.14-15
Hechos 24.14-15

Cae la noche – Devociones – 22 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Hechos 23.16-35

16 Pero el hijo de la hermana de Pablo se enteró de la emboscada, y fue a la fortaleza y entró para darle aviso a Pablo.17 Éste llamó entonces a uno de los centuriones, y le dijo: «Lleva a este joven ante el tribuno, porque tiene algo que informarle.»18 El centurión llevó al joven ante el tribuno, y a éste le dijo: «El preso Pablo me llamó y me pidió que trajera a este joven a tu presencia, porque tiene algo de qué hablarte.»19 El tribuno lo tomó de la mano y, llevándolo aparte, le preguntó: «¿Qué es lo que tienes que decirme?»20 El joven le dijo: «Los judíos han acordado pedirte que lleves mañana a Pablo ante el concilio, porque le quieren preguntar algunas cosas.21 Pero no les creas, porque más de cuarenta de sus hombres lo esperan para matarlo. Han jurado, bajo maldición, que no comerán ni beberán nada hasta haberlo matado. Están dispuestos a hacerlo, y sólo esperan que hagas venir a Pablo.»22 El tribuno despidió al joven y le mandó que no dijera nada a nadie del aviso que le había dado.

Pablo es enviado a Félix el gobernador

23 El tribuno llamó a dos centuriones y les mandó que para las nueve de esa noche prepararan a doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros, pues irían hasta Cesarea;24 ordenó también que prepararan cabalgaduras para Pablo, y que lo llevaran sano y salvo ante el gobernador Félix.25 Le escribió una carta en estos términos:

26 «Saludos de Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix.27 Este hombre fue aprehendido por los judíos y lo iban a matar; yo acudí con la tropa y lo puse a salvo, pues me enteré de que era ciudadano romano.28 Quise saber de qué lo acusaban, y lo llevé ante su concilio.29 Allí me di cuenta de que lo acusaban por cuestiones de su ley, pero que no había cometido ningún delito que mereciera la muerte o la cárcel.30 Luego me avisaron de que los judíos le habían preparado una emboscada, y por eso ahora te lo envío. Les he exigido a sus acusadores que traten en tu presencia lo que tengan en su contra.»

31 Siguiendo la orden que habían recibido, los soldados tomaron a Pablo y lo llevaron de noche a Antípatris.32 Al día siguiente, los soldados dejaron a los jinetes con él, y regresaron a la fortaleza.33 Cuando los jinetes llegaron a Cesarea, le dieron la carta al gobernador y le presentaron a Pablo.34 El gobernador leyó la carta y le preguntó de qué provincia era, y cuando supo que era de Cilicia,35 le dijo: «Te oiré cuando vengan tus acusadores.» Y mandó que lo custodiaran en el pretorio de Herodes.

Cae la noche – Devociones – 21 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Hechos 23.1-15

Pablo fijó la mirada en el concilio, y dijo: «Hermanos, toda mi vida he vivido delante de Dios sin tener nada de qué avergonzarme.»Entonces Ananías, que era el sumo sacerdote, ordenó a los que estaban junto a él que lo golpearan en la boca;pero Pablo le dijo: «¡Así te golpeará Dios a ti, muro blanqueado! Tú estás sentado allí para juzgarme conforme a la ley; ¿por qué violas la ley al mandar que me golpeen?»Los que estaban allí le dijeron: ¡Estás insultando al sumo sacerdote de Dios!Entonces Pablo respondió: «Hermanos, yo no sabía que era el sumo sacerdote. Pero sé que está escrito: “No maldecirás a un príncipe de tu pueblo.”»

Cuando Pablo se dio cuenta de que una parte del concilio era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz y dijo: «Hermanos, yo soy fariseo, y soy hijo de un fariseo. Se me está juzgando porque espero la resurrección de los muertos.»En cuanto dijo esto, se suscitó una discusión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió.Y es que los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus; pero los fariseos sí creen en todo esto.Se levantó entonces una gritería, y los escribas que apoyaban a los fariseos se levantaron a protestar: «No vemos que este hombre haya cometido ningún crimen. ¡Puede haberle hablado un espíritu o un ángel!10 Y como la discusión iba en aumento, el tribuno temía que fueran a despedazar a Pablo, así que mandó que los soldados bajaran y lo quitaran de en medio, y se lo llevaran a la fortaleza.

11 A la noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo: «Pablo, ten ánimo, pues necesito que des testimonio de mí en Roma, así como lo has hecho en Jerusalén.

Complot contra Pablo

12 Al amanecer, los judíos se reunieron para conspirar, y bajo maldición se comprometieron a no comer ni beber hasta darle muerte a Pablo.13 Los que hicieron este juramento eran más de cuarenta;14 fueron ante los principales sacerdotes y los ancianos, y les dijeron: «Nosotros hemos jurado, bajo maldición, que no comeremos nada hasta que hayamos matado a Pablo.15 Les sugerimos a ustedes y al concilio, pedirle al tribuno la comparecencia de Pablo para mañana, porque ustedes quieren averiguar algunas cosas acerca de él. Nosotros estaremos listos para matarlo antes de que se presente.

 

Cae la noche – Devociones – 20 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Hechos 22

22 «Padres y hermanos míos, escuchen ahora lo que tengo que decir en mi defensa.»

Al oír que les hablaba en lengua aramea, todos guardaron silencio. Pablo siguió diciendo:

«Yo soy judío. Nací en Tarso de Cilicia, pero me criaron en esta ciudad, donde Gamaliel me instruyó con total apego a la ley de nuestros antepasados. El celo por Dios que ustedes sienten hoy, también lo sentí yo,pues perseguí a muerte a los de este Camino. Yo aprehendía y llevaba a las cárceles a hombres y mujeres;el sumo sacerdote y todos los ancianos me dieron cartas para apresar a los hermanos; ellos son testigos de que fui a Damasco para aprehender a los creyentes que estuvieran allí, y llevarlos a Jerusalén para castigarlos.

Pablo relata su conversión

»Pero sucedió que en el camino, ya cerca de Damasco y como a mediodía, de repente me rodeó una intensa luz del cielo,Caí al suelo, y entonces oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”Yo respondí: “¿Quién eres, Señor?” Y la voz me contestó: “Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues.”Los que me acompañaban vieron la luz, y se espantaron; pero no escucharon la voz del que me hablaba.10 Entonces dije: “Señor, ¿qué debo hacer?” Y el Señor me dijo: “Levántate, y ve a Damasco; allí se te dirá todo lo que se ha determinado que hagas.”11 Como yo no podía ver por causa de esa luz tan potente, los que me acompañaban me llevaron de la mano, y así llegué a Damasco.

12 »Allí vivía Ananías, un hombre piadoso y apegado a la ley, de quien todos los judíos que allí vivían hablaban bien.13 Ananías vino, se me acercó y me dijo: “Hermano Saulo, ¡recibe la vista!” Y en ese mismo instante recobré la vista y pude verlo.14 Y él me dijo: “El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo y escuches de sus propios labios su palabra,15 pues tú serás su testigo ante todo el mundo de esto que has visto y oído.16 ¿Qué esperas, entonces? ¡Levántate y bautízate, e invoca su nombre, para que quedes limpio de tus pecados!”

Pablo es enviado a los no judíos

17 »Cuando volví a Jerusalén, mientras oraba yo en el templo, entré en éxtasis.18 Vi entonces al Señor, y escuché que me decía: “Date prisa, y sal pronto de Jerusalén, porque no van a creer lo que les digas de mí.”19 Yo le respondí: “Señor, ellos saben que yo andaba por todas las sinagogas encarcelando y azotando a los que creían en ti.20 Cuando corría la sangre de Esteban, tu testigo, yo estaba allí, aprobando su muerte con mi presencia y cuidando la ropa de quienes lo mataron.”21 Pero el Señor me dijo: “Anda, que voy a enviarte lejos, a los que no son judíos.”»

Pablo en manos del tribuno

22 Hasta aquí lo escucharon. Entonces alzaron la voz y gritaron: «¡Mátalo! ¡Bórralo de este mundo! ¡Gente así no merece vivir!»23 Y se rasgaban la ropa y lanzaban polvo al aire, y no dejaban de gritar.24 Entonces el tribuno mandó que llevaran a Pablo a la fortaleza, con órdenes de que lo interrogaran y lo azotaran para saber por qué protestaban contra él.25 Cuando lo estaban atando con correas, Pablo le preguntó al centurión allí presente: «¿Acaso está permitido azotar a un ciudadano romano sin que antes se le juzgue?»26 Cuando el centurión oyó esto, fue con el tribuno y le dijo: «¿Y ahora qué vas a hacer? ¡Este hombre es ciudadano romano!»27 Fue entonces el tribuno y le preguntó: «Dime, ¿en verdad eres ciudadano romano?» Y como Pablo respondió que sí,28 el tribuno se jactó: «¡A mí me costó mucho dinero adquirir la ciudadanía!» Pero Pablo le respondió: «Yo soy romano de nacimiento.»29 Al saber que Pablo era ciudadano romano, los que iban a interrogarlo se apartaron de él, y el tribuno hizo lo mismo, pues tuvo miedo de haber ordenado que lo interrogaran.

Pablo ante el concilio

30 Al día siguiente, el tribuno quiso saber por qué realmente lo acusaban los judíos, así que ordenó que le quitaran las cadenas, y también que se presentaran los principales sacerdotes y el concilio. Luego sacó a Pablo, y lo hizo comparecer ante ellos.

Cae la noche – Devociones – 19 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Hechos 21.18-40

18 Al día siguiente entramos con Pablo en casa de Jacobo. Allí estaban reunidos todos los ancianos.19 Después de saludarlos, Pablo les habló de su ministerio, y con mucho detalle les contó lo que Dios había hecho entre los no judíos.20 Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios y le dijeron: «Hermano Pablo, ya hemos visto cuántos miles de judíos han creído, todos ellos celosos de la ley.21 Lo que aquí se ha sabido es que a los judíos que están entre los no judíos los enseñas a renegar de las enseñanzas de Moisés, y que les dices que no circunciden a sus hijos ni observen nuestras costumbres.22 ¿Qué dices a esto? Seguramente ya se sabe que has venido,23 así que te recomendamos hacer lo siguiente: Hay entre nosotros cuatro hombres que están obligados a cumplir un voto.24 Ve y purifícate con ellos, y paga para que les rasuren la cabeza.A)">(A) Así todos comprenderán que no es cierto lo que supieron acerca de ti, y que también tú obedeces la ley.25 En cuanto a los creyentes no judíos, nosotros ya les hemos escrito y les recomendamos que no observen nada de esto, sino que se abstengan solamente de comer lo que se sacrifica a los ídolos, que no coman sangre ni animales ahogados, ni incurran en libertinaje sexual.»B)">(B)26 Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente se purificó con ellos y entró en el templo para dar a conocer los días cuando se cumpliría la purificación y se presentaría la ofrenda por cada uno de ellos.

27 Cuando estaban por cumplirse los siete días, unos judíos de la provincia de Asia lo vieron en el templo, así que alborotaron a toda la multitud y lo aprehendieron,28 al tiempo que gritaban: «¡Varones israelitas, vengan a ayudarnos! Éste es el hombre que por todas partes anda esparciendo sus enseñanzas en contra del pueblo, de la ley y de este lugar. Y no sólo eso, sino que ha metido a unos griegos en el templo, con lo que ha profanado este santo lugar.»29 Y es que en la ciudad ya habían visto a Pablo con Trófimo,C)">(C) el de Éfeso, y pensaban que Pablo lo había metido en el templo.30 Así que había mucha inquietud en toda la ciudad; la gente se agolpó y se apoderó de Pablo, y entre todos lo sacaron del templo a rastras, y enseguida cerraron las puertas,31 pues querían matarlo. Pero se dio aviso al tribuno de la compañía, de que había mucho alboroto en la ciudad de Jerusalén,32 y éste tomó soldados y centuriones, y se fue tras ellos. Cuando la gente vio al tribuno y a los soldados, dejó de golpear a Pablo.33 Entonces llegó el tribuno y lo aprehendió, y ordenó que lo encadenaran; luego le preguntó quién era y qué había hecho.34 Entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros, otra; y como a causa del alboroto el tribuno no podía entender nada con claridad, mandó que lo llevaran a la fortaleza.35 Al llegar a las gradas, los soldados tuvieron que llevarlo en vilo, pues la multitud estaba muy violenta,36 y todo el pueblo que venía detrás gritaba: «¡Mátenlo!»

Defensa de Pablo ante el pueblo

37 Cuando estaban por meter a Pablo en la fortaleza, éste le dijo al tribuno: «¿Me permites decirte algo?» Y el tribuno respondió: «¿Sabes griego?38 ¿Acaso no eres tú aquel egipcio sedicioso, que hace poco se sublevó y llevó al desierto a cuatro mil sicarios?»39 Pablo le dijo: «No. Soy judío, y nací en Tarso de Cilicia, que no es una ciudad insignificante. Te ruego que me permitas hablar al pueblo.»40 El tribuno se lo permitió. Entonces Pablo, de pie en las gradas, hizo una señal con la mano al pueblo, para que se callaran. En cuanto hubo silencio, les dijo en arameo:

Cae la noche – Devociones – 18 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

#caelanoche #DrPj

Lectura Bíblica: Hechos 21.1-17

Viaje de Pablo a Jerusalén

Después de despedirnos de ellos, zarpamos y nos fuimos directamente a Cos, y al día siguiente a Rodas, y de allí continuamos a Pátara. Allí dimos con un barco que se dirigía a Fenicia, así que nos embarcamos en él y zarpamos. Del lado izquierdo pudimos ver Chipre, pero seguimos navegando hacia Siria y arribamos a Tiro, porque el barco tenía que descargar allí. Como allí encontramos a los discípulos, nos quedamos con ellos siete días. Ellos, por medio del Espíritu, le decían a Pablo que no fuera a Jerusalén. Cumplidos los siete días, salimos de la ciudad, y todos nos acompañaron con sus mujeres y sus hijos. En la playa nos pusimos de rodillas y oramos, luego nos abrazamos unos a otros, y subimos al barco. Ellos, por su parte, volvieron a sus casas.

Nosotros seguimos navegando. Salimos de Tiro y arribamos a Tolemaida; allí saludamos a los hermanos y nos quedamos con ellos un día. Al día siguiente, salimos y nos dirigimos a Cesarea; allí nos hospedamos en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete y que tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.10 Durante los días que allí permanecimos, un profeta llamado Agabo llegó de Judea, 11 pues venía a vernos. Agabo tomó el cinto de Pablo, se ató con él las manos y los pies, y dijo: «El Espíritu Santo ha dicho: “Así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán a los no judíos.”» 12 Al oír esto, nosotros y los de Cesarea le rogamos a Pablo que no fuera a Jerusalén. 13 Pero Pablo respondió: «¿Por qué lloran? ¡Se me parte el corazón! Por el nombre del Señor Jesús, yo estoy dispuesto no sólo a que me aten, sino a que me maten en Jerusalén.» 14 Como no pudimos convencerlo, dejamos de insistir y le dijimos: «¡Que se haga la voluntad del Señor!»

15 Días después hicimos los preparativos y subimos a Jerusalén. 16 Algunos de los discípulos de Cesarea nos acompañaron; consigo llevaron a Mnasón, un antiguo discípulo de Chipre, en cuya casa nos hospedaríamos.

Arresto de Pablo en el templo

17 Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con mucho gozo.

Hechos 21.13
Hechos 21.13

Cae la noche – Devociones – 16 de julio

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

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Lectura Bíblica: Hechos 20.1-16

Viaje de Pablo a Macedonia y a Grecia

Una vez que se calmó el alboroto, Pablo llamó a los discípulos y, luego de animarlos y abrazarlos, se despidió de ellos y se fue a Macedonia. Después de recorrer aquellas regiones y de animar a los hermanos con largos discursos, se dirigió a Grecia, donde estuvo tres meses. Pero como los judíos le tendieron una emboscada cuando él estaba por embarcarse rumbo a Siria, decidió regresar por Macedonia. Lo acompañaron Sópater de Berea, Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe; Timoteo, y Tíquico y Trófimo, de Asia. Pero ellos se adelantaron y nos esperaron en Troas. Nosotros salimos de Filipos en barco, después de la fiesta de los panes sin levadura, y cinco días después nos reunimos con ellos en Troas. Allí nos quedamos siete días.

Visita de despedida de Pablo en Troas

El primer día de la semana los discípulos se reunieron para partir el pan, y Pablo estuvo enseñándoles. Pero como tenía que salir al día siguiente, alargó su discurso hasta la medianoche. En el aposento alto donde se habían reunido había muchas lámparas. Un joven que se llamaba Eutico estaba sentado en la ventana del tercer piso. Como Pablo se extendió demasiado en su predicación, a Eutico lo venció el sueño y se cayó, así que cuando lo levantaron estaba muerto. 10 Entonces Pablo bajó y se echó sobre él, lo abrazó y dijo: «No se alarmen. Está vivo.» 11 Después volvió a subir, y partió el pan y comió; luego siguió hablando hasta que amaneció, y entonces se fue. 12 Para consuelo de todos, al joven se lo llevaron vivo.

Viaje de Troas a Mileto

13 Nosotros nos embarcamos antes, y navegamos hasta Asón, donde teníamos que recoger a Pablo, pues él había decidido ir allá por tierra. 14 Cuando se reunió con nosotros en Asón, subió a bordo y nos fuimos a Mitilene. 15 Partimos de allí, y al día siguiente estábamos frente a Quío. Al otro día tocamos puerto en Samos, y un día después llegamos a Mileto. 16 Pablo se apresuraba porque, de ser posible, quería estar en Jerusalén el día de Pentecostés, así que había decidido pasar de largo a Éfeso y no detenerse en Asia.

Hechos 20.9
Hechos 20.9