La predicación efectiva se basa en la conexión con la audiencia, la autenticidad de la persona que predica y la preparación constante.
La predicación efectiva se fundamenta en la conexión con la audiencia. No se trata solo de transmitir información, sino de establecer un vínculo emocional y espiritual. Es importante conocer a la audiencia, entender sus necesidades y preocupaciones, y adaptar el mensaje para resonar con ella. La empatía es clave: ponerse en el lugar de quienes nos escuchan y abordar sus inquietudes.
Además, la autenticidad es fundamental. No proyecte una personalidad falsa, ya que la sinceridad y la coherencia fortalecen su credibilidad.
Finalmente, destacamos la relevancia de la preparación constante, pues la elaboración de sermones requiere estudio, reflexión y oración. En resumen, la predicación efectiva se basa en la empatía, la autenticidad y la preparación continua.
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