Sin visión el pueblo perece; sin visión el pueblo se desenfrena. Ahora bien, ¿cómo podemos desarrollar un proceso de visión para un ministerio, una iglesia local o una denominación? Ese es el tema de este episodio.
“Jesús, modelo de Liderazgo” es una meditación sobre el impacto de Jesús de Nazaret en el liderazgo cristiano. Jesús es el ejemplo, el modelo a seguir para toda persona que desee servir como líder en la comunidad de fe que es la Iglesia.
La soledad es una constante en la vida de quienes ocupan posiciones de liderazgo. A pesar de que las personas que ejercen liderazgo viven rodeadas de gente, algunas funciones sólo pueden llevarse a cabo en soledad.
Escuche el podcast basado en este escrito:
Esto se debe a que el liderazgo requiere meditación, análisis y ponderación. Si bien hay tiempos de estar al frente de un grupo, marchando, hablando u orientando, también hay tiempos de estar a solas con Dios y con nuestra conciencia. Ser líder requiere integridad y la integridad requiere auto-examen.
El problema es que la vida no se detiene. En ocasiones, quien es líder necesita retirarse a reflexionar, pero los afanes de la vida le llaman a estar al frente del pueblo y a cumplir con su labor. Cuando eso pasa, los y las líderes se agotan, pierden perspectiva y pierden efectividad.
Jesús en solitario
La Biblia contiene innumerables historias de líderes religiosos que sirvieron a Dios en tiempos de crisis, tanto personales como nacionales. Pudiéramos ilustrar la soledad del liderazgo con episodios de la vida de Moisés, de David, o de Elías, entre muchos otros.
Moisés pasó tiempo a solas con Dios, en el Monte Sinaí (Éxodo 24.15-18).
David pasó tiempo en el desierto (1 Samuel 23.14).
Y el Profeta Elías se refugió en el Monte Horeb (1 Reyes 19.8)
Sin embargo, Jesús de Nazaret es nuestro modelo de liderazgo por excelencia. Por eso, hoy ilustraremos la soledad del liderazgo con un episodio de la vida de Jesús.
Lucas 9.51 es uno de los textos más importantes del Evangelio según San Lucas: «Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén» (RVR 1960)
Este pasaje habla sobre la decisión más difícil que Jesús jamás tomó. El Maestro Galileo entendía que tenía una misión muy especial que cumplir; una misión que le había sido dada por Dios. La misión requería viajar a Jerusalén, la capital de Judea, para enfrentar a las autoridades políticas y religiosas. Jesús debía desenmascarar a los líderes falsos que oprimían y mataban al pueblo. Empero, en el proceso de confrontación Jesús se jugaría la vida.
Aunque Lucas no narra cuanto Jesús sufrió en el proceso de tomar la decisión de viajar a Jerusalén, el Evangelio lo da a entender por medio de un recurso literario. Lucas cuenta que en tres ocasiones Jesús se retiró a orar por largo tiempo antes de tomar la decisión.
Lucas 5.16 dice que Jesús se retiraba a «lugares desiertos» para orar: «…pero Jesús se retiraba a lugares apartados para orar» (RVC).
Lucas 6.12 cuenta que, en una ocasión, Jesús pasó toda una noche orando: «Por esos días Jesús fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios» (RVC).
Y Lucas 9.28 afirma que Jesús subió a orar con Pedro, Juan y Jacobo, su círculo más íntimo de líderes: «Como ocho días después de que Jesús dijo esto, subió al monte a orar, y se llevó con él a Pedro, Juan y Jacobo» (RVC).
Podemos inferir que Jesús se retiraba a orar constantemente porque estaba ponderando a solas la decisión de subir a Jerusalén.
Afirmó su rostro
Lucas 9.51 (RVR 1960) dice que Jesús «afirmó su rostro» para ir a Jerusalén. Esa es una frase hermosa, de alto contenido poético. Describe la valentía de Jesús, quien le dio cara a la situación con arrojo y con integridad. Otras versiones de la Biblia traducen el texto de las siguientes maneras:
Reina-Valera Contemporánea (RVC): «Se acercaba el tiempo en que Jesús había de ser recibido arriba, así que resolvió con firmeza dirigirse a Jerusalén.»
Nueva Versión Internacional (NIV): «Como se acercaba el tiempo de que fuera llevado al cielo, Jesús se hizo el firme propósito de ir a Jerusalén.»
Nueva Traducción Viviente (NTV): «Cuando se acercaba el tiempo de ascender al cielo, Jesús salió con determinación hacia Jerusalén.»
Dios Habla Hoy (DHH): «Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús había de subir al cielo, emprendió con valor su viaje a Jerusalén.»
Un punto que no debemos pasar por alto es que Jesús toma la decisión cuando «se cumplió el tiempo adecuado». Esto nos recuerda que en griego existen dos palabras para describir el tiempo: «chronos» y «kairós». La primera se refiere al aspecto cuantitativo del tiempo, es decir, al tiempo que se mide. La segunda palabra, «kairós», se refiere al aspecto cualitativo del tiempo. Es decir, se refiere al «momento adecuado» para hacer algo.
Jesús decide subir a Jerusalén en el «kairós» de Dios; es decir, en el tiempo adecuado y en el momento oportuno señalado por el Padre Celestial. Movido por la certeza de actuar en la plena voluntad de Dios, Jesús cancela todo otro compromiso y decide caminar a Jerusalén.
¿Qué habría de encontrar en Jerusalén? Allí encontraría muchos elementos contradictorios, tales como:
Una multitud que lo aclamaría con gozo, declarándolo «Hijo de David».
El liderazgo religioso tradicional, que lo recibiría con desprecio y desdén.
La guardia del templo, que lo arrestaría.
El parlamento judío, conocido como el Sanedrín, quien lo juzgaría de manera ilegal.
Y el liderazgo político y militar romano, quien lo juzgaría de manera sumaria y lo condenaría a muerte.
Como todo buen líder, Jesús intuía el terrible costo de su viaje a Jerusalén. Pero aún así, «afirmó su rostro» para subir a la Ciudad Santa.
Las voces que distraen
No debemos perder de vista que, una vez tomada la decisión, toda una serie de personas se atravesaron en el camino de Jesús. Algunas lo hicieron de buena fe y otras con agendas ocultas, pero todas terminaron entorpeciendo la misión de Jesús.
El caso más escandaloso es el Juan y Jacobo quienes responden de manera desmedida a una situación incómoda. Jesús y sus discípulos fueron rechazados por habitantes de algunas aldeas samaritanas (Lucas 9.52-53). Ofendidos, Juan y Jacobo tuvieron el siguiente intercambio con Jesús:
Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces, volviéndose él, los reprendió diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois, porque el Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.– Lucas 9.54b-56 (RVR 1960)
Nótese que la pregunta de los discípulos denota ignorancia, pues desconocían el carácter de Jesús. Es evidente que Jesús nunca hubiera deseado la muerte de los samaritanos y es evidente que Jesús nunca hubiera usado el poder divino para la venganza. Sin embargo, Juan y Jacobo le hacen perder el tiempo con una pregunta tonta.
También se aparecen en el camino otros hombres que se ofrecen a seguir a Jesús. El primero le dijo con gran entusiasmo: «Señor, te seguiré adondequiera que vayas» (9.57). Podemos intuir que el hombre deseaba seguir a Jesús para alcanzar fama y fortuna, porque Jesús le hizo una advertencia solemne:
Las zorras tienen guaridas y las aves de los cielos nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.– Lucas 9.58 (RVR 1960)
El segundo responde al llamado al discipulado diciendo: «Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre» (Lucas 9.59). Con esto quería decir que deseaba dedicarse a cuidar de sus padres—quienes probablemente no estaban ni enfermos en el momento—hasta que murieran, antes de dedicarse a seguir a Jesús. Jesús responde a sus excusas, diciendo
Deja que los muertos entierren a sus muertos; pero tú vete a anunciar el reino de Dios. – Lucas 9.60 (RVR 1960)
Y el tercero responde de manera similar al anterior, pues se ofrece a seguir a Jesús sólo después de atender sus responsabilidades familiares (9.61). Y una vez más, Jesús responde con palabras duras, diciendo:
Ninguno que, habiendo puesto su mano en el arado, mira hacia atrás es apto para el reino de Dios . – Lucas 9.62 (RVR 1960)
Liderazgo y soledad: Siete lecciones para líderes pastorales
Esta historia nos enseña siete importantes lecciones sobre el liderazgo cristiano:
En momentos de crisis, quien tiene la responsabilidad de ser líder debe tener una visión clara de la misión que Dios le ha encomendado.
El sentido de misión es la fuente principal de inspiración para quienes ejercen el liderazgo cristiano.
Las cargas del liderazgo se aligeran cuando tenemos una vida espiritual saludable.
Es importante retirarse, a solas con Dios, para enfocarnos en la misión que el Señor nos ha encomendado.
Podemos compartir con Dios las cargas del liderazgo que no podemos compartir con nadie más.
Es crucial que ejerzamos el discernimiento espiritual, de manera que podamos actuar en el «kairós» de Dios, es decir, en el momento oportuno que Dios ha determinado para que llevemos a cabo las tareas relacionadas a la misión.
El liderazgo requiere audacia y valentía. En momentos críticos, debemos «afirmar nuestro rostro» para cumplir la misión.
En resumen, peligros siempre habrá, como también problemas a granel y voces que intentarán distraernos. No debemos, pues, prestar atención a quienes intentan distraernos de la misión, tratando de que perdamos el foco. En esos momentos críticos, sigamos, pues, el ejemplo de Jesús:
Afirmemos nuestro rostro para cumplir la misión que Dios ha puesto en nuestras manos.
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Dentro del liderazgo es importante tener ciertos principios que uno como persona debería seguir día a día. Para poder tener principios que vallan acorde a un liderazgo responsable es de suma importancia conocer a personas que hablen acerca de este tema en particular. John Maxwell y Franklin Covey, sin lugar a duda hablan sobre esto, cada uno con un toque diferente pero, al final, ambos buscan lo mismo: la efectividad en el liderazgo.
Ambas persona tocan temas importantísimos. Por un lado tenemos a Covey hablándonos acerca de la importancia de los hábitos en la persona y nos dice que cada uno de nosotros está compuesto por ellos. También tenemos a Maxwell, este habla sobre las 21 leyes del liderazgo, que sin duda alguna llegan directo al punto.
En cuanto a la ley de liderazgo más importante me gustaría combinar el hábito de Covey de “empezar con un fin en mente” y “la ley del terreno firme” de Maxwell. Me gustaría combinarlas porque entiendo que ambas se complementan. Cuando empezamos con un fin en mente ciertamente nos comprometemos de manera seria al asunto, esto implica confianza en uno mismo y nos ayuda a tener en mente de que vamos hacia un destino. Un líder no es una persona que va sin rumbo, es alguien que tiene un norte fijo y da sentido de orientación a aquellos y aquellas que lo necesitan. Cuando un líder tiene buen sentido de dirección le es más fácil conocer sus necesidades. La ley “del terreno firme” nos dice que la confianza es el fundamento del liderazgo. Esta se une de manera natural ya que es imprescindible que la confianza sea transmitida a otras personas para alcanzar metas en conjunto. Por lo tanto podemos decir que cuando estamos enfocados en un destino en particular es porque la confianza ya es parte de la iniciativa que hemos tomado.
No podemos perder control sobre problemas o dificultades ya que nuestra reacción va a sentar la pauta para la reacción de las personas. Por lo tanto, el principio que deberíamos cultivar en este caso sería el de la confianza en nuestras propias habilidades las cuales nos han sido dadas y por nuestro padre celestial.
Declaración de Visión y Misión de la Iglesia Metodista El Olivo
por María de los A. Pérez Pérez
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Mateo 28:19-20
La declaración de visión y misión de la Iglesia Metodista El Olivo toma como base las palabras de Jesús antes de su ascensión a los cielos citadas en el evangelio de Mateo. Nuestra declaración contempla cinco áreas a considerar: Misión, Enseñanza, Adoración, Evangelismo y Discipulado.
Entendemos y afirmamos que Jesús nos comisiona como sus discípulos y discípulas a buscar las almas perdidas, entendiendo que toda persona tienen acceso a la Gracia Redentora de Dios. Que como parte de nuestra misión somos llamados de igual forma a equipar a los y las demás, brindándoles enseñanza para prepararlos a su vez para el ministerio.
En ese mismo propósito consideramos que es nuestro deber proveerles un ambiente de adoración y comunión como su respectiva comunidad de fe, en donde se sientan en un ambiente que los acerque a Dios. Creemos como congregación, que debemos estar en todo tiempo dispuestos y dispuestas a extender nuestras manos tanto para salir a buscar a quienes necesiten conocer de Jesús como para recibirles en nuestra congregación. Y finalmente como parte de nuestra misión, deseamos ayudarles a través del discipulado a relacionarse con nuestro Dios.
Nuestra iglesia lleva más de 80 años transformando vidas dentro y fuera de nuestra comunidad. Pero estamos conscientes que trabajamos a base de ciclos de vida.
Considerando los materiales sobre el ciclo vital de la iglesia y los escritos de Tom Bandy, entendemos que en estos momentos nuestra iglesia local se encuentra en la etapa 5, Adultez. Se encuentra en esa etapa puesto que hubo una gama de pastores que descuidaron la iglesia y bajó significativamente hasta la etapa 2, Nacimiento. Y esto porque enviaron a un nuevo pastor con ganas de trabajar y comenzó a motivar a la iglesia con la visión y a fomentar las relaciones y el programa.
Empoderó a la iglesia y la encaminó hacia una nueva visón y misión. En estos momentos contamos con un personal estable, un programa completo y una excelente administración. Fomentando la rotación y el trabajo en equipo. Hay mucha pasión por la visión y la misión.
Sabemos que no nos podemos estancar en esta etapa. Por lo cual seguimos soñando y reevaluando el perfil de la iglesia y de la comunidad. Es por eso que trabajamos fuertes en seguir desarrollando estrategias para llevarla al crecimiento.
Como por ejemplo:
Evangelizando a la comunidad: Promoviendo un evangelismo personal que nos permita dar seguimiento a las personas con quienes compartimos nuestra fe cristiana. Mejorando nuestras instalaciones físicas de manera que podamos atraer y recibir adecuadamente a las personas que buscan una iglesia. Ofreciendo una bienvenida sorprendente y auténtica a quienes nos visitan. Y promoviendo una adoración apasionada que conecte con Dios;
Desarrollando nuevos/as líderes: Trabajar con nuestra niñez y la sociedad de jóvenes. Brindando oportunidades de servir a toda la congregación. Apoyando económicamente a quienes participan de eventos de capacitación. Promoviendo en trabajo en equipo. Colaborando con otras congregaciones locales. Formando grupos pequeños que promuevan el aprendizaje en comunidad y el compañerismo.
Sirviendo por medio de proyectos comunitarios: Actualmente contamos con varios proyectos y otros los estamos desarrollando. Como por ejemplo: Construye: limpiando y arreglando casas de la comunidad. Estamos involucrados con la Liga Atlética Policiaca. Vamos a Crear un proyecto que se llama, Vida: visitando ancianos de la comunidad. Creamos un fondo para Ayudas económicas para la comunidad. Vamos a crear un Centro de acopio para desastres naturales. Contamos con un programa llamado, Bendice tu escuela: organizando actividades para cooperar con la escuela. Nos vamos a involucrar con Relevo por la vida: uniéndonos al esfuerzo para combatir el cáncer. Y recientemente abrimos un centro de tutorías llamado Educarte.
Haciendo y manteniendo estos proyectos es como transformamos nuestra comunidad y fomentamos a que nuestra iglesia no se estanque sino que siga creciendo con Dios por delante.
Queremos ser una iglesia que valga la pena. Deseamos destacarnos a lo largo de la vida como una iglesia que contenga una doctrina saludable, un liderato pastoral sabio e íntegro, integridad financiera, una iglesia que sirve a la comunidad, una congregación que invierte en las próximas generaciones y un lugar que transforma.
Sin duda alguna, en los tiempos que estamos viviendo notamos que el tema del liderazgo ha menguado o se le ha dado otro tipo de sentido. Al momento de hablar de tipos de líderes, en los últimos tiempos hemos observado que la formación correcta de los/as mismos/as ha ido de mal en peor. Desde líderes comunitarios hasta líderes políticos han dado un giro incorrecto o a su forma de lo que es ser un verdadero líder. En la mayoría por la atracción al poder.
De acuerdo a diversas fuentes existen varios acercamientos hacia este tema. Algunos al momento de hablar sobre el tema de liderazgo se enfocan en la persona que dirige. Es decir, su formación, sus valores, sus experiencias, su conocimiento, etc. Otros se enfocan en la posición que el mismo o la misma ocupan. Como por ejemplo, cómo se debe referir hacia la gente, cómo debe actuar, cómo debe administrar, entre otras. Por el contrario, otros como John Maxwell comentan que un líder es líder por su influencia. Por aquello que inspira a los demás. Y por último otros miden o definen el tema de liderazgo por la efectividad o los resultados que produce un o una líder.
En total acuerdo, tal y como dice el Profesor Pablo A. Jiménez Rojas el liderazgo es el proceso por medio del cual una persona un grupo o una organización marca la pauta en un área de la vida influenciando y capacitando a tantas personas que puede provocar un cambio en el área.
Dicha definición es una mezcla de las diferentes posturas o modos de pensamientos. La cual nos invita a observar el liderazgo como proceso no un puesto, invita a reconocer que el/la verdadero/a líder capacita a otros/as líderes y muy importante una persona que no crea líderes, no es un/a líder.
Indiscutiblemente, un/a líder hace que otras personas empiecen a cambiar su manera de actuar o pensar.
Cuando hablamos de liderazgo siempre me ha llamado la atención dos puntos importantes las cuales el profesor hace referencia en su presentación. Una de ellas es el líder formal. Es aquel o aquella que está a cargo de una posición importante, le añadiría, el típico líder que todos desean ver. Pero a esto se le suma el líder informal. Yo le llamaría el líder anónimo. Es aquella persona que no ocupa puestos pero su propia vida da testimonio de su buen modelaje hacia los demás.
No obstante, siempre se necesita de ambos tipos de liderazgo.
En mi humilde opinión, un/a líder es aquel o aquella cuyo propósito es servir de ejemplo para las personas, inspirándolas a mejorar su modo de vida. Un ser humano que se da por los demás sin importar los riesgos que esto implique. Capaz de dirigir y modelar algo de tal forma que los demás traten de imitarlo/la. Y esto es posible, demostrando en todo tiempo algunas cualidades sumamente importantes tales como: presencia, solidaridad, servicio, acompañamiento, integridad, compromiso, etc.
La persona de Jesús nos dejó un gran ejemplo a seguir. Él nos demostró que un líder, aconseja y guía, inspira entusiasmo, dice nosotros, se preocupa por las personas, comparte éxitos, trabaja en equipo y reparte el trabajo. En fin, ser una persona que esté dispuesto/a a meter las manos en la necesidad. Invitados/as a amar al prójimo como a nosotros/as mismos/as.