Reseña de una visita a la Iglesia en Buckhead, Atlanta, Georgia
por Pablo A. Jiménez
El domingo 23 de junio de 2019 mi hija y yo tuvimos la oportunidad de visitar The Buckhead Church, en Atlanta, GA. Ésta es una de las congregaciones cristianas más grandes en los Estados Unidos.
Cuando yo vivía en Atlanta, a principios de la década del 1990, Buckhead era un sector famoso por sus cantinas y clubes nocturnos. Hoy, el sector alberga una Iglesia novedosa que está alcanzando a miles para Cristo.
Fundada por un grupo dirigido por Andy Stanley, el hijo del famoso predicador bautista Charles Stanley, la misión y visión de esta congregación es alcanzar a las personas que regularmente no van a Iglesia alguna (en inglés, «the unchurched»). Stanley organizó en 1995 una congregación en Alpharetta, una ciudad a unas 15 millas al norte de Atlanta. Sin embargo, un buen día comprendió que no estaban alcanzando el centro de Atlanta. Esto le llevó en 2001 a comenzar la congregación en Buckhead.
Hoy la Iglesia tiene una asistencia promedio de 6,500 personas adultas que participan en 3 servicios dominicales y más cerca de 1,500 niños y niñas que participan en la Iglesia infantil. De acuerdo a su página de Internet, un promedio de 5,000 personas participan de grupos pequeños semanalmente.
Esta congregación adora en varias comunidades, no en un solo local. Es lo que se conoce en inglés como un “Multi-Site Church”. Esto quiere decir que el sermón se transmite en vivo o de manera diferida por video a todas las congregaciones hermanas. Las congregaciones que participan de este programa se conocen como “North Point Strategic Partners”.
En cada congregación hay un pastor, grupos de adoración, líderes laicos, programas infantiles y grupos pequeños, entre otras iniciativas. Aunque los agentes pastorales locales predican con cierta regularidad, una persona del equipo pastoral lleva la carga principal de la predicación y la enseñanza (en inglés, «teaching pastor») en el equipo pastoral. Stanley es el predicador principal del grupo.
Además de los cultos dominicales en Buckhead y en otras localidades, la Iglesia transmite sus cultos en vivo por medio del Internet, los publica en forma de “podcast” y hasta tiene apps para Apple TV.
En la industria de la televisión, la nueva forma de medir la audiencia real de un programa se llama, en inglés, “live plus seven”. Es decir, se mide la audiencia que tiene el programa transmitido en vivo, más la audiencia que lo sintoniza via Internet durante los siete días siguientes. Sería interesante conocer cuál es la audiencia real de las transmisiones de la Iglesia en Buckhead, sabiendo que parte del personal de un importante canal de televisión de Atlanta asiste regularmente a esta congregación.
Yo visité por primera vez la Iglesia de Buckhead en el verano de 2015, también junto a mi hija mayor. Temprano en el 2019, ella decidió adorar virtualmente en la Iglesia de Buckhead. Cada domingo participa de manera virtual en la adoración y en la predicación que ofrece esta congregación. Después de varios meses de adorar solo de manera virtual, el 23 de julio visitamos nuevamente la Iglesia.
El local es impresionante. Queda cerca de los dos centros comerciales más grandes de la ciudad: Lenox Square y Phipps Plaza. Le rodean varios edificios, algunos de viviendas, otros de oficinas y aún otros de comercios. El tránsito es tal que la policía se combina con guardias privados y personas voluntarias para facilitar el acceso al edificio de estacionamiento. Quienes tienen niños y niñas deben encender las luces intermitentes para alentar a quienes trabajan de manera voluntaria con la Iglesia Infantil. El resto de los vehículos continúan al estacionamiento, que tiene varios pisos. Hay puentes de peatones que conectan el estacionamiento con el templo, que tiene dos niveles y sienta miles de personas.
El orden del culto en Buckhead es relativamente simple. Comienza con cánticos de adoración, a cargo de una excelente banda de “rock”. Una persona da la bienvenida, a nombre de la Iglesia, y anuncia el formato del sermón. La música sigue, hasta que la banda se retira. Cabe resaltar que tanto la banda como el personal se distinguen por su diversidad étnica. Es común ver personas afro-americanas, asiáticas e hispanas cantando, hablando o saludando a la congregación.
Mientras las plataformas con los instrumentos se esconden automáticamente, el equipo transmite videos en tres pantallas. Los “video bumpers” tienen una alta calidad profesional. Los videos hablan sobre el programa de la Iglesia, sobre la serie de sermones de turno y sobre la colecta de las ofrendas, entre otros temas. Aunque los videos exhortan a la Iglesia a ofrendar por medio del app de la congregación, también se colectan la ofrendas de manera tradicional.
El domingo que visitamos la Iglesia hubo un bautismo muy particular, precedido por un “video bumper” donde la chica que se bautizó dio testimonio de su fe. El bautisterio está en un lugar muy prominente, fácil de ver desde cualquier punto del local.
Nótese que he usado la palabra “personal” de la Iglesia, ya que en esta congregación no se usan las categorías tradicionales de “ancianos”, “diáconos” y “ujieres”. ¿Por qué? Porque las personas que esta congregación desea alcanzar no conocen el lenguaje tradicional de la Iglesia. Recordemos que esta congregación desea alcanzar a personas que no se criaron en la fe y que no tienen trasfondo religioso alguno. Por esta razón, el lenguaje tradicional carece de significado para esta población. Para decirlo de manera clara, para un joven norteamericano “Usher” (palabra que significa “ujier”) es un cantante, no un puesto de trabajo voluntario en la Iglesia.
Entonces, ¿cómo se identifica al personal de la Iglesia? La respuesta es muy sencilla. El personal de la Iglesia usa camisetas o playeras con el logo de la congregación, que en la espalda tienen impresas la palabra “STAFF” (que significa “personal de trabajo” en inglés). Del mismo modo, el escritorio donde las personas visitantes pueden buscar información se llama “Guest Services” (“Servicio al cliente”), como en cualquier comercio. Yo sé que esto puede sonar escandaloso, pero tiene mucho sentido. De nuevo, esta Iglesia busca alcanzar personas que no tienen tradición religiosa alguna. Busca llegar el tipo de personas acostumbradas a buscar información en el escritorio de “Servicio al cliente” en los comercios que patrocinan.
La predicación de Andy Stanley es ágil. Su contenido está claramente dirigido a personas que no están acostumbradas a ir a la Iglesia y que no conocen la Biblia. Su predicación es bastante directiva, orientada a equipar a la audiencia para que pueda enfrentar y solucionar problemas. Sus sermones son bíblicos, afirmando la autoridad de las Sagradas Escrituras a la vez que evita usar frases tradicionales como “la Biblia dice” que, de nuevo, significan poco para quienes se criaron fuera de la fe.
En términos técnicos, podemos clasificar la predicación de Stanley como una orientada al “coaching”, es decir, a dar consejos prácticos para la vida cristiana que cualquier persona puede utilizar. Este tipo de predicación apela, de manera particular, a personas que nunca han tenido fe y que, precisamente por eso, se sienten desorientadas y hasta perdidas. Sin embargo, también apela a quienes están pasando por momentos de crisis, aunque se hayan criado en la Iglesia.
El servicio de adoración concluye cuando termina el sermón. Curiosamente, no hay llamados al altar ni momentos de ministración. Quien predica indica al final del sermón que quienes deseen recibir una oración especial deben hablar con alguna de las personas identificadas como parte del “personal” de la Iglesia. Esto es lo que más me sorprende del programa de esta congregación, pues mi mente no concibe un culto cristiano que carezca de ministración en el altar.
Este modelo de Iglesia, conocido en inglés como “Attractional Church”, busca crear un ambiente llamativo para las personas que están buscando una experiencia espiritual, a la vez que se distancia de la Iglesia tradicional. Emplea técnicas de mercadeo para alcanzar a su audiencia, produciendo eventos, audios y videos de gran calidad para las poblaciones que desea alcanzar. Quienes visitan estas congregaciones regularmente, buscan alimento espiritual pertinente para sus vidas. Están más interesadas en lograr que la gente tenga un encuentro con Jesucristo que en enseñarles la cultura de la congregación o, mucho menos, de la denominación. Su meta no es que la gente se integre a la Iglesia local, como institución, sino que vean un cambio positivo en su vida espiritual al entrar en una relación con Dios, por medio de Jesucristo, en el poder del Espíritu Santo.
Imagino que muchos lectores y lectoras reaccionarán con escepticismo a mi descripción de la Iglesia en Buckhead. Ese es su derecho. Pero no se equivoquen: La Iglesia es evangélica, pues afirma a Jesucristo como Señor y Salvador, la autoridad de la BIblia y las doctrinas cristianas fundamentales. En lo personal, tengo algunas dudas sobre la efectividad del modelo, a largo plazo. Sin embargo, doy gracias a Dios por la Iglesia en Buckhead, ya que por medio de su ministerio mi hija mayor ha encontrado una Iglesia que está fomentando su crecimiento espiritual.