Útil en el Señor: Estudio sobre la Epístola a Filemón

Un estudio bíblico sobre la epístola o carta del Apóstol Pablo a Filemón, pidiendo la libertad de un esclavo llamado Onésimo.

La Epístola a Filemón (RVR 1960)

Saludos Iniciales

[1] Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro,[2] y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en su casa: [3] Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Acción de Gracias

[4] Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones, [5] Porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos; [6] para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús. [7] Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos.

Pablo intercede por Onésimo

8] Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, [9] más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo; [10] te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, [11] el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, [12] el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo. [13] Yo quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio; [14] pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario. [15] Porque quizás para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; [16] no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuándo más para ti, tanto en la carne como en el Señor.

Exhortación a aceptar a Onésimo

[17] Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. [18] Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. [19] Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también. [20] Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor. [21] Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo. [22] Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido.

Salutaciones y bendición final

[23] Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, [24] Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores. [25] La gracia de vuestro señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

Estudio bíblico sobre Filemón

Introducción

¿Cuán útil soy para Dios? ¿Cuánto valor tengo ante Dios, ante la sociedad y ante mi mismo? ¿Para qué sirvo? ¿Qué cosas productivas puedo hacer en la vida?

Medita
  • ¿Te has sentido, alguna vez, que tus seres queridos te menosprecian?
  • ¿Has dudado de tu propio valor?
  • ¿Encuentras que es muy difícil decidir lo que harás en el futuro?
Ejercicio #1

En la vida encontramos tiempos difíciles. A veces, uno se siente en una encrucijada: hay tantos caminos que no sabemos por donde orientar nuestras vidas.

En este estudio veremos la historia de una persona que pasó por momentos muy difíciles. A pesar de esto, por medio de la fe, pudo reorientar su vida. Pasemos, pues, a considerar la historia de Onésimo.

Contexto
A. Contexto Literario

La historia de Onésimo se encuentra en la carta del Apóstol Pablo a Filemón. Esta es la carta más corta de todas las epístolas del Apóstol. También, es la epístola que más se asemeja a una carta personal, aunque está dirigida no sólo a Filemón sino a la Iglesia que se reúne en su casa (v. 1b).

B. Contexto Histórico

Esta epístola fue escrita por el Apóstol a mediados del primer siglo. La fecha y el lugar exacto de composición nos es desconocido, aunque podemos afirmar que esta epístola se escribió, probablemente, al final del ministerio del Apóstol.

Pablo–quien se califica a si mismo como “anciano”–se encontraba en la cárcel (v. 9). Allí conoció a un esclavo que se había escapado de la hacienda de su amo. El esclavo, llamado Onésimo, se convirtió a la fe cristiana. De acuerdo a la ley romana, los esclavos que escapaban debían ser devueltos a sus amos. Por su parte, los amos tenían el derecho de castigar severamente, hasta con la pena de muerte, a los esclavos recuperados. También aquellos que ayudaran a un esclavo en esta situación debían responder económicamente al amo.

En este caso, el amo de Onésimo era Filemón, un hombre cristiano. Pablo conocía bien a Filemón (vea los vv. 4-7). La carta sugiere que Filemón conoció el Evangelio a través del ministerio de Pablo (v. 19). Por lo tanto, le escribe pidiéndole que reciba a Onésimo con amor y no con castigo.

En este punto debemos plantear la siguiente pregunta: ¿Cuál era la actitud de Pablo ante la esclavitud? Muchos comentaristas entienden que Pablo ve la esclavitud como un fenómeno común a su época. Pero estos comentaristas no han podido apreciar la radicalidad del pedido del Apóstol. En el v. 16, Pablo le ruega a Filemón que reciba a Onésimo “no ya como esclavo, sino…como hermano amado.” De esta manera, Pablo afirmaba que la solidaridad que alcanzamos los creyentes por medio de la fe en Cristo Jesús nos libera de las estructuras sociales que oprimen y dividen a la humanidad.

Estructura literaria

La carta puede dividirse de la siguiente manera:

  • Saludos: vv. 1-3
  • Acción de gracias: vv. 4-7
  • Cuerpo de la carta: Pablo intercede por Onésimo: vv. 8-16
  • Exhortación a aceptar a Onésimo: vv. 17-22
  • Conclusión y despedida: vv. 23-25
Notas al texto
  1. “Pablo, prisionero de Jesucristo” (v. 1): Pablo se encontraba preso por causa de su fe (compare con el v. 9).
  2. “A la iglesia que está en su casa” (v. 2): Antes, las congregaciones se reunían en casas, ya que no podían tener templos. Al parecer, en casa de Filemón se reunía un grupo de cristianos.
  3. “Gracia y paz” (v. 3): Es el saludo característico de Pablo. Las cartas griegas comenzaban con la palabra “saludos”. Por su parte, Pablo comienza con la palabra “gracia”. En griego, este vocablo es muy parecido a la palabra “saludos”. Sin embargo, la palabra “gracia” tiene un sentido particular pues resume el mensaje del Evangelio según lo predica Pablo: Somos salvos por gracia. A la palabra “gracia”, Pablo añade “paz”. Este es el típico saludo judío. Pero Pablo modifica el sentido de esta palabra con la frase “de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. La “paz” que Pablo desea es el bienestar integral (“shalom”) que produce el Evangelio de Jesucristo.
  4. “Mi hijo Onésimo” (v. 10): Onésimo era “hijo espiritual de Pablo”, es decir, se había convertido por medio del ministerio del Apóstol (cf. v. 10).
  5. “El cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mi nos es útil” (v. 11): Aquí hay un juego de palabras. En griego, Onésimo quiere decir “útil”. Así Pablo “juega” con el significado del nombre: “Util” antes era “inútil”, pero ahora es verdaderamente “útil”.
  6. “Tenga yo algún provecho (v. 20): Literalmente, el texto dice “tenga yo alguna utilidad.” Así el Apóstol continúa su juego de palabras.
  7. “Os seré concedido” (v. 22): Pablo añoraba el ser liberado de la cárcel.
Preguntas
  1. ¿Quién era Filemón? (vv. 1-3).
  2. ¿Qué clase de cristiano era Filemón? (vv. 4-7)
  3. Pregunta de interpretación: ¿Cómo describirías el ministerio de Filemón?
  4. Lee los vv. 8-9. ¿Cómo trata el Apóstol a Filemón?
  5. ¿Qué petición le hace Pablo a Filemón? (vv. 10-12).
  6. Pregunta de interpretación: ¿Qué implica la petición de Pablo? ¿Dónde quedan, pues, los derechos de Filemón sobre Onésimo?
  7. ¿Cuál era el deseo más profundo de Pablo con respecto a Onésimo? (vv. 13-14)
  8. ¿Cómo interpreta Pablo la escapatoria de Onésimo? (vv. 15-16)
  9. Pregunta de interpretación: ¿En qué forma usó Dios la evasión de Onésimo? ¿Resultó en algo de provecho?
  10. En los vv. 17-21, Pablo reitera su petición. ¿Porqué se ofrece a pagar los “daños” (v.18)?
  11. Pregunta de interpretación: A fin de cuentas, ¿en qué se basa el Apóstol su petición? (vv. 20-21).
Para pensar
  1. En los vv. 10-14 se habla de la conversión de Onésimo. Antes de llegar a la fe, éste era “inútil”. Sin embargo, después de su conversión, Onésimo era tan útil que Pablo deseaba retenerlo a su lado. (v.13) ¿Cómo nos hace útiles la fe en Cristo? ¿Cómo nos ayuda a reorientar nuestras vidas? ¿Porqué nos da sentido?
  2. En la epístola a Filemón, vemos como el Apóstol ruega para que Onésimo sea recibido como hermano, no como esclavo (v. 16). De esta manera, Pablo afirma el carácter liberador del Evangelio de Jesucristo.
  3. Hoy día la esclavitud no existe. Sin embargo, existen otras estructuras sociales que oprimen a la humanidad. ¿Puedes enumerar algunas de ellas? ¿Puedes afirmar el poder liberador del Evangelio sobre estas formas de maldad? ¿Cómo nos libera Dios de estas estructuras de pecado?
Filemón
Filemón 1.15-16
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Reseña de “Preaching Verse by Verse”, escrito por Allen & Bartholomew

Una reseña bibliográfica del libro escrito por Ronald J. Allen y Gilbert Bartholomew, titulado Preaching Verse by Verse. Louisville: Westminster / John Knox Press, 2000, 144 pp.

Descargue este documento, publicado originalmente en la Revista Apuntes Apuntes, 23 no 2 (Verano 2003), pp. 78-79, en formato PDF

El sermón donde se comenta una porción de las escrituras versículo por versículo es uno de los estilos más antiguos de predicación. Esta forma sermonaria encuentra sus raíces en los “sermones” que se predicaban en la sinagoga judía, donde fieles tenían la responsabilidad de leer el texto bíblico en hebreo y comentarlo en arameo. Además, es uno de los estilos más populares de predicación expositiva. En distintos manuales de predicación en español se le llama “homilía” (particularmente en la tradición anglo-católica) o “lectura bíblica”, entre otros nombres.

Allen y Bartholomew nos ofrecen una interesante introducción a este estilo de predicación. Más que una introducción, el libro es una defensa o apología de esta forma sermonaria, la cual ha caído en desuso en los púlpitos de las denominaciones tradicionales en los Estados Unidos. La tesis del libro es precisamente que el sermón que ofrece un breve comentario continuo de una porción bíblica ayuda tanto a quien predica como a la congregación a crecer y a madurar en la fe. Este tipo de sermón es un antídoto a la “analfabetismo bíblico” que exhiben muchas congregaciones anglo-europeas. El propósito del libro es, pues, ayudar al lector o a la lectora a poder preparar y predicar con excelencia esta forma sermonaria.

El libro está dividido en seis capítulos. El primero afirma la continua utilidad del sermón que comenta un pasaje bíblico versículo por versículo. El segundo, explora la historia de la predicación, ofreciendo ejemplos de las figuras que usaron con provecho este estilo de sermón. El tercero ofrece consejos prácticos sobre la preparación del sermón; el cuarto, sobre la estructura del sermón; y el quinto, sobre la presentación o entrega del sermón. El capítulo final sugiere ocasiones cuando es deseable predicar este tipo de sermón expositivo. La metodología sugerida en los capítulos cuatro y cinco se ilustra con cinco trabajos exegéticos cortos que sirven de base a cinco sermones anotados. Cada autor produjo dos sermones y Linda Milavec el quinto.

Es evidente que los autores están en diálogo con la historia de la predicación cristiana, pues en el segundo capítulo hacen un resumen histórico que comienza con la predicación en la sinagoga, pasa por la Reforma Protestante, y llega a la tradición británica y estadounidense que representan los autores. Del mismo modo, el libro ofrece un correctivo para aquellas personas que han abandonado la predicación expositiva para explorar nuevos modelos de predicación, como la inductiva expuesta por Fred B. Craddock o la narrativa defendida por Eugene Lowry, entre otros autores contemporáneos.

Este manual presenta su idea central de manera clara y elocuente, logrando su objetivo de entusiasmar al lector o a la lectora a practicar este estilo tradicional de predicación. Ahora bien, desde un punto de vista hispano, la utilidad del libro es menor. Esto se debe a que la predicación expositiva, en general, y la predicación versículo por versículo, en particular, siguen vivas en el púlpito hispano. En este sentido, aquellas personas hispanas que lean este libro o que lo usen como texto en cursos de predicación bíblica deberán adaptar su contenido a nuestro contexto. Específicamente, deberán leer el libro con el doble propósito de afirmar su compromiso con la predicación bíblica y de mejorar tanto la preparación como el diseño del sermón que comenta una porción bíblica versículo por versículo.

reseña bibliográfica del libro titulado Preaching Verse by Verse
Preaching Verse by Verse
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Reseña de “Teología y práctica de la predicación”, escrito por Cecilio Arrastía

Una reseña académica de un libro del Dr. Cecilio Arrastía sobre homilética y predicación, escrita por el Dr. Pablo A. Jiménez

Cecilio Arrastía. Teoría y práctica de la predicación. MiamiEditorial Caribe, 1992, 243 pp.

Cecilio Arrastía fue, sin lugar a dudas, uno de los predicadores más conocidos y respetados tanto en América Latina como en el ámbito hispano estadounidense. También fue un destacado estudioso y maestro del arte de la predicación. Por varios años, el mundo hispanoamericano ha esperado la publicación de un manual de homilética escrito por este famoso predicador y maestro cubano. Este libro es la respuesta a este reclamo.

Cecilio Arrastía
Teoría & Práctica de la Predicación
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Teoría y práctica de la predicación presenta características que lo distinguen de otros escritos en su género. En primer lugar, se publica como parte del Comentario Bíblico Hispanoamericano. Es un volumen anejo que acompaña la serie con el propósito de fomentar el desarrollo de “una predicación cada vez más bíblica, más pertinente y más ineludible” (p. 7). Segundo, más que un manual de homilética tradicional, el libro presenta la metodología empleada por Arrastía para la preparación de sermones. Esto explica algunos detalles particulares del escrito, tales como la alusión constante a la literatura hispanoamericana y la inclusión del capítulo XII, titulado “La novela y el sermón”.

En el primer capítulo, Arrastía afirma la importancia y la pertinencia de la disciplina para la Iglesia hoy. En el segundo, explora varias definiciones y analogías de la predicación. El método empleado por Arrastía en este capítulo es efectivo, pues al presentar sus analogías mueve la discusión del plano académico a un plano estético y pastoral. El tercer capítulo detalla los “cimientos invisibles” de la homilética. Aquí Arrastía discute el nivel teológico, el emocional y el ético de la predicación.

A partir de este punto Arrastía entra en el campo del diseño del sermón. El cuarto capítulo analiza el problema de la clasificación sermonaria comparando las posiciones de distintos eruditos en la materia. Esta discusión culmina en el quinto con la presentación del modelo existencial o paralelo. Este tipo de sermón hermana aspectos expositivos y narrativos “intercalando entre cada segmento, [sic] reflexiones que vinculen el texto bíblico al texto de la existencia (de ahí lo existencial) de las mujeres y los hombres que oyen” (p. 51). Este es el modelo privilegiado por Arrastía en el escrito. Los capítulos sexto y séptimo consideran problemas hermenéuticos. Una vez más, el primero presenta los métodos abogados por otros expertos en el campo y el segundo presenta la metodología particular de Arrastía. La meta de este proceso de estudio es la elaboración de “la masa homilética”. Esto es, de notas exegéticas acompañadas de citas pertinentes e ilustraciones tanto históricas como literarias. Esta “masa homilética” sirve no sólo para la elaboración del sermón que ha de producirse inmediatamente sino también para producir otras homilías en el futuro. Otra característica del método de Arrastía es el lenguaje que utiliza para referirse a la elaboración del sermón. La “masa homilética” ha de ser vertida en varios bloques o “ladrillos” (p. 72). Estas unidades de pensamiento, en unión a la introducción y a la conclusión, forman el bosquejo del sermón. El método se clarifica en los capítulos octavo y noveno, donde el autor ilustra el proceso presentando la elaboración de sendos sermones. El décimo capítulo culmina la sección sobre diseño ofreciendo consejos prácticos sobre la elaboración de la introducción, el cuerpo, la conclusión y las ilustraciones del sermón.

Los capítulos restantes tratan temas misceláneos tales como el año y el leccionario cristianos (cap. IX), el uso de la literatura hispanoamericana en la elaboración del sermón (cap. X) y el desarrollo de grupos de discusión que apoyen al agente pastoral ya sea en la elaboración o en la evaluación del sermón (cap. XI). El capítulo final, más que una conclusión, es una recapitulación donde Arrastía ofrece otras definiciones y analogías de la predicación, consideraciones hermenéuticas y una reflexión sobre el tema de la vocación. Dos apéndices y una bibliografía redondean el libro.

Arrastía presenta un sistema homilético ecléctico. Por una parte, la base de su sistema es el modelo homilético racionalista inglés. De acuerdo a este modelo, el sermón es un objeto que se “construye”. Esto se ve claramente en el lenguaje que emplea Arrastía: “cimientos homiléticos”, “arquitectura del sermón”, “masa homilética” y “ladrillos”. Por otro lado, Arrastía está al tanto de los defectos del sistema homilético tradicional que hemos aprendido en los manuales de Spurgeon, Broadus y Crane. Por esta razón, modifica el sistema tradicional empleando algunos de los nuevos enfoques de la escuela de homilética norteamericana. Esto lo vemos en las ocasiones cuando se refiere al sermón como un acontecimiento o “happening” (p. 21 y 51); cuando recalca la importancia de la narración en la predicación (pp. 24-26); cuando critica el sermón tradicional de tres puntos (pp. 48-50); y cuando aboga por la inclusión de elementos dialógicos en el sermón (p. 143). Estos elementos enriquecen el modelo de Arrastía y le dan sus rasgos peculiares.

De hecho, Arrastía podría haber mejorado su valiosa obra haciendo referencia a algunos de los tratados de predicación escritos en los últimos años. Por ejemplo, la ausencia de referencias a la extensa obra de Fred Craddock –cuyo libro As One Without Authority (1971) marcó el comienzo de la nueva escuela estadounidense– es sorprendente. El sistema hermenéutico de Arrastía manifiesta la misma falla. La hermenéutica moderna enseña que los textos bíblicos son “polisémicos”, es decir, que pueden ser interpretados de diversas maneras y en distintos sentidos. Sin embargo, el autor afirma que “el pasaje [bíblico] tiene un pensamiento central” (p. 71). Del mismo modo, Arrastía tiende a armonizar los pasajes bíblicos sinópticos, mezclando elementos y frases de los distintos Evangelios sin prestar atención a la teología peculiar de cada autor (vea las pp. 76-80). Esto podría ser corregido fácilmente con una buena dosis de crítica de la redacción.

En este punto debemos recordar las palabras con las cuales el autor comienza la conclusión del libro: “En cierta manera, este libro ha sido un sermón sobre el sermón. Con intención o sin ella, hemos predicado sobre predicar” (p. 213). Esta es una imagen magistral. El libro Teoría y práctica de la predicación es un sermón sobre el arte y la ciencia de la predicación cristiana. Esto explica su hermoso lenguaje, sus punzantes analogías y sus constantes ilustraciones. Esto también explica por qué nuestra respuesta al mismo es un agradecido ¡Amén!

Vea la página dedicada a celebrar el ministerio de Cecilio Arrastía. 

Cae la noche – Devociones – 14 de octubre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios. Leamos una porción bíblica y oremos al Señor.

Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

Lectura Bíblica: 1 Tesalonicenses 2 

Ministerio de Pablo en Tesalónica 

Hermanos míos, ustedes mismos saben que nuestra visita a ustedes no fue en vano. También saben que, a pesar de haber sufrido y de ser maltratados en Filipos, Dios nos dio el valor necesario para anunciarles su evangelio, aun en medio de grandes peligros. Porque nuestra exhortación no se basa en el error ni en malas intenciones, ni tampoco tratamos de engañar a nadie, sino que hablamos porque Dios nos aprobó y nos confió el evangelio. No buscamos agradar a los hombres, sino a Dios, que es quien examina nuestro corazón. Como ustedes bien saben, nosotros nunca usamos palabras lisonjeras, ni hay en nosotros avaricia encubierta. Dios es nuestro testigo. Tampoco hemos buscado recibir honores de ustedes, ni de otros ni de nadie, aun cuando como apóstoles de Cristo podríamos haberles pedido que nos ayudaran. En vez de eso, los hemos tratado con ternura, con el mismo cuidado de una madre por sus hijos. Tan grande es nuestro cariño por ustedes, que hubiéramos querido entregarles no sólo el evangelio de Dios sino también nuestra propia vida. ¡A tal grado hemos llegado a amarlos!

Hermanos, ustedes se acordarán de nuestros trabajos y fatigas, y de cómo noche y día nos dedicamos a predicarles el evangelio de Dios, sin ser una carga para nadie. 10 Ustedes son testigos, y Dios también, de que nos hemos comportado con ustedes los creyentes de manera santa, justa e intachable. 11 Ustedes saben, además, que los hemos exhortado y consolado, como lo hace un padre con sus hijos, 12 y les hemos recomendado vivir con dignidad ante Dios, que los llamó a su reino y gloria.

13 Por eso también nosotros siempre damos gracias a Dios de que, cuando ustedes recibieron la palabra de Dios que nosotros les predicamos, no la recibieron como mera palabra humana sino como lo que es, como la palabra de Dios, la cual actúa en ustedes los creyentes. 14 Porque ustedes, hermanos, llegaron a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, ya que de parte de sus compatriotas sufrieron las mismas cosas que ellas padecieron de los judíos, 15 los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron. Ellos no agradan a Dios, se oponen a todo el mundo, 16 y a nosotros nos impiden predicar a los no judíos para que se salven. Con esto llegan al colmo de sus pecados, y se hacen acreedores a la ira más extrema.

Ausencia de Pablo de la iglesia

17 Pero nosotros, hermanos, aunque estuvimos separados de ustedes por algún tiempo (físicamente, pero no en el corazón), hicimos todo lo posible para ir a verlos. 18 Por lo tanto, quisimos ir a verlos, y yo mismo lo intenté varias veces, pero Satanás nos lo impidió. 19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza o gozo delante de nuestro Señor Jesucristo? ¿De qué corona puedo vanagloriarme cuando él venga, si no es de ustedes? 20 Porque son ustedes el motivo de nuestro orgullo y de nuestro gozo.

Cae la noche - 1 Tesalonicenses 2.8
1 Tesalonicenses 2.8
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Cae la noche – Devociones – 13 de octubre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios. Leamos una porción bíblica y oremos al Señor.

Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

Lectura Bíblica: 1 Tesalonicenses 1 

Saludo

Pablo, Silvano y Timoteo, nos dirigimos a la iglesia de los tesalonicenses en Dios el Padre y en el Señor Jesucristo. Reciban ustedes gracia y paz.

Ejemplo de los tesalonicenses

Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, y los tenemos presentes en nuestras oraciones. Constantemente los recordamos delante de nuestro Dios y Padre por sus actos de fe; por su trabajo, que es fruto de su amor, y por su sufrida esperanza en nuestro Señor Jesucristo. Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido, pues nuestro evangelio no llegó a ustedes solamente en palabras, sino también en poder, en el Espíritu Santo y con plena convicción. Ustedes bien saben que, cuando estuvimos entre ustedes, siempre buscamos su propio bien. Ustedes recibieron la palabra con gozo del Espíritu Santo, aún en medio de muchos sufrimientos, y llegaron a ser imitadores de nosotros y del Señor, con lo que llegaron a ser un ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. Con ustedes como punto de partida, la palabra del Señor ha sido divulgada, y no sólo en Macedonia y Acaya, sino también en muchos otros lugares donde se sabe de la fe que ustedes tienen en Dios. Ya no es necesario que nosotros digamos nada, porque ellos mismos hablan de lo bien que ustedes nos recibieron, y cómo se apartaron de los ídolos y se volvieron al Dios vivo y verdadero, para servirlo 10 y esperar de los cielos a Jesús, su Hijo, a quien Dios resucitó de los muertos, y que es quien nos libra de la ira venidera.

Cae la noche - 1 Tesalonicenses 1.2
1 Tesalonicenses 1.2
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Cae la noche – Devociones – 12 de octubre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios. Leamos una porción bíblica y oremos al Señor.

Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

Lectura Bíblica: Colosenses 4

Ustedes los amos, sean rectos y justos con sus siervos, pues ya saben que tienen un Amo en los cielos.

Dedíquense a la oración, y sean constantes en sus acciones de gracias. Oren también por nosotros, para que el Señor nos abra las puertas y prediquemos la palabra, para que demos a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso. Oren para que pueda proclamarlo como debo hacerlo.

Compórtense sabiamente con los no creyentes, y aprovechen bien el tiempo.(B) Procuren que su conversación siempre sea agradable y de buen gusto, para que den a cada uno la respuesta debida.

Salutaciones finales

Nuestro querido hermano Tíquico, fiel ministro y consiervo en el Señor, les llevará noticias mías. Lo envío a ustedes para que les cuente cómo estamos y reanime su corazón. Lo acompaña Onésimo, querido y fiel hermano, que es uno de ustedes. Ellos les contarán todo lo que sucede aquí.

10 Los saluda Aristarco, mi compañero de prisión, lo mismo que Marcos, el sobrino de Bernabé, acerca del cual ya han recibido instrucciones. Si Marcos va a visitarlos, recíbanlo bien. 11 También los saluda Jesús, llamado el Justo. Éstos son los únicos judíos que me ayudan en el reino de Dios, y para mí han sido un gran consuelo. 12 Los saluda Epafras, que es uno de ustedes. En sus oraciones, este siervo de Cristo siempre está rogando por ustedes con gran preocupación, para que ustedes se mantengan firmes y sean completamente perfectos en todo lo que Dios quiere. 13 Yo soy testigo de que él se preocupa mucho por ustedes, y por los que están en Laodicea y Hierápolis. 14 Los saluda Lucas, el médico amado, y Demas. 15 Saluden a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que se reúne en su casa. 16 Una vez que esta carta haya sido leída entre ustedes, asegúrense de que se lea también en la iglesia de los laodicenses, y que la carta de Laodicea la lean también ustedes. 17 Díganle a Arquipo que no deje de cumplir con el ministerio que recibió del Señor.

18 Yo, Pablo, escribo este saludo de mi puño y letra. Recuerden que estoy preso. Que la gracia sea con ustedes. Amén.

Cae la noche - Colosenses 4.3
Colosenses 4.3
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Cae la noche – Devociones – 11 de octubre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios. Leamos una porción bíblica y oremos al Señor.

Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

Lectura Bíblica: Colosenses 3

Puesto que ustedes ya han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Pongan la mira en las cosas del cielo, y no en las de la tierra. Porque ustedes ya han muerto, y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria.

La vida antigua y la nueva

Por lo tanto, hagan morir en ustedes todo lo que sea terrenal: inmoralidad sexual, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia. Eso es idolatría. Por cosas como éstas les sobreviene la ira de Dios a los desobedientes.También ustedes practicaron estas cosas en otro tiempo, cuando vivían en ellas. Pero ahora deben abandonar también la ira, el enojo, la malicia, la blasfemia y las conversaciones obscenas. No se mientan los unos a los otros, pues ya ustedes se han despojado de la vieja naturaleza y de sus hechos, 10 y se han revestido de la nueva naturaleza, la naturaleza del nuevo hombre, que se va renovando a imagen del que lo creó hasta el pleno conocimiento, 11 donde ya no importa el ser griego o judío, estar circuncidado o no estarlo, ser extranjero o inculto, siervo o libre, sino que Cristo es todo, y está en todos.

12 Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia. 13 Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense de la misma manera que Cristo los perdonó. 14 Y sobre todo, revístanse de amor, que es el vínculo perfecto.15 Que en el corazón de ustedes gobierne la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. 16 La palabra de Cristo habite ricamente en ustedes. Instrúyanse y exhórtense unos a otros con toda sabiduría; canten al Señor salmos, himnos y cánticos espirituales, con gratitud de corazón. 17 Y todo lo que hagan, ya sea de palabra o de hecho, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.

Deberes sociales de la nueva vida

18 Ustedes las esposas, respeten a sus esposos, como conviene en el Señor. 19 Ustedes los esposos, amen a sus esposas, y no las traten con dureza. 20 Ustedes los hijos, obedezcan a sus padres en todo, porque esto agrada al Señor. 21 Ustedes los padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desalienten. 22 Ustedes los siervos, obedezcan en todo a sus amos terrenales, no sólo cuando los ven, como si quisieran agradar a sus semejantes, sino con sinceridad de corazón, por temor a Dios. 23 Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente, 24 porque ya saben que el Señor les dará la herencia como recompensa, pues ustedes sirven a Cristo el Señor. 25 Pero el que hace lo malo, recibirá el pago del mal que haya hecho, porque ante Dios no hay favoritismos.

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Cae la noche – Devociones – 7 de octubre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios. Leamos una porción bíblica y oremos al Señor.

Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

Lectura Bíblica: Filipenses 3

Prosigo al blanco

Por lo demás, hermanos, gócense en el Señor. A mí no me molesta escribirles las mismas cosas, y para ustedes es mejor.

Tengan cuidado de los perros, cuídense de los malos obreros y de los que mutilan el cuerpo. Porque nosotros somos la circuncisión; somos los que servimos a Dios en el Espíritu, los que nos gloriamos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en la carne. Aunque también yo tengo de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: fui circuncidado al octavo día, y soy del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín; soy hebreo de hebreos y, en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que se basa en la ley, irreprensible. Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida, por amor de Cristo. Y a decir verdad, incluso estimo todo como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por su amor lo he perdido todo, y lo veo como basura, para ganar a Cristo y ser hallado en él, no por tener mi propia justicia, que viene por la ley, sino por tener la justicia que es de Dios y que viene por la fe, la fe en Cristo; 10 a fin de conocer a Cristo y el poder de su resurrección, y de participar de sus padecimientos, para llegar a ser semejante a él en su muerte, 11 si es que de alguna manera llego a la resurrección de entre los muertos.

12 No es que ya lo haya alcanzado, ni que ya sea perfecto, sino que sigo adelante, por ver si logro alcanzar aquello para lo cual fui también alcanzado por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado ya; pero una cosa sí hago: me olvido ciertamente de lo que ha quedado atrás, y me extiendo hacia lo que está adelante; 14 ¡prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús! 15 Así que, todos los que somos perfectos, sintamos esto mismo; y si ustedes sienten otra cosa, también esto se lo revelará Dios. 16 Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla y sintamos una misma cosa.

17 Hermanos, sean ustedes imitadores de mí, y fíjense en los que así se conducen, según el ejemplo que ustedes tienen de nosotros. 18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales muchas veces les dije, y llorando vuelvo a decirlo, que son enemigos de la cruz de Cristo. 19 Ellos sólo piensan en lo terrenal. Su dios es el vientre, su orgullo es su vergüenza, y su fin será la perdición. 20 Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; 21 él transformará el cuerpo de nuestra humillación, para que sea semejante al cuerpo de su gloria, por el poder con el que puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

Cae la noche - Filipenses 3.12
Filipenses 3.12
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Cae la noche – Devociones – 5 de octubre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios. Leamos una porción bíblica y oremos al Señor.

Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

Lectura Bíblica: Filipenses 1

Saludo

Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, junto con los obispos y diáconos: Gracia y paz reciban ustedes de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Oración de Pablo por los creyentes

Doy gracias a mi Dios cada vez que me acuerdo de ustedes. En todas mis oraciones siempre ruego con gozo por todos ustedes, por su comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora. Estoy persuadido de que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Es justo que yo sienta esto por todos ustedes, porque los llevo en el corazón. Tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, todos ustedes participan conmigo de la gracia. Porque Dios me es testigo de cuánto los amo a todos ustedes con el entrañable amor de Jesucristo.Y esto le pido en oración: que el amor de ustedes abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento, 10 para que aprueben lo mejor, a fin de que sean sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, 11 llenos de los frutos de justicia que vienen por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

Para mí el vivir es Cristo

12 Quiero que sepan, hermanos, que lo que me ha sucedido más bien ha servido para el avance del evangelio, 13 de tal modo que mis encarcelamientos(B) por Cristo se han hecho evidentes en todo el pretorio, y a todos los demás. 14 Con mis encarcelamientos, la mayoría de los hermanos ha cobrado ánimo en el Señor, y más y más se atreven a hablar la palabra sin temor.

15 A decir verdad, algunos predican a Cristo por envidia y por pelear; pero otros lo hacen de buena voluntad. 16 Unos anuncian a Cristo por pelear, y no con sinceridad, pues creen que así añaden aflicción a mis prisiones; 17 pero otros lo hacen por amor, y saben que estoy aquí para defender al evangelio. 18 ¿Qué diré, entonces? Pues que a pesar de todo, y de todas maneras, sea por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado. Y en esto me gozo, y me gozaré aún.

19 Yo sé que por la oración de ustedes, y con el apoyo del Espíritu de Jesucristo, esto redundará en mi liberación,20 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado, sino que con toda confianza, y como siempre, también ahora Cristo será magnificado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte. 21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22 Pero si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23 Por ambas cosas me encuentro en un dilema, pues tengo el deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;24 pero quedarme en la carne es más necesario por causa de ustedes. 25 Y confío en esto, y sé que me quedaré, que aún permaneceré con todos ustedes, para su provecho y gozo de la fe, 26 para que abunde su vanagloria por mí en Cristo Jesús, por mi presencia otra vez entre ustedes.

27 Sólo compórtense ustedes como es digno del evangelio de Cristo, para que ya sea que vaya a verlos, o que me encuentre ausente, sepa yo que ustedes siguen firmes, en un mismo espíritu y luchando unánimes por la fe del evangelio,28 sin que en nada los intimiden los que se oponen. Para ellos, ciertamente, es indicio de perdición, pero para ustedes lo es de salvación; y esto de parte de Dios. 29 Porque, por causa de Cristo, a ustedes les es concedido no sólo creer en él, sino también padecer por él 30 y tener el mismo conflicto que han visto en mí, y que ahora saben que hay en mí.

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Cae la noche Filipenses 1.21
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Cae la noche – Devociones – 4 de octubre

Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios. Leamos una porción bíblica y oremos al Señor.

Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN

Lectura Bíblica: Efesios 6

Hijos, obedezcan a sus padres en el nombre del Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y tengas una larga vida sobre la tierra. Ustedes, los padres, no exasperen a sus hijos, sino edúquenlos en la disciplina y la instrucción del Señor.

Ustedes, los siervos, obedezcan a sus amos terrenales con temor y temblor, y con sencillez de corazón, como obedecen a Cristo. No actúen así sólo cuando los estén mirando, como los que quieren agradar a la gente, sino como siervos de Cristo que de corazón hacen la voluntad de Dios. Cuando sirvan, háganlo de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres, sabiendo que cada uno de nosotros, sea siervo o libre, recibirá del Señor según lo que haya hecho. Ustedes, los amos, hagan lo mismo con sus siervos. Ya no los amenacen. Como saben, el Señor de ellos y de ustedes está en los cielos, y él no hace acepción de personas.

La armadura de Dios

10 Por lo demás, hermanos míos, manténganse firmes en el Señor y en el poder de su fuerza. 11 Revístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las asechanzas del diablo. 12 La batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes! 13 Por lo tanto, echen mano de toda la armadura de Dios para que, cuando llegue el día malo, puedan resistir hasta el fin y permanecer firmes. 14 Por tanto, manténganse firmes y fajados con el cinturón de la verdad, revestidos con la coraza de justicia, 15 y con los pies calzados con la disposición de predicar el evangelio de la paz.16 Además de todo esto, protéjanse con el escudo de la fe, para que puedan apagar todas las flechas incendiarias del maligno. 17 Cúbranse con el casco de la salvación, y esgriman la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. 18 Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y manténganse atentos, siempre orando por todos los santos. 19 Oren también por mí, para que cuando hable me sea dado el don de la palabra y dé a conocer sin temor el misterio del evangelio, 20 del cual soy embajador en cadenas. Oren para que lo proclame sin ningún temor, que es como debo hacerlo.

Salutaciones finales

21 Nuestro querido hermano Tíquico, que es un fiel ministro en el Señor, habrá de comentarles todo acerca de mis actividades, para que también ustedes estén al tanto de todo. 22 Lo envío a ustedes precisamente para que sepan todo lo referente a nosotros, y para que de esa manera sus corazones reciban consuelo.

23 Que Dios el Padre y el Señor Jesucristo concedan a los hermanos paz, amor y fe. 24 Que la gracia sea con todos los que, con amor inalterable, aman a nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Materiales relacionados

La armadura espiritual: Un sermón sobre Efesios 6:10-20 (Audio & Vídeo).

Oración para la acción: Un sermón sobre las nociones fundamentales de la oración, basado en Efesios 6:18-20 (Audio & Vídeo).

Cae la noche - Efesios 6.11
Efesios 6.11
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