Episodio Inaugural de PREDIQUEMOS, nuestro nuevo podcast

PREDIQUEMOS es un podcast dedicado a la predicación, el liderazgo cristiano y la teología pastoral, producido por el Dr. Pablo A. Jiménez. Presentamos el episodio inaugural de este podcast, que habla sobre el tema: ¿Qué es la predicación bíblica?

Prediquemos Podcast
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Crecimiento constante: Un sermón sobre 1 Corintios 15.58

Manuscrito listo para predicar de un sermón sobre 1 Corintios 15.58, titulado “Crecimiento constante, escrito por el Dr. Pablo A. Jiménez.

Texto: 1 Corintios 15:58

Tema: Dios nos llama a crecer constantemente en la fe.

Área: Educación cristiana

Propósito: Llamar a la juventud a buscar el crecimiento espiritual.

Diseño: Temático

Lógica: Inductiva

Introducción 

La juventud es tiempo de grandes cambios. Es el tiempo cuando pasamos de la niñez a la edad adulta; de ser personas dependientes a ser personas independientes.

En nuestros días, la sociedad ha añadido una carga a la juventud. Ahora la sociedad nos exige que afirmemos nuestra identidad durante la adolescencia temprana (13 a 18 años).

Más que identidad, la sociedad nos exige que escojamos y afirmemos nuestras identidades. Es decir, que indiquemos cual es nuestra identidad:

  1. Étnica
  2. Sexual
  3. Vocacional
  4. Religiosa
Un sermón sobre 1 Corintios 15.58
1 Corintios 15.58
La identidad cristiana 

Las personas que creemos en Jesucristo, que afirmamos que Jesús es nuestro Señor y Salvador, tenemos una identidad religiosa. Cuando nos llamamos «cristianos» o «cristianas», estamos tomando para nosotros mismos el nombre de Jesucristo. La persona que se llama a sí misma «cristiana», está afirmando que le pertenece a Jesucristo.

¿Qué es lo que nos da esa identidad como personas cristianas? Nuestra identidad cristiana se deriva de la fe en Jesucristo. Es la fe en Dios, en Jesucristo su hijo, y en el poder del Espíritu Santo lo que nos permite llamarnos a nosotros mismos «cristianos».

Ahora bien, la fe en Jesús no se queda en el plano de la ideas. Por el contrario, la fe en Jesús se demuestra por medio de nuestras acciones:

  1. Demostramos fe en Jesús cuando nos unimos a una iglesia cristiana donde podemos crecer en la fe de Jesucristo.
  2. Demostramos fe en Jesús cuando le adoramos de todo corazón.
  3. Demostramos fe en Jesús cuando oramos a Dios, pidiendo dirección y
  4. protección para nuestras vidas.
  5. Demostramos fe en Jesús cuando estudiamos la Biblia, buscando dirección y crecimiento espiritual.
  6. Demostramos fe en Jesús cuando testificamos de su amor, compartiendo nuestra experiencia de Dios con otras personas.
Fe y conducta 

Todos estos elementos son importantes para la vida cristiana. Tenemos que practicar las disciplinas espirituales, tales como la congregación con otras personas de fe, la oración, la adoración, la lectura de la Biblia y el dar testimonio de Jesucristo.

Sin embargo, la fe cristiana se demuestra de otras maneras. Por ejemplo, la Epístola a Santiago dice lo siguiente: «Delante de Dios, la religión pura y sin mancha consiste en ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y en mantenerse limpio de la maldad de este mundo» (Sant. 1.27, RVC).

Santiago afirma que la verdadera religión se demuestra por medio de la conducta; por medio de obras de fe motivadas por el amor que Dios ha puesto en nuestros corazones. Por eso, el Apóstol dice:

Hermanos míos, ¿de qué sirve decir que se tiene fe, si no se tienen obras? ¿Acaso esa fe puede salvar? Si un hermano o una hermana están desnudos, y no tienen el alimento necesario para cada día, y alguno de ustedes les dice: «Vayan tranquilos; abríguense y coman hasta quedar satisfechos», pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve eso? Lo mismo sucede con la fe: si no tiene obras, está muerta.Pero alguien podría decir: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.» Tú crees que Dios es uno, y haces bien. ¡Pues también los demonios lo creen, y tiemblan! ¡No seas tonto! ¿Quieres pruebas de que la fe sin obras es muerta? ¿Acaso nuestro padre Abrahán no fue justificado por las obras cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe de Abrahán actuó juntamente con sus obras, y que su fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: «Abrahán creyó a Dios, y eso le fue contado por justicia»,(E) por lo que fue llamado «amigo de Dios». Como pueden ver, podemos ser justificados por las obras, y no solamente por la fe. Lo mismo sucedió con Rajab, la prostituta. ¿Acaso no fue justificada por las obras, cuando hospedó a los mensajeros y los ayudó a escapar por otro camino? Pues así como el cuerpo está muerto si no tiene espíritu, también la fe está muerta si no tiene obras.

Santiago 2.14-26, RVC

La fe se demuestra, pues, por medio de nuestra conducta. El escenario de la fe no es la iglesia. Es relativamente fácil ser cristiano en un ambiente como el que ofrece una congregación cristiana o un lugar de retiro de ambiente cristiano. El verdadero escenario de la fe es el mundo, es la sociedad donde vivimos:

  • Probamos nuestra fe en el seno de la familia, donde interactuamos con las personas más importantes en nuestras vidas.
  • Probamos nuestra fe en nuestros lugares de estudio y trabajo, donde interactuamos regularmente con el mismo grupo de personas.
  • Probamos nuestra fe en la calle, donde interactuamos con extraños en relativo anonimato.

Empero, también probamos nuestra fe cuando nos encontramos a solas, cuando nadie nos ve:

  • ¿Cuáles son los pensamientos que nos asaltan cuando estamos a solas?
  • ¿Cómo usamos el Internet? ¿Qué lugares visitamos? ¿Con quién «chateamos»?
  • ¿Qué decimos en nuestras conversaciones?
  • ¿Cuáles son nuestros planes para el futuro? ¿Cuáles son nuestros anhelos y deseos?
Fe e integridad 

Ahora bien, existe otro elemento importante para el crecimiento en la fe cristiana. Sin este elemento, un creyente no puede alcanzar el desarrollo espiritual necesario para ser un líder en la obra cristiana. Ese elemento es la integridad. Leamos 1 Corintios 15:58 (RVC), que dice: «Así que, amados hermanos míos, manténganse firmes y constantes, y siempre creciendo en la obra del Señor, seguros de que el trabajo de ustedes en el Señor no carece de sentido.»

Notemos el lenguaje que usa el pasaje para recalcar la importancia de la integridad. En primer lugar, el texto exhorta a los creyentes a estar «firmes y constantes». Para comprender lo que el Apóstol Pablo desea decir, es necesario recordar que este versículo forma parte de una carta a la Iglesia en Corinto. La historia nos enseña que Corinto era una ciudad portuaria famosa por su decadencia y por su corrupción. Corinto era tan famosa por sus prostíbulos, que servían a los marineros que atracaban en sus puertos, que los griegos de cualquier ciudad llamaban a las prostitutas «chicas de Corinto».

Además, cuando leemos la carta a los Corintios vemos que esta era una iglesia problemática, donde algunos creyentes:

  • Estaban divididos en grupos que luchaban unos contra otros por el control de la congregación (1 Co. 3).
  • Visitaban prostíbulos regularmente (1 Co. 6:15‐20).
  • Tenían una vida sexual desordenada, como el hombre que enamoró a su
  • madrastra (1 Co. 5).
  • Entablaban demandas legales los unos contra otros en los tribunales paganos (1 Co. 6:1‐11).
  • Se humillaban mutuamente cuando compartían alimentos y celebraban la cena del Señor (1 Co. 8 y 11:17‐34).

Por lo tanto, debe quedar claro que Pablo llama a los corintios a afirmarse en la fe, precisamente porque eran débiles en la fe.

En segundo lugar, el texto llama a los creyentes a crecer en la obra del Señor. Ese crecimiento debe ser constante; debe darse «siempre». Los creyentes, pues, nunca alcanzamos la plena madurez espiritual en este mundo. Por eso, el crecimiento en la fe debe ser constante. No importa su edad, usted debe estar buscando crecer en la fe de Jesucristo.

En tercer lugar, 1 Corintios 15:58 nos recuerda que «nuestro trabajo en el Señor «no carece de sentido» (RVC) o «no es en vano» (RVR 1960). Por lo regular, las cosas que hacemos para agradar al Señor benefician a personas en necesidad. El mundo está lleno de dolor; de personas que sufren debido a problemas familiares, enfermedades y otras experiencias negativas. La fe nos permite ministrar a personas en necesidad.

Quienes predicamos el Evangelio rara vez tenemos la oportunidad de saber hasta qué punto nuestras palabras llegan a la gente en necesidad. Sin embargo, en algunas ocasiones alguien se acerca a nosotros y nos da testimonio de lo que Dios está haciendo en sus vidas. Esos testimonios nos ayudan a continuar creciendo en la fe y trabajando para el Señor. Esos testimonios nos recuerdan que nuestro trabajo en el Señor «no es en vano».

Conclusión

Dios nos llama a crecer constantemente en la fe de Jesucristo. Y si decimos «constantemente» es porque el crecimiento en la fe requiere integridad. La integridad es esencial para el crecimiento y el desarrollo en la fe.

Yo sé que ustedes enfrentan grandes presiones, presiones nuevas a las cuales no están acostumbrados.

  • Algunas de sus amistades se burlan de ustedes. Esto les causa angustia, porque se sienten rechazados socialmente en un tiempo donde las amistades llegan a ser más importantes que sus propios familiares.
  • Otros se sienten presionados por su sexualidad. La juventud es el tiempo cuando uno despierta a su propia sexualidad. Uno comprende que la sexualidad es una fuente de placer, pero que su manejo requiere responsabilidad. También uno comprende que la sexualidad puede ser usada como un arma, que el mal uso de la sexualidad puede convertirnos en víctimas o en verdugos.
  • Aun otros enfrentan problemas con todas las substancias y condiciones que pueden convertirse en adicciones. Los medicamentos, las drogas ilícitas, el alcohol, la pornografía y hasta las sensaciones de peligro pueden convertirse en focos de adicción. Las adicciones nos dan placer por un tiempo que cada vez es más corto, mientras se convierten en fuentes de angustia y vergüenza.

Ante todas estas presiones, Dios nos llama a crecer constantemente en la fe. ¿Por qué? Porque la fe es nos ayuda a enfrentar a vencer todas estas presiones, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 

Vea otros audios, vídeos y bosquejos de sermones

Cuando se manifestó la bondad: Un sermón para Navidad (Tito 3.4-7)

Una reflexión teológica para las temporadas de Adviento y Navidad, basada en Tito 3. 4-5, por el Dr. Pablo A. Jiménez.

Rudimentos del sermón

Texto: Tito 3.4-7

Tema: El nacimiento de Jesús de Nazaret es la plena manifestación de la bondad divina

Área: Formación espiritual

Propósito: Recalcar la obra de Cristo, vista desde la Navidad.

Diseño: Expositivo

Lógica: Inductiva

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Manuscrito del Sermón

Introducción

Amor: Si hay una palabra que nos lleva a pensar en la grandeza de Dios es, precisamente, amor. Del mismo modo, la palabra amor define la Navidad como ninguna otra. Quien nace humilde en el pesebre de Belén es Emanuel, “Dios con nosotros”, el amor hecho carne para bendición de toda la humanidad.

Hoy exploraremos ese amor desde una perspectiva diferente, meditando sobre las enseñanzas de la Epístola del Apóstol Pablo a Tito, un texto bíblico que no es muy conocido en nuestras congregaciones.

La Epístola de Tito

Cuando pensamos en Tito, pensamos en 1 y 2 Timoteo. En conjunto, estas tres cartas se conocen como “Las Epístolas Pastorales”, dado que recalcan la organización de la Iglesia Primitiva.

Allí encontramos enseñanzas sobre temas relacionados al liderazgo de la Iglesia, tales como los requisitos para servir como anciano o anciana, diácono o diaconisa y para puestos que ya la Iglesia no tiene, tales como el de la “viuda” (que era ocupado por ancianas solitarias que eran mantenidas por la Iglesia).

Por esta razón, rara vez se escuchan sermones sobre estas epístolas, a menos que se hable sobre la organización de la iglesia, sobre el ministerio o sobre los diversos aspectos administrativos de la Iglesia.

Cuando se manifestó la bondad

Por eso es tan sorprendente encontrar en esa corta epístola un pasaje cuyo contenido teológico es tan exquisito que rivaliza el contenido de otras epístolas paulinas, tales como Romanos, Gálatas y Efesios.

Me refiero a Tito 3, versículos del 4 al 7, que lee de la siguiente manera:

Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

Enumeremos brevemente los muchos temas que este corto texto trata de manera tan condensada. Este pasaje bíblico habla sobre:

  1. La revelación o manifestación de Dios, a quien el ser humano sólo puede conocer si el Señor decide revelarse a la humanidad.
  2. De las cualidades o atributos de Dios, entre los cuales se encuentran la bondad y el amor.
  3. De la salvación por gracia, por medio de la fe en Dios. Los seres humanos alcanzamos salvación por la pura misericordia divina, no por nuestras obras ni por nuestras buenas acciones.
  4. El texto habla sobre el bautismo, al que describe como el “lavamiento de la regeneración”. Es decir, que por medio del bautismo el ser humano es hecho nueva criatura, dejando atrás la vida vieja y los pecados de ayer.
  5. No podemos olvidar la referencia a la obra del Espíritu Santo de Dios, que Jesucristo ha derramado sobre la Iglesia para salvación de toda la humanidad.
  6. El tema de la justificación también se encuentra presenta, recalcando que Dios nos convierte en personas justas de manera gratuita, por pura gracia divina.
  7. Todo esto es una herencia espiritual a la cual las personas que llegan a ser hijas de Dios por medio de la fe pueden aspirar.
  8. Finalmente, el tema de la esperanza también está presente. Lo encontramos como esperanza de vida eterna, de vida perdurable, de vida en un un mundo asediado por las fueras de la muerte.

Conclusión

Todo esto toma un tinte distinto cuando lo leemos durante la temporada navideña. Hoy lo vemos con toda claridad: El nacimiento de Jesús de Nazaret es la plena manifestación de la bondad divina; es la plena revelación de los propósitos salvíficos de Dios para con la humanidad.

Por eso hoy damos gracias a Dios por Cristo: por su nacimiento, por su vida, por sus enseñanzas, por su sacrificio en la cruz y por su obra salvífica a favor de toda la humanidad.

Damos gracias a Dios por Cristo, nuestro Señor. AMÉN

Navidad - Tito 3.4-5
Tito 3.4-5
Vea otros sermones para Adviento, Navidad y Epifanía.

Útil en el Señor: Estudio sobre la Epístola a Filemón

Un estudio bíblico sobre la epístola o carta del Apóstol Pablo a Filemón, pidiendo la libertad de un esclavo llamado Onésimo.

La Epístola a Filemón (RVR 1960)

Saludos Iniciales

[1] Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro,[2] y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en su casa: [3] Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Acción de Gracias

[4] Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de ti en mis oraciones, [5] Porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos; [6] para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús. [7] Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos.

Pablo intercede por Onésimo

8] Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, [9] más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo; [10] te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, [11] el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, [12] el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo. [13] Yo quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio; [14] pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario. [15] Porque quizás para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; [16] no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuándo más para ti, tanto en la carne como en el Señor.

Exhortación a aceptar a Onésimo

[17] Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. [18] Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. [19] Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también. [20] Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor. [21] Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo. [22] Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido.

Salutaciones y bendición final

[23] Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús, [24] Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores. [25] La gracia de vuestro señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.

Estudio bíblico sobre Filemón

Introducción

¿Cuán útil soy para Dios? ¿Cuánto valor tengo ante Dios, ante la sociedad y ante mi mismo? ¿Para qué sirvo? ¿Qué cosas productivas puedo hacer en la vida?

Medita
  • ¿Te has sentido, alguna vez, que tus seres queridos te menosprecian?
  • ¿Has dudado de tu propio valor?
  • ¿Encuentras que es muy difícil decidir lo que harás en el futuro?
Ejercicio #1

En la vida encontramos tiempos difíciles. A veces, uno se siente en una encrucijada: hay tantos caminos que no sabemos por donde orientar nuestras vidas.

En este estudio veremos la historia de una persona que pasó por momentos muy difíciles. A pesar de esto, por medio de la fe, pudo reorientar su vida. Pasemos, pues, a considerar la historia de Onésimo.

Contexto
A. Contexto Literario

La historia de Onésimo se encuentra en la carta del Apóstol Pablo a Filemón. Esta es la carta más corta de todas las epístolas del Apóstol. También, es la epístola que más se asemeja a una carta personal, aunque está dirigida no sólo a Filemón sino a la Iglesia que se reúne en su casa (v. 1b).

B. Contexto Histórico

Esta epístola fue escrita por el Apóstol a mediados del primer siglo. La fecha y el lugar exacto de composición nos es desconocido, aunque podemos afirmar que esta epístola se escribió, probablemente, al final del ministerio del Apóstol.

Pablo–quien se califica a si mismo como “anciano”–se encontraba en la cárcel (v. 9). Allí conoció a un esclavo que se había escapado de la hacienda de su amo. El esclavo, llamado Onésimo, se convirtió a la fe cristiana. De acuerdo a la ley romana, los esclavos que escapaban debían ser devueltos a sus amos. Por su parte, los amos tenían el derecho de castigar severamente, hasta con la pena de muerte, a los esclavos recuperados. También aquellos que ayudaran a un esclavo en esta situación debían responder económicamente al amo.

En este caso, el amo de Onésimo era Filemón, un hombre cristiano. Pablo conocía bien a Filemón (vea los vv. 4-7). La carta sugiere que Filemón conoció el Evangelio a través del ministerio de Pablo (v. 19). Por lo tanto, le escribe pidiéndole que reciba a Onésimo con amor y no con castigo.

En este punto debemos plantear la siguiente pregunta: ¿Cuál era la actitud de Pablo ante la esclavitud? Muchos comentaristas entienden que Pablo ve la esclavitud como un fenómeno común a su época. Pero estos comentaristas no han podido apreciar la radicalidad del pedido del Apóstol. En el v. 16, Pablo le ruega a Filemón que reciba a Onésimo “no ya como esclavo, sino…como hermano amado.” De esta manera, Pablo afirmaba que la solidaridad que alcanzamos los creyentes por medio de la fe en Cristo Jesús nos libera de las estructuras sociales que oprimen y dividen a la humanidad.

Estructura literaria

La carta puede dividirse de la siguiente manera:

  • Saludos: vv. 1-3
  • Acción de gracias: vv. 4-7
  • Cuerpo de la carta: Pablo intercede por Onésimo: vv. 8-16
  • Exhortación a aceptar a Onésimo: vv. 17-22
  • Conclusión y despedida: vv. 23-25
Notas al texto
  1. “Pablo, prisionero de Jesucristo” (v. 1): Pablo se encontraba preso por causa de su fe (compare con el v. 9).
  2. “A la iglesia que está en su casa” (v. 2): Antes, las congregaciones se reunían en casas, ya que no podían tener templos. Al parecer, en casa de Filemón se reunía un grupo de cristianos.
  3. “Gracia y paz” (v. 3): Es el saludo característico de Pablo. Las cartas griegas comenzaban con la palabra “saludos”. Por su parte, Pablo comienza con la palabra “gracia”. En griego, este vocablo es muy parecido a la palabra “saludos”. Sin embargo, la palabra “gracia” tiene un sentido particular pues resume el mensaje del Evangelio según lo predica Pablo: Somos salvos por gracia. A la palabra “gracia”, Pablo añade “paz”. Este es el típico saludo judío. Pero Pablo modifica el sentido de esta palabra con la frase “de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. La “paz” que Pablo desea es el bienestar integral (“shalom”) que produce el Evangelio de Jesucristo.
  4. “Mi hijo Onésimo” (v. 10): Onésimo era “hijo espiritual de Pablo”, es decir, se había convertido por medio del ministerio del Apóstol (cf. v. 10).
  5. “El cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mi nos es útil” (v. 11): Aquí hay un juego de palabras. En griego, Onésimo quiere decir “útil”. Así Pablo “juega” con el significado del nombre: “Util” antes era “inútil”, pero ahora es verdaderamente “útil”.
  6. “Tenga yo algún provecho (v. 20): Literalmente, el texto dice “tenga yo alguna utilidad.” Así el Apóstol continúa su juego de palabras.
  7. “Os seré concedido” (v. 22): Pablo añoraba el ser liberado de la cárcel.
Preguntas
  1. ¿Quién era Filemón? (vv. 1-3).
  2. ¿Qué clase de cristiano era Filemón? (vv. 4-7)
  3. Pregunta de interpretación: ¿Cómo describirías el ministerio de Filemón?
  4. Lee los vv. 8-9. ¿Cómo trata el Apóstol a Filemón?
  5. ¿Qué petición le hace Pablo a Filemón? (vv. 10-12).
  6. Pregunta de interpretación: ¿Qué implica la petición de Pablo? ¿Dónde quedan, pues, los derechos de Filemón sobre Onésimo?
  7. ¿Cuál era el deseo más profundo de Pablo con respecto a Onésimo? (vv. 13-14)
  8. ¿Cómo interpreta Pablo la escapatoria de Onésimo? (vv. 15-16)
  9. Pregunta de interpretación: ¿En qué forma usó Dios la evasión de Onésimo? ¿Resultó en algo de provecho?
  10. En los vv. 17-21, Pablo reitera su petición. ¿Porqué se ofrece a pagar los “daños” (v.18)?
  11. Pregunta de interpretación: A fin de cuentas, ¿en qué se basa el Apóstol su petición? (vv. 20-21).
Para pensar
  1. En los vv. 10-14 se habla de la conversión de Onésimo. Antes de llegar a la fe, éste era “inútil”. Sin embargo, después de su conversión, Onésimo era tan útil que Pablo deseaba retenerlo a su lado. (v.13) ¿Cómo nos hace útiles la fe en Cristo? ¿Cómo nos ayuda a reorientar nuestras vidas? ¿Porqué nos da sentido?
  2. En la epístola a Filemón, vemos como el Apóstol ruega para que Onésimo sea recibido como hermano, no como esclavo (v. 16). De esta manera, Pablo afirma el carácter liberador del Evangelio de Jesucristo.
  3. Hoy día la esclavitud no existe. Sin embargo, existen otras estructuras sociales que oprimen a la humanidad. ¿Puedes enumerar algunas de ellas? ¿Puedes afirmar el poder liberador del Evangelio sobre estas formas de maldad? ¿Cómo nos libera Dios de estas estructuras de pecado?
Filemón
Filemón 1.15-16
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Reseña de “Preaching Verse by Verse”, escrito por Allen & Bartholomew

Una reseña bibliográfica del libro escrito por Ronald J. Allen y Gilbert Bartholomew, titulado Preaching Verse by Verse. Louisville: Westminster / John Knox Press, 2000, 144 pp.

Descargue este documento, publicado originalmente en la Revista Apuntes Apuntes, 23 no 2 (Verano 2003), pp. 78-79, en formato PDF

El sermón donde se comenta una porción de las escrituras versículo por versículo es uno de los estilos más antiguos de predicación. Esta forma sermonaria encuentra sus raíces en los “sermones” que se predicaban en la sinagoga judía, donde fieles tenían la responsabilidad de leer el texto bíblico en hebreo y comentarlo en arameo. Además, es uno de los estilos más populares de predicación expositiva. En distintos manuales de predicación en español se le llama “homilía” (particularmente en la tradición anglo-católica) o “lectura bíblica”, entre otros nombres.

Allen y Bartholomew nos ofrecen una interesante introducción a este estilo de predicación. Más que una introducción, el libro es una defensa o apología de esta forma sermonaria, la cual ha caído en desuso en los púlpitos de las denominaciones tradicionales en los Estados Unidos. La tesis del libro es precisamente que el sermón que ofrece un breve comentario continuo de una porción bíblica ayuda tanto a quien predica como a la congregación a crecer y a madurar en la fe. Este tipo de sermón es un antídoto a la “analfabetismo bíblico” que exhiben muchas congregaciones anglo-europeas. El propósito del libro es, pues, ayudar al lector o a la lectora a poder preparar y predicar con excelencia esta forma sermonaria.

El libro está dividido en seis capítulos. El primero afirma la continua utilidad del sermón que comenta un pasaje bíblico versículo por versículo. El segundo, explora la historia de la predicación, ofreciendo ejemplos de las figuras que usaron con provecho este estilo de sermón. El tercero ofrece consejos prácticos sobre la preparación del sermón; el cuarto, sobre la estructura del sermón; y el quinto, sobre la presentación o entrega del sermón. El capítulo final sugiere ocasiones cuando es deseable predicar este tipo de sermón expositivo. La metodología sugerida en los capítulos cuatro y cinco se ilustra con cinco trabajos exegéticos cortos que sirven de base a cinco sermones anotados. Cada autor produjo dos sermones y Linda Milavec el quinto.

Es evidente que los autores están en diálogo con la historia de la predicación cristiana, pues en el segundo capítulo hacen un resumen histórico que comienza con la predicación en la sinagoga, pasa por la Reforma Protestante, y llega a la tradición británica y estadounidense que representan los autores. Del mismo modo, el libro ofrece un correctivo para aquellas personas que han abandonado la predicación expositiva para explorar nuevos modelos de predicación, como la inductiva expuesta por Fred B. Craddock o la narrativa defendida por Eugene Lowry, entre otros autores contemporáneos.

Este manual presenta su idea central de manera clara y elocuente, logrando su objetivo de entusiasmar al lector o a la lectora a practicar este estilo tradicional de predicación. Ahora bien, desde un punto de vista hispano, la utilidad del libro es menor. Esto se debe a que la predicación expositiva, en general, y la predicación versículo por versículo, en particular, siguen vivas en el púlpito hispano. En este sentido, aquellas personas hispanas que lean este libro o que lo usen como texto en cursos de predicación bíblica deberán adaptar su contenido a nuestro contexto. Específicamente, deberán leer el libro con el doble propósito de afirmar su compromiso con la predicación bíblica y de mejorar tanto la preparación como el diseño del sermón que comenta una porción bíblica versículo por versículo.

reseña bibliográfica del libro titulado Preaching Verse by Verse
Preaching Verse by Verse
Vea otros materiales sobre homilética y predicación

Reseña de “Teología y práctica de la predicación”, escrito por Cecilio Arrastía

Una reseña académica de un libro del Dr. Cecilio Arrastía sobre homilética y predicación, escrita por el Dr. Pablo A. Jiménez

Cecilio Arrastía. Teoría y práctica de la predicación. MiamiEditorial Caribe, 1992, 243 pp.

Cecilio Arrastía fue, sin lugar a dudas, uno de los predicadores más conocidos y respetados tanto en América Latina como en el ámbito hispano estadounidense. También fue un destacado estudioso y maestro del arte de la predicación. Por varios años, el mundo hispanoamericano ha esperado la publicación de un manual de homilética escrito por este famoso predicador y maestro cubano. Este libro es la respuesta a este reclamo.

Cecilio Arrastía
Teoría & Práctica de la Predicación
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Teoría y práctica de la predicación presenta características que lo distinguen de otros escritos en su género. En primer lugar, se publica como parte del Comentario Bíblico Hispanoamericano. Es un volumen anejo que acompaña la serie con el propósito de fomentar el desarrollo de “una predicación cada vez más bíblica, más pertinente y más ineludible” (p. 7). Segundo, más que un manual de homilética tradicional, el libro presenta la metodología empleada por Arrastía para la preparación de sermones. Esto explica algunos detalles particulares del escrito, tales como la alusión constante a la literatura hispanoamericana y la inclusión del capítulo XII, titulado “La novela y el sermón”.

En el primer capítulo, Arrastía afirma la importancia y la pertinencia de la disciplina para la Iglesia hoy. En el segundo, explora varias definiciones y analogías de la predicación. El método empleado por Arrastía en este capítulo es efectivo, pues al presentar sus analogías mueve la discusión del plano académico a un plano estético y pastoral. El tercer capítulo detalla los “cimientos invisibles” de la homilética. Aquí Arrastía discute el nivel teológico, el emocional y el ético de la predicación.

A partir de este punto Arrastía entra en el campo del diseño del sermón. El cuarto capítulo analiza el problema de la clasificación sermonaria comparando las posiciones de distintos eruditos en la materia. Esta discusión culmina en el quinto con la presentación del modelo existencial o paralelo. Este tipo de sermón hermana aspectos expositivos y narrativos “intercalando entre cada segmento, [sic] reflexiones que vinculen el texto bíblico al texto de la existencia (de ahí lo existencial) de las mujeres y los hombres que oyen” (p. 51). Este es el modelo privilegiado por Arrastía en el escrito. Los capítulos sexto y séptimo consideran problemas hermenéuticos. Una vez más, el primero presenta los métodos abogados por otros expertos en el campo y el segundo presenta la metodología particular de Arrastía. La meta de este proceso de estudio es la elaboración de “la masa homilética”. Esto es, de notas exegéticas acompañadas de citas pertinentes e ilustraciones tanto históricas como literarias. Esta “masa homilética” sirve no sólo para la elaboración del sermón que ha de producirse inmediatamente sino también para producir otras homilías en el futuro. Otra característica del método de Arrastía es el lenguaje que utiliza para referirse a la elaboración del sermón. La “masa homilética” ha de ser vertida en varios bloques o “ladrillos” (p. 72). Estas unidades de pensamiento, en unión a la introducción y a la conclusión, forman el bosquejo del sermón. El método se clarifica en los capítulos octavo y noveno, donde el autor ilustra el proceso presentando la elaboración de sendos sermones. El décimo capítulo culmina la sección sobre diseño ofreciendo consejos prácticos sobre la elaboración de la introducción, el cuerpo, la conclusión y las ilustraciones del sermón.

Los capítulos restantes tratan temas misceláneos tales como el año y el leccionario cristianos (cap. IX), el uso de la literatura hispanoamericana en la elaboración del sermón (cap. X) y el desarrollo de grupos de discusión que apoyen al agente pastoral ya sea en la elaboración o en la evaluación del sermón (cap. XI). El capítulo final, más que una conclusión, es una recapitulación donde Arrastía ofrece otras definiciones y analogías de la predicación, consideraciones hermenéuticas y una reflexión sobre el tema de la vocación. Dos apéndices y una bibliografía redondean el libro.

Arrastía presenta un sistema homilético ecléctico. Por una parte, la base de su sistema es el modelo homilético racionalista inglés. De acuerdo a este modelo, el sermón es un objeto que se “construye”. Esto se ve claramente en el lenguaje que emplea Arrastía: “cimientos homiléticos”, “arquitectura del sermón”, “masa homilética” y “ladrillos”. Por otro lado, Arrastía está al tanto de los defectos del sistema homilético tradicional que hemos aprendido en los manuales de Spurgeon, Broadus y Crane. Por esta razón, modifica el sistema tradicional empleando algunos de los nuevos enfoques de la escuela de homilética norteamericana. Esto lo vemos en las ocasiones cuando se refiere al sermón como un acontecimiento o “happening” (p. 21 y 51); cuando recalca la importancia de la narración en la predicación (pp. 24-26); cuando critica el sermón tradicional de tres puntos (pp. 48-50); y cuando aboga por la inclusión de elementos dialógicos en el sermón (p. 143). Estos elementos enriquecen el modelo de Arrastía y le dan sus rasgos peculiares.

De hecho, Arrastía podría haber mejorado su valiosa obra haciendo referencia a algunos de los tratados de predicación escritos en los últimos años. Por ejemplo, la ausencia de referencias a la extensa obra de Fred Craddock –cuyo libro As One Without Authority (1971) marcó el comienzo de la nueva escuela estadounidense– es sorprendente. El sistema hermenéutico de Arrastía manifiesta la misma falla. La hermenéutica moderna enseña que los textos bíblicos son “polisémicos”, es decir, que pueden ser interpretados de diversas maneras y en distintos sentidos. Sin embargo, el autor afirma que “el pasaje [bíblico] tiene un pensamiento central” (p. 71). Del mismo modo, Arrastía tiende a armonizar los pasajes bíblicos sinópticos, mezclando elementos y frases de los distintos Evangelios sin prestar atención a la teología peculiar de cada autor (vea las pp. 76-80). Esto podría ser corregido fácilmente con una buena dosis de crítica de la redacción.

En este punto debemos recordar las palabras con las cuales el autor comienza la conclusión del libro: “En cierta manera, este libro ha sido un sermón sobre el sermón. Con intención o sin ella, hemos predicado sobre predicar” (p. 213). Esta es una imagen magistral. El libro Teoría y práctica de la predicación es un sermón sobre el arte y la ciencia de la predicación cristiana. Esto explica su hermoso lenguaje, sus punzantes analogías y sus constantes ilustraciones. Esto también explica por qué nuestra respuesta al mismo es un agradecido ¡Amén!

Vea la página dedicada a celebrar el ministerio de Cecilio Arrastía. 

Discipulado y Educación Teológica

Discipulado y educación teológica es un meditación sobre la curación de Bartimeo, Marcos 10.46-53, enfocado en la formación espiritual.

©Pablo A. Jiménez

Las historias de milagro revelan el poder y la misericordia de Dios. Sin embargo, Marcos 10.46-52 es mucho más que una historia de milagros; es un relato sobre el discipulado cristiano.

Sabemos esto porque en dos ocasiones encontramos en el texto la palabra “camino” (gr. “hodos”, vv 46 y 52) y en otra ocasión el verbo “seguir” (gr. “akolutheö”). Aquí vemos, pues, la frase distintiva que Marcos emplea para describir el discipulado: seguir a Jesús en el camino.

Esta es también la última narración antes de la “Entrada Triunfal” de Jesús a Jerusalén ( Mr 11.1-11). El Galileo entra a Jerusalén para enfrentar la cruz. Por lo tanto, este es un texto clave para entender el discipulado en Marcos.

Cuando Jesús llega a la ciudad de Jericó encuentra que, a la vera del camino de esa ciudad turística, hay personas pobres pidiendo limosnas (10.46). En el judaísmo, dar a los pobres es un “mitzvá”, es una buena acción. Por lo tanto, en la teología rabínica judía los mendigos eran importantes porque permitían que las personas adineradas acumularan “mitzvoth”, buenas acciones que acumulan méritos para la salvación. Por eso Jesús encuentra al borde de la carretera una larga fila de mendigos con diferentes dolencias.

Pero hay un hombre que se destaca, llamado Bartimeo. Siempre me ha llamado la atención que el texto diga “Bartimeo, hijo de Timeo” (v. 46) ya que “Bar” significa “el hijo de.” La experiencia nos enseña que nuestras comunidades tratan de manera diferente a las personas que tienen problemas mentales y dolencias graves. Generalmente no se les llama por sus nombres propios sino por apodos basados ​​en sus dolencias o en sus relaciones familiares. Este hombre probablemente tenía otro nombre, que desconocemos. Lo llamaban “el hijo de Timeo” porque era “invisible” para la comunidad; era considerado “el otro”.

Bartimeo escucha que Jesús se acerca. Como la fama de Jesús ha crecido, el Galileo camina rodeado por un gran séquito de personas. Bartimeo escucha que Jesús viene caminando y comienza a gritar: “Jesús, Hijo de David, ¡ten misericordia de mí!”

Queda claro que su teología es defectuosa. Sí, Jesús es “Hijo de David”, pero no necesariamente de la manera militarista que muchos esperaban durante el Primer Siglo. Bartimeo no llama a Jesús “el Cristo” ni “el Mesías”, lo que sería mucho más correcto en términos teológicos. Bartimeo tiene una idea de quién es Jesús, pero necesita una mejor teología para comprender plenamente su identidad divina.

Marcos 10.46-52 sugiere otro tema importante para el discipulado, a saber, cómo los discípulos trataban “al otro”. De acuerdo al texto, los discípulos reprenden a Bartimeo, impidiendo que se acerque a Jesús (v. 48). Aquí Marcos emplea el verbo griego “epitimaö”, el mismo que en otras partes del Evangelio se traduce como reprender espíritus inmundos y expulsar demonios. (vv. 1.25, 4.39, 9.25) ¿Están los discípulos tratando a Bartimeo como si estuviera endemoniado? ¿Lo rechazan porque piensan, siguiendo la teología rabínica de la época, que su enfermedad es una segura señal de pecado y, por lo tanto, una razón válida para la exclusión?

El hecho es que los discípulos bloquean el acceso de Bartimeo a Jesús. Y creo que esto fue una prueba de fe. Jesús le dio un “examen” a sus discípulos. ¿Habían aprendido algo? ¿Habían entendido la misión de Jesús?

Si leemos Marcos con detenimiento, nos damos cuenta de que no, los discípulos no habían comprendido a Jesús. Por ejemplo, en el capítulo 10 encontramos varias historias que demuestran la confusión de los discípulos, como cuando discuten sobre quién iba a ser “mayor” en el reino (10.35-45). Por eso Jesús prueba la fe de sus discípulos, prueba que fallaron malamente cuando le dijeron al mendigo: “No hay gracia para ti”.

  • Eres demasiado pobre.
  • Estás demasiado enfermo.
  • Quizás estás endemoniado.
  • Eres “el otro”.
  • ¡Te reprendemos, en el nombre de Jesús!
Discipulado
educación teológica
Marcos 10.52
Marcos 10.52

Pero Jesús tenía otros planes. Por eso llama a sus discípulos y les ordena que fueran a traer al ciego. Siguiendo las instrucciones del Maestro Galileo, los discípulos van a donde el mismo hombre que previamente habían rechazado, excluido y demonizado. Y le dicen: “¡Mucho ánimo! ¡Levántate, que Jesús te llama!” (v. 49) Notemos cómo ha cambiado el rol de los discípulos: ¡En lugar de bloquear el acceso, ahora están facilitando el acceso a Jesús!

Bartimeo responde haciendo dos cosas que demuestran claramente su entusiasmo. En primer lugar, arroja su túnica (v. 50), que probablemente estaba usando para recoger las monedas que la gente le daba. Me imagino la túnica volando por el aire, las monedas cayendo al suelo, y los otros mendigos luchando por el dinero fácil.

Bartimeo se pone en pie y se dirige a Jesús, quien procede a hacerle otra prueba de fe, preguntando: “¿Qué quieres que haga por ti?” (v. 51). El mendigo responde: “Maestro, quiero recobrar la vista” (literalmente, “ver de nuevo, gr. ” Anablepö “). Por lo tanto, el mendigo pide el don de la visión.

Recordemos que los discípulos no entendían claramente quién era Jesús. ¿Por qué? Porque carecían de visión. Bartimeo pide visión y la recibe. Y su visión, en muchos sentidos, era más clara que la visión de los discípulos.

Jesús le dice al hombre sanado que podría irse. Ahora Bartimeo podía volver a casa. Podía volver a su familia, conseguir un trabajo y volver a formar parte de la comunidad. Pero este hombre elige otro camino. Él decide seguir “a Jesús en el camino” (v. 52). Es decir, toma la opción de seguir al Galileo en el camino a la cruz.

La educación teológica es una expresión del discipulado cristiano, pero a un un nivel más alto. De muchas maneras, la educación teológica comienza el día en que alguien nos dice: “Jesucristo es el SEÑOR”. Por esta razón, podemos afirmar que existe una clara continuidad entre el evangelismo, la educación cristiana, la formación espiritual y la educación teológica. En este sentido, todo lo que hacemos en una escuela de teología, incluso a nivel doctoral, no es más que una modalidad del discipulado cristiano.

Aquellas personas que estamos involucradas en la educación teológica jugamos un papel similar al de los discípulos de Jesús en este texto: Dios nos llama a facilitar el acceso de los demás a Jesús. Para cumplir este papel con fidelidad debemos recordar a quién Jesús está llamando.

  • Jesús llama a personas con teología defectuosa.
  • Jesús llama a personas de reputación dudosa.
  • Jesús llama a personas totalmente diferentes a nosotros.

Pero esas personas claman por Jesús. Y ustedes y yo tenemos la oportunidad de recibirlas en la comunidad cristiana y de discipularlas en la fe. Y quienes vengan a los pies de Cristo tendrán la maravillosa oportunidad de sufrir por Jesús, acompañándole en el camino a la cruz.

El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez se reserva todos los derechos de publicación de estos materiales. Queda prohibida cualquier forma de reproducción total o parcial, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sin la debida autorización del autor. Para solicitar los permisos correspondientes, contacte al autor.

Use el siguiente formato para citar este artículo:

Pablo A. Jiménez, “Educación teológica como discipulado”, DrPabloJimenez.com. Accedido el ** de ** de 20**. Disponible en: https://www.drpablojimenez.com/2017/05/17/discipulado-educacion-teologica/

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Y serás bendición: Un sermón sobre Génesis 12.1-4

Y serás bendición es un sermón sobre el tema de la ley de la bendición, basado en el relato del llamamiento de Abram en Génesis 12:1-13.

Este sermón se basa en Génesis 12:1-3, donde Dios llama a Abram a dejar su tierra y le promete bendecirlo para que sea una bendición para toda la humanidad.

Comienza indicando que las modas también influyen en la iglesia, tomando como ejemplo el término “bendición”. Algunas prácticas modernas han reducido su significado a una simple confesión verbal o a la prosperidad material.

Vea este sermón en nuestro canal de YouTube.

Bendecir significa hablar bien de alguien, pero en un sentido más profundo, es un acto profético en el que se pide a Dios que otorgue su gracia y vida a las personas. La bendición proviene de Dios, quien es la fuente de toda vida y bien.

Dios llamó a Abram y le dió una promesa de bendición, diciéndole que lo usaría como un instrumento para formar un pueblo que viviera en comunión con Él. El propósito divino era bendecir a Abram para que, a su vez, su descendencia y toda la humanidad fueran bendecidas.

En el v. 3, Dios promete bendecir a quienes bendigan a su pueblo y maldecir a quienes lo maldigan. La maldición implica alejarse de Dios, quedando a merced del mal. La historia de David y Goliat ilustra cómo los enemigos de Dios no pueden prevalecer sobre sus bendecidos.

El propósito divino es que todas las naciones sean bendecidas a través del pueblo de Dios. En Gálatas 3:13-14, Pablo enseña que esta promesa se cumple en Cristo, quien redimió a la humanidad de la maldición y abrió el acceso a la bendición de Abraham para los gentiles.

Dios nos llama a ser canales de bendición para nuestras familias, comunidades y el mundo. El mandato dado a Abram también es nuestro: “Y serás bendición”.

Bendición
Y serás bendición
Génesis 12.2
Génesis 12.2
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Las bellas artes en la Iglesia

Un breve ensayo sobre el aporte de la iglesia, en sus diversas expresiones, a las bellas artes en la cultura puertorriqueña.


Las Iglesias evangélicas, protestantes y católicas hacen grandes aportes a la cultura, aportes que en muchas ocasiones pasan desapercibidos.

Todos los años, las Iglesias reparten alimentos, ropa, y donativos en efectivo a miles de familias en necesidad. Otras Iglesias aún ofrecen becas de estudio para personas jóvenes, tanto al nivel de escuela superior como al nivel universitario. Y no podemos olvidar el rol pacificador que tiene la presencia de nuestras Iglesias aún en las comunidades más violentas del país. La Iglesia está presente hasta en los barrios donde la Policía lo piensa dos veces antes de entrar.

Ahora bien, en esta ocasión deseo tomar otro camino, ofreciendo algunas perspectivas sobre los aportes de la Iglesia a nuestra cultura. En particular, deseo hablar sobre la contribución que hacen las Iglesias a la enseñanza de las bellas artes en Puerto Rico.

Es de todos sabido que el sistema educativo en Puerto Rico pasa por una grave crisis. Esa crisis tiene ribetes financieros, aunque en el fondo es un problema sistémico. Y una de las manifestaciones más claras de la crisis es la reducida oferta de cursos relacionados a las bellas artes en las escuelas públicas del país.

A la hora de recortar programas, los primeros cursos que se eliminan son aquellos relacionados al deporte y a las bellas artes. Esto se debe a que los sistemas educativos en la cultura occidental siguen una pirámide educativa, una jerarquía que privilegia los cursos relacionados a las ciencias y las matemáticas mientras menosprecia las bellas artes y los deportes.

Para decirlo con mayor claridad, la mayor parte de nuestras escuelas —tanto públicas como privadas— ofrecen muy pocas oportunidades para que nuestros estudiantes aprendan música, teatro, danza, dibujo y arte visual.

Debemos reconocer que las Iglesias han tratado de responder a este problema social ofreciendo, la mayor parte de las veces de forma gratuita, cursos y talleres en estas áreas. Es en la iglesia que mucha gente aprende a cantar, a tocar instrumentos musicales y a apreciar la música. Muchas Iglesias también ofrecen clases de arte, ayudando a la juventud a conocer el mundo del dibujo y la pintura. Del mismo modo, las Iglesias también tienen grupos de teatro donde nuestra juventud disfruta por primera vez de la oportunidad de actuar.

Y los aportes no terminan ahí. Nuestra cultura ha entrado al mundo digital y nuestras Iglesias no se están quedando atrás. Por eso, es en la Iglesia donde muchos jóvenes se enfrentan por primera vez a una consola de sonido. Del mismo modo, es en la Iglesia donde muchas personas jóvenes aprenden los rudimentos de la producción de vídeo y de la transmisión de vídeo por Internet.

Por eso, afirmo que las Iglesias puertorriqueñas están haciendo un aporte incalculable a la educación de la juventud puertorriqueña, subsanando algunas de las deficiencias que aquejan al sistema educativo del país.

Puedo decir con orgullo que la Iglesia local donde serví como pastor por 10 años ha sido un vivo ejemplo de lo que estoy argumentando. Por décadas, la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) [ICDC] en Espinosa ha fomentado la enseñanza de las bellas artes en sus diversos programas educativos para la niñez y la juventud. Éstas dimensiones estéticas enriquecen la vida de nuestro pueblo.

En particular, deseo destacar su Ministerio de Arte Dramático, el cual presenta dos o tres obras cada año. En ese ministerio participan personas de otras Iglesias locales de la comunidad, lo que permite que las obras teatrales sean representadas en otras comunidades aledañas. En este ministerio participan adolescentes, jóvenes, personas adultas y hasta personas de la tercera edad.

Muchas de las obras representadas por el Ministerio de Arte Dramático han sido escritas por personas que forman parte de la ICDC en Espinosa, congregación que ha producido toda una serie de poetas, muchos de los cuales han publicado parte de su obra.

La buena noticia es que la ICDC Espinosa no es la excepción, sino la regla. Cada Navidad y cada Semana Santa, centenares de Iglesias en Puerto Rico presentan dramas, cantatas y otras representaciones visuales del Evangelio. Proclaman el Evangelio no sólo por la palabra, sino también por medio del arte, de la música, de la danza, de la poesía y de la actuación.

Damos, pues, gracias a Dios por estos aportes culturales de la Iglesia Cristiana al país y a la sociedad.

Las Bellas Artes & la Iglesia
Las Bellas Artes & la Iglesia
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El valor de la familia (Salmo 127)

El valor de la familia es un mensaje sobre el tema de la mayordomía cristiana, basado en el Salmo 127, por el Dr. Pablo A. Jiménez. Esta prédica cristiana presenta una visión de la familia como don divino.

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El valor de la familia - Salmo 127
Salmo 127
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