La opinión que tiene la mayor parte de la gente de Betsabé, la mujer de Urías, está equivocada. ¿Qué dice la Biblia sobre Betsabé, la madre del Rey Salomón?
Pedro llegó tarde a su casa. Como de costumbre, había estado trabajando horas extras en un nuevo proyecto de su compañía. Al llegar a casa, encontró a su esposa con sus niños pequeños, pero Esteban, su hijo mayor, estaba en la calle con un grupo de amigos. Pedro lo esperó hasta la madrugada. Cuando Esteban llegó Pedro lo confrontó. Empero, su hijo le contestó: “Te odio”.
Comunicarse efectivamente con sus hijos y sus hijas es uno de los grandes desafíos que enfrenta un padre. La distancia entre las generaciones dificulta la comunicación. Dado que la juventud tiene su propio lenguaje y sus propias prácticas, hablar con una persona joven es tan difícil como hablar con una persona extranjera que hable un idioma extraño.
Los padres queremos que nuestros hijos e hijas no cometan los mismos errores que nosotros cometimos. Sin embargo, lo que decimos con nuestras palabras lo negamos con nuestra conducta. Nuestros hijos e hijas aprenden a hacer lo que nos ven haciendo a nosotros. La teoría de sistema de familias nos enseña que los patrones familiares predeterminan la conducta de los hijos.
Tomemos, a manera de ejemplo, el caso de un padre divorciado que le recalca a su hijo que no debe divorciarse. Ahora bien, ¿cómo el hijo va a aprender a ser un buen esposo y un buen padre si vive solo con su madre? Por mejor madre que sea una mujer, no puede enseñarle a un hijo varón a ser un hombre de provecho.
Los estudios psicológicos demuestran que la repetición de patrones familiares es más la norma que la excepción. Por esta razón, cuando una generación se ha visto afectada por problemas tales como la adicción, los embarazos fuera del matrimonio y el divorcio, las nuevas generaciones tienden a repetir el mismo problema.
David: ¿buen rey y mal padre?
David es uno de los personajes centrales del Antiguo Testamento. En términos generales, es uno de los héroes de la Biblia Hebrea. El texto bíblico lo presenta como un joven talentoso que creció en gracia y sabiduría ante Dios. Sin embargo, como todo hombre, David tenía un lado débil. En su caso, era el manejo de su vida personal.
Algunos problemas personales de David son:
David está prometido a Merab, pero se casa con Mical, ambas hijas de Saúl (1 S 18).
David conoce a Abigail y se queda de ella después de la muerte de su esposo (1 S 25).
Mical repudia a David (2 S 6.16)
David hostiga a Betsabé, matando a su esposo, Urías el heteo (2 S 11)
Eventualmente, esos problemas también comienzan a manifestarse entre los muchos hijos que David tuvo con muchas mujeres (compare con 2 S 3.2-5).
Amnón viola a Tamar, su media hermana, pero David se niega a castigarlo (2 S 13).
Absalón, el hermano de Tamar, mata a Amnón para vengar a su hermana (2 S 13).
Esta vez, David castiga a su hijo Absalón, condenándolo al destierro (2 S 13).
Por medio de la intercesión de Joab, Absalón vuelve a casa de su padre (2 S 14). Sin embargo, conspira contra su padre (véase 2 S 15.1-6).
Finalmente, Absalón se subleva contra su padre en una guerra civil (2 S 15-17).
La guerra civil terminó con la muerte de Absalón (1 S 18). Aunque David le pidió a sus generales que no mataran a su hijo (v. 5), Joab lo asesinó cuando lo encontró colgado de la rama de un árbol (v. 14). La muerte de Absalón dejó a David llorando por el joven príncipe: “¡Hijo mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber muerto en tu lugar, Absalón, hijo mío, hijo mío!”
La ausencia de David dejó a sus hijos a la deriva. David no pudo atajar los problemas de sus hijos a tiempo. Tampoco pudo ayudarlos a alcanzar su pleno potencial. En resumen, los príncipes y las princesas carecían de una persona que les diera una imagen paternal positiva.
Cómo mejorar la comunicación
Las confrontaciones entre padres e hijos puede causar tanto resentimiento que termine convirtiéndolos en enemigos. Las luchas entre padres e hijos destruyen el hogar. Además, las luchas entre padres e hijos casi siempre terminan trayendo vergüenza a la familia.
A continuación ofrecemos algunos consejos prácticos para mejorar la comunicación con sus hijos.
1. Sea un padre, no un amigo: Ejerza su rol de padre. No trate de ser un “amigo” de sus hijos e hijas. Estos tienen sus propios amigos en la escuela, la iglesia y la comunidad. Sus hijos necesitan un padre, no un “amigo” más. Muchas de los padres que intentan ser “amigos” de sus hijos terminan siendo una mala influencia en ellos.
2. Permita que busquen su propio camino: No trate de alcanzar sus propios sueños a través de sus hijos. Trate de aceptarlos tal como son, comprendiendo que ellos tienen su propia manera de ser, que puede ser muy distinta a la suya. Los hijos resienten que les obliguen a hacer cosas que no les interesan. No les obligue a perseguir sus propios sueños.
3. Ofrezca un buen ejemplo a seguir: La contribución más importante que los padres pueden hacer a la vida de sus hijos e hijas es tener un matrimonio estable. Las estadísticas indican que las personas jóvenes que provienen de hogares estables pueden manejar más efectivamente los problemas y las tensiones de la adolescencia.
4. Busque la armonía familiar: Las personas adultas divorciadas que están criando jóvenes deben procurar la mayor armonía posible en su relación con su ex-pareja. El padre debe mantenerse involucrado y activo en la vida de sus hijos. Si el padre ha abandonado a sus hijos, es importante que uno de los abuelos o de los tíos les presente una imagen masculina positiva que llene el vacío dejado por el padre.
5. Lo mismo que usted: También es importante que los padres den darle un buen ejemplo de moralidad y de sexualidad responsable. La persona que tiene la custodia de los hijos no debe convivir con otra persona sin casarse. Quien rompe esta regla se expone a escuchar de los labios de sus hijos frases como la siguiente: “Si tú lo haces, yo lo puedo hacer también.”
6. El ojo del amo: Los adolescentes deben tener supervisión familiar en las tardes, después de llegar a casa de la escuela. Los jóvenes que pasan varias horas solas en sus casas durante las tardes pueden emplear ese tiempo en cosas negativas, tales como ver pornografía, ingerir bebidas alcohólicas o usar otras substancias controladas. Además, pueden sentirse tentados a tener relaciones sexuales pre-matrimoniales en su propio cuarto.
7. Comparta su fe: Los padres deben compartir su fe en el hogar. Es importante que la juventud aprenda la «disciplina espiritual» en su propia casa. Enséñeles a sus hijos por medio de su ejemplo a asistir a la iglesia, a leer la Biblia y a orar regularmente.
8. Hable con ellos: Un padre debe pasar diariamente unos 10 o 15 minutos hablando a solas con cada uno de sus hijos. Esto les ayudará a cultivar relaciones familiares abiertas, profundas y duraderas. Use este tiempo para hacer preguntas que le permitan conocer los intereses de sus hijos.
9. Qué ven, qué escuchan: Se debe estar al tanto de la influencia de los medios de comunicación masiva en la juventud. Los padres deben sentarse a ver televisión con sus hijos. También deben leer o escuchar las letras de las canciones que están de moda. Antes de darle permiso para ir al cine, deben leer alguna reseña periodística de la película en cuestión.
10. Señales de peligro: Se debe prestar atención a las «señales de peligro» que los jóvenes puedan manifestar. Por ejemplo, un adolescente que está deprimido, manifiesta problemas de conducta en el hogar o en la escuela, baja las notas súbitamente, aumenta o pierde peso considerablemente, manifiesta interés en el ocultismo, guarda aparatos sexuales en su cuarto, tiene parafernalia de drogas, o roba, necesita ayuda profesional.
Conclusión
La conducta familiar y personal de David revela las consecuencias funestas que tiene el dar un mal ejemplo a los hijos. Aprendamos de este modelo bíblico que Dios nos llama a vivir en santidad, una santidad que nuestros hijos e hijas puedan imitar. En gran medida, su futuro depende de ello.