Flores en el desierto

Flores en el desierto es una prédica cristiana sobre la profecía que aparece en el capítulo 35 del libro del profeta Isaías, apropiada para la temporada de adviento.

Texto: Isaías 35:1-10

Idea central: La esperanza de vida y salvación nos lleva a proclamar que el futuro que Dios tiene deparado para la humanidad traerá grande bendición. 

Área: Desafío profético

Propósito: Dar ánimo y esperanza a la audiencia.

Diseño: Expositivo

Lógica: Inductiva

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Cuando uno viaja por las riveras del Río Jordán, usted puede ver en medio del desierto toda una serie de árboles frutales. La escena es impresionante, pues evoca la profecía que aparece en el capítulo 35 del libro de Isaías.

El capítulo 35 de Isaías contiene una serie de profecías muy hermosas. La más conocida se encuentra en los vv. 1-2. 

Isaías 35 afirma que el desierto florecerá. Esta es una profecía sobre el final de los tiempos. Empero, no es una profecía de juicio, sino de salvación. Las flores en el desierto simbolizan la renovación de todas las cosas, la victoria de la vida sobre la muerte y el gozo de la salvación. Esta profecía de salvación le da ánimo al creyente. Por eso, el profeta exhorta a quienes han perdido la esperanza en los vv. 3 y 4.

¿Cómo describe el profeta los actos salvíficos de Dios? En los vv. 5 y 6a el profeta afirma que Dios ha de hacer grandes prodigios y milagros en medio de su pueblo. El texto bíblico describe cómo Dios restaura a la humanidad. Al final de los tiempos, los ciegos verán, los sordos escucharán, los cojos saltarán y los mudos cantarán. Estas también son «flores en el desierto» que sugieren que nada hay imposible para Dios. Del mismo modo que el desierto puede florecer, la humanidad puede ser regenerada, en el nombre del Señor.

El profeta describe un terreno fértil por donde corren torrentes de aguas.(vv. 6b-7). ¡Hasta las partes más secas se convertirán en estanques! ¡Hasta las cuevas de los perros salvajes serán campos fértiles! Estas son imágenes de fertilidad, de gozo y de esperanza.

Ahora bien, la promesa de vida y salvación va de la mano con una demanda o condición: Dios exige que el ser humano viva en santidad (v. 8). 

La santidad es integridad. La persona que vive en santidad, actúa con integridad. Tiene una sola cara, una sola voz y una sola palabra; sus palabras y sus acciones son congruentes; y su conducta es consistente. 

Para el justo, el juicio de Dios trae alegría y esperanza. La persona justa no teme al juicio divino. Quien vive en comunión con Dios, vive confiado en el cuidado divino. Por el contrario, quien practica la injusticia vive en el miedo, en la ansiedad y en la desesperación. Teme al juicio divino, porque sabe que está actuando de manera indebida. Por eso ve el futuro con desconfianza y aprensión. 

El poema profético de Isaías concluye con palabras tan conmovedoras como hermosas (vv.9-10). Quienes creemos en Cristo Jesús, Señor nuestro, esperamos con ansias el día cuando desaparezcan los peligros del camino. Esperamos el día cuando las personas redimidas y liberadas por Dios puedan regresar al santuario.

Esta esperanza de vida y salvación nos lleva a proclamar que el futuro que Dios tiene deparado para la humanidad traerá grande bendición. Será un futuro de gozo, de paz y de alegría. Será un futuro de renovación y victoria. Sabemos que todo esto es cierto porque la iglesia ve flores en el desierto todos los días. Vemos personas que reciben sanidad, que superan vicios y que cambian sus vidas. Cada vez que una mujer escapa de una situación de violencia, que un hombre asume sus responsabilidades como padre, y que una familia se restaura, vemos flores en el desierto. 

¡Proclamemos con esperanza que el desierto florecerá, en el nombre del Señor, Amén!

Flores en el desierto
Isaías 35
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Visión en medio de la crisis / Vision in the midst of crisis

Visión en medio de la crisis es un sermón bilingüe que explora cómo es posible tener visión espiritual en medio de la crisis. / A bilingual sermon about how it is possible to have spiritual vision in the midst of a crisis.

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Visión en medio de la crisis

Sobre las luchas generacionales

Sobre las luchas generacionales es una meditación sobre las dinámicas congregacionales y la mediación de conflicto.

Las luchas generacionales en la Iglesia son tan comunes como inevitables. Algunas personas desean quedarse en el pasado, pensando que todo lo novedoso es pecado. Otras quieren desechar el pasado, considerando que solo lo nuevo es bueno.

Josué 4.1-7 nos muestra otro camino, pues enseña que es necesario honrar el pasado para proyectarse al futuro con seguridad y esperanza. 

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sobre las luchas generacionales

¿Cómo funciona una Mega Iglesia?

Reseña de una visita a la Iglesia en Buckhead, Atlanta, Georgia

por Pablo A. Jiménez

El domingo 23 de junio de 2019 mi hija y yo tuvimos la oportunidad de visitar The Buckhead Church, en Atlanta, GA. Ésta es una de las congregaciones cristianas más grandes en los Estados Unidos. 

Cuando yo vivía en Atlanta, a principios de la década del 1990, Buckhead era un sector famoso por sus cantinas y clubes nocturnos. Hoy, el sector alberga una Iglesia novedosa que está alcanzando a miles para Cristo.

Fundada por un grupo dirigido por Andy Stanley, el hijo del famoso predicador bautista Charles Stanley, la misión y visión de esta congregación es alcanzar a las personas que regularmente no van a Iglesia alguna (en inglés, «the unchurched»). Stanley organizó en 1995 una congregación en Alpharetta, una ciudad a unas 15 millas al norte de Atlanta. Sin embargo, un buen día comprendió que no estaban alcanzando el centro de Atlanta. Esto le llevó en 2001 a comenzar la congregación en Buckhead.

Hoy la Iglesia tiene una asistencia promedio de 6,500 personas adultas que participan en 3 servicios dominicales y más cerca de 1,500 niños y niñas que participan en la Iglesia infantil. De acuerdo a su página de Internet, un promedio de 5,000 personas participan de grupos pequeños semanalmente. 

Esta congregación adora en varias comunidades, no en un solo local. Es lo que se conoce en inglés como un “Multi-Site Church”. Esto quiere decir que el sermón se transmite en vivo o de manera diferida por video a todas las congregaciones hermanas. Las congregaciones que participan de este programa se conocen como “North Point Strategic Partners”.

En cada congregación hay un pastor, grupos de adoración, líderes laicos, programas infantiles y grupos pequeños, entre otras iniciativas. Aunque los agentes pastorales locales predican con cierta regularidad, una persona del equipo pastoral lleva la carga principal de la predicación y la enseñanza (en inglés, «teaching pastor») en el equipo pastoral. Stanley es el predicador principal del grupo. 

Además de los cultos dominicales en Buckhead y en otras localidades, la Iglesia transmite sus cultos en vivo por medio del Internet, los publica en forma de “podcast” y hasta tiene apps para Apple TV. 

En la industria de la televisión, la nueva forma de medir la audiencia real de un programa se llama, en inglés, “live plus seven”. Es decir, se mide la audiencia que tiene el programa transmitido en vivo, más la audiencia que lo sintoniza via Internet durante los siete días siguientes. Sería interesante conocer cuál es la audiencia real de las transmisiones de la Iglesia en Buckhead, sabiendo que parte del personal de un importante canal de televisión de Atlanta asiste regularmente a esta congregación.

Yo visité por primera vez la Iglesia de Buckhead en el verano de 2015, también junto a mi hija mayor. Temprano en el 2019, ella decidió adorar virtualmente en la Iglesia de Buckhead. Cada domingo participa de manera virtual en la adoración y en la predicación que ofrece esta congregación. Después de varios meses de adorar solo de manera virtual, el 23 de julio visitamos nuevamente la Iglesia.

El local es impresionante. Queda cerca de los dos centros comerciales más grandes de la ciudad: Lenox Square y Phipps Plaza. Le rodean varios edificios, algunos de viviendas, otros de oficinas y aún otros de comercios. El tránsito es tal que la policía se combina con guardias privados y personas voluntarias para facilitar el acceso al edificio de estacionamiento. Quienes tienen niños y niñas deben encender las luces intermitentes para alentar a quienes trabajan de manera voluntaria con la Iglesia Infantil. El resto de los vehículos continúan al estacionamiento, que tiene varios pisos. Hay puentes de peatones que conectan el estacionamiento con el templo, que tiene dos niveles y sienta miles de personas.

El orden del culto en Buckhead es relativamente simple. Comienza con cánticos de adoración, a cargo de una excelente banda de “rock”. Una persona da la bienvenida, a nombre de la Iglesia, y anuncia el formato del sermón. La música sigue, hasta que la banda se retira. Cabe resaltar que tanto la banda como el personal se distinguen por su diversidad étnica. Es común ver personas afro-americanas, asiáticas e hispanas cantando, hablando o saludando a la congregación. 

Mientras las plataformas con los instrumentos se esconden automáticamente, el equipo transmite videos en tres pantallas. Los “video bumpers” tienen una alta calidad profesional. Los videos hablan sobre el programa de la Iglesia, sobre la serie de sermones de turno y sobre la colecta de las ofrendas, entre otros temas. Aunque los videos exhortan a la Iglesia a ofrendar por medio del app de la congregación, también se colectan la ofrendas de manera tradicional.

El domingo que visitamos la Iglesia hubo un bautismo muy particular, precedido por un “video bumper” donde la chica que se bautizó dio testimonio de su fe. El bautisterio está en un lugar muy prominente, fácil de ver desde cualquier punto del local.

Nótese que he usado la palabra “personal” de la Iglesia, ya que en esta congregación no se usan las categorías tradicionales de “ancianos”, “diáconos” y “ujieres”. ¿Por qué? Porque las personas que esta congregación desea alcanzar no conocen el lenguaje tradicional de la Iglesia. Recordemos que esta congregación desea alcanzar a personas que no se criaron en la fe y que no tienen trasfondo religioso alguno. Por esta razón, el lenguaje tradicional carece de significado para esta población. Para decirlo de manera clara, para un joven norteamericano “Usher” (palabra que significa “ujier”) es un cantante, no un puesto de trabajo voluntario en la Iglesia.

Entonces, ¿cómo se identifica al personal de la Iglesia? La respuesta es muy sencilla. El personal de la Iglesia usa camisetas o playeras con el logo de la congregación, que en la espalda tienen impresas la palabra “STAFF” (que significa “personal de trabajo” en inglés). Del mismo modo, el escritorio donde las personas visitantes pueden buscar información se llama “Guest Services” (“Servicio al cliente”), como en cualquier comercio. Yo sé que esto puede sonar escandaloso, pero tiene mucho sentido. De nuevo, esta Iglesia busca alcanzar personas que no tienen tradición religiosa alguna. Busca llegar el tipo de personas acostumbradas a buscar información en el escritorio de “Servicio al cliente” en los comercios que patrocinan.

La predicación de Andy Stanley es ágil. Su contenido está claramente dirigido a personas que no están acostumbradas a ir a la Iglesia y que no conocen la Biblia. Su predicación es bastante directiva, orientada a equipar a la audiencia para que pueda  enfrentar y solucionar problemas. Sus sermones son bíblicos, afirmando la autoridad de las Sagradas Escrituras a la vez que evita usar frases tradicionales como “la Biblia dice” que, de nuevo, significan poco para quienes se criaron fuera de la fe. 

En términos técnicos, podemos clasificar la predicación de Stanley como una orientada al “coaching”, es decir, a dar consejos prácticos para la vida cristiana que cualquier persona puede utilizar. Este tipo de predicación apela, de manera particular, a personas que nunca han tenido fe y que, precisamente por eso, se sienten desorientadas y hasta perdidas. Sin embargo, también apela a quienes están pasando por momentos de crisis, aunque se hayan criado en la Iglesia.

El servicio de adoración concluye cuando termina el sermón. Curiosamente, no hay llamados al altar ni momentos de ministración. Quien predica indica al final del sermón que quienes deseen recibir una oración especial deben hablar con alguna de las personas identificadas como parte del “personal” de la Iglesia. Esto es lo que más me sorprende del programa de esta congregación, pues mi mente no concibe un culto cristiano que carezca de ministración en el altar.

Este modelo de Iglesia, conocido en inglés como “Attractional Church”, busca crear un ambiente llamativo para las personas que están buscando una experiencia espiritual, a la vez que se distancia de la Iglesia tradicional. Emplea técnicas de mercadeo para alcanzar a su audiencia, produciendo eventos, audios y videos de gran calidad para las poblaciones que desea alcanzar. Quienes visitan estas congregaciones regularmente, buscan alimento espiritual pertinente para sus vidas. Están más interesadas en lograr que la gente tenga un encuentro con Jesucristo que en enseñarles la cultura de la congregación o, mucho menos, de la denominación. Su meta no es que la gente se integre a la Iglesia local, como institución, sino que vean un cambio positivo en su vida espiritual al entrar en una relación con Dios, por medio de Jesucristo, en el poder del Espíritu Santo. 

Imagino que muchos lectores y lectoras reaccionarán con escepticismo a mi descripción de la Iglesia en Buckhead. Ese es su derecho. Pero no se equivoquen: La Iglesia es evangélica, pues afirma a Jesucristo como Señor y Salvador, la autoridad de la BIblia y las doctrinas cristianas fundamentales. En lo personal, tengo algunas dudas sobre la efectividad del modelo, a largo plazo. Sin embargo, doy gracias a Dios por la Iglesia en Buckhead, ya que por medio de su ministerio mi hija mayor ha encontrado una Iglesia que está fomentando su crecimiento espiritual. 

Adoración en Buckhead
Adoración en Buckhead
Andy Stanley Predicando por Video

Cómo hacer ilustraciones para sermones

Un ensayo que ofrece consejos prácticos para la elaboración de ilustraciones para sermones, por el Dr. Pablo A. Jiménez.

Una ilustración es una anécdota o una historia que desarrolla, aclara o apoya una de las ideas presentadas en un sermón. También se consideran como «ilustraciones» el uso de símiles, metáforas, analogías, alegorías, ejemplos, poemas, y testimonios, entre otros recursos literarios y figuras de construcción.

Una ilustración efectiva debe ser tan clara que no necesite mayores explicaciones. Las ilustraciones demasiado complejas o complicadas no tienen utilidad alguna. A menos que usted tenga una enorme capacidad para explicar temas complejos, no emplee ilustraciones que hablen de asuntos científicos o técnicos, tales como la electricidad o la medicina. Una buena ilustración debe aclarar una idea; una mala ilustración confunde, aburre o distrae.

Todo sermón debe tener, por lo menos, una ilustración, anécdota o una historia que aclare o ejemplifique su mensaje. Es común encontrar libros que recogen cientos de ilustraciones para sermones. En términos generales, estos libros son de poca utilidad por dos razones fundamentales. Por un lado, estas historias, anécdotas y citas son tan conocidas que la mayor parte de nuestra feligresía ya las ha escuchado anteriormente. Por otro lado, muchas de estas historias hacen referencia a la historia y la literatura europea o estadounidense. Por esta razón, gran parte de nuestra feligresía no las puede comprender a cabalidad.

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En el pasado, era común usar escenas de la literatura universal como ilustraciones para sermones. Por ejemplo, quienes predicaban citaban las obras de Cervantes, Shakespeare o de Calderón de la Barca. Sin embargo, es difícil hacer este tipo de referencias literarias en la actualidad sin darle al predicador un aire de superioridad, pues la mayor parte de la gente no conoce las novelas y las obras de teatro que hoy se consideran como «clásicos» de la literatura. Por lo tanto, si usa ilustraciones tomadas de la literatura, asegúrese que la audiencia comprenda adecuadamente su contenido.

Podemos encontrar una nueva fuente de ilustraciones para la predicación en las películas de cine y los programas de televisión. Sin embargo, es necesario evitar referencias a los productos culturales que puedan distraer a la audiencia, sobre todo a películas y a programas de televisión no tienen la dignidad que merece el púlpito cristiano. Nunca cite materiales chabacanos.

En conclusión, la mejor opción es que la persona que predica escriba sus propias ilustraciones, haciendo referencias claras que sean comprensibles para la congregación. En el proceso, evite el error de hablar de su vida privada, publicando las interioridades de su vida familiar. Busque historias, anécdotas y citas que ayuden a su congregación a recordar los puntos principales de su sermón.

Cómo hacer ilustraciones para sermones
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12 consejos prácticos para diseñar sermones narrativos

Consejos prácticos para el diseño y la presentación de sermones narrativos, por el Dr. Pablo A. Jiménez.

El sermón narrativo es un tipo de predicación muy sencilla que apela a todos. Tanto grandes como chicos se involucran en la historia, prestándole más atención al sermón. Sin embargo, el diseño de sermones narrativos puede ser muy difícil, especialmente para aquellas personas que no están acostumbradas a prepararlos. A continuación presentamos doce consejos prácticos que podrán ayudarle a diseñar este tipo de sermones.

  1. Apréndase bien la historia: El primer paso para predicar un sermón narrativo en forma efectiva es aprender la historia que vamos a narrar. Para lograr este objetivo podemos seguir el siguiente método. Primero, lea la historia varias veces. Segundo, encuentre las secciones principales de la historia (marco escénico, trama, punto culminante y desenlace) e identifique sus episodios más importantes. Tercero, identifique cada sección por medio de una palabra clave. Cuarto, haga un corto bosquejo siguiendo las palabras claves. Finalmente, memorice el bosquejo.
  2. Identifique los tipos de personajes: Recuerde que una historia puede tener hasta tres tipos de personajes. Las «sombras» son los personajes que apenas se mencionan en la historia. Éstos, más que personajes, son parte del trasfondo de la narración. Los «tipos» son los personajes que representan a una clase de persona o a un grupo social. Es común que los «tipos» carezcan de nombre, por lo cual se les denomina por sus profesiones (un fariseo, un sacerdote, etc.). Muchos personajes secundarios pertenecen a esta clasificación. Los «caracteres» son aquellos personajes que se desarrollan a plenitud. En unión a la profesión que puedan tener, también tienen características personales que les distinguen. La mayor parte de los personajes principales de las historias son «caracteres».
  3. Estudie el contexto social e histórico del pasaje bíblico: El conocimiento del contexto de la Biblia no sólo puede darle más vida a la historia sino que puede ayudarle a relacionar la narración con la vida diaria de su congregación. Por ejemplo, en Israel las mujeres no podían hablar en público con hombre alguno, ni siquiera con sus esposos. También estaba prohibido el contacto físico en lugares públicos entre personas de sexos opuestos. Estos detalles le ayudarán a comprender cómo la conducta de Jesús–quien hablaba públicamente con mujeres y hasta permitía que le tocaran los pies o le ungieran la cabeza–era escandalizante para el liderazgo religioso de la época. Del mismo modo, estos detalles le permitirán recalcar en sus sermones la actitud inclusiva y liberadora de Jesús hacia las mujeres de ayer y de hoy.
  4. Conozca el contexto literario del pasaje: Quien predica un sermón narrativo debe tener presente los eventos que han ocurrido antes del pasaje bíblico que desea exponer. De otro modo, podrá cometer errores graves. Como un estudiante que, predicando un sermón de práctica sobre Lucas 5.1-11, recalcó varias veces que ésta era la primera vez que Simón (Pedro) veía o escuchaba a Jesús. Este novel predicador no había leído el capítulo anterior, donde Lucas 4.38-39 narra cómo Jesús sanó a la suegra de Simón.
  5. No invente episodios: En ocasiones, debido a la brevedad de las historias bíblicas, algunos predicadores se sienten tentados a alargar las narraciones inventando episodios que no aparecen en el texto. Este es una práctica que debemos evitar pues tiende a confundir a los oyentes y a fomentar interpretaciones bíblicas equivocadas. Recuerdo con tristeza cuando un día mi abuela quiso enseñarme el pasaje bíblico que había servido de base al hermoso sermón que su pastor había predicado aquella mañana. Después de una larga búsqueda, encontramos el texto por medio de la concordancia. Pero al leer el pasaje nos dimos cuenta que, basado en la poca información que ofrecía el pasaje bíblico, su pastor había creado una versión ampliada de la historia.
  6. No omita episodios: La mayor parte de las historias bíblicas son tan breves que, si se salta un episodio, se pierde el sentido de la historia. Hasta en historias bien conocidas, como la parábola del Hijo Pródigo (Lc. 15.11-32), es común omitir detalles. La inmensa mayoría de las personas que predican esta historia afirman que el hijo menor cae en una situación deplorable a consecuencia de haber despilfarrado su dinero. Pero pocos recuerdan que la región donde vivía este joven fue afectada por una crisis económica que dejó al pueblo hambriento (v. 14). Esto explica por qué el muchacho no pudo conseguir un trabajo honesto y tuvo que dedicarse a una profesión inmunda, como lo era la crianza de cerdos para el pueblo judío.
  7. Evite los anacronismos: El anacronismo ocurre cuando se dice que un evento ocurrió en una fecha que resulta ser equivocada. ¡Como el predicador aquel que, exponiendo la historia de Ruth, afirmó que la situación de las viudas en la Biblia no era tan desesperada porque «el gobierno ayuda a las viudas y a los envejecientes»! Eso es un anacronismo, ya que en el mundo antiguo no habían programas de seguridad social. Ahora bien, los anacronismos más comunes en los sermones surgen del desconocimiento de la cronología bíblica. Por ejemplo, quien no conoce el orden de los eventos bíblicos puede afirmar equivocadamente que Salomón escuchó las profecías de Jeremías o que el apóstol Pablo estuvo presente en la «Última Cena».
  8. Corrija sus errores: Si por alguna razón se salta un episodio o cambia el orden de la historia, detenga su sermón para explicar cual es el orden correcto de la historia. De otro modo, la congregación podrá salir de la iglesia pensando que su versión equivocada de los hechos es la correcta.
  9. Apele a los sentidos: Hábleles del olor del campo, del rumor del arroyo y de la suavidad de la brisa. De primera intención, este consejo parece contradecir la regla de que no debemos añadir elementos a la historia. Pero esto no es así. Lo que estamos recomendando es describir en forma vívida los detalles que pueda contener el pasaje bíblico. En este sentido, si el texto indica que Jesús estaba con los discípulos en una barca es enteramente correcto hablar de la humedad en el viento o del ruido que hace el agua al chocar contra la embarcación.
  10. Déle más importancia al verbo que al adjetivo: El exceso de adjetivos y adverbios recarga los sermones, restándole agilidad a la expresión. Por el contrario, los verbos le dan movimiento a la narración. Digamos que deseamos caracterizar a Judas Iscariote. Quienes dependen de adjetivos dirán: «Judas Iscariote era un hombre deshonesto, infiel, pusilánime y traicionero». Por el contrario, quienes prefieren el verbo se expresarán de la siguiente manera: «Judas Iscariote traicionó a Jesús. Lo delató a cambio de un poco de plata. Y usó un beso, signo de compañerismo y amistad, para identificarle ante la policía del templo.» Como ven, la segunda descripción es mucho más amplia y más ágil que la primera.
  11. Déle sabor contemporáneo a la historia: Salpique la narración con alusiones a elementos comunes en la vida de su audiencia. Hay dos maneras de incluir estos elementos. La primera es comparando la situación del mundo antiguo con la actual: «En Israel los leprosos eran echados de sus comunidades cuando se enfermaban, pues la gente temía contagiarse con una enfermedad incurable. Era una actitud muy parecida a la de quienes hoy rechazan a las personas enfermas de SIDA.» La segunda es usando el anacronismo en forma responsable, es decir, presentando al personaje bíblico como si viviera en nuestro barrio: «Los soldados se acercaron a Jesús con sus ametralladoras y sus bayonetas.» Aunque esta segunda técnica puede ser muy impactante, debemos usarla en forma limitada. Ya explicamos anteriormente las consecuencias desastrosas que puede tener el mal uso del anacronismo en la predicación.
  12. Privilegie los encuentros: Las narrativas que narran encuentros, sobre todo los encuentros con Jesús en los relatos evangélicos, son una fuente excelente  para la predicación. Considere hacer una serie de sermones sobre este tipo de historias. Por ejemplo, puede predicar dos sermones sobre encuentros con Dios en el Antiguo Testamento; o cuatro sobre confrontaciones entre los profetas de Israel y la corte real; o tres sobre las mujeres que tuvieron encuentros transformadores con Jesús.

Esperamos que estos consejos prácticos le ayuden a diseñar sermones narrativos que lleguen a la mente y el corazón de su congregación.

12 Consejos para diseñar sermones narrativos
12 Consejos Sermón Narrativo

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El relato de Mateo

El relato de Mateo es un ensayo de teología narrativa que analiza la estructura literaria del Evangelio según Mateo.

¿Por qué el Evangelio de Mateo relata la historia de Jesús de Nazaret? ¿Por qué la historia de Jesús debe ser relatada una y otra vez? En este trabajo presentaré una breve reflexión del relato de Jesús según Mateo. Mi tesis es que Mateo relata esta historia con el propósito de revelar la verdadera identidad de Jesús. Según Mateo, Jesús es el Hijo de Dios encarnado. En Jesús de Nazaret Dios está con nosotros y demuestra Su solidaridad con la humanidad.

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El interés de Mateo de revelar la verdadera identidad de Jesús queda bien claro a través de todo el Evangelio. De forma muy particular, los primeros dos capítulos están dedicados a esta tarea. El Evangelio de Mateo comienza presentando el linaje de Jesús a través de su genealogía (1.17). Las primeras porciones bíblicas o «perícopas» están dedicadas a explicar su nacimiento u «origen», como dicen algunas traducciones de 1.18. Aquí encontramos una declaración arrebatadora en cuanto a la identidad de Jesús: un niño concebido del Espíritu Santo (1.20), cuyo nombre afirma su ministerio salvífico (1.21). En resumen, Jesús es «Dios con nosotros» (1.23).

Pero esto es tan solo el comienzo de la revelación del Evangelio. En los capítulos 3 y 4, Jesús comienza su ministerio cuando una voz celestial, luego de su bautismo (3.16-17) proclama que es el «Hijo de Dios». Su primer ataque es con el mismo diablo. El tentador le ofrece «los reinos del mundo» (4.8), más Jesús opta por proclamar «el reino de los cielos» (4.17).

Es aquí que llegamos al corazón del Evangelio de Mateo. ¿Quién es este Jesús? Jesús es el Hijo de Dios y en quien se manifiesta la soberana voluntad de Dios. Estas son las «buenas nuevas», las buenas noticias. Por lo tanto, Mateo nos relata la historia de Jesús porque esta narrativa teológica revela el plan de salvación de Dios.

De aquí en adelante, el Evangelio nos presenta distintos aspectos del ministerio de Jesús. Primero, presenta a Jesús como el Maestro que proclama que el reino de los cielos se ha acercado (4.12-17), y que llama al servicio, es decir, al discipulado cristiano (4.18:22). Segundo, Jesús es un poderoso sanador que sana toda enfermedad y dolencia en el pueblo (4.23) y que hecha fuera demonios (4.24). Gracias a la estructura del Evangelio según Mateo vemos desarrollar esta doble imagen; la dualidad del ministerio de Jesús. Las enseñanzas de Jesús están recopiladas en cinco sermones o discursos:

1.Sermón del Monte: 5.1 al 7.27

2. Sermón Misionero: 10.1-42

3. Sermón de las Parábolas: 13.1-53

4. Sermón eclesiástico o sobre la Iglesia: 18.1-35

5. Sermón escatológico o sobre el final de los tiempos: 24.1 al 25.46

Los cinco discursos están claramente delineados por la frase «y cuando terminó Jesús estas palabras…» (7.28; 11.1; 13.54; 19.1 y 26.1). Al comienzo de cada sermón encontramos otras recolecciones de dichos o enseñanzas, como las que encontramos en 11.7-30 y 23.1-39.

Pero Jesús no solamente enseñó «como quien tiene autoridad» (7.29) sino que demostró su autoridad y poder a través de su ministerio de sanidad y liberación. En Mateo, los sermones que presentan las enseñanzas de Jesús están entrelazados con narrativas que presentan la práctica de Jesús. Jesús ejerció un ministerio de misericordia, sanando a las personas enfermas y liberando a la humanidad de la opresión de las fuerzas del mal.

Este patrón continúa hasta el capítulo 26.1, donde comienza la narrativa de la Pasión. La Pasión es la confrontación final de los dos reinos. En la cruz, la Vida misma lucha contra las fuerzas de la muerte. La interrogante sobre la identidad de Jesús está en el centro de la controversia (26.63-66 y 26.11). Jesús declara ser el Mesías. Es una ironía que fuera asesinado por declarar esta verdad. La resurrección (28.1-10), así, es la victoria de la Vida. Sin embargo, los derrotados poderes de la muerte aún están activos (28.11-15). Esto crea una tensión escatológica que solamente se resolverá en el Juicio Final (25.31-46).

Una vez más surge la cuestión de la identidad de Jesús. En los últimos versículos del Evangelio de Mateo –mejor conocidos como La Gran Comisión (28.16-20)— el Jesús Resucitado delinea la misión de la Iglesia para el futuro. La comunidad de fe es instruida a hacer precisamente lo que Mateo ha estado haciendo: hacer discípulos, enseñar e imitar a Jesucristo, el Hijo de Dios, quien ha prometido estar con nosotros siempre, hasta el fin del mundo (28.19-20a).

Para resumir, el Evangelio de Mateo es una narrativa teológica que proclama las Buenas Nuevas de que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios Vivo (viviente) (16.16). En el poderoso ministerio de justicia y misericordia de Jesús hacia (para con) la humanidad es que se allega (hace patente) el Señorío de Dios. La Iglesia tiene la misión de decir y volver a decir -o sea, interpretar- la historia de Jesús con el propósito de hacer más discípulos para el Reino. A través del proceso interpretativo, la comunidad de fe es llamada a afirmar la Vida y a luchar contra los poderes de la muerte. 

El relato de Mateo
Vea otros recursos para el estudio de la Biblia.

El sermón narrativo

Por Pablo A. Jiménez

Un ensayo que explica qué es el sermón narrativo y ofrece consejos prácticos para el diseño diseño de bosquejos homiléticos narrativos.

Introducción

El sermón narrativo es aquel que presenta un aspecto del mensaje de una porción de las Sagradas Escrituras por medio de una o más historias. Es decir, este sermón transmite el mensaje por medio de la narración. La función de este tipo de sermón es involucrar a la audiencia en la narración de tal manera que se pueda identificar con la historia y pueda experimentar el mensaje del texto. Esto se hace posible por las características particulares que tiene el fenómeno de la narración.

Las virtudes del sermón narrativo son muchas. En primer lugar, despierta el interés de la audiencia; atrae y mantiene el interés a lo largo de la presentación. Segundo, guía la imaginación de los y las oyentes, de tal manera que las imágenes, ilustraciones e ideas presentadas en el sermón sean más llamativas y reales. Tercero, el sermón narrativo da viveza a la experiencia narrada. La historia facilita que la congregación se identifique con los personajes y, por lo tanto, que «viva» la experiencia que escucha. Cuarto, la narración creativa y bien ejecutada puede darle un sabor contemporáneo a la tradición bíblica, estableciendo un puente para que quien escucha pueda salvar la distancia entre la historia bíblica y el momento actual.

Podemos decir que el propósito del sermón narrativo es que la audiencia identifique su historia, tanto personal como colectiva, con la historia que narramos. En este sentido, la predicación narrativa trasciende los detalles de la historia bíblica que podamos narrar. En este tipo de predicación proclamamos una «historia compartida» donde se entrelazan la historia bíblica, la historia de la Iglesia, la historia personal de quien predica y la historia personal de cada oyente.

Cómo diseñar el sermón narrativo

Podemos crear sermones narrativos siguiendo la estructura de un cuento corto. Como es bien sabido, un cuento corto tiene cuatro partes principales.

  • Marco escénico: En esta sección se presentan tanto los personajes como el problema o discrepancia que da pie a la acción.
  • Trama: Aquí encontramos el desarrollo de la acción. En esta parte la tensión narrativa aumenta a medida que los hilos narrativos se entrelazan y la situación se va complicando.
  • Punto culminante o «climax»: Este es el momento donde la tensión narrativa llega a su punto más alto. Desde este momento, comenzamos a vislumbrar el desenlace de la situación.
  • Desenlace: En este punto la tensión narrativa se disipa y la situación problemática comienza a resolverse.

El bosquejo más efectivo para predicar el sermón narrativo es el que reproduce la estructura del cuento corto. En lugar de comenzar con una introducción similar a la del sermón tradicional, empieza indicando el marco escénico de la historia. En vez de emplear «puntos» en el desarrollo del sermón, tiene una sección donde narra la trama y otra donde presenta el punto culminante de la historia. Finalmente, en vez de una conclusión, cuenta el desenlace de la historia.

Por lo tanto, el bosquejo del sermón narrativo luce de la siguiente manera:

  • Marco escénico
  • Trama
    • Episodio #1
    • Episodio #2 
    • Episodio #3
  • Punto culminante 
  • Desenlace

El elemento más importante de la historia es la trama. Es crucial describir adecuadamente cómo la historia central se complica, afectando a todos los personajes. Por eso, podemos afirmar que toda historia presenta uno o más problemas que deben ser resueltos. Si tomamos esta idea como punto de partida, podemos desarrollar sermones narrativos que comiencen describiendo un problema que necesita solución.

Dicho problema o discrepancia se complica a medida que avanza la historia. En el punto culminante de la historia se presentan nuevas perspectivas sobre el problema. El sermón termina narrando cómo se soluciona el problema. 

Sobre el sermón narrativo, en Prediquemos
Prediquemos

Podemos bosquejar este tipo de sermón de la siguiente manera:

  • Identifique el problema
  • Explique el problema, narrando los distintos episodios de la historia
    • Episodio #1
    • Episodio #2
    • Episodio #3
  • Ofrezca una nueva perspectiva sobre el problema
  • Solucione el problema 

Aunque lo ideal es tomar historias bíblicas como base para nuestros sermones, también podemos usar otras historias, que no se encuentran en la Biblia, como imágenes centrales del sermón. Esta variante narra episodios de la historia de la Iglesia, de la historia contemporánea o de la historia personal de quien predica con el propósito de ilustrar una doctrina cristiana o la idea central de un pasaje bíblico. Además, debe ser una historia impresionante y pertinente. Claro está, la dificultad con este tipo de sermón estriba en encontrar una historia extraordinaria que cumpla con todos los requisitos mencionados anteriormente. 

En este tipo de sermón, los comentarios que interpretan y contextualizan la historia se ofrecen a lo largo de la narración. La idea es entremezclar estos comentarios con la narración, de manera que su significado sea evidente. El mensaje central de la historia se presenta hacia el final del sermón, sea en el punto culminante o en el desenlace de la historia.

Conclusión

Esperamos que estas ideas les ayuden a diseñar sermones narrativos que exploren el mensaje de las muchas historias que encontramos en las Sagradas Escrituras. 

Vea varios modelos de sermones narrativos
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Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu: Séptima palabra del Sermón de Las Siete Palabras

La séptima palabra es:  “Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Habiendo dicho esto, expiró.” Lucas 23.46

Adquiera las Siete Palabras.

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Después de haber cumplido su obra en el mundo, ¿qué le resta a Jesús? Sólo queda invocar al Padre para ser restaurado a la gloria que tuvo con él desde “antes que el mundo existiera” (Jn 17.5).

Jesús vuelve a llamar a Dios “Padre”, en forma íntima y personal. Probablemente usó la palabra aramea “abba” para referirse a Dios en esta ocasión. Esta es la misma palabra que aparece en Romanos 8.15 y Gálatas 4.6. Este vocablo se utilizaba sólo en la intimidad del hogar, ya que implica una íntima relación de amor y cariño sentido. En este sentido, es como si Jesús llamara a Dios “papi” o “papito”, como un bebé llama a su padre.

Jesús invoca al Dios “Padre” para volver a él, para entregarle su espíritu. De este modo, se cumple la profecía del Salmo 22.8: “Se encomendó a Jehová: líbrele él; sálvele, puesto que en él se complacía”.

Jesús se entrega a Dios para ser restaurado, para ser reivindicado ante los ojos de los pecadores que le habían llevado a la cruz. En una palabra, Jesús se entrega a Dios para ser levantado de entre los muertos por medio del poder del Espíritu Santo.

El Galileo no quedó colgado en la cruz. Fue sepultado el viernes en la tarde, pero no resucitó hasta el domingo—día del Señor—en la mañana.

El Hijo entrega su espíritu al Padre en esperanza. Con la esperanza de resucitar de entre los muertos a una vida incorruptible. Y con su resurrección, Jesús abre el camino para toda aquella persona que cree. Y con él la iglesia tiene la esperanza gloriosa de vida abundante y eterna con su Señor. Desde ahora, nadie tendrá que morir en desesperanza. 

Al leer este relato, una pregunta surge en mi mente. ¿Tendría yo la valentía necesaria para enfrentar la muerte con tanta valentía? ¿Tendría yo la fe necesaria para enfrentar la muerte con tanta paz? ¿Podría yo expirar confiado en quedar en las manos de Dios? ¿Podría yo? ¿Podría usted?

Conclusión

El viernes es el día de la muerte. Temprano en la tarde, el cuerpo de Jesús cuelga del madero. Ha expirado; ha muerto. Ha muerto: 

Por mis pecados,

Por tus pecados,

Y por los pecados de toda la humanidad.

En sus palabras finales ha resumido su obra salvífica. Jesús nos perdona, nos ofrece la gloria, nos da una nueva familia, afirma que ahora tenemos libre acceso a Dios, se identifica con nosotros y nos da esperanza de salvación. 

Ahora sólo me resta invitarle a aceptar la invitación que Jesús nos hace desde la cruz. Jesús te invita a dejar atrás la vida vieja, a aceptar su perdón y a caminar hacia el futuro con esperanza. Jesús te invita a imaginar un nuevo futuro, dirigido hacia la vida plena que se encuentra cuando se vive en comunión con Dios. Jesús te invita. Jesús te invita.

Acceda a vídeos y bosquejos de sermones para la Semana Santa.

Consumado es: Sexta palabra del sermón de Las Siete Palabras

La sexta palabra es: “Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo: ¡Consumado es!” Juan 19.30

Adquiera las Siete Palabras.

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Dos palabras. Nunca dos palabras habían dicho tanto como éstas. Nunca una frase tan corta había tenido un sentido tan profundo como ésta.

“Consumado es.” Esta es una declaración de victoria. La obra salvífica de Jesús estaba sellada. El mundo perdido ahora tiene oportunidad de salvación. Jesús ha obedecido al Padre hasta lo sumo y éste lo ha declarado “Hijo de Dios con poder”, como dijo el Apóstol Pedro en Hechos 2. Con obediencia perfecta, Jesús ha demostrado que el mal no es absoluto; que es posible vivir en comunión con Dios. Con su obediencia perfecta, Jesús ha llevado la humanidad hasta el seno del Padre. Ahora la humanidad tiene en Jesús un intermediario, un intercesor.

Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, pero alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Hebreos 4.14-16

“Consumado es” es la declaración de la derrota del mal. Ya la vida ha triunfado sobre la muerte. Ya la esperanza ha triunfado sobre el dolor. Ya la justicia ha triunfado sobre el pecado. Ya Dios ha triunfado sobre el Adversario y sus huestes del mal. Ahora:

…ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo alto, ni lo bajo, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús. 

Romanos 8.38-39

Pero, en un sentido más profundo, “consumado es” significa que ya no hay abismo. El grito de Jesús desde la cruz le dice al mundo que el abismo que creó el pecado entre Dios y el ser humano ya no existe. Ahora hay un punto de contacto entre la divinidad y el género humano. La cruz es el puente.

La cruz es el puente que lleva al ser humano hasta la presencia de Dios. La cruz de Jesús ha revelado la justicia divina y ahora es posible ser salvo por gracia. La salvación es, pues, don divino; regalo de vida para todo aquel que cree.